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viernes, 4 de enero de 2019

EN SU 60 ANIVERSARIO

Por Ernesto Wong Maestre:


El Triunfo de la Revolución Cubana
Los primeros diez días de transformaciones 

La revolución social en Cuba comenzó con el primer grito de independencia el 10 de octubre de 1868 dado por quienes con identidad propia se rebelaron contra el poder colonial despótico de España, y alcanzó una cima crucial, a los noventa años, al finalizar 1958 con la ofensiva rebelde sobre La Habana, centro del poder político, y la fuga hacia Santo Domingo, la madrugada del 1ro de enero de 1959, del dictador Fulgencio Batista quien pretendió dejar en reemplazo una junta militar como estrategia contrarrevolucionaria aprendida en la tenebrosa Escuela de las Américas de EE.UU (1).


En ese proceso socioeconómico y político de transformaciones que aún hoy prosigue, se puede identificar con nitidez, como han logrado interpretarlo así los pueblos del mundo en los últimos sesenta años, “el triunfo de la Revolución Cubana”, la que abrió en la isla caribeña “las grandes alamedas” para que su pueblo tuviera, pudiera y ejerciera su poder de transformación de las estructuras capitalistas comenzando, ante todo, derrocando a la dictadura militar proimperialista e instaurando en todos los espacios políticos de la Nación el poder popular liderado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, quien con sus virtudes, talento y valentía supo y pudo unir a las fuerzas antibatistianas organizadas en el Movimiento 26 de Julio(2), el Partido Socialista Popular (3) y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo (4), para poner fin al gobierno criminal que había asesinado  -a seis años del golpe de Estado de 1952 (5) y con la aprobación del gobierno estadounidense de Dwigth Eisenhower-   a veinte mil jóvenes  opuestos al régimen antidemocrático del “batistato”(6).

A sesenta años de ese primer gran “triunfo de la Revolución Cubana” su irredento pueblo, participativo y protagónico, hoy se apresta –liderado por Raúl Castro, primer Secretario del Partido Comunista y Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República-  a realizar el próximo 24 de febrero (7) el referendo nacional sobre la nueva Constitución (8) que ratifica el rumbo socialista y la dirección revolucionaria del Partido Comunista de Cuba (9), el cual está formado por los militantes que son elegidos, primeramente “Ejemplares” en asambleas abiertas de trabajadores o estudiantes, y después de manifestar la voluntariedad de ingreso y de un proceso integral de auscultación y verificación social, son aprobados como militantes por los ya miembros de ese partido que laboran o estudian con los aspirantes.

En las líneas anteriores se ha hecho referencia a lo que se pueden considerar las claves del triunfo revolucionario que se inicia con la alborada protagonizada por “los barbudos de la Sierra Maestra” y las fuerzas clandestinas organizadas en cada barrio de las ciudades y  pueblos, e incluso en muchos países de la región y del vecino del norte desde donde se apoyó financiera y comunicacionalmente al ejército fidelista de campesinos, obreros, profesionales e intelectuales, surgido desde el 2 de diciembre de 1956 (10), y que a solo dos años de formado derrotó militarmente al ejercito de la región mejor armado por EE.UU para así conquistar el poder.

En resumen, son claves del triunfo, ante todo:

a) la unidad de acción y pensamiento estratégico de las tres fuerzas revolucionarias M26-7, Directorio Revolucionario 13 de Marzo y PSP en todos los espacios de ciudadanía (11)  contra la dictadura;

b) el reconocimiento popular, como líder, del joven abogado Fidel Castro que desde la denuncia pública (12) contra Batista en 1952 y el asalto al cuartel militar de Santiago de Cuba (13) comenzó a ser reconocido como indiscutible dirigente de la revolución liberadora;

(c) el imaginario popular anti dictatorial logrado crear a través de las luchas y del pensamiento revolucionario de Carlos Manuel de Céspedes (14), José Martí (15), Julio Antonio Mella (16), Rubén Martínez Villena (17), Pablo de la Torriente Brau (18) Antonio Guiteras (19), Jesús Menéndez (20), Eduardo Chibás (21) y Fidel Castro (22), así como de sus fuentes filosóficas como Félix Varela (23), Carlos Marx (24), Vladimir Lenin (25),Fernando Ortiz (26), en torno y sustento de la identidad cubana, centrada en la rebeldía contra los imperios que la sojuzguen o traten de oprimir;

d) La incapacidad del Estado proimperialista y de su mentor del norte de derrotar a las fuerzas guerrilleras de las montañas y clandestinas de las ciudades bajo el mando de la dirección colectiva de la Sierra Maestra liderada por Fidel; y

e) las capacidades de transformación integrativas enfocada al socialismo comenzada a desarrollar por el Ejército Rebelde en las montañas orientales (27) e impulsada por el Estado y Gobierno Revolucionario desde que la alborada se hizo luz plena, en la mañana del nuevo año 1959 para crear una base de legitimidad revolucionaria, de estabilidad política y de construcción colectiva de nuevas expectativas emancipadoras.

Cinco claves que son síntesis de muchos otros componentes a desarrollarse más por la nueva época, iniciada ese magnánimo y maravilloso primero de enero cuando la población habanera despertó con las cornetas de los carros y los gritos de “se fue Batista”, “ganó Fidel”, “ganaron los barbudos”, “viva la revolución”, y también con la esperanza renovada de justicia revolucionaria ante un poder opresor y entreguista de las riquezas cubanas a los monopolios estadounidenses (28).

