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miércoles, 11 de noviembre de 2020

Que es Bolsonaro sin Trump

 Por Roberto Savio:  

Bolsonaro fue elegido, de forma fraudulenta, por las imperiosas necesidades de la derecha brasileña de evitar que el PT regrese al gobierno brasileño. En parte similar a la necesidad de la derecha estadounidense de derrotar a los demócratas en 2016, dos años antes de la elección de Bolsonaro en Brasil. 

Pero Bolsonaro se adhirió al Trump ismo, el estilo y la actuación de Trump, para construir su discurso y proyectar su imagen como nuevo líder de la extrema derecha en Brasil. Su gobierno y su discurso tomaron el tono de los ataques a los medios de comunicación - considerados sus enemigos, - así como al Congreso y al Poder Judicial. Negacionista de la ciencia, movimientos sociales, democracia y derechos humanos, com un lenguaje agresivo.  

Bolsonaro tuvo un momento álgido en su segundo año de gobierno, hasta que entró en una nueva crisis, incluso antes de la derrota de Trump. Pero ahora, sin su gran líder e inspirador, además de su referente de política internacional, ¿qué será de Bolsonaro sin Trump?. 

Para Bolsonaro es un golpe muy duro la derrota del estilo de gobierno de Trump, uno de los pocos presidentes norteamericanos que no ha sido reelegido. Su primera reacción puede ser la consolidación del pragmatismo que há comenzado a seguir, rebajando el tono ideológico y fundamentalista de su discurso, haciendo alianzas con el Congreso y el Poder Judicial. 

Pero ello no basta, porque con el nuevo gobierno en Washington, habrá’ temas sobre los que el gobierno brasileño sufrirá una fuerte presión, especialmente en relaciones exteriores, medio ambiente y derechos humanos. En el tema de la Amazonía, ya es posible ver el argumento bien manido en defensa de la soberanía nacional, denunciando ambición norteamericana sobre la Amazonía. 

 Pero eso no tendrá mayor efecto. Ya se contempla el traslado del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, a otro sector del gobierno. También es poco probable que el canciller, Ernesto Araujo, permanezca en el cargo, además de los cambios en el ministerio de ciudadanía, a cargo de los temas de derechos humanos. 

El canciller había asumido, antes de las elecciones estadounidenses, que Brasil pretendía ser un “paria”. Pero una cosa es ser paria teniendo como socio a Estados Unidos y otra ser paria con gobiernos aislados y sin ningún prestigio internacional. Es probable que el gobierno brasileño cambie su postura externa, incluso en las organizaciones internacionales y en las relaciones con los países vecinos. 

        Bolsonaro ya dijo en uno de los tuits de estos días que hay una tendencia de fortalecimiento de la izquierda en América Latina, advirtiendo que el fenómeno puede llegar a Brasil. El gobierno brasileño tardó mucho, pero saludó al nuevo presidente de Bolivia. Debe bajar el tono en relación con Argentina, no necesariamente en relación con Cuba y Venezuela. 

El vicepresidente brasileño, Hamilton Mourão, trató de paliar los efectos del previsible deterioro de las relaciones con Estados Unidos, alegando que las relaciones de Bolsonaro y sus hijos con Trump serían relaciones personales, pero que espera que la relación de Estado a Estado. permanece, preservándose los intereses fundamentales de ambas partes. Los acuerdos económicos firmados recientemente entre los gobiernos de Estados Unidos y Brasil pueden ser revisados, así como otros acuerdos, em dependencia de la actitud concreta que el gobierno de Biden tendrá hacia Brasil. De inmediato, la reintegración de Estados Unidos en los organismos multilaterales también condicionará el aislacionismo del gobierno brasileño en estos organismos.   

Sin embargo, el mayor golpe para Bolsonaro es darse cuenta de que el Trump ismo fracasó como forma de gobierno, no permitió la reelección - un objetivo fundamental del presidente brasileño. Es difícil saber cómo asimilará Bolsonaro estos efectos. Si va a buscar alguna explicación al azar, tomada del propio discurso de Trump - como que hubo fraude en su derrota -, como ya aparece en uno de los Twitter del presidente brasileño, o si lo va a hacer como si no hubiera pasado nada, de tal forma el Trump ismo está en el corazón mismo de Bolsonaro. 

 De todos modos, como el Trump ismo muestra sus límites, desde el momento en que se convierte en gobierno y ve su discurso desmitificado de la realidad, la derrota de Trump es gravísima para el presidente brasileño. La transformación de las elecciones en un referéndum sobre Trump funcionó y debería ser el camino que seguirá la oposición brasileña para derrotar también aquí al Trump ismo de Bolsonaro. 

Pero, por el momento, en solidaridad con su aliado, Bolsonaro dice que no reconocerá la victoria de Biden si Trump llama al Poder Judicial. Y, patéticamente, confesó: “La esperanza es la última en morir”. Conforme avanzan los resultados de las elecciones norte-americanas, se acerca la vida de Bolsonaro sin Trump. 

utopia@robertosavio.info

miércoles, 24 de junio de 2020

BRASIL EN DISPUTA. PERMISO PARA OPINAR VERSIÓN FINAL

Por Rafael Hidalgo Fernández*:   

En junio de 2013, unos días después del estallido de las protestas masivas que sorprendieron a muchos en Brasil, incluido el propio gobierno de la época, un amigo me preguntó: “¿cómo ves todo esto?”.

Conforme a una vieja y saludable práctica, evité opinar sobre asuntos en los que su fuerza política tenía implicación directa y fundamental. Opté por abordarle el otro lado de la “moneda”: el factor externo, sin el cual – le enfaticé – todo ejercicio de interpretación quedaría trunco, “más aún por ser Brasil”.


Con la confianza de la amistad, me interrumpió con esta expresión: “!No me irás a decir que los gringos están detrás de todo esto…!”. Le respondí con igual énfasis: “!Pues es eso, exactamente, lo que te iba a decir!, pero con este matiz: los gringos están también, tienen papel protagónico, pero no son los únicos…”.

Acto seguido le agregué: “Las causas de las protestas son múltiples y todas tienen muchas variables asociadas, internas y externas, históricas y coyunturales. Para ustedes y para la izquierda de América Latina y el Caribe será fundamental entender bien lo que aquí está sucediendo, de forma integral, sin omisiones pragmáticas (…). Lo que sucede en Brasil irradia de inmediato, sobre todo, para América del Sur”. El razonamiento es válido respecto a la realidad política actual.

Acto seguido le argumenté en términos coloquiales los datos, los hechos y los análisis que siguen, ahora con el estímulo de su honradez: dos años después, tras el Congreso Nacional  aprobar el impeachment que interrumpió el mandato legítimo de Dilma Rousseff, sin haberle podido probar cargo alguno, escribió esta nota: “(…) lamentablemente tenías razón, esos (impublicable) están hasta el cuello implicados en lo que ha pasado aquí”. Así fue y así continúa siendo.

MÁS AÚN POR SER BRASIL

Tres años y medios después, el país austral avanza con celeridad dominado por  niveles de odio y violencia que sus mentes más lúcidas,  de todas las filiaciones políticas, sociales, religiosas y académicas, empiezan a temer y, por fortuna, a alertar y denunciar. Los hechos confirman que su sistema político está viviendo una crisis estructural e integral,  u orgánica, como aducen algunos desde una perspectiva analítica gramsciana.

La nación transita por un proceso paradójico: desde ciertas reglas del ordenamiento jurídico vigente se están vulnerando, día tras días, el Estado de Derecho y la paz interna. Bolsonaro y el bolsonarismo aparecen como los responsables principales e inmediatos de tal estado de cosas. Pero ello es solo una parte fundamental de la verdad. El país es escenario de una lucha de clases que enfrenta intereses internos y también externos. Es un caso test en este sentido.

La explicación sobre lo que acontece guarda, a la vez,  una relación directa y esencial con las exigencias económicas, políticas, geopolíticas y simbólicas del gran capital transnacional y, sobre todo, con las de su sector hegemónico, el financiero. Estos intereses operan de forma directa y vía aliados internos, lo cual no es equivalente a que toda la derecha haya sido cooptada para el plan antinacional en curso. Esta es la fracción que podría aún apoyar los esfuerzos anunciados para formar un frente amplio en defensa de la democracia.

Para los representantes gubernamentales de esta élite transnacional, sobre todo para los que sirven a su núcleo hegemónico, los EE.UU., pasó a ser una prioridad impedir que Brasil emerja como una potencia viable en el estratégico Atlántico Sur, tal y como en su momento lo advirtió Noam Chomsky
¿Qué datos de la realidad, qué hechos históricos y qué argumentos dan sustento a esta tesis? De manera sumaria se pueden identificar los siguientes, sin la pretensión de que sean todos.

El Brasil cuyo sistema de democracia liberal burguesa permitió la aprobación de una constitución progresista y con formulaciones avanzadas tras el fin de la dictadura militar instalada en 1964 (pecado 1); la posterior elección de un obrero metalúrgico como Presidente (pecado 2); que posibilitó que éste concluyese su segundo mandato con 83% de popularidad (pecado 3) y que eligiese a su sucesora con amplitud de votos (pecado 4).

