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sábado, 11 de julio de 2020

El pueblo kurdo resiste una tormenta de bombas lanzadas por Turquía

Por Leandro Albani:

Turquía acosa con bombardeos y persecuciones a los kurdos, ya sea en Iraq, Siria o la propia Turquía, mientras el gobierno regional de Kurdistán mantiene el silencio.

El bombardeo indiscriminado de un territorio para destruir a los pueblos que conviven en él. Esa parece ser la premisa del gobierno del presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Y esa premisa fue confirmada el pasado 15 de junio, cuando el gobierno de Ankara ordenó un bombardeo masivo contra Bashur (Kurdistán iraquí, norte de Irak), que apuntó contra el campo de refugiados de Makhmur –donde viven 15.000 personas, que en su mayoría escaparon de la persecución en Turquía en la década de 1990–, la región yezidí de Shengal –una de las más golpeadas por el Estado Islámico (ISIS) en 2014–, y las montañas de Qandil –donde las Fuerzas de Defensa Popular (HPG), uno de los brazos armados del Movimiento de Liberación de Kurdistán, tienen sus bases.


Pocas horas después, Turquía redobló los ataques aéreos y desplegó tropas en la zona de Heftanin, en la frontera. Ante esto, las respuestas de las HPG no se hicieron esperar y hasta hoy los combates persisten entre las fuerzas invasoras y la guerrilla. Según la información brindada por la insurgencia, decenas de soldados turcos fueron abatidos y al menos cinco guerrilleros fueron asesinados.

Los bombardeos de Turquía contra Bashur no son algo nuevo. En los últimos años, la aviación turca realiza ataques periódicos contra la región, frente al silencio de Estados Unidos, Rusia, el gobierno central de Bagdad y el Gobierno Regional de Kurdistán (GRK), surgido luego de la invasión estadounidense en 2003 y controlado por el Partido Democrático de Kurdistán (PDK), controlado por la burguesía kurda.

El plan trazado por el gobierno de Erdogan para el pueblo kurdo es claro, aunque pueda sonar exagerado: su exterminio total (en especial sus organizaciones de resistencia) y la anexión por la fuerza de los territorios que habitan. Tanto en Bashur como en Rojava (Kurdistán sirio), Turquía controla porciones territoriales, que fueron ocupadas ilegalmente por fuerzas militares regulares o grupos mercenarios. En el caso de Rojava, esa ocupación se aplica en el cantón kurdo de Afrin, desde 2018, y en la una franja de unos 150 kilómetros entre las ciudades de Serekaniye y Gire Sipe. En esas zonas, la metodología desplegada por el Estado turco es simple: bombardeos aéreos masivos, la posterior ocupación a través de grupos mercenarios aliados, la expulsión forzada de la población originaria, el robo y el secuestro sistemáticos de bienes personas y recursos naturales, el secuestro de personas (por las cuales piden rescates millonarios), la opresión sistemática de las mujeres, el envío de funcionarios turcos que imponen en las instituciones administrativas, y la anexión de facto de los territorios ocupados.

Los ataques actuales de Turquía contra Bashur y Rojava se combinan con la fuerte represión interna en Bakur (Kurdistán turco, sudeste del país). El blanco del gobierno es el Partido Democrático de los Pueblos (HDP, por sus siglas originales), que reúne a los kurdos y a sectores de la izquierda y el progresismo, como también a las minorías étnicas. Desde hace varios años, el HDP es golpeado de forma permanente por Erdogan. En los últimos meses, el gobierno recrudeció las intervenciones de los municipios gobernados por el HDP, encarcelando a los co-alcaldes kurdos y reemplazándolos por funcionarios de Ankara.

Por su parte, en las últimas semanas el régimen de Irán lanzó una ofensiva militar contra las Unidades de Defensa del Kurdistán Oriental (Yekîneyên Parastina Rojhilata Kurdistan, YRK), al mismo tiempo que Turquía bombardeaba Bashur.

El 23 de junio pasado, Turquía bombardeó los alrededores de la localidad de Kobane, en Rojava, asesinando a Zehra Berkel, Hebûn Mele Xelîl y Amina Waysî, integrantes del Kongreya Star, la principal organización de mujeres del norte y el este de Siria. La eliminación de mujeres kurdas, en su mayoría vinculadas al proceso de cambio social y resistencia en todo Kurdistán, es una de las mayores obsesiones de Erdogan.

El miércoles, el Kongreya Star envió una carta al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres y a los miembros del Consejo de Seguridad del organismo, en la cual denunció la situación crítica que viven las mujeres debido a la invasión turca. En el texto, desde la organización remarcaron: “Hemos estado sufriendo, continuamente y más que nunca, los crímenes del gobierno del Estado turco y de aquellos leales y apoyados por él. Estos crímenes se siguen perpetuando incluso después de los llamamientos hechos por la mayoría de las instituciones internacionales para un alto el fuego general en el mundo. Estos llamamientos se aplican especialmente en las zonas de conflicto activo para hacer frente a la propagación del coronavirus. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), por su parte, han aceptado estos llamamientos”.

En tanto, la Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK) difundió una declaración el domingo pasado en la que denunció que el gobierno de Erdogan busca “ocupar el territorio del Imperio Otomano y ponerlo bajo su dominio”. “Los ataques de su ejército contra Siria, Irak y Libia también amenazan a todos los demás países árabes –agregó la principal organización del Movimiento de Liberación de Kurdistán-. La ambición de ocupar otros países, heredados de los otomanos y su dominación, se ha convertido en el carácter fundamental de la política estatal turca”. Desde la KCK alertaron que donde Turquía ocupa territorios, “levanta la bandera, establece escuelas turcas y organiza la policía y las fuerzas de seguridad bajo su mando. En Siria, incluso está introduciendo su propia moneda, preparando así el terreno para la anexión. La máscara islámica y las proclamaciones de una supuesta lucha contra el terrorismo están destinadas a ocultar los ataques destinados a la ocupación y la anexión”.