Diez primeros días estremeciendo estructuras

Los primeros diez días de enero marcarían sustancialmente el nuevo rumbo social tomado por Cuba y la nueva conciencia surgida en el pueblo, ante todo con la libertad de opinión de expresarla públicamente, sin el miedo a ser detenido, apaleado o asesinado por los esbirros del batistato, y la libertad para destruir, desde las primeras horas del 1ro de enero, toda la simbología de la tiranía, como fueron los carteles en toda la ciudad con el nombre del dictador, los parquímetros impuestos por su gobierno o las máquinas de juego que esquilmaban al trabajador. Esa fue la primera transformación subjetiva manifestada desde el primero de enero y a ella le seguirían los cambios de estructuras de poder.

En efecto, la primera indispensable fue la ocupación revolucionaria –en los primeros tres días- de los espacios de poder como fueron las estaciones de policía y cárceles donde se torturaban diariamente a jóvenes sospechosos de ser colaboradores de los “Mau Mau” (29) como despectivamente denominaba la prensa de la oligarquía a los guerrilleros de la Sierra Maestra. También las células del M26-7, del PSP o del movimiento 13 de marzo ocuparon los ministerios, instituciones públicas y cuarteles militares de las ciudades y campos. En estos últimos se destacaron los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba ocupado por la columna guerrillera dirigida por Raúl Castro, el de Columbia ocupado militarmente por tropas rebeldes dirigidas por el Comandante Camilo Cienfuegos y el cuartel de La Cabaña, ambos en La Habana, el que una vez controlado por los pelotones del comandante Che Guevara, sirvió de su puesto de mando.

Con el control de los órganos represivos fueron puestos en libertad, de las cárceles del Castillo del Príncipe de La Habana y del llamado Presidio Modelo de Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud) decenas de revolucionarios, algunos de ellos expedicionarios del Granma, como Jesús Montané, y otros profesionales como Armando Hart y Lionel Soto, que luego tuvieron altos cargos en el Gobierno Revolucionario. Tanto la prensa privada como la revolucionaria recién nacida pública, dieron cuenta de todo con plena libertad.

De inmediato, al control de los espacios institucionales le siguieron los nuevos nombramientos de autoridades bajo la consigna lanzada por Fidel desde la oriental ciudad de Santiago de Cuba: “Esta vez, por fortuna para Cuba, la Revolución llegará de verdad al poder”, toda una simbología expresiva de las anteriores frustraciones, como cuando la revolución del 30 “se fue abolina” (30).

En la misma noche del día 1ro, el mando de la Revolución proclama Presidente Provisional de la República al Dr. Manuel Urrutia Lleó, tal y como lo había decidido desde meses antes en razón de ser un profesional de honor demostrado en el juicio de 1953 a Fidel por el asalto al Cuartel Moncada (31).

Es interesante recordar que al segundo día del triunfo se vivió, por una parte, una paralización total del país debido a la convocatoria a huelga general que hace el Frente Obrero Nacional Unido (Fonu) siguiendo el llamado de Fidel para evitar el escamoteo del poder que buscaba la Junta Militar dirigida por el también general golpista Eulogio Cantillo y apoyada por la embajada estadounidense, mientras que por parte de la dirección revolucionaria se decide tomar el Palacio Presidencial, la Universidad de La Habana y la base militar aérea de San Antonio de los Baños. Con ese llamado y la respuesta tajante del pueblo se iniciaba con mayor fuerza una relación estrecha entre el máximo líder y la masa crítica del pueblo que comenzó a extender y profundizar las transformaciones revolucionarias.

En materia comunicacional, la primera decisión significativa en el panorama político por su poder de conducción-ejecución unida y persuasión fue publicar el 3 de enero el 1er número del órgano oficial del M26-7, “Revolución”, que años más tarde adoptaría el nombre de Granma y el 6 de enero el periódico “Hoy” del Partido Comunista. Adquirir el periódico Revolución o el diario Hoy significaba para el pueblo estar informados y alertados de la marcha del proceso de cambios, sus tareas primordiales y de las amenazas que ponían en peligro al poder revolucionario.

El mismo día 3 el Gobierno Provisional Revolucionario se ubica en la biblioteca de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba y es allí donde jura el primer Gabinete revolucionario en el cual Fidel Castro es designado por el presidente Urrutia como Comandante en Jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire, y desde donde, como gobierno nacional, comienza a impartirse órdenes ejecutivas, entre ellas el decreto de aprobación de la Ley Fundamental del Estado Cubano (32), la cual recoge los principales postulados constitucionales de 1940 así como la disolución del Congreso y la finalización de los poderes de gobernadores, alcaldes y concejales. Las estructuras político-jurídicas capitalistas comienzan a cambiar y el pueblo advierte la veracidad de los discursos de Fidel y de los líderes revolucionarios, sobre todo cuando la prensa informa, tan pronto como el día 5 de enero, que se habían apresado cuatrocientos oficiales sanguinarios y más de mil colaboradores batistianos acusados de criminales, soplones o torturadores, es decir, los paramilitares de esa época.

En el plano exterior, valga recordar que el primer gobierno en reconocer al Gobierno Revolucionario de Cuba es el de Venezuela el día 6 de enero. Ese gobierno había surgido de una época revolucionaria y de negociaciones en las cúpulas dominantes venezolanas pero que debía guardar apariencias revolucionarias hasta consolidarse para poder excluir definitivamente del poder del Estado y gobierno a las fuerzas radicales incluidas en la Junta Patriótica anti dictatorial, lo cual ocurrió con el llamado Pacto de Punto Fijo (33) del 31 de octubre de 1958 firmado por partidos de tendencia predominante anticomunista. 