El país, además, que se transforma en la sexta economía del mundo bajo la presidencia de este obrero, sin haber producido cambios sustantivos en los fundamentos de la matriz económica nacional (pecado 5); que al frente de un gobierno de izquierda y progresista decide impulsar con éxito una política internacional de paz y cooperación, activa y altiva, con resultados constructivos importantes en África, el Medio Oriente y América Latina y el Caribe (pecado 6), y que sacó a millones de la extrema pobreza y la pobreza (pecado 7), por todo ello se transformó en otro “mal ejemplo” a anular, aún sin haber transitado, como Cuba o Venezuela, por caminos revolucionarios.

Para anular el “mal ejemplo”, la derecha internacional y la interna aliada aprovecharon la interdependencia del país respecto al gran capital transnacional, en virtud del alto grado de transnacionalización de su economía y por el tipo de inserción que le caracteriza en la división internacional del trabajo. Sabían que ello lo  tornaba  más vulnerable a un proceso progresivo de desestabilización de amplio espectro en los marcos de los llamados Golpes Suaves, o para decirlo en términos más exactos, según las premisas de la Guerra no Convencional, diseñada por los estrategas estadounidenses para tratar de recuperar la hegemonía global del imperio en decadencia.

Esta necesidad de quebrar las opciones potenciales de desarrollo autónomo de Brasil, vista al calor de la situación actual, obedece a necesidades intrínsecas del gran capital (dimensión estructural-genética); guarda relación con los factores de poder nacional que posee esta nación en proporciones colosales (dimensión histórico concreta); y se explica a la luz de la política de los EE.UU. por recolocar a América Latina y el Caribe como factor de contención a favor de su geopolítica mundial (dimensión política).

Para las demandas expansionistas del gran capital y para su necesidad de maximizar la cuota de ganancias, dominar la dinámica de los procesos de concentración de la propiedad y la riqueza en un país continental como Brasil, se transformó en una exigencia mayor, sobre todo tras la crisis financiera del 2008 y luego del desafiante ascenso de la izquierda en la región, que duró hasta el 2009.

A nivel global, tales demandas de la élite capitalista mundial se corresponden con la necesidad intrínseca de quebrar obstáculos para la reproducción expedita y cada más rápida y segura del movimiento de los capitales, con el plan de controlar sin límites los recursos naturales de los países “en desarrollo”, así como con la determinación subordinarlos de manera fácil al objetivo de mercantilizar todo lo mercantilizable en ellos, esto es, lo que Williams Robinson llama expansión intensiva  del capital.

Como parte de esta lógica, la élite que Oxfam identifica como el 1% de la población mundial, en el caso de Brasil decidió quebrar y/o debilitar su sistema político, a fin de alcanzar 6 objetivos a la vez, entre otros:1/ controlar el poder ejecutivo con sus propios representantes (siempre lo tuvieron en los demás poderes); 2/ garantizar la máxima rentabilidad posible del capital en un contexto de recursos escasos; 3/ eliminar y/o reducir en consecuencia los programas sociales que transfieren renta a los más pobres; 4/ restar capacidad interna al Estado para proyectar una política exterior protagónica y propia; 5/ facilitar con ello un realineamiento vasallo de Brasil a los EE.UU y a sus aliados; y 6/ golpear los procesos de integración alejados de los cánones establecidos por la Casa Blanca en América Latina y el Caribe.

Debilitar a Brasil como Estado nacional e impedir que su sistema político electoral vuelva a facilitar la emergencia de gobiernos democráticos y progresistas, y de figuras como Lula, explica el plan de truncar las perspectivas de desarrollo autónomo del quinto país en extensión del mundo, sexto en población, limítrofe con 10 países sudamericanos, poseedor de las principales reservas de agua dulce del subcontinente, dueño de un subsuelo que atesora todos los minerales necesarios para las más avanzadas ramas de la industria contemporánea, incluidas la petrolera, petroquímica, aeroespacial, informática y de tele-comunicaciones.

Dañar el poder nacional de Brasil va, por tanto, mucho más allá de frustrar un proyecto de gobierno marcado por ideas de izquierda y progresistas, apunta a anular, de raíz, toda tentativa de sus élites, tradicionales o nuevas, para tener un protagonismo global en el sistema de relaciones internacionales, con un nivel decoroso de autonomía.

La derecha internacional sabe perfectamente que, más allá de su clase política devaluada ante la opinión pública nacional e internacional, Brasil es un polo de atracción como actor internacional respetado (salvo con Bolsonaro). Así se observó, de manera marcada, durante los dos gobiernos de Lula y Dilma.

Sabe más: conoce que en Brasil, en todos los sectores sociales sin excepción, existen figuras, organizaciones sociales e instituciones que  condensan mucho talento, alta formación intelectual, demostrada capacidad de articulación política y decisión de lograr que el país tenga voz propia en el escenario internacional.  Ello, por tanto, las transforma en un peligro a eliminar y/o anular, sobre todo las que poseen ideas de izquierda y la convicción de que por la vía del capitalismo dependiente de hoy, no habrá soluciones sustentables para encausar un nuevo proyecto nacional de desarrollo,

En un nivel más ligado a la historia reciente, aparece como factor de tensión con las transnacionales de los EE.UU., Inglaterra y Canadá,  la política seguida por Lula en las ramas del sector minero energético, y continuada por Dilma, de utilizar las empresas estatales, y las grandes empresas de capital nacional, como palancas para un desarrollo interno más autónomo, y como pilares para potenciar los saltos que demandaba el país en educación y salud, en este caso aprovechando la rentabilidad de las empresas estatales.

Las petroleras de los EE.UU. e Inglaterra nunca aceptaron quedar fuera de las enormes utilidades contenidas en las riquezas del PRESAL, ni con la decisión de los gobiernos del PT de transformarlas en pasaporte para el futuro en materia de desarrollo social y científico-tecnológico.

No es casual que luego de los descubrimientos petrolíferos del 2006, en el PRESAL, anunciados con entusiasmo por Lula como obra del talento y la experiencia acumulada por los especialistas de PETROBRAS, en  julio del 2008 ya la IV Flota de los EE.UU. estaba lista, altanera, para “proteger” el Atlántico Sur. Léase, para presionar a Brasil, entre otros objetivos de alcance mayor. No se olvide la paranoia de la Casa Blanca ante la presencia amiga de China y Rusia en nuestra región.

Todo indica, además, que la Casa Blanca vio como desafíos inaceptables el protagonismo brasileño en la formación  de UNASUR, en el fortalecimiento del MERCOSUR, en la creación del Consejo de Defensa Sudamericano y en otras iniciativas de proyección integracionista,  tanto en África, visitada 29 veces por Lula, como en América Latina y el Caribe.

Como lo asevera uno de los académicos más respetados de Brasil, Luiz Alberto Moniz Bandeira, al referirse al impeachment a Dilma: “Hay fuertes indicios de que el capital financiero, esto es, Wall Street y Washington, nutrieron la crisis política e institucional, agudizando la feroz lucha de clases en Brasil” . Para él, además, los EE.UU. no solo luchan por fortalecer su “influencia global” contra China y Rusia, sino contra las potencias regionales emergentes, como era entonces el caso de Brasil.

Basta ver cómo comenzó a operar el lobby petrolero apenas Michel Temer asumió su mandato golpista. De inmediato tomó fuerza el proceso de privatización de las empresas estatales más emblemáticas, EMBRAER y ELECTROBRAS incluidas. Acto seguido se dinamizó la flexibilización de las actividades de PETROBRAS, ampliamente espiada por los servicios de inteligencia de los EE.UU. durante el mandato de Dilma. Había llegado la oportunidad para retomar la venta del botín. El entreguismo comenzó a negar la visión estratégica de Getulio Vargas respecto a la independencia energética del país.

Para anular dicha independencia aparece en escena, en marzo del 2014, uno de los más grandes fraudes jurídicos de Brasil, la Operación Lava Jato, o como debería llamarse, Operación Contra Brasil (OCB), si se juzgan sus efectos lesivos a la economía nacional y a las empresas de capital nacional, las que, además, estaban implicadas en el desarrollo de importantes programas para asegurar la defensa nacional con tecnología propia, pese a las reservas de Washington y Tel Avid, ambas capitales muy preocupadas con el programa del submarino de propulsión nuclear, en el cual la empresa Odebrecht tenía papel fundamental. El tema da para un ensayo.

Hoy existen elementos suficientes para probar que la OCB fue un diseño externo, ejecutado por un juez provinciano al que la derecha antinacional le facilitó todas las prerrogativas para actuar y excederse en su actuación, con tal de remover el obstáculo inmediato (Lula), a fin de lograr el objetivo mayor: debilitar al Estado brasileño y subordinar su política externa a las lógicas hegemónicas de la Casa Blanca. Esta es la “sagrada” misión que Bolsonaro y el bolsonarismo están.

