Por Eduardo Andrade Bone;
La guerra comercial desatada por Donald Trump contra China
ha provocado la caída de las Bolsas en la mayor parte del mundo. Las diversas
medidas tomadas por ambos países con la subida de los aranceles, ha estado
afectando severamente el comportamiento del sistema financiero y produciendo
perdidas en los mercados globales de un billón de dólares, de acuerdo a la
información proporcionada por medios de prensa asiáticos.
Las empresas más afectadas han sido las tecnológicas, en
donde Wall Street ha venido cerrando con fuertes pérdidas. Mientras las Bolsas
europeas caían de media un 1,2 por ciento, el índice Dow Jones de Industriales,
principal indicador de Nueva York, caía un 2,4 por ciento, igual que el
selectivo S&P.
Mientras que el índice tecnológico Nasdaq se dejaba un 3,4
por ciento – su mayor caída en lo que va de año –, empujado por las pérdidas en
firmas tecnológicas como Apple (-5,4 por ciento) o Intel (-2,7 por ciento).
También ha sido muy relevante la caída de un gigante de la maquinaria como Caterpillar
(-5 por ciento).
Ahora, de acuerdo a informaciones procedentes de la agencia
EFE, la mayoría de los sectores terminaron también en negativo. El sector más
afectado ha sido el tecnológico con un descenso del 3,71 por ciento, seguido
del de bienes no esenciales (-2,95 por ciento) y del sector financiero (-2,87
por ciento).
En esta guerra de los
aranceles entre ambas potencias económicas, la región asiática también se ha
visto afectada en estos días por la caída de la bolsa, debido a la incertidumbre
entre los inversores por la guerra comercial promovida por Trump.
Ahora de acuerdo a
informaciones procedentes de la agencia Reuters, las empresas estatales chinas
tienen órdenes de comprar para minimizar las pérdidas en los parqués de
Shanghái y Shenzhen, que aun así han registrado leves bajas de entre el 0,2 y
el 0,5 por ciento, lo que no genera ningún tipo de pánico en las autoridades
económicas chinas.
Después de las
medidas tomadas por la Casa Blanca contra China, el Ministerio de Finanzas del
país asiático daba a conocer que, desde el 1 de junio, gravará también las
importaciones de 5.000 productos estadounidenses. De ellos, 2.493 pagarán un
arancel del 25 por ciento; 1.078 serán gravados con el 20 por ciento; 974 con
el 10 por ciento y los 595 restantes con una tarifa del 5 por ciento.
Los artículos afectados comprenden una amplia gama, que va
desde los componentes de maquinaria y los productos metálicos hasta la joyería
y la ropa, pasando por electrodomésticos, aceites para cocinar, la soya, verduras
congeladas, vino, cerdos, cerveza y hasta preservativos, destacan diversos
medios de prensa.
Con la guerra comercial desatada por el presidente Trump
contra China, lo que se busca imponerle al país asiático es su propia hegemonía
en el ámbito económico comercial, con un mensaje claro para cualquier país que
se atreva a no escuchar los dictados de la Casa Blanca. Al respecto el
mandatario estadounidense amenazado a China con una guerra comercial total si
procede, como ha informado, al imponer sus propios aranceles sobre productos
importados de Estados Unidos. «No va a quedar nadie que haga negocios con
China», ha amenazado el presidente norteamericano.
Todo parece indicar que el presidente Trump está empeñado en
generar temor y una inestabilidad creciente en los mercados, además de
presionar a las empresas norteamericanas para que abandonen China y se
trasladen a otros países del sudeste asiático, en donde también encontrarán
mano de obra barata, sin embargo desde el mundo empresarial estadounidense no
se encuentran muy satisfechos con la guerra de los aranceles desatada por
Trump, pues la sangría podría ser mayor, de lo que realmente se busca resolver
con su "proteccionismo" desfasado de la nueva realidad económica
comercial que se vive en el mundo, donde más y más países tienen puestos su
ojos en los países asiáticos para hacer negocios con precios más asequibles a
los que ofrece Estados Unidos, a final de cuentas todo es cuestión de negocios
y como dicen muchos expertos económicos, en esta batalla el gran perdedor será
Trump y sus medidas nacionalistas proteccionistas primitivas.
El temor a una recesión en EEUU o en Europa, o a una
presunta desaceleración en China, o a una crisis de los mercados emergentes
-con las excepciones habituales de Argentina y Turquía- se vuelve a reinstalar
en la economía global una paralización del crecimiento económico, ante las
amenazas del Sr. Trump. Lo cierto es que las bolsas han caído, los bonos del
Tesoro de EEUU -el valor refugio por excelencia- han subido, y los precios de
las materias primas, sobre todo las agrícolas, se han desplomado, todo por obra
y gracia del mandatario estadounidense.
La clave de la caída de las bolsas a nivel mundial se debe a
que los mercados habían dado por hecho que las negociaciones entre Estados
Unidos y China para lograr un acuerdo comercial iban a arribar a buen puerto.
La posibilidad de que la economía global se vea fuertemente impactada por una
confrontación aún más agresiva de Estados Unidos hacia China ha afectado a los
mercados financieros.
Lo cierto es que las sanciones y las agresivas amenazas de
Trump a todo país que no comulgue con sus intentos de hegemonizar el mundo no
contribuirán a resolver los problemas derivados de la economía y el comercio
mundial, alterando además la propia geoeconomía y la geopolítica política
mundial, que pueden ser trágicas a escala global.
En este sentido, Geng
Shuang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del país asiático,
expreso que ante las provocaciones de Estados Unidos, "China no será
intimidada, afirmó: "Esperamos que el lado estadounidense no malinterprete
la situación ni subestime la determinación y voluntad de China de salvaguardar
sus intereses". Ante las amenazas de Trump, lo claro es que China responde
con la necesidad de diálogo, negociación y distensión, mientras que su
contraparte ofrece violencia verbal, provocación y las penas del infierno.
Comunicador Social.
aindoamericanap@gmail.com
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