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sábado, 1 de junio de 2019

Los deberes de un alcalde


Por Carolina Vásquez Araya: 
Dedicar fondos a adornar la ciudad sin atender problemas esenciales, es un fraude.

Una ciudad es un espacio dinámico y complejo en donde concurren innumerables factores para ofrecer a sus habitantes los servicios y sistemas adecuados que les permitan vivir en un ambiente saludable y de ese modo dedicar tiempo, esfuerzo y creatividad a desarrollar otras actividades para contribuir al bienestar colectivo. Quien dirige la orquesta –es decir, el conjunto de entidades encargadas de distintas áreas de atención- no solo debe poseer la capacidad y el liderazgo para inyectar en su equipo la energía y el compromiso necesarios para sus distintas labores, sino también poseer la visión de futuro que le permita proyectar de manera inteligente las rutas de crecimiento urbano en todos los órdenes: servicios básicos, transporte, tratamiento de desechos, infraestructura y tecnología adecuados para crecer al ritmo de una población en constante movimiento y acelerada expansión.


Un alcalde es el servidor público por excelencia. Al ser responsable de temas de tanta importancia como el abastecimiento de agua o la extracción y tratamiento de millones de toneladas de basura producida por cualquier ciudad de regular tamaño, entre otras muchas obligaciones, su desempeño es contantemente evaluado por los vecinos y, del mismo modo, sujeto a una estrecha fiscalización; ya que nada es más importante en una ciudad, un vecindario o un hogar, como la provisión adecuada de los servicios que permitan a los pobladores dedicar su energía a producir en otras áreas y les ofrezcan calidad de vida a cambio de su obligatorio aporte económico.
 
El desarrollo equilibrado de un complejo urbano es uno de los puntos esenciales en un plan bien estructurado de gobierno municipal. Por ello, para otorgar cierta legitimidad a la inversión en proyectos cosméticos o dirigidos a embellecer algunas privilegiadas zonas residenciales o comerciales en donde se concentra la mayor riqueza económica, estos se deben efectuar después de haber realizado los más esenciales en toda la extensión del complejo urbano. Porque es absurdo pretender engañar al público con trabajos superficiales si la gente carece de lo más elemental como agua potable, alcantarillado, calles pavimentadas, sistemas modernos de tratamiento de desechos o un sistema de transporte colectivo seguro y confiable.

El gobierno municipal, por lo tanto, tiene la absoluta obligación de transparentar sus finanzas y poner toda información relacionada al alcance de los vecinos, dado que parte importante de sus fondos proceden, precisamente, de sus aportes. Esta forma de proceder debe ser no solo un gesto de buena voluntad por parte de las autoridades del municipio, sino una exigencia seria y consistente por parte de la ciudadanía y de los medios de comunicación cuyo deber es, también, informar al público sobre el desempeño de quienes manejan ese delicado y complejo sistema de administración.

Un alcalde y su equipo, al ser electos por los habitantes del municipio y financiados por ellos en una buena proporción, tienen la absoluta obligación de rendirle cuentas de manera periódica y con total transparencia. Su actitud ha de ser de servicio y no de imposición, toda vez que son servidores públicos y su misión trasciende el marco temporal de su administración para afectar de manera decisiva el futuro del conjunto urbano bajo su cargo. La calidad de una administración municipal se refleja con la mayor precisión en la calidad de vida de sus habitantes: en la fluidez del tráfico, en servicios públicos eficientes y en el desempeño de sus equipos de apoyo especializado; no en las flores de los arriates.

elquintopatio@gmail.com

miércoles, 20 de febrero de 2019

Indicios de cómo se le roba al Estado los hay y en abundancia…


Por Iván Oliver Rugeles:

Es de vital importancia que la ANC ante la reforma de la Ley de la Contraloría que le ha propuesto con carácter de urgencia nuestro Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, tome debida nota de esta realidad que resumimos en el título y adopte la acertada decisión de rescatar los controles preventivos, es decir los conocidos Controles Previos al Gasto y al Pago, como mecanismos indispensables para impedir los ilícitos que se cometen en los entes públicos cuando se elaboran los proyectos de compromisos financieros para la adquisición de bienes y servicios, básica y fundamentalmente en lo que respecta a los precios justos y razonables…

Una vez más recordamos que si realmente existe la voluntad de erradicar de raíz la corrupción en el país, es indispensable rescatar los mecanismos del Control Previo al Gasto y al Pago a los proyectos de compromiso estatales, más allá de que se adelante el muy necesario y riguroso análisis integral de la Ley a reformar, que incorpore a la misma todas aquellas opciones de revisión y fiscalización que permitan accionar, sin demora alguna y con la garantía de absoluta de obtener resultados efectivos, contra quienes se les detecte como autores directos o cómplices necesarios en hechos delictivos en perjuicio de los dineros y bienes público.