Todo indica que los asesores del juez provinciano en el Departamento de Estado de los EE.UU., cuando concibieron la OCB con objetivos múltiples, tomaron en cuenta la expresión de Richard Nixon al general Emilio Garrastazu Médici, en 1971: “Para onde for o Brasil, irá a América Latina” . En cualquier caso, es evidente que están dando a este país, especialmente desde el 2002, una atención más astuta y eficaz. Estúdiese, como ejemplo de ello, el mandato de la embajadora Liliana Ayalde en Brasilia, hoy con cargo relevante en el Comando Sur.

Sesenta y seis años después, sigue vigente lo expresado por Getulio Vargas en su carta testamento del 24 de agosto de 1954: “La campaña subterránea de los grupos internacionales se alió a la de los grupos nacionales contra el régimen de garantías del trabajo” . Hoy es esto y mucho más.
rafah@enet.cu


viernes, 8 de mayo de 2020

Bolsonaro, alias Bolsonazi, en su peor momento político



Por Sergio Ortiz:
El presidente de Brasil está atravesando el peor momento de su presidencia, con riesgo incluso de perderla. Tal su desgaste de antes y especialmente en la pandemia.

Encuestas de Datafolha estiman que la popularidad del mandatario de ultraderecha ha caído al 30 por ciento. Esa baja marca seguirá cayendo porque en estos días está firmando más decretos modificando los derechos laborales maltrechos en la presidencia poco legítima de Michel Temer y la suya propia, comenzada el 1 de enero de 2019.


Esa caída en su imagen positiva venía de antes de aparecer el Covid-19. Comenzó con sus posiciones persecutorias de toda oposición con tintes de socialismo o «lulismo», movimientos gremiales, sociales, feministas, indígenas y de la diversidad sexual. Su persecución a esos movimientos fue global, pegando duro sobre sus integrantes y sus ideas. Por ejemplo, trató de extirpar conceptos científicos y humanistas de la educación: ¡Paulo Freire era un terrorista o «energúmeno ídolo de la izquierda»!

Ya en 2020 chocó de frente contra el coronavirus, absolutamente negado como problema desde el Palacio del Planalto, la sede presidencial. Alineado con su socio mayor, Donald Trump, calificó la pandemia como «una gripecita» y se negó a tomar medidas de prevención. Cuando lo hizo, en febrero, bajo el peso de la dura realidad, ya era tarde. Brasil, con una población de 208 millones de habitantes, quedó al tope del podio de los países latinoamericanos más afectados.

«O mais grande…».
Hoy tiene más de 72.000 contagiados y más de 5.000 muertos, habiendo fallecidos 474 sólo en un día, el martes 20. Con ese registro supera a China en el número de muertos por la pandemia y no puede argumentar, siguiendo a su amo Trump, que le faltara información pues ya el 3 de enero Brasil estaba notificado de la existencia del problema.

Con todas las evidencias y saldos humanos y económicos negativos de su conducta que roza lo criminal, el presidente brasileño sigue empeñado en violar la cuarentena, relajar las normas de prevención y volver a la «actividad normal», cuando es fácil colegir que eso agravará del número de infectados y fallecidos.
Se lo pudo ver hace días caminando por las calles, entrando a panaderías, sacándose fotos con empleados y vecinos, como si no pasara nada grave. Si él hace eso, muchos brasileños van a pensar que también pueden hacer lo mismo; debe ser lo que él quiere fomentar que piensen y hagan.

Desde el punto de vista económico-social, Bolsonazi es un brutal exponente del neoliberalismo. Debe extrañar mucho a su amigo Mauricio Macri, el primer presidente extranjero que recibió en Brasilia el 17 de enero de 2019. Los primeros viajes de Bolsonaro al extranjero los planificó cuidadosamente para testimoniar, como él dijo, a qué tipo de mundo quería pertenecer: Estados Unidos, Israel, Japón, Corea del Sur y Taiwán.

Ese alineamiento internacional también le provocó heridas autoinfligidas que lo dejaron más débil para encarar las tareas sanitarias. Es que rompió el acuerdo del programa «Más Médicos» firmado por Dilma Rousseff con las autoridades cubanas, por el cual entre 2013 y 2018 unos 20.000 médicos cubanos habían atendido a poblaciones alejadas y de municipios pobres, muchos de los cuales vieron por primera vez un médico en su vecindad.

Hoy Bolsonaro los echará de menos, pero el daño fue hecho. Fue más sintonía fina con la derecha macrista de Argentina, que encendió una campaña en las redes a propósito del anuncio gubernamental de que podría necesitar 200 médicos cubanos para el frente bonaerense contra el COVID-19. También en esto los bolsonaristas y macristas se dan la mano, siguiendo órdenes del magnate norteamericano aun cuando sufran la salud y la vida de sus respectivas poblaciones.

Pérdidas políticas.
El descenso político del capitán retirado del Ejército se hizo notable a partir de marzo pasado. El 3 de abril Horacio Verbitsky dijo en El Destape Radio que los militares habían tomado el gobierno de Brasil y aislado a Bolsonaro». Textual: «no equivale a la deposición del presidente, pero sí a su reducción a una figura del tipo de un monarca constitucional, sin poder efectivo».

A la luz de los hechos fue una información errónea, porque el presidente siguió teniendo en sus manos el gobierno y adoptando malas decisiones. El costado cierto de aquella data es que las aguas bajaban revueltas en el Planalto y la cúpula militar.

El mandatario despidió a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, partidario de las medidas recomendadas por la OMS y en sintonía con la mayor parte de los 27 gobernadores. En su reemplazo puso a un ministro que representa a la medicina privada, Nelson Teich, con empresas como el Grupo Clínicas Oncológicas Integradas (COI) y asesor del privado Hospital Albert Einstein de Sao Paulo. También es director ejecutivo de la consultora en economía MedInsight – Decisions in Health Care. No parece el perfil de un hombre preocupado y conocedor de la salud pública…

El otro ministro que salió eyectado del gabinete fue el de Justicia, Sergio Moro, quien acusó a Bolsonaro de entrometerse en su área al despedir al jefe de la Policía Federal, que dependía de Justicia.
Las acusaciones entre Moro y Bolsonaro generaron que el Fiscal General de la República, Augusto Aras, pidiera la apertura de un proceso judicial contra el presidente por posibles delitos. Si bien esto recién empieza y un impeachment no parece inmediato, que se empiece a discutir esa alternativa es un dato político sobresaliente. La ruptura del contubernio Moro-Bolsonaro, que en el pasado dejó afuera de la carrera electoral a Lula da Silva, también es un hecho auspicioso. Cuando dos ladrones se pelean, sale ganando la gente honrada…

Numerosas organizaciones sociales y políticas, y el Frente Brasil Popular y el Pueblo Sin Miedo, han firmado documentos muy críticos del presidente, sentando las bases para plantear su salida del gobierno. Sería una respuesta democrática a su pésima actuación en la crisis y también a su participación en un acto frente al Cuartel General del Ejército. El 19 de abril habló ante un público menguado de 500 personas, que reclamaban el cierre del Congreso y una dictadura militar suya. Incluso portaban carteles reivindicando el AI-5 (Acta Institucional 5) de la pasada dictadura (1964-1985). Ese régimen no sólo disolvió el Congreso, suspendió los derechos políticos de los civiles y estableció la censura previa de la prensa, sino que también torturó a 20.000 personas y asesinó y desapareció a otras 434.

Si los brasileños aprecian la salud y la democracia, tendrán que despedir pronto y sin indemnización a Bolsonazi y su ministro de Economía, el exbanquero neoliberal Pablo Guedes. Son ellos o la vida.
ortizserg@gmail.com

sábado, 14 de marzo de 2020

Después de todo, ¿qué proyección del mundo es defendida por Paulo Guedes?



Por Bruno Lima Rocha:

Frente a tantos desmantelados, con tanto absurdo por delante del gobierno de Bolsonaro y la alineación externa subordinada, combinándose con la propuesta despótica de dependencia poscolonial, la pregunta sigue siendo: después de todo, ¿qué quiere Paulo Guedes? A escala de país vemos los proyectos, uno más nefasto que el otro. Pero a escala mundial, ¿qué implicaría?


En este texto trato de hacer una síntesis de la distopía ultraliberal, que marca el período actual del capitalismo globalizado y las debilidades evidentes que un proyecto de este tipo genera para países como el nuestro, eterno casi poder de la Semiperiferia. Por lo tanto, busco reforzar algunos aspectos centrales ya señalados por mí y que docenas de otros analistas han estado haciendo incesantemente en Brasil, desde la reelección de Dilma Rousseff implícita en dar mucho espacio en la política económica a lo que ya ha surgido lo peor Brasil y América Latina. No es que el proyecto anterior fuera "socialista", ni llegó a ser "socialdemócrata", pero señaló algún hito de crecimiento con un desarrollo limitado del capitalismo periférico.