Con esta nueva avanzada militar de Turquía, queda en evidencia que, más allá de diferencias o matices, los estados que ocupan las cuatro partes de Kurdistán siempre llegan a un acuerdo a la hora de castigar al pueblo kurdo. En este caso, cuentan también con la bendición de Estados Unidos (que mantiene un férreo control del espacio aéreo iraquí) y de Rusia (que mantiene ese control en los cielos de Siria). El otro gran aliado de Turquía y sus aliados es el silencio internacional. Los ataques a Bashur apenas tuvieron la condena de la Liga Árabe y declaraciones de repudio –bastante “formales”- del gobierno de Bagdad y del GRK.

Desde que se inició la operación turca “Garra de Águila” contra Bashur, miles de personas en todo Kurdistán y en Europa se encuentran movilizadas para denunciar los ataques, el asesinato de civiles y los intentos de ocupación de Ankara. Para los kurdos y las kurdas, como bien lo saben, la resistencia no sólo se traduce en sus fuerzas guerrilleras, sino en una solidaridad que crece día a dí
leandroalbani@gmail.com

miércoles, 18 de septiembre de 2019

“El proyecto político de Patricia Bullrich no es otro que la acumulación de poder”


Por Leandro Albani:

El periodista Ricardo Ragendorfer habla con La tinta sobre “Patricia. De la lucha armada a la Seguridad”, la biografía de la ministra más temible del gobierno de Cambiemos.

Desde la fundación de la República Argentina, las familias Bullrich, Luro y Pueyrredón sostuvieron los cimientos liberales de un país nacido al calor de disputas intestinas, genocidios, persecuciones e intrigas políticas. Esos tres apellidos son los que lleva en su documento de identidad la actual ministra de Seguridad. Aunque Patricia Bullrich Luro Pueyrredón comenzó su militancia política al ritmo de la efervescencia de la década de 1970, enrolada en la Juventud Peronista (JP) y Montoneros, los años transcurridos demuestran que La Piba –uno de sus tantos apodos- siempre tuvo claro su horizonte: escalar peldaños, acaparar poder, figurar entre los vencederos y no dudar en dar saltos mortales que siempre la dejaron bien parada.
La historia y la trayectoria política de Bullrich fue investigada hasta el mínimo detalle por el periodista Ricardo Ragendorfer, autor de libros como La Bonaerense (junto a Carlos Dutil), La secta del gatillo, Crónicas de la vida turbia y Los doblados.

(Imagen: La tinta)
Patricia. De la lucha armada a la Seguridad, publicado hace apenas unas semanas por la editorial Planeta, es una radiografía de la ministra más temible y polémica de la administración de Mauricio Macri. Pero el libro también se convierte en un recorrido por las últimas décadas políticas del país, en las cuales Bullrich fue una operadora que osciló entre las directivas de personajes como Rodolfo Galimberti, Antonio Cafiero, Carlos Menem, Fernando de la Rua, hasta llegar a convertirse en la principal impulsora de las políticas represivas del gobierno de Cambiemos. A su vez, muestra las “funciones” cumplidas por Bullrich para alcanzar la “reconciliación” con los represores de la última dictadura militar, y sus vínculos con los bajos fondos de los servicios de inteligencia de Argentina.

¿Cómo surge la idea del libro?
Originalmente, fue un ofrecimiento editorial. Al principio, no me entusiasmó del todo, porque no me agradaba la idea de tener que dedicarle algunos meses de mi vida a esta mujer. Pero a las pocas horas empecé a sentir bajo mis talones el costillar de Rocinante. Y me empecé a entusiasmar, porque comprendí que, a través de la vida y la trayectoria de Bullrich, podía relatar más de cuarenta años de historia argentina. También comprendí que era un libro urgente que desemboca en el macrismo. Si el macrismo de por sí es un régimen nefasto, el rol que le cupo a Bullrich es el más espantoso de este régimen nefasto. En ese sentido, era una historia que merecía ser escrita.

¿Cómo describís la relación tan cercana que durante tantos años tuvo con Rodolfo Galimberti?
Ella es una especie de animal político amaestrado por Galimberti. Sabemos que Bullrich accede a él por un lazo familiar: Galimberti era pareja de su hermana Julieta. Galimberti le abre las puertas a un mundo en el cual ella podía encontrar algo así como su identidad.

Bullrich es una especie de fiel escudera de esa personalidad sinuosa y ambigua que era Galimberti. Junto a él, vive determinadas situaciones que la van a marcar para siempre. Por ejemplo, uno de los grandes hallazgos del libro fue haber descubierto un detalle del secuestro de los hermanos Jorge y Juan Born, que durante 43 años estuvo oculto: uno de los muertos durante el secuestro de los Born, en el cual Patricia tuvo un rol incidental porque le hicieron hacer un par de tareas de inteligencia precisas -como monitorear el tránsito de la zona del hecho-, aunque tal vez sin que ella supiera quiénes eran los blancos. En esa operación, cuyo mando táctico estuvo a cargo de Galimberti, y el mando estratégico a cargo de Roberto “El Negro” Quieto, mueren dos personas: el chofer, que en el momento de la emboscada manotea la guantera para sacar un arma, y un señor que estaba sentado al lado, y que ese día no tenía que estar en ese auto. Por esas cosas de la vida, sí estaba y muere ametrallado.

Esa misma noche se supo que ese hombre era un gerente de Molinos Río de La Plata, que esa mañana había tenido la mala ocurrencia de ir a desayunar con Jorge Born. Ese hombre se llamaba Alberto Bosch. De casualidad, y 43 años después, pude determinar que Alberto Bosch era el tío segundo de Patricia. Desde luego, ese tipo de situaciones repercuten en el espíritu de una persona joven y hace que establezcan pactos duraderos con quienes motorizaron esa circunstancia.