En el reconocimiento al nuevo Gobierno de Cuba le siguieron los gobiernos de catorce países latinoamericanos, el de los Estados Unidos, el de la República Árabe Unida (Egipto-Siria) y de otros países europeos y asiáticos.

Pero ya desde esos días las acostumbradas declaraciones injerencistas de los gobernantes estadounidenses comenzaron a causar necesidades de reafirmación soberanas dado el incipiente desenlace en los más altos poderes del Estado y el mismo día 6 de enero en una entrevista de prensa el máximo líder cubano, Fidel Castro calificó de “innecesaria” e “intolerable” la presencia de una misión militar de EE.UU en Cuba, sobre todo por el papel desempeñado antes por el funcionario Summer Welles (34) en el desenlace fatal de la revolución del 30.

Mientras ello ocurría en las relaciones internacionales, veinticuatro horas después, el recién creado Consejo de Ministros decide acordar una primera reforma de la Constitución de 1940 considerada como la más avanzada pero obstaculizadora de los cambios necesarios en los poderes judicial, fiscal, electoral y financiero. Ello permitió congelar todas las operaciones bancarias de personeros de Batista y de sus colaboradores con el fin de evitar fraudes a la Nación y al mismo tiempo comenzar a depurar los poderes del Estado, siempre bajo el control y liderazgo del Comandante en Jefe quien el día 8 de enero entra victorioso en La Habana acompañado de cientos de miles de cubanas y cubanos que le rinden homenaje por todo el recorrido desde Santiago de Cuba, “Cuna de la Revolución”, hasta el principal cuartel militar de la capital cubana que desde días atrás estaba comandado por Camilo Cienfuegos y estaba inundado de pueblo vitoreante y de “barbudos” armados.

La nota especial de esa jornada revolucionaria la escribió Fidel con su paradigmático discurso transformador y enfocado al socialismo, pero sin mencionarlo lo cual puede constatarse en los objetivos expuestos, sus estrategias y en las alertas antimperialistas que revela a la Nación en un acto que fue transmitido por radio y televisión a todo el pueblo. Fue allí donde el significante discursivo de modestia y humildad de Fidel comenzó a causar emociones y reflexiones sobre aquella famosa frase pregunta hecha por el líder ¿Voy bien Camilo? lanzada en un momento fundacional revolucionario y por primera vez ante una concentración de pueblo expectante. Fue sugestiva porque Fidel era ya un destacado abogado y Comandante en Jefe de todas las fuerzas y Camilo, aunque era comandante guerrillero y Jefe de las Tropas de La Habana designado por Fidel, provenía de la clase obrera como ayudante de una sastrería. Tal acontecimiento que después se repetiría en otros discursos de Fidel fue otro elemento subjetivo que fortaleció la confianza popular en su líder al constatar el pueblo su identificación con sus líderes acompañantes, lo cual da sentido de unidad en el liderazgo.

Pero la idea más cautivante expresada ese 8 de enero fue cuando hizo referencia a la relación del liderazgo con el pueblo, ese que ya desde su defensa en el juicio por el asalto al cuartel Moncada, lo había definido y descrito con nitidez (35). En esta ocasión expresó como jefe militar:

“prefiero al pueblo que, a todas las columnas armadas juntas, les digo que lo primero que haré siempre, cuando vea en peligro la Revolución, es llamar al pueblo.  Porque hablándole al pueblo nos podemos ahorrar sangre; porque aquí, antes de tirar un tiro, hay que llamar mil veces al pueblo y hablarle al pueblo para que el pueblo, sin tiros, resuelva los problemas” (36).

Inmediatamente después de ese histórico discurso de Fidel, de la amplia movilización popular acompañante y de la repercusión ocasionada en la opinión pública nacional, el movimiento obrero organizado en el FONU convoca –al dia siguiente- a formar brigadas de trabajo voluntario para emprender la reconstrucción del país ante el abandono y el deterioro causado por la administración batistiana, y exhorta a mantener la férrea unidad necesaria de toda la clase obrera para llevar a cabo las transformaciones y consolidar la Revolución Cubana.

A partir de este mismo décimo día de enero la política exterior de EE. UU comenzó a prevenir y planear nuevas estrategias, comenzando por el cambio de su embajador en la Isla, Earl T. Smith, quien fue un furibundo protector de Batista y funcionario rechazado por las fuerzas revolucionarias y su gobierno fidelista. A su sucesor, Phillip W. Bonsal, le correspondería acrecentar las acciones para desestabilizar al Gobierno Revolucionario y dos años después, ser el último embajador estadounidense en Cuba debido al rompimiento de relaciones diplomáticas decidido por la Casa Blanca (37).       

Dado ese ejemplo rebelde para América Latina de independencia, autodeterminación y soberanía de la Revolución Cubana, el gobierno de EEUU confabulado con el dictador dominicano Leónidas Trujillo comienza a ejecutar un plan contrarrevolucionario para evitar que la ola de solidaridad con “los barbudos de la Sierra” se convirtiera en movimientos políticos exitosos en otros países de América Latina. Es así como desde las embajadas estadounidenses comienzan a impulsar y lograr en los siguientes años varios asesinatos políticos de figuras no aceptadas por EE. UU y golpes de Estado en diferentes países latinoamericanos de parte de altos oficiales formados en la Escuela de las Américas, siendo los más relevantes el de Argentina contra el presidente Arturo Frondizi en 1962, el de Brasil contra Joao Goulart y el de Bolivia contra Víctor Paz Estensoro, ambos en 1964.

