Congelando gasto público 20 años, Temer fabricará 41
millones de pobres
Por: Emilio Marin
Siguen las malas noticias para la mayoría de los brasileños.
Michel Temer sigue de excursiones por el mundo, buscando inversiones. Y en
Diputados hubo una primera votación a una enmienda constitucional que congela
el gasto público por 20 años. Cuando en septiembre el golpista Michel Temer fue
a la reunión del G-20 en Hangzhou, China, en San Pablo se reunían 100.000
personas gritando “Fuera Temer”. Fue la octava marcha de ese tipo, luego que el
31 de agosto el senado brasileño consumara la destitución de Dilma Rousseff.
Muy posiblemente esa serie continúe con otras movilizaciones, ante las pocas
halagüeñas perspectivas que depara un presidente con apenas 18 por ciento de
imagen positiva.
Como las cosas le van mal dentro de casa, el “usurpador” viene
cumpliendo una abigarrada agenda internacional. En el G-20 tuvo reuniones
bilaterales con el anfitrión Xi Jinping, el tambaleante español Mariano Rajoy,
el príncipe Mohammad bin Salman de Arabia Saudita, el premier italiano Matteo
Renzi y el japonés Shinzo Abe.
A esos interlocutores, en un estilo muy parecido al de su
colega Mauricio Macri, les presentó proyectos de emprendimientos extranjeros
por un monto de 90.000 millones de dólares. Ya se verá cuál fue la moneda de
cambio que prometió a esos inversionistas. Temer voló a la 71° Asamblea General
de la ONU, en los primeros días de octubre. Al hablar se ausentaron de la sala
los representantes de Bolivia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Nicaragua y
Venezuela, como señal de protesta.
Y antes de eso estuvo en Olivos con Macri, ambos en fina
sintonía del ajuste, el achicamiento del Estado y el reavivamiento con los
organismos financieros internacionales. En todo caso, si hubo algún matiz,
Temer quedó a la derecha de su colega del PRO, lo que es mucho decir. Fue en el
tópico de la negociación con otros centros de poder mundial: Brasilia quiere
que cada socio del Mercosur negocie con autonomía. El rioplatense, quizás por
su menor calado, es partidario de que lo haga el Mercosur. A Venezuela ambos le
desconocieron su presidencia pro-témpore del Mercosur y terminaron dándole un
golpe (¿qué les hace una mancha más a estos tigres?), con una presidencia
compartida de los otros cuatro socios.
Y ahora, a mediados de octubre, el brasileño irá a la India,
a la VII Cumbre de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). En el
estado indio de Goa va a suscribir la Declaración Final y memorandos de
entendimiento en cooperación ambiental, investigaciones agrícolas y de
autoridades aduaneras. También allí su clave estará en los encuentros con el
Consejo Empresarial del Brics y el presidente del Nuevo Banco de Desarrollo,
K.V. Kamath. Otra vez pedirá inversiones y ofrecerá pingües ganancias en
Brasil.
Situación apretada
Esos desesperados pedidos de inversión tienen que ver con
que Brasil vive su segundo año de caída económica, y antes aún, cuando
gobernaba Rousseff, aunque eso no lo exima al entonces vicepresidente Temer.
Ahora la recesión es más acentuada y el PBI tendrá este año
una caída del 3,2 por ciento, un registro negativo que se reiteraría en 2017.
El desempleo se empinó hasta el 11 por ciento, englobando a 12 millones de
personas. Y allí aparece el carácter perverso del gobierno brasileño, que
aprovecha esa crisis para fundamentar su ajuste que supuestamente iría a mejorar
esos desastres. En referencia al 11 por ciento de desocupación, Temer -como su
amigo Macri- lo explica por la “pesada herencia”, aunque el brasileño tiene el
inconveniente de haber sido vicepresidente en dos mandatos de Dilma. El actual
ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, promueve un brutal ajuste en línea
con las recetas fondomonetaristas; él también fue titular del Banco Central en
tiempos de Lula.
Meirelles es el impulsor de la Propuesta de Enmienda
Constitucional (PEC 241) por la cual el Estado congelará el gasto público por
veinte años. El 10 de octubre hubo un primer voto favorable en la Cámara de
Diputados, con 366 legisladores que le dieron luz verde y apenas 111, el PT y
sus aliados, en contra. Por la afectación constitucional, esa norma debe ir a
una segunda consulta y voto en la cámara, que será el 24 de octubre, y luego,
en caso de ser aprobada, será girada al Senado para que también la analice en
dos sesiones.
Salida fondomonetarista
Por la correlación de fuerzas evidenciada en Diputados,
donde superó la marca requerida de las tres quintas partes, Temer-Meirelles
saldrían airosos, a pesar de la extrema gravedad de lo que está en juego.