Lejos de ser el proyecto socialista y democrático que defiendo, no estaba alineado con la total subordinación reiniciada con el "gobierno de Joaquim Levy" a finales de 2014. Desde entonces, el país ha sido empujado cuesta abajo, por la suma de las mentes colonizadas internas, el sabotaje de la industria nacional (teniendo en la punta el desmantelamiento de los complejos de petróleo y gas; construcción pesada e ingeniería naval) y el desmantelamiento de la protección social.
En las líneas que siguen, observamos los males a escala global que el pinochetista a quien Bolsonaro llama "Ipiranga post" quiere presentar nuestra sociedad.

Características fundamentales de la hegemonía ultraliberal (a través del capital financiero) a escala mundial
El "súper" ministro de economía que no entiende nada y no quiere nada para entender la política industrial, no hace el menor esfuerzo para defender la industria instalada en Brasil. La verdad sea dicha, una parte importante del segundo sector, empezando por los estafadores de FIESP – aquellos que impusieron una agenda aceptada por el ex presidente y luego tiraron de su alfombra – no quieren nada en su defensa. Sí, defienden, y ardorosamente, sus ventajas básicas dentro de la correlación de la distribución de poder espacial. Las dos barreras clásicas que se encuentran en cualquier manual de economía política que proporciona: la política-institucional (donde las potencias fáticas son más accesibles a la parte superior de la cadena alimentaria en diferentes espacios geográficos) y la las regulaciones tienden a proteger a aquellos que ya se han establecido y están componiendo el parque "productivo".

Resulta que, con una intensidad creciente, las "industrias" tropicales o los parques industriales que no dominan las cadenas de valor con alto valor añadido, dependen cada vez más de los insumos importados, con los precios cotizados en dólares. Por lo tanto, los "industriales" saben que, en promedio, la inversión productiva, que genera empleo vivo, directo y regular, tiende a tomar alrededor de 10 a 12 meses para pagar.

Mientras tanto, la voraz cadena de capitalismo en la acumulación financiera quiere ver objetivos alcanzados cada 4 meses en promedio. Esto implica que, para la acumulación de los accionistas de control, accionistas mayoritarios y juntadirectiva en el anglicismo colonizado, la propia industria es un parque "industrial" (o un parque de importación de casas para llevar a cabo la fabricación de prefabricados) como institución intermediaria con las autoridades establecidas y capaz de ofrecer "garantías" (incluso con operaciones muy apalancadas) para convertir el proceso financiero.

Los efectos de la no protección de esta industria, "perezoso" ya que puede ser más que nefasto. En términos de sociedad, el empleo vivo industrial garantiza o puede garantizar empleos indirectos, como en las cadenas de sistemas alrededor de los parques automovilísticos. Pero si todo está desnacionalizado, si no hay un sector de autopartes incrustado en los fabricantes de automóviles, por ejemplo, la "fábrica" se convierte en una maquiladora como en el norte de México. Empleos precarios, abusos de mujeres y alta rotación de la fuerza de trabajo constituyen el tejido social "ideal" para el dominio de los cárteles mexicanos de la droga. No se equivoquen, con la excepción de Sinaloa, un estado con una agricultura próspera, los otros estados mexicanos con fuertes cárteles establecidos territorialmente también son casillas de maquiladoras que satisfacen el apetito voraz del TLCAN contra el que Donald Trump afirma hipócritamente querer estar en contra.

Otro problema grave en la fanfarria de liquidación del parque industrial y la transnacionalización de todos los sectores de una economía instalada es la complacencia, o el énfasis de la economía primaria - agro mineral - exportador como parte fundamental del país. Como hemos explicado en textos anteriores, en el capitalismo integrado, la simplificación de una economía es la certeza de su subordinación. Cuanto más compleja sea una economía, más capacidades tendrá y menos "expuesta" será a los ataques especulativos a los productos co-modificados (cuya composición de precios pasa por el comercio de mercado de futuros), y también a las acciones de otros centros de salida (como la disputa entre Arabia Saudita y Rusia en la producción de petróleo y derivados, por ejemplo). Sintéticamente traté de exponer sobre lo relevante que son dos afirmaciones en la economía de un país:
  • Tener industrias, porque aquellos que no tienen son rehenes de acciones de tipo sabotaje o guerra económica, tomando por ejemplo el bloqueo más largo como ejerció el Imperio contra Cuba o sanciones contra Irán alcanzando su capacidad médico-hospitalaria en el tratamiento de enfermedades crónicas; 
  • Tener estas industrias en terminadas con la complejidad económica necesaria para, al estar en el Sistema Internacional de economías capitalistas integradas (y en ellas se incluyen China, Rusia e India, a pesar de que en los dos primeros Estados el capital está subordinado al poder Ejecutivo tecno político-militar), no está determinado por conglomerados económico-financieros que controlan (aunque parcialmente) las cadenas de valor globales.


En este sentido, dos elementos implican una importante composición de dominio interno para proyectar el poder a escala mundial. Incluso los países que no tienen fuerzas militares pertinentes, o al menos no tienen una capacidad militar con una presencia global (como los EE.UU.), ascendentes (como China) o de importancia regional (como Rusia, la India y la Unión Europea), necesitan desarrollar empresas de empresas transnacionales, vinculadas a los bonos del Tesoro de los países de origen o al menos a los países de origen (ya que una parte importante de las empresas transnacionales tienen su sede formal en jurisdicciones especiales a través de sociedades financieras para la evasión, elusión y la imposición de divisas).
En la Segunda Guerra Mundial, Alemania Occidental (y luego el país unificado), Corea del Sur y Japón son ejemplos de cómo es posible diseñar y generar excedentes de poder dotando al capitalismo dentro de sus fronteras con cierto grado de cohesión social y apostando por la planificación para desarrollar industrias integradas de alta tecnología. Por lo tanto, el cuarto sector, la investigación y el desarrollo (I+D) es fundamental para la competencia capitalista global. Quien tiene el control, quién no tiene depende.

Aquellos que confían en tales conglomerados económicos y financieros pueden utilizarlos como elementos de presión externa o internalización de intereses, como la presencia de 5G bajo códigos fuente chinos que aterrorizan a la seguridad nacional de Estados Unidos, o las redes sociales ya conocidas que operan como un motor de "revoluciones de color" o maniobras electorales, como los acontecimientos que han ocurrido en América Latina en los últimos dos años. No habría Silicon Valley sin contratos del Pentágono. Es tan simple como eso. Pero nada impide la acumulación financiera a todas las escalas, disminuyendo el poder de los Estados no para el cogobierno de una economía, sino en los conflictos distributivos, haciendo que la captura del aparato estatal sea fundamental para aumentar la concentración de la riqueza y la asimetría de poder. Operando a favor de esta acumulación a escala mundial, tenemos los brazos largos del sistema financiero y la legislación favorable al capital volátil, la intensa y extrema movilidad del capital y la integración de sistemas de crédito bajo vigilancia electrónica permanente.

El uso y uso de jurisdicciones especiales - "paraísos fiscales" - offshore (en tesis, islas con regímenes legales distintos) o en tierra (como los estados de Nevada y Delaware en los Estados Unidos continentales) no es exclusivo para las personas jurídicas, sino también para las personas que alcanzan cifras considerables. Es como si para el patrón de riqueza actual es una ventaja estratégica en la acumulación utilizar todas las capacidades del sistema financiero, tanto formales bajo algún reglamento, como complementarios, como las empresas subsidiarias en "paraísos fiscales" (ya demostrados en artículos anteriores), así como las operaciones de riesgo y la banca en la sombra (todavía no abordado por mí).

Por lo tanto, la financieralización se convierte en el régimen estándar de acumulación de todos los que tienen fortunas financieras. Suena a redundancia, pero es el gobierno del poder del capitalismo mundial en el siglo XXI. No conozco grandes empresas que cotizan en bolsa, de cualquier país, que no cotizan financieramente o que no tienen la presencia de fondos de inversión en la participación. Resulta que este concepto de "inversión" también es común. Supuestamente, la inversión es arriesgada y se lleva a cabo en "capital productivo" y la aplicación es la línea D-D-D-D, está destinada a juegos de azar financieros, relaciones con poderes de facto, operaciones cortas, apalancamiento casi criminal y otra irresponsabilidad capitalista típico de comportamiento depredador.

Por lo tanto, para existir en el Sistema Internacional de manera soberana y con cierto grado de autodeterminación, un país del tamaño del Brasil no debe exponerse a tal grado de presencia dominante externa. Por ejemplo, permitiendo la presencia de capital transnacional en todos los sectores con participación en licitaciones públicas sin restricciones, desnacionalización del suelo y subsuelo, pérdida de la industria de la guerra, concentración del sistema financiero (empresas que "tal mercado de capitales"), no defender el capitalismo que sigue generando empleos vivos y directos practicados en Brasil, y aceptar la condición de exportador de materias primas o materias primas debilitada por determinaciones de precios externos (como la compra de china o la disputa de seguridad energética entre sauditas y rusos).