Apuntes sobre los significados del triunfo de la Revolución Cubana

Después de sesenta años de aquellos acontecimientos fundacionales de la primera  revolución socialista en América Latina y el Caribe, pudieran definirse varios de los significados producidos por el triunfo de la Revolución Cubana, desde las perspectivas geográficas nacional, regional y global, y sobre la base de la filosofía de la emancipación que reconoce el papel de la subjetividad comprendida “como proceso concreto de construir significados” que “permite pensar que el proceso de construcción de significados concretos es el de construcción de configuraciones para la situación concreta a partir de los códigos de la cultura”, entendida esta “como códigos objetivados para dar sentido”(38). 

Para el pueblo cubano, el triunfo de su revolución significó un empoderamiento mayor para decidir su destino y trazar sus propios objetivos, al poder vencer a un gobierno represivo y criminal que se instauró con el golpe de Estado de 1952 y que en la historia anterior también había ejercido el poder para frenar cambios sociales demandados por el pueblo. Por ello fue también una esperanza de poder tener un gobierno popular, ansiado desde los años 30 y siempre frustrado por el dictador que precisamente acababa de ser derrotado.

En tal sentido, el triunfo del 1ro de enero constituyó una gran motivación nacional para elevar la autoestima e identidad rebelde y antiimperialista semejante a la de los independentistas que lucharon contra España. Tanto que las primeras concentraciones con Fidel, los campesinos llegaban a La Habana a caballo con el mismo tipo de ropa, machetes a la cintura y sombrero que el usado por los mambises (39).

Para las fuerzas revolucionarias de América Latina y El Caribe, el triunfo de la Revolución Cubana significó una muestra fehaciente de poder popular emancipador y de que se podía vencer a un ejército bien armado si el pueblo lograba unirse bajo un liderazgo motivador, talentoso y eficaz. También constituyó una confirmación del ideal revolucionario y de la vía armada para deponer gobiernos dictatoriales o altamente represivos de los que abundaban para esa época en América Latina, como los de la familia Somoza en Nicaragua, el de Maximiliano Hernández en El Salvador, Oswaldo López Arellano en Honduras, Ydigoras Fuentes o Peralta Azurdia en Guatemala, Lleras Camargo o León Valencia en Colombia, Julio Arosemena o Ramón Castro Jijón en Ecuador, Rómulo Betancourt en Venezuela, Víctor Paz Estenssoro en Bolivia, Arturo Frondizi, José María Guido o Juan Carlos Onganía en Argentina,  Castelo Branco en Brasil, Alfredo Stroessner en Paraguay, Marco Aurelio Robles en Panamá, Díaz Ordaz en México, Joaquín Balaguer en República Dominicana, entre otros. En muchos de estos países, en particular donde no había ni democracia representativa, proliferaron los proyectos guerrilleros o las rebeliones militares para la toma del poder como ocurrió en Panamá con el general Omar Torrijos, Bolivia con el general Juan José Torres o Perú con el general Velazco Alvarado pero solo en Nicaragua hasta 1979 fue que el Frente Sandinista de Liberación Nacional logró derrotar militarmente al ejército de la dictadura somocista.

No obstante, las fuerzas progresistas latinoamericanas y caribeñas, y de todo el mundo del sur se han mantenido durante sesenta años muy motivadas por seguir de cerca el desarrollo del proceso revolucionario cubano, y tomaron expresión de gobierno desde que Cuba en septiembre de 1961 compartió con otros 25 países la fundación del Movimiento de Países No Alineados mientras que en esta región se comenzó a romper -a mediados de los setenta- el aislamiento latinoamericano a Cuba ordenado desde la Casa Blanca por John F. Kennedy diez años atrás y que vino a expresarse con mayor fuerza durante el gobierno de Mel Zelaya, en la reunión de la OEA de Tegucigalpa, cuando la comunidad latinoamericana pidió a Cuba reingresar al organismo hemisférico. Pero quienes siempre mantuvieron su cercanía con la Revolución Cubana fueron los pueblos lo cual hoy tiene su significado en la avalancha de turistas de la región hacia Cuba o en el apoyo logrado por Cuba en la Asamblea General de la ONU para eliminar el bloqueo de EE. UU contra el pueblo cubano.

El triunfo de la Revolución Cubana tuvo un significado geopolítico y social para el mundo socialista de la época constituido por la URSS, República Popular China, República Democrática Alemana, Hungría, Polonia, Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria, Yugoslavia, Albania, Vietnam del Norte, República Democrática de Corea, Mongolia, y también fue un ejemplo para muchos pueblos de África y Asia que luchaban contra el colonialismo o contra gobiernos represivos y dictatoriales.

En particular, Cuba revolucionaria fue el país indispensable para convertir al naciente movimiento afroasiático de Bandung, 1955, apoyado después por Yugoslavia, en el movimiento mundial de Países No Alineados, lo cual se concretó en las reuniones de 1960 en la ONU, con Fidel, de Ahmed Sukarno de Indonesia, Gamal Abdel Nasser de Egipto, Kwame Nkrumah de Ghana, Joseph Broz Tito de Yugoslavia y Jawaharlal Nehru de la India, los llamados Cinco Grandes de los No Alineados que representaban cada uno a regiones de poder estatal, ante todo, anticolonial y simpatizantes de la URSS (40). 