El gasto en salud, educación y programas sociales será
congelado por veinte años. Esto en primer término quiere decir que un
presidente no electo como tal le impondrá a cinco venideros, que deberían
surgir de las urnas, un chaleco de fuerza de acero imposible de estirar.
La única actualización de ese gasto sería por la inflación
del año precedente. Nada más. Ni siquiera se prevé ajustar al alza según el
crecimiento de la población en un país de 205 millones de habitantes: el mero
aumento vegetativo determinará menos inversión social.
Por el achicamiento presupuestario en educación, ya hay 197
colegios tomados según la Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios. Resisten
los recortes y la eliminación de materias obligatorias de Artes, Educación
Física, Sociología y Filosofía.
Meirelles estaba en Nueva York reunido con inversores del
Bank of América y tuvo un orgasmo con esa votación de la PEC 241. “Es una
excelente noticia para el país. Y estamos presentándola a la comunidad
internacional. Brasil prosigue en el ajuste de las cuentas públicas”, declaró a
los medios.
Allí se transparentó cuál es la oferta con que el actual
gobierno tienta a los inversores externos. Les dice, vengan e inviertan en el
país, porque el Estado por veinte años contendrá el gasto público. Ese ahorro
favorecerá vuestros negocios, tomando créditos, premiando exportaciones,
subsidiando inversiones y haciendo obras de infraestructura que sus empresas
aprovecharán.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, felicitó
desde Washington la Enmienda porque “refuerza la credibilidad en las políticas
macroeconómicas”.
Las críticas vinieron de Lula, Dilma y legisladores que en
Diputados denunciaron lo que se estaba votando. La meta para el presupuesto de
2017 era que el gasto social aumentara hasta 15 por ciento del mismo. En los
próximos diez años bajará al 4 y en el siguiente turno al 3, estimándose que
ese recorte provocará en 2025 la pobreza de 41 millones de brasileños.
Pre-sal para extranjeras
Aquel congelamiento tendrá consecuencias muy negativas en
salud. En 20 años, traerá para este sector pérdidas estimadas en 743.000
millones de reales (228.000 millones de dólares), de acuerdo con el Instituto
de Investigación Económica Aplicada, entidad ligada al Ministerio de
Planificación, señaló la periodista Claudia Collucci. Y eso que el mayor país
latinoamericano es de los que menos gasta per cápita en salud: 591 dólares, la
mitad del gasto argentino.
Cuando Temer estaba en Nueva York en la ONU se produjo en
Brasilia otra novedad que pinta la orientación pro monopolista de su
administración. La Cámara de Diputados aprobó por 292 votos a 101 poner fin a
la exclusividad de la estatal Petrobras como operadora de la llamada capa de
pre-sal, la mayor reserva petrolera. Las reservas allí se estiman en 176.000
millones de barriles de petróleo y durante los años petistas se reservó a
Petrobras la responsabilidad principal de su explotación y con una
participación obligatoria de al menos el 30 por ciento en todos esos
emprendimientos. Los beneficios iban a engordar presupuestos sociales, entre
los que descolló el Bolsa Familia, al margen que de las operaciones de la
estatal petrolera también salieron fondos millonarios para la corrupción
política de un amplio espectro y no sólo del PT como presenta las cosas la red
O'Globo.
El diputado del Partido de los Trabajadores, Henrique
Fontana, llamó entreguista a los legisladores que apoyaron esa ley. “Quienes
invirtieron millones de reales en el desarrollo de la tecnología para descubrir
estas riquezas fueron los brasileños y ahora que el filete mingón está servido,
ustedes quieren llamar a las multinacionales”, les dijo. Su colega del
Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Iván Valente, también
rechazó esa concesión. “Estamos en un proceso de privatización acelerada porque
la creencia es que necesitamos agradar al mercado internacional”, denunció.
Todos los opositores apuntaron contra el canciller José
Serra, pues el proyecto privatizador era suyo de su tiempo como senador, antes
del golpe institucional culminado el 31 de agosto. Por eso, igual que el
presidente Temer, se reunió con los directivos de Chevron y otras multinacionales,
prometiendo lo que ahora puede ser una realidad: la entrega petrolera en
beneficio de monopolios y EE UU. Y con esa pérdida de soberanía energética
-otra similitud con Macri- se recortarán los ingresos fiscales del Fondo Social
Soberano.
Para allanar el camino político de la entrega, el Ministerio
Público presentó el 10 de octubre nuevos cargos contra Lula da Silva y otras 10
personas, por presunta corrupción, lavado de dinero y tráfico de influencias.
Con este ya carga cuatro procesos en su contra. Cualquier parecido con lo que
hacen en Argentina contra CFK no es mera coincidencia.
ortizserg@gmail.com
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