El caso de Petrobras después del golpe es ejemplar. El "misterio" de un país como el nuestro, nadando en petróleo y dotado de capacidad tecnológica para la exploración en grandes profundidades. He aquí, los accionistas minoritarios de la Bolsa de Valores de Nueva York (SEC) presentaron una demanda contra el estado brasileño y un país soberano acepta la decisión del primer tribunal federal de un tribunal de los Estados Unidos. Con esto, cambia la política de composición de precios de Petrobras, incluso con Brasil siendo soberano en extracción y casi autónomo en refinación. Los derivados del petróleo en Brasil están empezando a fluctuar bajo la presión especulativa del indicador Brent, una situación que no forma parte de la seguridad energética de los países productores, como Arabia Saudita y Rusia, por ejemplo, sino de los países compradores.

No sólo eso. Por determinación entreguista, los colonizados intentan desmantelar los complejos petroquímicos y tenemos refinerías con capacidad de inactividad (no operativa) y Brasil comprando aceite refinado. ¿Cuál es el punto? Si uno se proyecta en términos de estrategia económica, de desmantelamiento de lo que existe para ya no permitir políticas de soberanía o "más graves", de protagonismo popular, lo hizo bien. Es el gol chileno del golpe de Estado del 11 de 11 en América Latina en 1973. Desmantelar todo lo que permite la soberanía del territorio si el poder político pasa al pueblo organizado. En el caso de Chile, el flaqueante de Allende a parte (como la composición de un gabinete cívico-militar en agosto de 1973, con una parte de los ministros de "compañero presidente" terminando en la Junta Militar, incluido el propio Pinochet), el poder real se sacudió ante la autogestión de los cables industriales y los comandos comunales. Las fuerzas militares, las venganzas-patrias, gorilas comandados por el fascista Pinochet, operan como el brazo armado del neoliberalismo extremo, o ultraliberalismo, haciendo de cada día una distopía en tiempo real. 

Nada de lo que he nada nada es nuevo. Por el contrario, es de sentido común para aquellos que estudian con cierto grado de rigor tanto la economía política internacional como la globalización capitalista (reconozco que prefiero el concepto francófono de globalización). Tampoco las pretensiones de generar excedentes de poder son lo suficientemente fuertes como para generar sistemas productivos y sociedades más justos y solidarios. No se puede confiar ni siquiera en la milicada de la periferia y menos aún en el "patriotismo" de los capitanes de la industria. El gerente de negocios es un ejemplo de esto. En el Sistema Internacional, cuando partes de fracciones de clase con poder real, como la baronía financiera (también representada por Paulo Guedes) son una fuerza que genera más dependencia y entreguismo, es una señal oscura de que el mínimo de soberanía nacional nunca se logrará con esta composición. Lo contrario también es cierto.

Líneas concluyentes:
Reconozco que no abordé todos los temas relevantes en el desmantelamiento de la farsa diseñada por Paulo Guedes y su compañía de especuladores. El tema más importante hoy en día es poner fin a la farsa fiscal del fin del mundo basada en el PEC (tope de gasto), la absurda noción de que "el dinero puede terminar" y la mentira de que un país soberano puede irrumpir en su propia moneda. Es urgente debatir la Teoría Monetaria Moderna (MMT) y entrar en esta disputa sobre los más censurados de las agendas mediáticas: los editoriales de la economía siempre cautivan de los intereses parasitarios de especuladores, financieros, consultores, adivinadores con rostros y bocas sistemáticos y mentirosos que defecan teorías tóxicas de la ilusión basadas en la falsa premisa de la teoría neoclásica y otras excreciones. Le sugiero, implico, le ruego que lea las obras recientes de David Graeber y Yanis Varoufakis para desmantelar las mentiras. Textos posteriores a 2008 de lamentable globalización, como Joseph Stiglitz, Paul Krugman y Jeffery Sachs ilustran la panacea perforada defendida por el Imperio en la década de 1990.

Volviendo al desgobierno de Bolsonaro-Guedes, es importante entender mínimamente las facetas visibles de este proyecto distópico donde Brasil y sus capas populares se convierten en objetivos fáciles para el capitalismo en una posición más que depredadora. Las asimetrías entre las clases de una sociedad, entre países a escala mundial, también se producen entre empresas de diversas escalas y capitalismos (avanzados, tardíos, tardíos, periféricos y etc.).

Modernizar las ilusiones no han ido a ninguna parte más que a la capitulación, no se trata de eso. Se trata de entender el modelo pinochetista del "superministro" de la economía protofascista, una gran versión de la línea chilena y sus terribles consecuencias. Cuanto más más subordinados estemos a los centros externos de toma de decisiones (estos son estados, privados e incluso multilaterales como FMI y banco mundial), más frágiles seremos como pueblo y sociedad. Es esto, sumado a la posición interna a favor del capital en el conflicto distributivo, lo que es la "política económica" de Paulo Guedes. Es el capitalismo de desastres y se financia. Y sólo por eso debes ser detenido y derrotado tan pronto como sea posible.

Traducción al Español Por : Sylvia Ubal
blimarocha@gmail.com

martes, 12 de noviembre de 2019

Vecinos



 Por Oscar Bravo:

Desde el punto de vista de la geopolítica, se consideran a los llamados países vecinos, a todos aquellos que presentan fronteras comunes con tus límites geográficos…se convierten en los Estados que se encuentran “del otro lado” de tus fronteras, y representan a los espacios territoriales en el cual ya no puedes materializar tu ordenamiento jurídico interno, y es inaplicable tus competencias jurisdiccionales,  al formar parte de un sistema jurídico – político distinto,  a lo que legalmente, solo  puedes soberanamente hacer, desde tus fronteras, “hacia adentro”…



Hay un sentido interpretativo, que se evidencia desde “el donde vives y quienes viven cerca de ti”...para constatar toda una pragmática manera de ver la importancia estratégica del “sentido de la vecindad”, cuando se consideran frases tales como: “tu vecina y tu vecino, son tu familia más  cercana”…“llévatela bien con tus vecinos, tú no sabes cuando los puedes necesitar”…”el vecino es una especie de hermano circunstancial”…”si tienes un problema, tócale la puerta a tu vecino”…”es importante, de que sepas quienes son tus vecinos”…

Ahora, ¿qué sucede geográficamente como país?...que nos encontramos al norte del sur y somos la entrada a Suramérica, tenemos una fachada caribeña, una fachada andina y una fachada amazónica… ¿quiénes son los países vecinos más cercanos a Venezuela?: Brasil y Colombia, que en estos momentos de su historia política, tienen gobiernos inspirados ideológicamente en la ultraderecha y pro imperialistas, y en términos concretos, se consideran enemigos políticos del chavismo, y por lo tanto, no reconocen la legalidad y la constitucionalidad del Presidente Maduro…y por llevar la contraria a todo lo que olfatean como de izquierda, legitiman a un autoproclamado, que no fue electo por nadie, al no haber participado en ningún proceso electoral presidencial…

Bolsonaro y Duque, compiten entre ellos dos, para ganarse el dudoso honor de ser “el presidente más derechista de Suramérica” …ya que el jueves 7 de noviembre, en la Asamblea General de Las Naciones Unidas, 187 países votaron a favor del cese al criminal bloqueo de EEUU contra Cuba… ¿Que hicieron los vecinos?: Brasil fue uno de los tres países que votaron en contra y Colombia fue uno de los dos países que se abstuvieron…

Eso nos genera toda una paradójica reflexión desde lo geopolítico: tenemos dos aliados que territorialmente, están muy lejos de Venezuela, (Rusia y China) …pero a su vez, tenemos a dos enemigos declarados, que están muy cerca, (Brasil y Colombia) …

Politólogo.
bravisimo929@gmail.com

miércoles, 16 de octubre de 2019

Suramérica vive una nueva crisis en manos las derechas fascistas


Por Diego Olivera Evia:
Lenin Moreno un criminal del pueblo para favorecer al FMI
  
La nuevas crisis social y humanista ha creado en Suramérica, una nueva realidad en varios países de la región, creada por los acuerdos de un grupo denominado Grupo de Lima, impulsado por EEUU, a través del misógino presidente Donald Trump, que ha intentado ataques a Venezuela, Cuba, Nicaragua, como contra Bolivia, bajo su concepción del fascismo, encubierto en la nación área, creando efectos de un modelo neoliberal, impulsada por los fascistas de Brasil Bolsonaro, de Chile con un presidente derechista,  Sebastián Piñera, actualmente investigado por la justicia de esta nación, de la misma manera la derecha Colombia criminal, ha creado un estado de violencia y muerte, en lo indígenas, los luchadores sociales y ex guerrilleros, estos amnistiados, mientras grupos paramilitares libres de control, y la droga de los grupos autorizados por el estado colombiano, como el presidente Duque, incapaz al afirmar que la droga es el mayor ingreso de esta nación, importados a EEUU para una sociedad enferma.


 Los componentes social  del fascismo pretende ser interclasista y anti individualista: niega la existencia de los intereses de clase e intenta suprimir la lucha de clases con una política paternalista, de sindicato vertical y único en que tanto trabajadores como empresarios obedezcan las directrices superiores del gobierno, como en un ejército. Tal es el corporativismo italiano o el nacionalsindicalismo español.