Al surgir Cuba con su revolución social antiimperialista desde su inicio y a noventa millas de EE.UU, ello significó un cambio de la correlación internacional de fuerzas entre el capitalismo y el socialismo, marcado por la posibilidad de una potencia mundial como la URSS y de un gobierno soberano como el de Cuba de entablar negociaciones mutuamente beneficiosas que garantizaran la defensa exitosa de la Isla ante la inminente agresión armada de EE.UU y la propia defensa de la URSS ante una agresión de la OTAN (41).

También, la victoria del 1ro de enero significó una confirmación del ideal antiimperialista y de la potencia propia que tienen los pueblos de vencer cuando tienen líder querido por el pueblo y se organizan las fuerzas nacionales para la defensa de la Patria. Ello abrió una posibilidad mayor de debilitar al sistema imperialista, participando Cuba en la liberación de pueblos del colonialismo y que se convirtió en realidad cuando el líder cubano apoyó de forma determinante la independencia y defensa de Angola (1975-1988) con la llamada Operación Carlota (42) y la independencia de Namibia (43) hasta su victoria final en 1990, así como la liberación de Nelson Mandela en 1990 quien tres años después se convirtió en el primer presidente negro de Suráfrica (44) y comenzó a desestructurar el sistema del apartheid.

La clarinada revolucionaria culminada el 1ro de enero en Cuba se constituyó en un faro o símbolo de libertad y antiimperialismo porque ninguno de los doce gobiernos de EE. UU pudo derrotar la Revolución Cubana que hoy presta asistencia técnica solidaria con más de 130 mil hombres y mujeres entre médicos, personal técnico y profesional de otras ramas, laborando arduamente en 76 países y ayudando a otros pueblos a ser más libres e independientes. Y año tras año muestra al mundo su hidalguía solidaria e internacionalista y la comunidad mundial la apoya en el sistema de ONU para que se elimine el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE. UU desde hace medio siglo contra el pueblo cubano que siempre está “en marcha con Fidel”.
wongmaestre@gmail.com

viernes, 9 de noviembre de 2018

La lucha de los pueblos ya no sólo es contra el imperio, sino contra la mentira


Por Rolando Prudencio Briancon:
Época épica aquella cuando el Che Guevara les legaba esa lección de integridad y valentía a sus hijos diciéndoles que tengan la capacidad de sentir en lo más profundo cualquier injusticia que se cometa contra cualquier persona en cualquier parte del mundo. Es más en Che recordaba que el deber más sagrado de todo revolucionario es luchar contra el imperialismo.


Hoy que el mundo ha mutado hacia otros enajenantes escenarios en los que la comunicación se ha convertido en el arma más poderosa apara controlar las mentes, dado el universalizado uso del sofisticado soporte tecnológico de las Redes Sociales, como la mensajería de wattsap, y otras aplicaciones que permite una comunicación constante en las; a la vez son las MENTIRAS las que permiten a los poderes hegemónicos ejercer con mayor eficacia su poderío., es que los pueblos no podemos dejar que nos desnaturalicen la esencia de enfrentar al poder.

Esa es la razón por la que también no es casual que en estos tiempos de tórrido y asfixiante uso de estas nuevas tecnologías de la comunicación, paralelamente se han puesto de moda el montaje, el trucaje, el falseamiento de la realidad, a partir de intencionalmente inducir a la imaginación a creer que las informaciones, las noticias que se las genera en base a la emotividad, la afectividad, sentimiento de las personas, son la verdad, por lo que las mismas tienen un altísimo grado de credibilidad, dado que se originan precisamente en la propia sensorial subjetividad de cada persona.

Por tanto no es casual que en estos tiempos -no sólo son de Cambios sociales- del frenesí en el uso de las redes sociales, se hayan vuelto a enajenar las mentes -lo que el capitalismo hace desde que es capitalismo- de la juventud, la que por definición es el motor transformador del cambio social, es que hoy haya terminado atrapada en las redes sociales.

Pero como cantaba la zurda quién dijo que todo está perdido, y la tarea es para todos; no sólo para la juventud por rescatar la verdad, sino para quienes creemos que además la lucha contra el imperialismo sigue, y nosotros seguiremos en pie hasta el último aliento que nos quede. Vale decir que la lucha es por doble partida; contra las mentiras, y el imperialismo que las fabrica.

Claro que no en vano hay ese rebelde refrán que dice: El mejor acero se funde a más fuego. Así que hoy los jóvenes y quienes seguimos de pie tenemos nuestra prueba de fuego, y es luchar hasta la victoria final.
 prudenprusiano@gmail.com

martes, 16 de octubre de 2018

Un hombre al que llamaba “el Che”


 Por Pedro Castellano:
El 14 de junio de 1.928 en Rosario Argentina nació ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA, conocido mundialmente como el “Che Guevara”, político, escritor, periodista, médico e insigne luchador por la libertad de los pueblos latinoamericanos, se convirtió en Cuba en un héroe nacional, conjuntamente con los comandantes Fidel Castro Ruth y su hermano Raúl, reconocido por ese pueblo como hijo ilustre y en febrero de 1.959 el Presidente de Cuba para el entonces Manuel Urrutia lo declaró Ciudadano Cubano por Nacimiento.

Como ciudadano cubano desempeñó innumerables cargos dentro del Gobierno Revolucionario, luchó en África por la libertad de la República Democrática del Congo.
En 1.965, teniendo 37 años, viaja a Bolivia cuyo objetivo fue llevar una revolución liberadora y en encarnizados combates en la Quebrada del Churo es herido en la pierna izquierda y detenido.  Fue trasladado al poblado de la Higuera.  El Sargento Mario Terán comisionado por su comandante y éste a su vez por el Presidente Barrientos en dos ráfagas de ametralladora quita miserablemente la vida al Che, destruyendo un sueño y una idea.  El deceso se produjo a la una y diez minutos de la tarde (1:10 pm) del 09 de octubre de 1.967, tenía 39 años y 3 meses de fecunda vida.