Es muy interesante leer el capítulo donde armas el árbol genealógico de Bullrich, que se remite a los padres fundadores liberales de Argentina.
Me impresionó mucho que el primer Bullrich que llega a este país es August Bullrich, un mercenario alemán que es capturado por las tropas de las Provincias Unidas del Río de La Plata, en la batalla de Ituzaingó, durante la guerra con Brasil. Este hombre se casa con una chica criolla, hija de un hidalgo español, que fue fusilado por Juan Martín de Pueyrredón luego de la famosa conspiración de Álzaga contra el Primer Triunvirato. Por otra parte, Juan Martín de Pueyrredón años después se casa con una jovencita de 13 años, cuyo padre también había sido fusilado por Pueyrredón en esas mismas circunstancias. Los lazos del azar hacen que esas dos familias, que desembocarían años después en Patricia Bullrich, estuvieran anudadas por cosas tan extremas como un paredón.

Tanto los Bullrich, a través de Adolfo Bullrich, hijo de Augusto, el rematador que hizo su fortuna en base a las tierras ganadas a los indios durante la Campaña del Desierto, y los Luro, que es la otra rama materna de los Bullrich, se ven anudados por la señera figura de Julio Argentino Roca, tanto en la Campaña del Desierto como en la función pública cuando era presidente. En ese sentido, hay una especie de simbolismo con lo que, casi un siglo y medio después, haría Patricia Bullrich en el sur del país con su ofensiva contra el pueblo mapuche.

¿En la década de 1980 se ve más clara la sinuosidad política de Bullrich?
Es una característica de ella, pero no es que cambia. Toda esa travesía y esa parábola de esa metamorfosis desembocan en una certeza: Patricia sigue siendo la misma. Eso significa que, de algún modo, su proyecto político no es otro que la acumulación de poder, sea donde sea. La acumulación de poder y de otras cosas, porque desde fines de la década de 1970 descubro que Galimberti tiene una obsesión en la cual, para saciarla, Patricia lo sigue a pie juntilla, que es la guita del rescate por el secuestro de los Born. Eso, más allá de las diferencias políticas con la conducción de Montoneros, motoriza la animosidad que tenía Galimberti hacia la conducción. Galimberti, que había participado en el secuestro de los Born, no mordió ni un solo billete de los 60 palos verdes que se cobró por el rescate.

En consecuencia, la fractura galimbertista de 1979, con la cual se crea el efímero Peronismo Montonero Auténtico (PMA), tiene por objetivo esa guita. También tiene ese objetivo la posterior reinserción y reconciliación de Galiberti con la conducción nacional en el Peronismo Revolucionario, que era el sello bajo el cual se cobija la estructura residual de Montoneros para seguir existiendo en 1980, y así volver a morder esa guita. Su idea era meterse, crear otra escisión y esta vez sí quedarse con la guita, lo cual no lo logra. Finalmente, araña algunos manguitos de esa fortuna cuando es convocado por Born para ser testigo en la demanda a la familia Graiver por la recuperación de los 17 millones de dólares que Montoneros les había dado para reinsertarlos en el circuito legal.

Es para destacar la participación de Patricia en el proyecto que encabeza Galimberti por establecer un pacto de reconciliación con los represores de la dictadura. Alfonsín, al enjuiciar a las Juntas Militares firma un decreto para enjuiciar a las cúpulas guerrilleras, y Galimberti queda en off side. Entonces toma una posición muy crítica ante la teoría de los dos demonios, pero no planteando que había un solo demonio que declaró una persecución sangrienta y con fines de exterminio contra toda la sociedad argentino, sino que plantea lo que llamo la “teoría de los ángeles caídos”, que consistió en poner en un mismo plano de inocencia penal a los represores y a los guerrilleros.

Y Patricia aboga por eso. Incluso, ellos se relacionan con Guardia de Hierro por dos razones. La primera, porque Alejandro “El Gallego” Álvarez, que era el líder de Guardia de Hierro, a fines de 1982, después de la guerra de las Malvinas, había elaborado un documento que se llamaba “Unidad de los combatientes”, donde planteaba la “teoría de los ángeles caído” para garantizar la gobernabilidad de un futuro gobierno peronista, sin saber que iban a ganar los radicales. Por otra parte, porque ellos tenían contactos con los represores y entonces Galimberti se relaciona con El Gallego Álvarez, y Patricia con el ex diputado Mario Gurioli, otro Guardia de Hierro, entre cuyos asesores estaba Jorge Radice, el represor de la ESMA, que es el tipo con el cual Galimberti y Patricia toman contacto y se hacen grandes amigos. Ahí se da una empatía hacia la represión que a Bullrich le duraría hasta el presente.

¿La génesis de la actual Patricia Bullrich siempre estuvo presente en su historia política?
Totalmente. La política y la ideología fue un medio, la cuestión era siempre estar donde caliente el sol. En un momento dado, en la década de 1970, no había por qué no pensar que el socialismo nacional iba a ser el futuro del país. Entonces ella estaba ahí. El discurso, los argumentos políticos y los principios, eran simplemente medios para practicar una metodología, que sería una constante en su vida política, que es el alpinismo político.

En la época del Mundial de Fútbol hay toda una polémica en el exilio, en la cual se planteaba boicotear el mundial o utilizarlo para mostrarle al mundo lo que era el régimen militar. En España, donde Patricia estaba organizando por cuenta de Galimberti a la JP del Movimiento Peronista Montonero, ella aboga por el boicot. Pero Galimberti la llama desde México y le dice: “Pelotuda, no leíste la postura de Montoneros sobre eso”. Al día siguiente, empieza a abogar, por lo contrario. Lo mismo pasa con la contraofensiva de Montoneros. Al principio, ella reclutaba gente para ir a la contraofensiva, hasta que se produce la ruptura (de Galimberti) y, de golpe y porrazo, a los tipos que había reclutado les dice que no vayan.