El nacionalismo económico, con autarquía y dirección centralizada se adaptaron como en una economía de guerra a la coyuntura de salida en una crisis, en el marco del  proteccionismo autocrático de EEUU y mas ahora impulsado por el misógino

No obstante, no hubo en ningún sistema fascista ni planes quinquenales al estilo soviético, ni cuestionamiento de la propiedad privada siempre que cumpliera lo que el Estado dictaminara como «función social», ni alteraciones radicales del sistema capitalista convencional

Más allá de una, fuerte intervención del mercado favoreciendo determinadas áreas de las grandes empresas industriales. Estas características sirven como base a una crítica (de orientación tanto liberal como materialista) que resalta la conveniencia del fascismo para un sector importante de la burguesía, para lograr controlar una economía capitalista, con grupos de choque contra los movimientos alternativos, con propuestas  de modelos socialistas, como lo realizan en Brasil, Chile, Argentina, Perú, Colombia, y ahora Ecuador con Moreno un traidor, vinculado a la CIA, ahora demostrado por la presencia de grupos de EEUU (CIA), para protegerlos ante  huelgas, y los movimientos indígenas.

En ese sentido la misma OEA se han convertido en un hervidero de derechistas, donde el Secretario General Luis Almagro, hoy financiado por la CIA, como de la misma Bachelet  al servicio de la CIA,  traicionando  a los gobiernos alternativos, han creado un división en América latina a favor de EEUU y la Unión Europea (UE), creando un modelo de control y sanciones a Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y a las naciones del Caribe, creando una crisis y obligando a la misma a ser maniatados por Trump y su pandilla de asesinos de su gabinete.
Lenin Moreno un criminal del pueblo para favorecer al FMI
Al llamar a radicalizar las protestas contra el gobierno del presidente Lenín Moreno, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), advirtió ayer que esto no para hasta que el FMI (Fondo Monetario Internacional) se vaya del país, en momentos en que se reportó que a raíz de la represión murieron cinco civiles, entre ellos dos indígenas.

En un comunicado firmado por Jaime Vargas, presidente de la organización indígena, se convocó a la población a ir a la lucha, renovar fuerzas y sostener los bloqueos de vías, las tomas de gubernaturas y edificios públicos y realizar asambleas en todas las comunidades y alianzas con todos los sectores del pueblo.

Además, la Conaie consideró que el diálogo que plantea Lenin Moreno es una fantochada; aseguró que sólo negociará con la autoridad si se recuperan las subvenciones al combustible y cesa a los ministros de Gobierno, María Paula Romo, y al de Defensa, Oswaldo Jarrín, a quienes responsabilizó de la violencia desmedida de policías y militares durante las protestas iniciada desde el jueves de la semana pasada, y en particular las de antier.

Nada de diálogo con un gobierno asesino, hasta que se cumplan los mínimos requisitos, sostuvo la organización, que exigió la derogación del decreto que eliminó los subsidios a combustibles.
Al caer la noche, miles de personas continuaban en las calles en rechazo al paquetazo, a la violencia ejercida por las fuerzas del orden, y en demanda de la renuncia de Moreno.

El gobierno informó que, con la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Conferencia Episcopal de Ecuador, se reunió con representantes indígenas y sindicatos para llegar a acuerdos que permitan amortiguar el impacto de la subida del precio de la gasolina y el diésel en los sectores más vulnerables, si bien reiteró que no hay vuelta atrás en la eliminación de subsidios al combustible.
La ONU confirmó que apoya una serie de conversaciones preliminares con las autoridades y sectores de la sociedad civil para reducir las tensiones.

¡Lenin Moreno, con los indígenas no se juega; con la Connie no se juega, ¡carajo!, proclamó Vargas antes miles de personas en la Casa de Cultura, epicentro de las protestas de ayer.
Con la sangre de nuestros hermanos no vamos a negociar, no hay ningún negocio con este gobierno nefasto, mentiroso y ladrón, sentenció el dirigente.

La multitud concentrada en este punto recibió los cuerpos de dos indígenas –uno de ellos líder de la provincia andina de Cotopaxi, Inocencio Tucumbi– que murieron en los enfrentamientos durante el paro nacional de este miércoles. Al grito de ¡Moreno, asesino!, dolientes cargaron en hombros los ataúdes cubiertos con la bandera de Ecuador, desde la Avenida 12 de octubre, en su intersección con la calle Patria, hasta la Casa de la Cultura para velarlos.

El detonante de las protestas, que iniciaron hace una semana, fue un acuerdo de Moreno con el Fondo Monetario Internacional para acceder a préstamos por 4 mil 209 millones de dólares, a cambio del despido de miles de trabajadores y la eliminación de subsidios a los combustibles, vigentes desde hace 40 años, y que provocó aumentos hasta de 123 por ciento. Desde hace una semana, el galón (3.79 litros) de diésel, pasó de 1.03 a 2.30 dólares y el de gasolina regular de 1.85 a 2.40.

Tras la aplicación de la medida, el gobierno autorizó un incremento de 10 centavos de dólar en el pasaje del transporte público, suspendió el traslado de petróleo por el principal de sus dos oleoductos, y aseguró que la ocupación de varios pozos petroleros en la Amazonia ha tenido pérdidas por 12.8 millones de dólares, lo que representa 31 por ciento de su producción.

Moreno, quien trasladó la sede de gobierno a la ciudad de Guayaquil, respondió a los disturbios con un estado de excepción y un toque de queda parcial de las ocho de la noche a las cinco de la mañana, que se aplica en los alrededores de instalaciones gubernamentales clave y en edificios del Estado.

El mismo día del anuncio de las medidas, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas cuestionaba al Estado ecuatoriano sobre la adopción y el impacto del ajuste estructural propiciado por el FMI en el goce de los derechos humanos. Al día siguiente, de manera inusual, el Comité emitió un fuerte comunicado en el cual señala que la reducción de la institucionalidad y presupuestos del Estado a través de la implementación del acuerdo con el FMI son incompatibles con las obligaciones internacionales del Ecuador y afecta negativamente el goce de los derechos económicos y sociales.

(*) Periodista, politólogo y analista internacional
diegojolivera@gmail.com


miércoles, 25 de septiembre de 2019

La Amazonia en llamas…

Por Franklin Ledezma Candanedo (*)


INCENDIO POLÍTICO PRE FABRICADO CONTRA EVO MORALES 

EL «PACTO DE LETICIA  POR LA AMAZONIA» 



Foto satelital del 3 de setiembre, extraída de nota de prensa titulada «Incendios forestales en la Amazonía pueden afectar el clima mundial», publicada del 4/09/2019.

El pasado 6 de setiembre del 2019, reunidos en la localidad de Leticia, ubicada en la frontera de Colombia con Brasil y Perú, los representantes de siete Estados adoptaron un texto que decidieron titular «Pacto de Leticia por la Amazonía»

Esta reunión en Leticia se dio dos semanas después de una profunda crisis diplomática originada en la reacción tardía de Brasil en contener los fuegos en la Amazonía pese al llamado hecho por varios miembros de la comunidad internacional.

El texto adoptado en Leticia enumera varias obligaciones ya existentes para estos Estados en materia de cooperación, que derivan del mismo Tratado de Cooperación Amazónica suscrito en 1978, y de otros instrumentos adoptados en materia ambiental en el marco de Naciones Unidas.

CAUSAS REALES

Las llamas que  afectan  a la Chiquitanía, región ubicada al sur del país, fueron usadas por los opositores para criticar al presidente, transformándose en un incendio político prefabricado en contra de  la reelección del presidente Evo Morales, cuando sólo falta menos de un mes para la celebración de comicios que se realizarán el 20 de octubre.

Más allá de la catástrofe ambiental, Morales confía en que el balance de sus 13 años de gobierno será suficiente para convencer a los indecisos y ganar las elecciones el 20 de octubre, y es que el mismo tiene múltiples aspectos positivos, siendo el más importante la reducción de la pobreza lograda por el primer presidente indígena que ha tenido un país en el que conviven 36 pueblos originarios, y que durante décadas fue el más pobre de la región.

Desde que Morales comenzó a gobernar, la pobreza moderada disminuyó más de la mitad al pasar del 70,1% al 36,4%. La caída de la pobreza extrema fue todavía más drástica: del 37,7% al 17,1%. El crecimiento económico ha sido constante, con un promedio anual de 4,8%. La redistribución también avanzó y permitió que más de tres millones de bolivianos transitaran de la pobreza a la clase media. Es el país que registra los mejores y más sostenidos avances sociales de América Latina y la estabilidad política y económica ha sido el sello de los últimos años.

Morales, ex líder cocalero, también puede presumir algunos resultados de sus políticas en materia de narcotráfico en el país, que es el tercer productor mundial de cocaína. El presidente terminó con la represión a los campesinos (sus compañeros de lucha), elevó a nivel constitucional el respeto al uso ancestral de la hoja de coca, echó a la DEA del país y, a pesar de que dejó de recibir los millonarios fondos que Estados Unidos enviaba a cambio de imponer políticas, logró reducir en un 16 % el cultivo de hoja de coca.