Curiosamente, en el 2007, médicos cubanos, en el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia le devolvieron la vista a Mario Terán; la noticia fue informada por el periódico oficial cubano Granma.
Se puede decir, la muerte del Che dejó viva en el pueblo boliviano la idea de libertad que el Presidente Evo Morales Ayma finalmente capitaliza.

El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia debe considerar el esfuerzo que el Che sembró en su pueblo, preñándolos con el virus de la libertad cuya llama se extendió por todos los poblados dejando hoy en la presidencia un gobierno que cambia la terrible situación en la que estaba sumida por los anteriores gobiernos vendidos a EE.UU.
Bolivia fue considerada por el Libertador Simón Bolívar como su hija predilecta y escogida por el Che para iniciar el proceso libertario de los pueblos de Latino América.

Con todo respeto, sugiero al Presidente Morales, salvo mejor criterio, la posibilidad de conceder a nuestro inmortal Ernesto “Che” Guevara la ciudadanía Boliviana, Post Mortem, por Nacimiento.  Y, que esta, a su vez, sirva de ejemplo a todas las naciones de Suramérica y Centroamérica para otorgarle, Post Mortem, la nacionalidad por nacimiento.
Y, que sea éste el modelo para que a los hijos por nacimiento en Latinoamérica les sea concedido un solo Carnet de Identidad y un solo Pasaporte, es decir, una sola nacionalidad concedida por la Nación Latinoamericana.

pedrohernandezcastellanos3546@gmail.com

sábado, 25 de agosto de 2018

Si la izquierda se forja en la adversidad que la derecha recupere terreno no debe asustarnos


Por Rolando Prudencio Briancon:

Nunca a la izquierda se le ha regalado nada, pues va contra su misma épica esencia, que no es sino -en el sentido puro de ser de un izquierdista auténtico- darse, entregarse a los demás, como lo hizo un verdadero izquierdista y revolucionario como el Che Guevara. Es en ese severo, y hasta religioso sentido que la mística misión de un izquierdista, no sólo es darse a los demás sin esperar recompensa alguna, pues la lucha por el ideal de mayor igualdad dentro la sociedad, no espera recompensa alguna por ello. Pero algo más que caracteriza radicalmente a un auténtico izquierdista, es rehacerse de sus fracasos en la adversidad. Así que si un izquierdista no comprende esta verdad, no se entiende así mismo, no entiende cuál es su esencia, por lo que no se podría asumir como izquierdista.

Eso fue lo que ocurrió en la década de los 90, cuando a partir del triunfalista y altanero anuncio de Fukuyama -y toda la corriente de entusiastas defensores del libre mercado- del “Fin de la Historia”, la derecha pensó que se había arrasado con todo vestigio -excepto Cuba: la indómita- que pudiesen representar los ideales de izquierda, y que al paso triunfal de los gobiernos de derecha, había que tenderle alfombra roja. Sí tan roja como el color de los ideales de izquierdas, que había que pasar y repasar por encima de ellos para que los “izquierdosos” no levanten cabeza nunca.

Pero la izquierda está hecha no sólo para resistir en la adversidad; sino para hacerse del poder, como ocurrió en este nuevo siglo con gobiernos de izquierda -progresistas con prejuicios le dicen- como son los casos de: Chávez,  Evo Morales, Correa, Cristina, Dilma, Lula, Mujica. Es en ese sentido que hoy que en el Continente las corrientes reaccionarias se han hecho del poder, en alguno casos por la vía democrática -Macri en la Argentina- o a través de acciones desleales, como el caso de Lenin Moreno en el Ecuador o Michael Temer en el Brasil, quienes valiéndose de figuras jurídicas forzadas se ha hecho del poder; pero además para implementar políticas reaccionarias al ideario de izquierda, obedeciendo las ordenes de Washington.

Ciertamente que hay una sensación -nada más que eso- de frustración en algunos izquierdistas intimidados por sus propios temores por lo que está pasando en la región por la regresión política que se ha producido a partir de que las fuerzas de derecha han ganado terreno en el campo político -que es un escenario en permanente disputa- que ha cundido un temor de que la derecha vuelva campear; pero no por esos izquierdistas que no forjaron su espíritu en la lucha, debemos ser derrotistas, porque de ser así estaríamos traicionando lo que nos distingue, que no es sino rehacernos en la adversidad.
prudenprusiano@gmail.com

martes, 19 de septiembre de 2017

El ser humano debe ser el eje de una sociedad socialista

Por Diego Olivera Evia:

Algunas reflexiones sobre el socialismo.

La idea de una sociedad de igualdad y solidaridad, surgió en el marco de muchos pensadores revolucionarios, desde las primeras nociones humanistas de Jacobo Rousseau, sobre el tema de la desigual y su propuesta de contrato social, tratando de dar una explicación a las diferencias entre los hombres, como condenar el poder de las clases económicas. De esa misma manera la Revolución Francesa, en su primeras declaraciones, clamaba una vía humanista, al acuñar su filosofía de “igualdad, fraternidad y solidaridad” en la sociedad francesa de la época., posteriormente fue ahogada por el incipiente desarrollo de la clase burguesa.