Viene a mi memoria otro episodio que la describe por entero: cuando ya era diputada menemista, que había ganado en la lista de Erman González, en un momento dado renuncia, sobreactuando su indignación ante un caso de corrupción. Ella se estaba yendo con Domingo Cavallo, a quien veía con grandes oportunidades de ser la estrella del post menemismo. Su sobreactuación era tan burda que Eduardo Varela Cid, que era su compañero de bancada, se la recrimina y ella le dice: “Yo no estoy acá para hacer negocios”. Y Varela Cid le responde: “Mirá, piba, tu único negocio es la acumulación de poder”. Eso es Patricia.

Por otra parte, ella siempre ofreció ser el ariete operativo de todos los espacios políticos que ocupó. En definitiva, en ese largo peregrinaje, Patricia logró ocupar únicamente dos puestos ejecutivos en los peores gobiernos que hubo en este país: en el de la Alianza y en el de Macri. En esos gobiernos hizo las tareas más horribles.

¿Cómo analizas la gestión de Bullrich como ministra de Seguridad?
—Su tarea, y lo que la convierte dentro de los parámetros del macrismo en una ministra exitosa, es tener en sus manos lo más fácil de esta gestión: cagar a palos a la gente. Algo mucho más fácil que sanear la economía o saciar las necesidades de la población desde el ministerio de Desarrollo Social. Para eso, ella hace un pacto con las fuerzas de seguridad que es muy simple: demagogia punitiva a cambio de la vista gorda con los negocios. Su gestión y su relación con las fuerzas de seguridad se asientan en el autogobierno policial que, como todos sabemos, está cifrado en la autofinanciación policial a través de la caja delictiva. Es, en definitiva, un pacto mafioso.

Hay determinadas circunstancias, detalles y penumbras que le van a ir en contra cuando todo esto se termine. En el libro, pormenorizo y detallo su relación con Marcelo D’ Alessio, los servicios que le prestaba en su calidad de agente inorgánico del ministerio de Seguridad, además de prestar servicio para otros organismos no menos oscuros como la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Detrás de cada logro operativo de Patricia está D’Alessio. Pero aún hoy, ella dice por televisión que a D’Alessio se lo habían presentado una vez y le pareció un lunático y no le dio más bola.

La captura de Pérez Corradi, que desemboca en un papelón porque tenía que declarar contra Aníbal Fernández y termina ensuciando a Ernesto Sanz, que era el aliado radical de Cambiemos, por una coima, es otro caso. Todos los operativos anti drogas grandes, como el Bobinas de Acero, se los entregó D’Alessio. O el caso Gómez Centurión, al que lo engarronan mal, tan mal que hasta es restituido en su puesto, convirtiéndose en una especia de capitán Dreyfus del macrismo. Cuando le allanan la casa a principio de este año a D’Alessio, encuentran todos los materiales del seguimiento de inteligencia que se hizo sobre Centurión. De por sí, Patricia está engrampada en esa causa, y tarde o temprano tendrá que dar explicaciones. En estas cosas se cifra la trastienda de su gestión. Además, la reapertura del caso Maldonado va a ascender hacia sus tres funcionarios más estrechos: Pablo Noceti, Gonzalo Cané y Daniel Barberis.
¿Cómo ves el futuro de Patricia Bullrich?

No quisiera estar en sus zapatos. Por la edad que tiene y por cómo sale del gobierno, no creo que pueda encontrar nuevos horizontes o nuevos lugares donde el sol caliente. Desde el punto de vista penal, preferiría ser el Gordo Valor.

leandroalbani@gmail.com

miércoles, 1 de agosto de 2018

Alerta, a los “Cascos Blancos Argentinos” presentes ya en nuestra frontera habrán de sumarse sus homónimos sirios


Por Carlos E. Lippo:
"… Estamos muy agradecidos por todo el trabajo que los Cascos Blancos (de Siria) continúan haciendo en nombre del pueblo de su país y en nombre del Gobierno de Estados Unidos y de todas las fuerzas de la coalición". Hearher Nauert, portavoz del Departamento de Estado estadounidense

Hace algunas semanas, en un artículo que publicásemos con el título de  ¿Qué han venido a hacer los “Cascos Blancos” de Argentina a nuestra frontera con Colombia? (1), dábamos cuenta de la llegada de sendas misiones de dicha organización, adscrita formalmente al ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la república Argentina, a las poblaciones colombianas de Cúcuta (Norte de Santander) y Maicao (La Guajira), fronterizas con Venezuela y enclavadas en dos regiones totalmente abandonadas por el estado colombiano desde el punto de vista sanitario, al extremo de que en la última de ellas cerca de 400 niños menores de cinco años han fallecido de hambre en los últimos años, proyectándose una cifra de 64 fallecimientos durante el presente año, en caso de que no se logre revertir la tendencia actual (2).



En el mencionado artículo decíamos que la misión médica argentina llegada a sus sitios de trabajo el pasado 23 de junio, para permanecer en ellos hasta diciembre próximo, ya había comenzado a desarrollar su agenda visible, que al parecer y con base en las declaraciones dadas por algunos de sus miembros,  incluye además de las tareas de asistencia médica el contribuir a seguir posicionando la matriz mediática de la supuesta “crisis humanitaria” en Venezuela.

También señalábamos que era necesario desvelar la agenda oculta de la misión, dada la natural suspicacia generada por la extrema animadversión hacia nosotros exhibida por el gobierno de Macri en escenarios como la OEA y el “Grupo de Lima”, así como por su extrema sumisión a los dictados del imperio y su probada disposición a sumarse en la primera línea de la tan anunciada intervención militar.