En este incendio político prefabricado contra el compañero presidente boliviano,  nadie habla de la negra historia anti democrática que vivió el país durante 13 años, 8 meses y 16 días (5 de noviembre, 1964-21 de julio, 1978), período en el gobernó esa patria hermana una feroz dictadura militar, que cumplió directrices del imperio hegemónico y una clase político-mercantil corrupta.

Tampoco hacen referencia los detractores del presidente indígena, los numerosos gobiernos de facto que tuvo Bolivia en diferentes períodos (1978-1979, 1980-1981 (4), 1981-1982 (5).

Por su parte, expertos de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), se refirieron a la emergencia que aún persiste, de lo que se está perdiendo con los incendios forestales y de los intereses detrás de esta tragedia.

Cuando se les preguntó ¿por qué ocurrieron los incendios forestales este año?, respondieron que “son varios los factores. En primer lugar el 2019 ha sido uno de los años más calientes de la historia a nivel global, desde que se tiene registro. Además, por efectos del ciclo de los fenómenos El Niño y La Niña ha sido un año muy seco en la Amazonia y la Orinoquía, en el Pantanal y en el bosque chiquitano, entre otros lugares. Entonces, el cambio climático es un factor importante que está incidiendo en estas regiones donde se presentan seis meses de déficit hídrico, que además se está agudizando, pues los períodos de sequía son cada vez más extensos”.

Y aun así el torpe mandatario del imperio genocida, cree que el cambio climático es irreal y que quienes señalan la urgencia de adoptar medidas heroicas, sólo buscan afectar el crecimiento de esa potencia insaciable e intervencionista.

“Otra causa tiene que ver con procesos de apertura del bosque como consecuencia de nuevas colonizaciones, y de los empresarios, sobre todo brasileños, que presionan para ocupar el bosque y las áreas de sabana para la producción de ganado. Esto se presenta porque en Bolivia el costo de la tierra es mucho menor que en Brasil”.

Aseguraron que “las raíces más profundas tienen que ver con otros dos factores. Uno de ellos es una política electoralista. La zona rural del oriente de Bolivia está bastante despoblada con ciudades que no pasan de 30 000 o 40 000 habitantes, y la mayoría de la gente ha sido simpatizante de la Gobernación de Santa Cruz, una tendencia política contraria al Gobierno central”, que dirige el compañero presidente indígena Evo Morales Ayma.

Causas reales

En sus primeros 100 días, Jair Bolsonaro actuó con rapidez para quitarle autoridad a entidades ambientales de #Brasil. Críticos señalan que estas acciones benefician a hacendados y giran en torno de los intereses mineros y agroindustriales de la clase alta adinerada. https://es.mongabay.com//protecciones-ambientales-de-bras/

-              DEFORESTACIÓN SALVAJE QUE REALIZAN MERCENARIOS CAPITALISTAS, INCENTIVADOS POR LA BESTIA (666) GENOCIDA, EL APOYO DE GOBIERNOS SERVILES Y DE LAS CORPORACIONES MEDIÁTICAS DESINFORMADORAS.

-              DESPOJO DE LOS TERRITORIOS DE HERMANOS ORIGINARIOS, PARA LA INFAME EXPLOTACIÓN MERCANTIL, COMO LOS INCONSULTOS PROYECTOS DE NATURALEZA DIVERSA: MINAS A CIELO ABIERTO MORTALMENTE CONTAMINANTES, HIDROELÉCTRICAS EN SUS TIERRAS ANCESTRALES, FINCAS GANADERAS, PRODUCCIÓN AGROPECUARIA ACELERADA E INTENSIVA, A TRAVÉS DEL USO DE HERBICIDAS Y DE SEMILLAS GENÉTICAMENTE MODIFICADAS (ALIMENTOS TRANSGÉNICOS), QUE PRODUCE LA CRIMINAL EMPRESA MONSANTO.

-              LA FRACTURACIÓN HIDRÁULICA O ESTIMULACIÓN HIDRÁULICA, QUE CONSISTE EN UNA TÉCNICA PARA AUMENTAR LA EXTRACCIÓN DE GAS Y PETRÓLEO DEL SUBSUELO (Wilkipedia).

(*) El autor es fundador y directivo de la Asociación Americana de Periodistas Bolivarianos, Capítulo de Panamá, de la Red Bolivariana “Victoriano Lorenzo”, Héroe de la Revolución Libertaria, en Defensa de la Humanidad, de la Comisión Anti Bélica de Panamá, del Comité Panameño “Mar para Bolivia”, del Círculo Literario “León A. Soto” , miembro fundador y Vicepresidente del Círculo de Historiadores del área Metropolitana de Panamá y Periodista de opinión, agro ambiental y turístico, por el desarrollo sostenible de Panamá (Fraternal saludo y adelante, siempre adelante (indoame08) (22/09/19).

indoame08@gmail.com


martes, 3 de septiembre de 2019

¿QUO VADIS COLOMBIA?



Por Rodolfo Cortés Calderón:
La situación que vive Latinoamérica debe preocuparnos a todos y todas. Sin embargo, hay países en situaciones más graves. Veamos algunos casos. -Argentina: Cuando hace un par de años llegó al poder Mauricio Macri la situación económica y financiera del país era solvente, sin pretender querer decir que estaban en la gloria, sin embargo, los gobiernos anteriores habían asegurado un cierto respiro a sus conciudadanos y a las finanzas del país. A los pocos meses el actual gobierno neoliberal fue tan incapaz que se endeudó con el Fondo Monetario Internacional, FMI, con la enorme suma de 57,000 millones de dólares y a partir de hace unas semanas cayó en default o mejor dicho incapacidad para pagar sus deudas pendientes.


La pobreza se ha incrementado, la moneda se ha devaluado mucho y la inflación va in crescendo. Perú: Desde hace varias décadas este hermoso país incaico rico en cultura y bienes naturales ha sido saqueado por casi una decena de delincuentes que se hicieron llamar presidentes de la República, sin que el país pueda salir de esta sofocante crisis política. Desde Fujimori hasta Kuczynki este país vivió una horrenda pesadilla. Brasil: Este país carioca está más que castigado con un presidente, Jair Mesías Bolsonaro, que además de impopular es racista, mitógeno, homofóbico y pro yanqui apoyando a Donald Trump, el emperador de Estados Unidos opuesto al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

A pesar de que no tiene ni un año al frente del gobierno su impopularidad ha caído a menos del 50%.  Se señala a su gobierno de indiferencia por la quema de casi un millón de hectáreas en la Amazonía. Chile: Después de la dictadura pinochetista este país recuperó su economía, pero el neoliberalismo entronizado profundizó sus políticas con la presidenta socialista Michelle Bachelett donde las incumplidas promesas sociales en educación y seguridad social estuvieron ausentes en sus dos gobiernos “socialistas” que fueron una quimera. Guatemala: Este país casi está en la misma situación de Perú, con presidentes cada vez más corruptos a pesar de los ya enjuiciados. La CICIG que hizo un gran papel acompañando al pueblo guatemalteco en contra de la corrupción fue expulsada y clausurada hace unos meses. Recientemente han electo un nuevo gobierno conservador. Honduras: Un país que desde hace más de una década está en las manos del narcotráfico con presidentes golpistas, corruptos y dictatoriales: Micheletti Bain, Lobo Sosa y Hernández Alvarado.

Actualmente los nombres de Lobo Sosa y Hernández Alvarado están en el tapete de la mesa en una Corte de Manhattan, Nueva York, donde se investiga su hijo y hermano, respectivamente, por lavado y narcotráfico. México: Un bello país queriendo hacer de “tripas corazones” con un presidente, Andrés Manuel López Obrador, que ya casi da muestras, a pesar de sus buenas intenciones, de no poder vencer la corrupción, el saqueo y el crimen organizado que aporta casi el 20% del PIB.  Esto sólo por mencionar algunos pocos países.
La gravedad de Colombia
Pero lo hondamente preocupante es el caso de Colombia, la grande y bella Colombia, merecedora de mejor suerte.

Desde hace 55 años, este país ha vivido una guerra para algunos infecunda, aunque necesaria y justificada por los sectores populares agraviados. La FARC surgió como Bloque Guerrillero del Sur en 1964 y hasta la fecha desde su surgimiento han sacrificado sus vidas cerca de 200,000 personas. Este es el grupo insurgente más viejo de América.

Cuando el 04 de septiembre de 2012 los gobiernos de La Habana y Oslo, organizaciones mundiales, el Papa y otros personajes se unieron al clamor de paz propuesto entre la guerrilla y gobierno de Colombia, la humanidad entera sintió un gran alivio y alegría. La firma oficial del Acuerdo fue el 24 de noviembre de 2016 en Bogotá.
Pero todo esto de parte del gobierno de Colombia no fue más que un show mediático fomentado desde el imperio estadounidense y los intereses de los lobistas financieros mundiales de drogas y armas y sus mafiosos secuaces Uribe, Santos y Duque.