La revolución industrial en Inglaterra, generó nuevas formas de industrialización, con maquinarias de vapor, con energía eléctrica, para organizar talleres y fábricas, dando origen a una clase social económica la burguesía, que sustituía en el poder a los nobles y los señores feudales (terratenientes). También en ese contexto surgía,  un nuevo sujeto laboral, el obrero asalariado, denominado en su época siglo IXX proletario (de prole, referido a la participación de familias en estas industrias o talleres), de la misma manera, la explotación de las minas, genero el sector de los mineros, los cuales extraían los minerales para la industrialización.

Las nuevas formas de producción industriales condenaban a la explotación y al hambre a los trabajadores.

En ese marco de una nueva forma de explotación, donde los obreros trabajaban por salarios miserables, en extenuadas jornadas de trabajo, que costaban la vida, por la ausencia de normas de seguridad, como de salubridad, como la falta de una alimentación adecuada. Surgen pensadores, conocidos hoy como socialistas utópicos, Robert Owen fue la figura más notable de los pensadores ingleses, se preocupaba por mejorar las condiciones de los obreros,  trató de llevar a la práctica sus ideas sobre la organización del trabajo y la distribución de la riqueza, estableciendo el seguro social, bibliotecas, escuelas para niños y adultos, y otras prestaciones para los obreros, en una comunidad que llamó New Harmony.

El pensador francés Charles Fourier creo El "phalanstère" o "falansterio" (pequeñas comunidades de hombres y mujeres en los que cada uno elegía su trabajo, en algunos países llegaron a funcionar, pero muchos fracasaron), otros como Saint Símon, abundaron en ideas de comunidades humanas, pero las mismas sucumbían ante el arrollador crecimiento, de una burguesía industrializada, que conquisto el poder en toda Europa y EEUU.

El legado del pensamiento humanista, sucumbía ante una poderosa nueva ideología el capitalismo, donde el ser humano se transformaba en un engranaje más de la industria o los servicios, la explotación y la falta de una conciencia de los obreros, por comprender el nuevo fenómeno de la explotación.

Surge en la mitad del siglo IXX el concepto del socialismo como forma de sociedad.

En esa realidad económica y política que surge, el pensamiento y la filosofía de Karl Marx, como otros pensadores socialistas, sus definiciones económicas y la investigación de las leyes de la dialéctica en el proceso social e histórico, revolucionan la mitad del siglo IXX. Su llamamiento a los trabajadores a organizarse, para defender su derechos, lo transforman en el eje revolucionario, de la Comuna de Paris, su constantes trabajos en revistas, que el mismo dirigía, fueron censurados en Francia y Alemania.

Marx nunca acepto el apodo del padre del marxismo, desestimo en vida una apología a su persona, no se consideraba de ningún modo el fundador del socialismo ni despreciaba a los pensadores anteriores, como puede comprobarse en la siguiente cita: “En cuanto a mí, no me cabe el mérito de haber descubierto ni la existencia de las clases en la sociedad moderna ni en su lucha entre sí”.

El gran aporte económico fue definir en el concepto de plusvalía,  la explotación de los trabajadores, al demostrar que la ganancia del capitalista, no estaba en la venta de la mercancía, sino, en la apropiación del valor real del trabajo, que encerraba cada una de ellas, al pagar menos la fuerza laboral, le quedaba su ganancia, la cual encubría como costo de producción.

Marx en sus estudios, profundizo sobre la historia, trato de sintetizar los mejores aportes del pensamiento humano, desde la antigua Grecia con sus importantes filósofos, como las corrientes humanistas y los pensadores del socialismo utópico. Sobre sus trabajos manifestó “que eran un síntesis de la filosofía y del pensamiento de la humanidad en la historia”

El breve esbozo de algunas ideas humanistas y socialistas dan el marco a algunas reflexiones.

La principal es la vigencia del socialismo, como única alternativa al capitalismo, pero esta definición nos hace reflexionar, sobre como es el socialismo que queremos, las experiencias del siglo XX, no han demostrado, que un modelo vertical de sociedad, donde la concentración de las decisiones, está en pocas manos, nos aleja al sentido de una verdadera participación social, en las decisiones de nuestra sociedad. 

Esto no implica que no haya una organización del estado socialista, ni un partido socialista, los cuales,  son instrumentos imprescindibles en la construcción de la nueva sociedad, pero debemos dotar a todas estas instancias, de un verdadero sentido democrático socialista, de una verdadera integración de los sectores sociales, en las decisiones políticas, económicas, como en los servicios.

El fracaso del socialismo verdadero, se generó en la sustitución del pueblo, por aparatos burocráticos del estado y los partidos comunistas, se hablaba en nombre del pueblo, pero las decisiones no pasaban por las organizaciones populares. Hoy el nuevo modelo de socialismo, debe crear mecanismo de control social, para garantizar el avance de la nueva sociedad, pero estos controles deben tener acceso a las estructuras de la organización del gobierno y el partido, debe ser escuchados sus propuestas, reclamos o denuncias,  solo en un interrelación pueblo e instituciones, se podrá alcanzar un nuevo modelo eficiente, para no caer en burócratas acomodados,  que gozan de privilegios, por encima del resto de la sociedad socialista.

Debemos dotar al socialismo de una visión humanista.

Cuando reflexiono sobre el tema del humanismo, recuerdo una conversación con un destacado intelectual, la misma giraba sobre el comandante “Che” Guevara, yo le manifestaba su carácter humanista, su convicción del humanismo en la revolución. Su respuesta académica a mi punto de vista, fue lacónica “yo te voy a demostrar, que el humanismo es idealismo, no es marxismo”.