Ocurre sin embargo, que algunos hechos que hemos conocido con posterioridad a la publicación del citado artículo contribuyen de manera significativa a desvelar dicha agenda, al propio tiempo que aumentan considerablemente nuestra suspicacia; entre tales hechos podemos mencionar:

             Unas altamente reveladoras declaraciones ofrecidas por el extitular de “Cascos Blancos”, Gabriel Fucks al diario “Tiempo Argentino” (3), señalando entre otras cosas: que la misión en la frontera colombiana "tiene más que ver con una política de presión hacia Venezuela en sintonía con la posición que tiene el gobierno argentino en la OEA que a la necesidad de montar una acción de asistencia sanitaria"; que “… cuando los “Cascos Blancos” intervienen sobre todo en países de América Latina, en general se articula con todos los países afectados y no con uno solo", como está ocurriendo en este caso; y que "Si acá existiera una crisis humanitaria de una migración incontrolable que necesitara de la presencia de los “Cascos Blancos”, sería importante que la Cancillería argentina articulara con los dos países y pudiera tener una participación en ambos lados de la frontera". En las mismas declaraciones el exfuncionario diplomático, atestiguando el extremo cipayismo del gobierno Macri, señalaba que existe riesgo de intervención militar del imperio en Venezuela, aunque "No inmediato, porque Estados Unidos lo que quiere es mantener una presión permanente. Pero la Argentina siempre sobreinterpreta estas cosas, y el señalamiento de la crisis humanitaria es como una espada de Damocles que puede permitir en algún momento la intervención".

             Que la pretendida operación humanitaria de autoría presuntamente argentina, actualmente en desarrollo es realmente una operación en la que participan también el Consejo Noruego de los Refugiados y la Cruz Roja colombiana (4), la misma que aceptó sin mayores reclamos el uso ilegal de su logotipo por parte del ejército colombiano para engañar a unos guerrilleros de las FARC que iban a liberar a Ingrid Betancourt y otros secuestrados, como parte de una operación humanitaria debidamente coordinada por el gobierno del Comandante Chávez, con el gobierno de Uribe Vélez en el 2008; lo cual le da el carácter de una operación internacional multinacional.

             Que este delicado carácter internacional, es confirmado por otros que señalan que la operación se viene desarrollando con el acompañamiento de la Cruz Roja Internacional y ACNUR (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) (5), instituciones que teniendo la obligación de haber coordinado con nuestro gobierno, ni siquiera han intentado hacerlo aún.

             Que aunque “Cascos Blancos” es una organización adscrita al gobierno argentino recibe financiamiento de numerosas instituciones argentinas de carácter privado tales como: la OSDE, que es la primera red de servicios médicos asistenciales de Argentina; el CEMIC (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas de Argentina); la ALAMI (Asociación Latinoamericana de los Sistemas Privados de Salud; y el CSIS (Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales; así como también de B´Nai B´rith Internacional, una ONG de presunto carácter filantrópico, de confesión judaica fundada en Nueva York (5). Siendo el caso de que como es ampliamente conocido este tipo de organizaciones privadas jamás da “puntada sin dedal”.

             Que algunos de los elementos que integran este tipo de organizaciones, adicional a sus conocimientos sanitarios también son duchos en el arte de matar o apañar a asesinos en otros países, así como además en perpetrar “falsos positivos” y ataques de bandera falsa, como ha ocurrido en Siria. Siendo oportuno y necesario recordar que el grupo llegado de Argentina, bajo la bendición del presidente Mauricio Macri y en contubernio con el saliente mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, como parte de una farsa montada en el aprovechamiento de la próxima asunción de Iván Duque, tiene por fuerza que contar con aquiescencia y protección de las fuerzas militares norteamericanas acantonadas en las bases de la OTAN desde la época de Uribe Vélez, quien aprobase el establecimiento de las primeras siete.

Resulta evidente que hechos como los anteriormente reseñados no hacen más que afianzar la hipótesis que formulásemos en el artículo citado a comienzos de estas notas, consistente en que la operación de “asistencia” internacional de la que hemos estado hablando tiene una altísima probabilidad de estar asociada a la intervención militar multiestatal de Venezuela, asomada de manera explícita por Donald Trump en agosto de 2017, y en la cual según opinión de las insignes compañeras de origen argentino Stella Calloni, periodista y analista geopolítica y Adriana Rossi, directora del “Observatorio Geopolítico de los Conflictos”, la Argentina de Macri ha decidido colocarse en la primera línea de ataque junto a las fuerzas armadas del imperio, así como las de Colombia, Perú, Panamá y Brasil.

Comenzando ahora a abordar el tema central de estas notas es necesario decir que la organización conocida con el nombre de “Cascos Blancos” de Siria, que se anuncia fraudulentamente como la organización de defensa civil de ese atribulado pero heroico país hermano, es una “ONG humanitaria” que tiene como propósito declarado la protección y asistencia de civiles en las zonas controladas por los distintos “grupos rebeldes” opuestos al gobierno legítimo de Bashar Al Assad, en el marco de la invasión imperial eufemísticamente llamada por las potencias occidentales, la guerra civil de Siria.

Se trata de una organización creada y dirigida por James Le Mesurier, un oficial del MI6 inglés, distinguido en 2016 por la reina Isabel II con el rango de Oficial del Imperio Británico, que se ha dedicado fundamentalmente  a publicar en internet videos con imágenes sangrientas que supuestamente muestran los “crímenes del régimen de Al Assad” y de los que se ha demostrado que están realizados con actores y con fines de propaganda; para el logro de sus fines cuenta con un generoso financiamiento de Estados Unidos a través de la USAID, así como de algunas de sus principales potencias aliadas: Alemania, Dinamarca, Francia, Japón, los Países Bajos y el Reino Unido. Tan espléndido financiamiento les ha permitido disponer de equipos de filmación de la más alta tecnología y hasta lucir cascos de afamadas marcas, más aptos para la práctica de deportes extremos que para su utilización en un frente de combate. El gobierno francés llegó al extremo de proponerlos al Premio Nobel de la Paz, cuando realmente debió hacerlo al Premio Oscar de Hollywood en la categoría de documentales de “guerra ficción”.

