Líder mundial en asesinatos de dirigentes sociales; con
siete bases militares a disposición de los planes guerreristas del Pentágono y
su Comando Sur contra Venezuela y otros vecinos incómodos para la Casa Blanca
en Latinoamérica; tierra fértil para el reclutamiento de oficiales, agentes y
mercenarios de todo tipo para las agencias de subversión, Colombia sigue
rompiendo récords como significativo epicentro mundial de la producción y
tráfico de cocaína.
Washington y Bogotá, que desde hace décadas empuñaron la
doctrina de la «intervención preventiva» con el pretexto de la guerra contra el
narcotráfico, desde la cual apoyaron las contiendas contrainsurgentes,
«antiterroristas», y ahora las llamadas «amenazas transnacionales», siguen sufriendo
fuertes reveses con el incremento de la producción, el consumo y el tráfico, en
el que ambos países son protagonistas negativos.
Un informe de la Oficina de Política Nacional para el
Control de Drogas de la Casa Blanca, publicado el pasado 5 de marzo, señala que
los cultivos de hoja de coca en el país sudamericano aumentaron en 4 000
hectáreas, para alcanzar las 212 000; mientras que la producción de cocaína
creció en un 8 %, pasando de 879 toneladas a 951, cifras que marcan récords
históricos. Se plantea que la producción de coca en Colombia equivale a 5 130 millones de dólares, y duplica al café.
El propio documento reconoce que el consumo de cocaína en
EE.UU. sigue en aumento nuevamente, después de años de disminución, y que la
fuente principal para el mercado norteamericano de esa droga es Colombia.
Desde hace un año, el informe anual 2019 de la Oficina de la
ONU contra la Droga y el Delito, alertaba de la peligrosa tendencia, cuando
reconoció que las plantaciones en lugares remotos y nuevas bandas criminales
empujaron a Colombia a ser el principal productor mundial de cocaína, con cerca
del 70 %, uno de los factores fundamentales del nuevo récord de oferta. Añade
el documento que de 2008 a 2017 se registró un incremento del 50 % en ese país.
Casi dos millones de personas en EE.UU. utilizaron cocaína
en 2018, un incremento del 42 % respecto a 2011, según la Encuesta Nacional
sobre el Consumo de Drogas y Salud. Además, el número de muertes en el país por
sobredosis de cocaína se triplicó entre 2012 y 2018. Expertos colombianos
sostienen que no se puede detener la producción si Washington y Europa no
frenan la demanda.
En febrero de este año, un informe de la Junta Internacional
de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) señalaba como principal preocupación
de esa entidad mundial el crecimiento en la superficie de coca ilegal, porque
también se ha incrementado la producción potencial de cocaína a un récord
histórico de casi 2 000 toneladas, según sus mediciones.
Agrega la JIFE que la gran mayoría de estas 2 000 toneladas
va del mercado colombiano hacia EEUU.
Se plantea que aunque
el presidente Donald Trump se muestra indulgente con su homólogo colombiano
Iván Duque, estrecho aliado de los planes belicistas anti venezolanos, le ha
dicho públicamente frente a la prensa que «Colombia estaba atrasada en el tema»
de las drogas, y más recientemente lo urgió a que restableciera las
fumigaciones aéreas sobre las plantaciones de coca con el herbicida glifosato,
que es cuestionado internacionalmente por sus efectos negativos sobre la salud
humana y el medioambiente; razón por la que tuvieron que ser suspendidas en
2015 por el Ejecutivo precedente, ante una advertencia de la Organización
Mundial de la Salud, y por lo que el gobierno tiene 231 demandas judiciales pendientes.
Aunque se denuncia la existencia de siete bases militares
con presencia de oficiales y contratistas al servicio del Comando Sur, con
fachada antinarcótico, un estudio de la revista colombiana Semana señala que ya
en 2012 la Fuerza Aérea de EE.UU. tenía 51 edificios propios en Colombia,
mientras el Ejército tenía otras 24 propiedades arrendadas.
Además, han sido escandalosos los incidentes generados por
los militares y contratistas estadounidenses, difíciles de controlar por sus
indisciplinas, el consumo de drogas e incluso el tráfico de heroína desde
Colombia a una base militar en la Florida.
Mientras impone nuevas marcas de producción y tráfico de
drogas, el diario londinense The Guardian calificó a Colombia como «la nación
más sangrienta» contra los defensores de derechos humanos. El prestigioso medio
recogió un informe de Front Line Defenders, el cual indica que, de cada tres
activistas asesinados durante 2019 en todo el mundo, uno de ellos era
colombiano.