Ante esa abrupta respuesta, mi posición fue bien clara, si es más importante son las estructuras, el poder político, que están por encima de las necesidades del ser humano,  entonces nos alejamos  de la esencia de un modelo revolucionario y socialista, Porque creemos en el socialismo, luchamos por una sociedad humanizada, donde todos los ciudadanos puedan disfrutar de igualdad de condiciones, ser humanista no contradice al socialismo, por el contrario lo nutre a la nueva sociedad, de valores éticos y morales, de una visión sensible a las injusticias, como son la  necesidades de todos los seres humanos.

El “Che” siempre decía que “cada acción de nosotros los revolucionarios, tiene un gran dosis de humanismo”, si valoramos que construimos una nueva sociedad, el sujeto principal es el ser humano, son sus necesidades y sus sueños, no podemos pensar por ellos, debemos crearles lo canales, para poder lograr cada día elevar su calidad de vida, como de la sociedad que queremos construir.

martes, 6 de diciembre de 2016

Fidel Castro Ruz: Cuando un revolucionario muere nunca muere

Por Esteban Silva:

En nombre del Movimiento del Socialismo Allendista de Chile y del mío propio inclinamos nuestras banderas con dolor y profundo respeto ante el fallecimiento del Comandante Fidel Castro Ruz.

Fidel Castro, revolucionario, humanista y luchador no sólo fue el líder y fundador de la Revolución cubana y de la liberación del primer territorio libre de nuestra América frente al imperio, sino que fue un líder mundial de la lucha de los pueblos y su nombre y legado quedará grabado por siempre en la memoria de los pueblos del mundo entero, particularmente para los pueblos del Tercer mundo en nuestra lucha por la descolonización, la autodeterminación y el socialismo.



Fidel fue  un amigo leal, solidario e incondicional de nuestro compañero Presidente Salvador Allende y de la Revolución chilena con la Unidad Popular. Luego del cruento golpe militar fue solidario con la resistencia y la lucha del pueblo chileno frente al fascismo y el pinochetismo represor y homicida.

Fidel fue un luchador incansable  en el mundo entero junto a los revolucionarios y pueblos del mundo enfrentando con dignidad, tenacidad, ideas y valores al capitalismo mortífero y brutal y al imperialismo norteamericano.

En todos los rincones del mundo los pobres y oprimidos lloramos hoy a Fidel Castro. 
Lo lloran aquellos y aquellas que Frantz Fanon llamaba los condenados de la Tierra. Aquellos que lucharon  y luchan contra el colonialismo que luchan  por la descolonización, contra el apartheid, contra la discriminación y contra la dominación imperialista y neocolonial.

Lo lloramos aquellos y aquellas que han luchado y luchan en todos los continentes contra el capitalismo salvaje, los que luchan por un comercio justo.

Lo lloramos las y los que luchan por la supervivencia y la sustentabilidad ecológica de nuestro planeta.
Lo lloran y despedimos las y los que luchamos por nuestras soberanías económicas y territoriales  y los que han luchado contra la deuda externa injusta y la especulación financiera y la tiranía del gran capital supranacional.

Lo lloran y despiden hoy los pueblos saharaui, palestino y de Puerto Rico que siguen luchando por su independencia y autodeterminación.

Lo llora el bravo pueblo de Bolívar, el pueblo del Comandante eterno Hugo Chávez Frías, que sigue luchando por el socialismo y por su dignidad  y soberanía.

Lo llora el pueblo de Sandino, de los Comandantes Carlos Fonseca y Tomás Borge con los cuales tanto acompaño y fue solidario. Lo despide el combativo pueblo salvadoreño de Farabundo Martí.

Lo lloran y lo despiden los pueblos indígenas que luchan por un buen vivir encabezados por el Presidente Evo Morales y todos los pueblos de nuestra América y del Sur, pero también lo lloran los habitantes del Bronx en Nueva York y los trabajadores y pobres de los países en el norte capitalista desarrollado.
Lo lloramos desde el pueblo de nuestro Presidente mártir  cro Salvador Allende, su amigo y compañero solidario tan cercano y que sigue luchando por refundar Chile.

Despedimos hoy al más grande de los revolucionarios de nuestro continente y del mundo entero. Despedimos al compañero del Che Guevara a un revolucionario de convicciones profundas y sólida formación marxista dotado de una inteligencia excepcional y fuera de lo común.

Despedimos hoy al Comandante de la dignidad y de todas las luchas del siglo XX hasta el Siglo XXI.
Lo lloramos con tristeza y admiración e inclinamos nuestras banderas con dolor y respeto por el Comandante Fidel Castro Ruz.

Compartimos nuestro dolor y extendemos un abrazo fraterno y profundo al pueblo cubano, un pueblo solidario y gigante gracias al Comandante Fidel Castro.

Extendemos nuestro abrazo fraternal al Presidente de Cuba General Raúl Castro, a su gobierno ya los dirigentes y militantes del Partido Comunista de Cuba.

Fidel Castro citando a Martí decía que "Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”: Toda la gloria de los pueblos del mundo entero que lucharon y luchan por Otro Mundo Posible cabe en la lucha y legado del Comandante Fidel Castro Ruz.

¡Cuando un revolucionario muere nunca muere!
Fidel Castro vive y vivirá en el pueblo de Cuba y en el corazón de los pueblos del mundo que luchan por la autodeterminación, por la dignidad, la justicia y el socialismo en el siglo XXI.
¡Comandante Fidel Castro presente!
¡Hasta la victoria siempre!
Presidente  Dirección Nacional  Movimiento del Socialismo Allendista de Chile