Es un hecho comprobado que siempre han estado detrás de los ataques con armas químicas, reales y ejecutados como ataques de falsa bandera, o ficticios, pero siempre atribuidos a las fuerzas de Al Assad; sin embargo también han participado en no pocos combates al lado de los terroristas, muchos de ellos debidamente documentados por el ministerio de defensa de Rusia, que por ello los ha calificado como muy cercanos a Al Qaeda.

Su participación en la que ha sido sin duda alguna la más terrible de las acciones terroristas perpetradas a lo largo de este cruento conflicto a punto ya de terminar favorablemente a las fuerzas de Al Assad, cual es la contaminación de las aguas del río Barada en diciembre de 2016, fuente del preciado líquido para los más de 7 millones de habitantes de la capital Damasco, ha quedado plenamente comprobada por la suscripción de la llamada “Acta de Barada”, junto a seis de los grupos yihadistas invasores, en la que amenazaban con impedir la ejecución de las tareas de saneamiento y recuperación de las aguas, si el gobierno legítimo de Al Assad no se rendía (6); siendo oportuno señalar que esta única acción es más que suficiente para calificarlos de terroristas al servicio del imperio y sus potencias aliadas.

Desde el fin de semana pasado este inefable grupo ha vuelto a ser noticia de alcance planetario debido a la evacuación de alrededor de 800 de sus miembros, entre activistas directos y familiares, a cargo de las fuerzas de ocupación del estado sionista de Israel, a través de la frontera sur-occidental de Siria, con destino a Jordania.

Aunque mucho se ha especulado sobre la razones para haber ejecutado esta operación calificada de criminal por las legítimas autoridades sirias, es un hecho cierto que la misma fue ejecutada con el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido, Jordania, Alemania y Canadá, lo que viene a comprobar sus estrechos vínculos con el terrorismo yihadista, tantas veces negados, y por solicitud directa y expresa del presidente Trump, el primer ministro Trudeau del Canadá, y “otros grandes líderes mundiales” según ha informado el premier israelí (7); todo lo cual viene a comprobar la necesidad de evacuarlos para mantener ocultas las muchas otras atrocidades cometidas por ellos a lo largo del conflicto y lo que es más importante, la participación de sus mentores, que obviamente saldrían a la luz pública tras los interrogatorios a las que habrían sido sometidos por las autoridades sirias después de su captura. La necesidad de preservar este “valioso” grupo de mercenarios terroristas para su utilización por parte del imperio y sus aliados en cualquiera de los otros escenarios de guerra que mantienen vigentes a nivel planetario pudiese ser otra de las razones para haber acometido con prontitud semejante tarea.

A su salida de Siria, pasando por los territorios ocupados por Israel, los evacuados fueron llevados a Jordania donde presuntamente permanecerán por breve tiempo ya que el gobierno jordano sólo dio el permiso de acceso después de que Gran Bretaña, Alemania y Canadá hicieran una promesa jurídicamente vinculante de reasentarlos en sus propios países dentro de un período específico.

Realmente me preocupa muy poco el caso de los evacuados que puedan ser reasentados en Alemania y la Gran Bretaña, pues siendo terroristas los gobiernos de esas naciones, entre terroristas ya encontrarán la manera de entenderse; me preocupan si los que habrán de ser asentados en el Canadá, unos 250, de los cuales 50 son “socorristas”  y el resto sus parientes (8), una curiosa proporción que demuestra que forman parte de una curiosa fauna que gusta de invadir países para hacer la guerra acompañados de sus propios familiares. Y digo que me preocupan porque siendo el Canadá uno de los más rabiosos miembros del llamado Grupo de Lima, nada tendría de extraño que terminaran asentándolos en Colombia, país miembro de la OTAN al igual que el resto de los países occidentales involucrados en la operación de evacuación.

Resulta más que evidente que su traslado a Colombia se haría para ser incorporados junto a sus homónimos argentinos a las tareas de apoyo: mediático, operacional y eventualmente sanitario, a la intervención militar multiestatal de Venezuela, que a juicio nuestro sigue teniendo el mes de septiembre y las maniobras aeronavales conjuntas UNITAS LIX, como la fecha y el escenario de más probable ocurrencia.

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!

(1)    http://celippor.blogspot.com/2018/06/quehan-venido-hacer-los-cascos-blancos.html
(2)    https://www.telesurtv.net/news/fallecen-ninos-desnutricion-guajira-colombia--20180430-0001.html
(3)    https://www.tiempoar.com.ar/nota/el-impreciso-papel-de-los-cascos-blancos-argentinos-en-la-frontera-de-venezuela
(4)    http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/79905-cascos-blancos-real-amenaza-a-venezuela
(5)    https://www.lapatilla.com/2018/07/06/cascos-blancos-argentinos-asistiran-a-venezolanos-en-la-frontera-con-colombia/
(6)    http://www.voltairenet.org/article194858.html
(7)    https://elpais.com/internacional/2018/07/22/actualidad/1532257803_293991.html
(8)    https://mundo.sputniknews.com/orientemedio/201807221080599700-que-pais-acogera-cascos-blancos/

celippor@gmail.com

miércoles, 2 de mayo de 2018

El apreciable desde abajo para defender de la vida


Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez:
Duelen los muertos y las terribles secuelas mentales, físicas y morales de la guerra, pero duele más, que a pesar de los inagotables esfuerzos del pueblo, las elites usen su poder para impedir que la paz sea el nuevo destino del país. Ponerle trampas a la paz, inventar bandidos, crear nuevos enemigos, falsear la verdad, querer meter a los vecinos en la tragedia, es una ignominia, una crueldad sin nombre, una traición a los pactos y a la patria misma que dicen defender.