El 30 de agosto pasado algunos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército Popular, FARC-EP, dirigidos por Iván Márquez, “Jesús Santrich” y Hernán Darío Velásquez conocido como el “el paisa” en un comunicado grabado para la radio y televisión hicieron público un manifiesto donde informan sobre la reactivación del movimiento guerrillero de un grupo disidente del actual partido Fuerzas Armadas Revolucionarias del Común, FARC, reivindicando a Simón Bolívar y Pedro Antonio Marín (alias Manuel Marulanda Vélez) como sus líderes y manifestando que tendrán presencia en el área rural y urbana.

Entre las justificaciones que dan a su resurgimiento están: 1) No hay voluntad política del Estado colombiano para cumplir los acuerdos. “Hablan bonito, pero no cumplen”. Según ellos, sólo el 15% se han cumplido en dos años; 2) Los asesinatos de más de 150 guerrilleros desmovilizados y de más de 700 líderes sociales; 3) La falta de garantías jurídicas que han frenado el proceso de paz; 4) No ha habido un proceso de reforma agraria integral; 5) En vez de eliminar el paramilitarismo, los gobiernos de Santos y Duque lo han fortalecido y armado; 6) La visión fundamentalista de los gobiernos de Santos y Duque mató la paz; 7) El proyecto de paz sólo ha servido para fortalecer la derecha, mientras los sectores indígenas, campesinos y afrodescendientes han sido marginados; 8) Varios de los líderes del partido FARC no asumieron sus cargos por la violencia electoral y política de parte del gobierno.
Según Iván Márquez, principal líder, “la oligarquía aplica la ley del embudo, lo ancho para ellos y lo angosto para el pueblo”

CONCLUSIONES
¿Somos realmente los ciudadanos y ciudadanas de un país los que elegimos a nuestros gobernantes?  Si esto es así, entonces, ¿por qué varios de nuestros países tienen gobiernos tan tiranos, despóticos, corruptos y racistas como en Brasil, Argentina, Colombia, Honduras, etc.
¿Por qué si el grueso de la humanidad aspira a la paz en cualquier lugar del Orbe, los colombianos votaron en el plebiscito de 2017 en contra de los Acuerdos de Paz (¿50?7 NO contra 49.2 SI)? ¿Será por masoquismo o porque fue manipulada la elección?

Manifestamos nuestro repudio hacia los gobiernos neoliberales y conservadores que encabezaron Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos y el que dirige actualmente Iván Duque, que sin rubor o vergüenza firmaron el Acuerdo sólo para “dorarle la píldora” al pueblo y pretender engañar a la comunidad internacional. Si Juan Manuel Santos tuviera un poco de ética y dignidad devolvería el Nobel de la Paz 2016 que le fue entregado, sin ser merecedor.

No debemos olvidar que otro grupo insurgente antiguo el Ejército de Liberación Nacional, ELN, está fuertemente enfrentado aun al gobierno de Iván Duque y sus fuerzas represivas.
·Mientras la sociedad estadounidense, europea y de los emporios asiáticos de desarrollo consuman enormes cantidades de drogas, entre ellas cocaína, tanto las Fuerzas Armadas (Gobiernos) de los países en conflicto, como las Fuerzas Armadas Insurgentes se apoyarán en la cocaína y otras drogas para mantener sus dominios y luchas.

¡Estamos y le apostamos a la paz en justicia, desarrollo y bienestar de las personas y pueblos, sin exclusiones!
rcortescal@yahoo.es

sábado, 31 de agosto de 2019

Amazonas en llamas y ¿por casa cómo andamos?

Por Sergio Ortiz:

Jair Bolsonaro se incendia políticamente hablando

La región del Amazonas está plagada de incendios. El gobierno de Brasil, que alentó de hecho esa situación, está en crisis. ¿Por casa cómo andamos?
Agosto tuvo récord de incendios en la Amazonia de Brasil y en menor medida en la región colindante de Bolivia. Entre enero y el 21 de agosto de este año se han registrado 75.336 focos de incendio en Brasil, un 84% más que en el mismo periodo de 2018, según el Programa deQuemas  del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). Entre los más afectados, los estados de Rondonia y Acre.


Las estadísticas son de institutos oficiales brasileños, que vienen sufriendo limitaciones presupuestarias y vaciamiento de su personal porque al presidente Jair Bolsonaro, alias Bolsonazi, no le importa la cuestión ambiental.

Un documento del Ministerio Público Federal del 7 de agosto pasado y enviado al Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), alertaba que productores rurales iniciarían «quemas» en la región de Novo Progresso, en Pará. Los incendios apuntan a que esas hectáreas queden en condiciones de sembrar o ser aptos para la crianza de ganado. El gobierno brasileño no hizo caso de ese anuncio.
Los entendidos en la materia aseguran que esta ola de incendios no tiene por causa la sequedad del clima sino los desmontes y la acción predadora de los productores en contra del medio ambiente. El agrobusiness, bah.

Todas las miradas van hacia Bolsonaro porque venía planteando ampliar las fronteras agropecuarias en el Amazonas, con un discurso desarrollista habitual en estos casos.
Al exmilitar no le importa el medio ambiente. Es más, siguiendo el libreto de su amigo Donald Trump, está convencido que la causa ecologista es un asunto de «izquierdistas», al punto de deslizar la acusación, casi directa, que los incendios pudieron ser provocados por Organizaciones No Gubernamentales.
La ligazón del presidente de Brasil con el magnate que manda en la Casa Blanca no es antojadiza en esta temática. Una de las primeras medidas de política internacional que adoptó Trump fue el retiro de EE.UU. de los convenios sobre Cambio Climáticos firmados en 2015 en París por la abrumadora mayoría del mundo.

A la brutalidad neonazi no le importan los miles de especies de animales y plantas propias de la Amazonia, ni el impacto que su reducción y hasta desaparición pueden causar en el clima, las lluvias, la atmósfera y el nivel de los ríos del mayor pulmón verde del mundo.

A Bolsonazi no le interesa el medio ambiente. Y menos le importan los 305 pueblos indígenas que viven en esa zona. En su escala de valores, los indígenas ocupan el último lugar, junto con las mujeres, negros y homosexuales. «¡Que se quemen todos!», habrá pensado. Un problema menos.

Mucha hipocresía.
Frente a esos incendios, el oportunista presidente francés Emmanuel Macron, aprovechó la reunión en Biarritz del Grupo de los 7 países (G-7) más desarrollados sin contar a China ni a Rusia, para justificar su postura de no convalidar los acuerdos Mercosur-Unión Europea de junio pasado. Su crítica a Bolsonaro en este punto es justa, pero no tanto por las agresiones de Brasilia al medio ambiente. Macron teme que la producción brasileña agropecuaria pueda competir con ventaja contra los subsidiados productores franceses.
Bolsonaro es un neonazi, como Trump, pero Francia no tiene autoridad política ni moral para darle lecciones, vista su conducta depredadora en África, Medio Oriente e Indochina, en distintas épocas, sin olvidar su obra destructiva en Haití.

La oferta del G-7 de una ayuda de 20 millones de dólares fue en principio rechazada por el jefe de Gabinete Onyx Lorenzoni, y aceptada por Bolsonaro a condición que Macron retirara sus críticas. O sea, entraron en tira y afloje político, sin importar el drama del Amazonas.
 Evo Morales, en cambio, dijo que agradecía esa pequeñísima ayuda de Europa, que tenía la obligación de colaborar. El boliviano tiene derecho a decir internacionalmente lo suyo porque en política y por sus ancestros comprende muy bien la importancia de lo ambiental. Y coherente con eso estuvo colaborando en la lucha contra los incendios en el sudeste de Bolivia.

Otro que tenía mucha autoridad para hablar en esta crisis ambiental era Fidel Castro. Todavía se recuerda su intervención en la Cumbre de Eco-Río 1992, en Brasil, advirtiendo: «hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para el desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el Hombre».

¿Y por casa?
Los incendios del Amazonas han sensibilizado al mundo. Esa sensibilidad es diferente, según quién sufre. Cuando el incendio de la Catedral de Notre Dame, en abril pasado, en dos días se juntaron millones de euros para su reconstrucción. No ha sucedido lo mismo con los incendios en Brasil.
Hay gobernantes argentinos que se conduelen, falsamente. Mauricio Macri no puede alegar tristeza porque en abril pasado fue a Entre Ríos y defendió las fumigaciones, en contra del amparo judicial que habían interpuesto los pobladores fumigados. Un decreto del gobernador peronista Gustavo Bordet permitía fumigar hasta 100 metros de las escuelas y la Justicia estableció mil metros de distancia por tierra y tres mil por aire. Al presidente ese amparo le pareció «irresponsable» y perjudicial al trabajo.
Córdoba, provincia sojera por excelencia, viene desmontando a razón de 25.000 hectáreas por año. Le queda sólo el 5 por ciento de los bosques nativos de antaño. El glifosato, semillas transgénicas y Monsanto han envenenado la provincia, con un modelo sojero que, por otro lado, provoca inundaciones gravísimas como las de 2016.

Se ha perdido mucho tiempo desde el 12 de junio de 1992, cuando el líder cubano advirtió: «una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre». El resplandor del Amazonas alumbra dramáticamente su advertencia.
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