La oleada de violencia acapara la atención internacional. La
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
se declaró «profundamente preocupada», a la par que entregó la cifra oficial de
107 líderes asesinados en 2019, a los que podrían sumar 13 casos en verificación.
Algunos denuncian esos hechos como una práctica sistemática y varias
organizaciones estiman que la cifra real de víctimas mortales es el doble o el
triple.
Según la Defensoría del Pueblo, entre enero de 2016 y
octubre de 2019 sumaron 555 casos. Organizaciones políticas y de derechos
humanos han denunciado que, desde la entrada en vigor de los acuerdos de paz en
2016 hasta la fecha, han sido asesinados 187 excombatientes de las FARC.
La maquinaria de muerte, que actúa a su antojo en el país
sudamericano, ataca principalmente a quienes promueven la sustitución de
cultivos de coca, coordinan procesos de restitución de tierras, a opositores, a
los grupos étnicos que ejercen el control en los territorios, a exguerrilleros
y líderes femeninas. Según la Fiscalía, los principales asesinos de esas
personas son organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico, la minería
ilegal y delincuencia común; pero medios de prensa recogen las denuncias de la
participación del ejército, bandas paramilitares y mafias vinculadas a sectores
políticos extremistas cercanos a personeros del Gobierno.
La Defensoría del pueblo también ha denunciado el incremento
del 63 % en la violencia contra las lideresas que impulsan la sustitución
voluntaria de cultivos de coca y se oponen a la presencia de grupos armados en
su territorio.
Al respecto, un informe de la Alta Comisionada de la onu
para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció recientemente que la
situación en esta materia en el país es la peor desde 2014, y que el Estado no
está cumpliendo su labor de defensa de los líderes sociales, mientras Michel
Forst, relator especial, afirmó que esos asesinatos «son crímenes políticos».
Al decir de The New York Times, «un estado débil que
responde con violencia a las demandas de sus ciudadanos inconformes», «Colombia
está entre los países más desiguales de esta región desigual. La escasez de
oportunidades condena a millones de colombianos»; «falta de oportunidades que
impulsó la violencia, alimentó la guerra, causó grandes desplazamientos
internos y estimuló la migración»; pero también disparó de manera incontrolable
y corruptora el narcotráfico, los cárteles, las mafias dentro y fuera del país,
los paramilitares, las ejecuciones extrajudiciales, las órdenes de letalidad
del ejército, alianzas con grupos criminales para obtener información y matar,
los asesinatos selectivos y masivos, los secuestros y las fortunas sucias en
paraísos fiscales.
A raíz del paro nacional de noviembre pasado, muchos
exhortaron al presidente Iván Duque a un cambio de rumbo urgente, para defender
la vida, pero sigue apostando a la guerra y a la sangre no solo dentro del
país, sino en sus fronteras, presto a los peores intereses de EE.UU. en la
región, mientras se aprovechan los mercaderes de las drogas, las armas y los
conflictos.
Duque ha escogido el camino del Comando Sur y la 82 División
aerotransportada; el de los ejercicios conjuntos con ee. uu. y Brasil, como
muestra de la «unidad» deseada por los halcones del nuevo momento americano de
Trump para derrocar a gobiernos legítimos, de la coalición neofascista, que se
erige sobre el polvorín de la desigualdad, las drogas, el extremismo y las
demandas de justicia y paz.
Informaciones relacionadas:
http://www.granma.cu/mundo/2020-04-04/mienten-contra-venezuela-ee-uu-y-colombia-son-los-protagonistas-del-narcotrafico-regional-04-04-2020-00-04-37
Cuba denuncia peligrosa operación militar de EE. UU. contra
Venezuela
(http://www.granma.cu/mundo/2020-04-03/cuba-denuncia-peligrosa-operacion-militar-de-eeuu-contra-venezuela-03-04-2020-01-04-28)
Desfachatez en extremo contra la dignidad de Venezuela (http://www.granma.cu/mundo/2020-04-02/desfachatez-en-extremo-contra-la-dignidad-de-venezuela-02-04-2020-01-04-52)
Denuncia Venezuela agresión en costas marítimas
(http://www.granma.cu/mundo/2020-04-01/denuncia-venezuela-agresion-en-costas-maritimas-01-04-2020-15-04-14)
ioliverrugeles@gmail.com
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