El Estado está siendo moldeado para que permanezca inamovible actuando con la misma lógica de la guerra, en la que las conquistas son de los poderosos y las derrotas de las mayorías de población, llamadas a votar por los predestinados candidatos que de día ponen las trampas y de noche recogen sus trofeos. En 1789, al firmar el pacto de derechos en Paris, las élites impusieron para sí el derecho a la propiedad y el pueblo el derecho de resistencia y rebelión, para prevenir la tiranía. Casi Doscientos  treinta años después se firmó en Colombia un acuerdo para la paz estable y duradera y las élites volvieron a ratificar a la propiedad como su sagrado derecho humano y los insurgentes solo pidieron a cambio cumplir cabalmente la constitución de 1991, en especial sobre derechos y libertades, sin embargo el estado se niega a materializar lo pactado, que retóricamente dice reconocer, pero que se resiste a implementar.

El Estado permanece desmantelado por las élites que homologan como suyos a los que consienten sus actuaciones (legales e ilegales) y denigran y persiguen a los que disienten, fracturan la sociedad haciendo creer que solo está hecha de amigos y enemigos, unos de izquierda y otros de derecha y promueve la desconfianza y el interés individual para impedir la solidaridad social. Crea la sensación de que los poderosos fueron enviados y son protegidos por la divina providencia y a quienes no se deslumbren y los adulen los llama comunistas, guerrilleros, anarquistas, ateos, negros, indios, travestidos y desobedientes, porque aborrece a intelectuales, sindicalistas, obreros, magistrados o disidentes en sus propios partidos (que no están partidos si no temporalmente divididos para obtener mejores dividendos).

Las élites en todo momento cuando hablan de paz mienten y conspiran, porque la traición al pacto ya está decidida, a las élites les interesaba desarmar a los armados y al gobernante obtener un premio nobel (y mucho más por supuesto). Traicionada la paz, en veremos la sociedad de derechos y en el limbo el estado social de derecho, solo se pueden esperar ajustes de procedimientos o retardos de efectos lesivos de la traición, pero no impedirla, salvo que las élites no estén en el poder.

Los muertos de la paz, los falsos positivos judiciales, con los que se hace populismo penal de derechas, es decir, de élites, y se instaura el perverso modelo de castigar no por lo que se ha hecho sino por lo que es la persona vinculada, es decir, no por hechos ilícitos, sino por la identidad sea racial, política o religiosa (casos recientes de Feliciano Valencia, Santrich, A. Castilla), con lo cual se violenta el principio de igualdad que excluye del estricto derecho toda discriminación por condiciones personales y sociales y de (igual) dignidad de las personas, dando lugar a una formula inquisitoria de legalización (con ultra ratificación mediática) de un (ilegal) delito cobijado con la figura de la persona ilegal[1], todo ello producto del eslabón roto hace tiempo de la división e independencia de poderes, que mantiene activa la más alta impunidad y la más baja capacidad de la justicia. 

Las reivindicaciones por la paz y las protestas de las mayorías olvidadas que reclaman respuestas a sus demandas por derechos no cuentan para la deficitaria democracia, sea la que interpreta Santos, Uribe, Vargas Lleras, Duque o Vivian, sencillamente porque todos, uno a uno o en grupo, pertenecen a la única matriz de la real política del país, que tiene en común su propia y egoísta necesidad de supervivencia a partir de conservar su statu quo, su poder y privilegios sin oposición. Todos ellos, sus partidos, movimientos y casas familiares de poder, tienen convertido al país en un territorio “envenenado por el miedo, por el odio a los diferentes y el desprecio a los débiles”.

Han sembrado minas de temor a los negros, a los indios, a los LGTB, a los gitanos, a los campesinos, a los inmigrantes, a los de izquierda, a los estudiantes, a los trabajadores y sindicalistas, a los profesores, a los intelectuales, a los artistas, a los universitarios, a las mujeres que se niegan a ser víctimas del patriarcalismo y en general a los empobrecidos, a los despojados, a los que por construir paz les incuban la semilla de nuevas guerras, a los que nacieron en la Colombia profunda del Sur o del Choco o el Catatumbo, y a las nuevas clases medias que subieron en el estrato medido por inversionistas sin escrúpulos, que se quedan con los subsidios y con las ganancias pagan los sobornos a alcaldes y concejales. Todos ellos hacen parte de la otra matriz, la de los olvidados, la que implica peligro para el statu quo de los que nunca han aceptado construir la vida y la democracia desde abajo y con más igualdad y libertades.

Los medios de comunicación hacen parte de esas elites, modulan la conciencia, repiten los mensajes del pensamiento fraudulento y ganan raiting con la difusión de contenidos para mantener la ignorancia, horas y más horas de chismes, realitys y shows y noticias cuya falsedad se conoce y no corresponde al pensamiento que construye reflexiones, bienestar, afectos y solidaridades, si no odios, machismos, resentimientos y sensaciones de venganza. Los medios, esos medios, tampoco están allí donde el pueblo se junta para resistir, porque la gente que sufre no hace parte de sus objetivos, las cadenas de radio, televisión, prensa y redes, están tomadas por las mismas elites y son propiedad privada de poderosos contratistas del estado (Ardilla Lule, Sarmiento Angulo, otros) que convierten las desdichas en oro y violentan el derecho a recibir información, la manipulan y ponen en decadencia la moral pública, hacen de la información una fábrica de consensos basados en falsedades y mentiras, en encuestas controladas y argucias que impiden el derecho a recibir informaciones y opiniones verdaderas (art. 19 DUDH y Art. 19 del pacto de DESC de 1966), que atentan contra el derecho a la misma libertad de pensamiento y de conciencia, sobre la que se levanta la política que realmente atiende las cuestiones de interés publico

 El proceso electoral en favor de las elites, vuela como cometa, aunque esta corrompido por encuestas, estratagemas (de prófugo como JJ Rendón y otros genios de la maldad) conducidas regionalmente por las clientelas del todo vale, que saltan de un partido a otro, que convierten al dolor, la carencia y la precariedad en su fuente de ganancia electoral. El odio sembrado por las elites y mejor instalado en la conciencia de buena parte de la sociedad alienta el embrujo criminal, para que la paz sea un imposible por tratarse de un derecho humano con alcance universal, es decir, para todos sin excepción, pero también para que unos asalten los gruesos recursos públicos y entren al reino de la impunidad y otros se aprovechen de la inocencia y la decencia para robarle a las calles su sentido de lucha por la vida y la democracia y las conviertan en lugares de asalto y muerte cotidiana por un celular, unos tenis, una bicicleta o simplemente por nada......De abajo saldrá la nueva democracia...

[1] Notas basadas en la lectura de poderes salvajes de Luigi Ferrajoli, Trotta, Madrid, 2011
mrestrepo33@hotmail.com

domingo, 21 de enero de 2018

Hablemos Claro

Por Tony López R.:
Colombia  

El pasado jueves 4 de enero se llevó a cabo en Cartagena de Indias, Colombia, un encuentro entre el presidente Juan Manuel Santos Calderón y su equipo de Gobierno, con la delegación del Consejo Político del Partido Fuerzas Alternativa Revolucionaria  del Común, presidido por Luciano Marín, c/p Iván Márquez, el objetivo analizar el cumplimiento de la implementación de los Acuerdos de Paz, firmados el pasado 24 de noviembre del 2016.



Según declaraciones publica  del presidente Santos Calderón,  los Acuerdos han avanzado más de lo esperado, afirmación refutada por la delegación de las FARC los que demostraron que solo un 18.3 por ciento de ellos han sido cumplimentados y precisamente no los Acuerdos estratégicos y algunos parcialmente como es el caso de los presos políticos.

Hablemos claro, el Gobierno colombiano ha venido manejando con cierta displicencia los Acuerdos  y  no ha sido firme y contundente en defender lo pactado, quedando estos  a merced de los enemigos de la paz en el Congreso y en la Corte Constitucional,  cuya animadversión política se hacen cada vez más ostensible, al  igual que el desempeño de la Fiscalía General de la República cuyas acciones en contra del Acuerdo de Paz y de la Justicia Especial de Paz,  (JEP).

Ha sido  el Fiscal General Néstor Humberto Martínez, quien influyo en el Congreso durante el debate sobre Justicia Especial de Paz, y consiguió una buen parte de las modificaciones de la JEP en beneficio de los sectores vinculados al paramilitarismo, de los grandes terratenientes financiadores de esas bandas criminales y de los sectores militares implicados en crímenes de guerra, mientras que se exime a una de las partes y se enjuiciará  a los miembros de la insurgencia.

Es en ese sentido que el nuevo Partido  Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC,  ha planteado en Cartagena “que  se puede aún salvar lo fundamental de la Ley Estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz. La JEP debe mantenerse como jurisdicción para todos los actores del conflicto, sin diferencias odiosas ni rangos de clases, porque esta nunca fue concebida exclusivamente para enjuiciar a las FARC. No se puede vulnerar el principio de igualdad de las partes. El sistema Integral fue creado para examinar las responsabilidades de todos los actores en el conflicto. Teniendo en cuenta que solamente la verdad puede sanar las profundas heridas ocasionadas por el conflicto, debe ser una obligación para todos ofrecerla de manera amplia y suficiente”.

No hay que olvidar que  el pasado mes de septiembre de visita de trabajo en Colombia la Fiscal de la Corte Penal Internacional Fatou Bensouda se fue muy descontenta de la reunión con el Fiscal General de la República al declarar públicamente que “le habían solicitado pruebas al Fiscal que demostraran investigaciones serias y contundentes contra los militares acusados de permitir falsos-positivos y no obtuvo ningún compromiso a su solicitud” dichas declaraciones a la prensa colombiana e internacional  se produjeron a la salida de su reunión con el  Fiscal General de la República de Colombia.

Según se conoce públicamente la Fiscalía ha impedido la puesta en marcha de la Unidad Espacial de Investigación de crímenes del paramilitarismo contemplada en el numeral 74 de la JEP. Para ello, ha bloqueado las necesarias reformas constitucionales para que esta unidad pudiera funcionar con autonomía dentro de la Fiscalía General de la Nación. Aunque el Fiscal manifestó que estaba de acuerdo con que, para garantizar la autonomía de la Unidad Especial, eran necesarias reformas constitucionales, terminó bloqueando su realización.

En resumen la paz en Colombia está en una crítica situación y  tanto la mayoría parlamentaria en el  Congreso Nacional, la Corte Constitucional y la Fiscalía General de la República, dos de los Poderes del Estado en Colombia, más la laxitud y la burocracia en el Gobierno ha conspirado para que varios de los Acuerdos Estratégicos no se hayan podido implementar y algunos se han hundido en los debates parlamentarios, precisamente por los sectores que siempre han sido enemigos de la paz y que se benefician con la guerra, a costa de la sangre del pueblo.

Es así como la Reforma Política, la Reforma Rural Integral,  el tema de la sustitución  de cultivo ilícitos, las Circunscripciones Territoriales Especiales de paz, la continuidad de centenares de presos políticos pertenecientes a las FARC en las cárceles de Colombia, la falta de financiamiento para proyectos productivos y  la lamentable y luctuosa criminalidad contra líderes comunales y ex guerrilleros de las FARC, que ya llegan a la increíble cifra de  más de 180 víctimas producidas por agentes del Estado y paramilitares, según denuncian defensores de derechos humanos y agrupaciones sociales, pueden hacer fracasar un proceso, solo por mezquinas ambiciones de una oligarquía que habla de una democracia que no practica y lo que es peor, que se convierte en aliadas de sectores delincuenciales y criminales de guerra.

Nada ha parado a estos sectores, ni el apoyo unánime del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que el pasado 30 de noviembre hizo público un comunicado que especifica que el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la construcción Estable y Duradera, es un documento oficial del Consejo de Seguridad de la ONU.
Dios salve a Colombia.

(*)  Periodista, politólogo y analista internacional.
La Habana,  5 de enero de 2018.  Especial para el diario Por Esto, Mérida, México
jorgarcia726@gmail.com