Hay indicios y suficientes para sospechar si alguien se ha metido a corrupto, al margen de los que puedan ser determinados a partir de una exhaustiva revisión de los respectivos expedientes, como lo es la riqueza súbita que generalmente es exhibida como demostración de “inteligencia y superioridad” y eso el pueblo que es sabio, que nos es pendejo, lo detecta de inmediato.

Al pueblo la duda le pica y mucho cuando advierte que fulano, mengano y zutano, a quienes conoce de sobra y por muchos años, en nada bueno andan, pues desde que se enteró que los designaron funcionarios en el Concejo Municipal, o en la Gobernación o en el Ministerio equis, o en el Instituto Autónomo tal, o en la Empresa Estatal zeta, sus vidas dieron un vuelvo de ciento ochenta grados; se mudaron sin previo aviso del barrio “El Viento” y ahora disfrutan de lujosos apartamento y/o quintas en el Este del Este, bienes esos que los compraron y los pagaron de contado, como así lo vocean con desbordante petulancia … y a eso le añadimos, además, el derroche permanente en francachelas y entre otros excesos, como la adquisición de joyas muy costosas, la exhibición de autos y camionetas de muy alta gama en que andan él, su esposa y sus hijos, los viajes muy frecuentes de placer a Punta Cana o a Miami y paremos de contar, porque son muchos los detalles que se pudieran relacionar…
El propio presidente Hugo Chávez habló sobre este tema en infinidad de ocasiones y esto decía (palabras más, palabras menos):

“…qué más pruebas que esa riqueza súbita, para saber que, efectivamente, es producto del robo al Estado. No es necesario que seamos expertos en investigaciones criminales y lavado de dinero sucio, para advertir que esas son evidencias determinantes para abrir de inmediato una investigación de oficio, pues muy cuesta arriba le resultará al señalado de esas prácticas, demostrar cómo obtuvo esa riqueza con el sueldo que le paga el Estado…”
Y en muchas ocasiones concluía sus reflexiones sobre el tema de la corrupción, advirtiéndoles a los mismos funcionarios de su gobierno, que si querían hacer dinero se habían equivocado de rumbo, que los cargos públicos son para servirle al pueblo, no para hacerse ricos, de manera que quienes eso no lo entiendan, que agarren ya y sin más demora  sus macundales y se vayan del gobierno; yo no quiero zánganos a mi lado...

En otra ocasión planteó esto que muchos de quienes en ese entonces (2009) hacían parte de su gobierno, debieron estremecerse en sus asientos:
“…si yo, por ejemplo, en este momento renunciara a la Presidencia de la República y bueno, me voy. Dentro de un mes o una semana o mañana mismo aparezco yo en Apure con un hato, yo que no tengo una hectárea, ni nunca tuve. Ah, Chávez ahora tiene un hato, mira las camionetas que carga, mira y ahora anda en un avión, Chávez, oye, el tipo compró allá en las islas del Caribe, por allá en cualquiera de ellas, ahora tiene una mansión. Bueno, resulta que sin duda Chávez robó, se robó la plata del pueblo. ¿Quién puede dudarlo? Mira, pero no hay pruebas. La prueba son sus bienes, la prueba es su estilo de vida. ¿No es así, señor Contralor, verdad? Si él no demuestra de dónde sacó dinero y de dónde saca dinero para sostener un nivel de vida de ese tipo, pues Chávez tiene que ir a prisión, hay que decomisarle o quitarle todos los bienes que adquirió. Bueno, hagámoslo, hagámoslo…“.*

No es ni ha sido un secreto para nadie que la mayoría de las trapacerías y robos a los dineros públicos se traman y se perfeccionan a través de los sobreprecios de los bienes y servicios que adquiere el Estado para su funcionamiento.

El propio Fiscal General, Tarek William Saab, así nos lo ha dicho en sus comparecencias en la televisión para informarle al país sobre las investigaciones que adelanta la Institución bajo su responsabilidad, que las graves irregularidades en el tema de la corrupción detectadas desde que asumió tan relevante cargo, en PDVSA y en varias de sus filiales, así como en Cencoex y en otras reparticiones públicas, que le han permitido llevar a la cárcel a decenas de funcionarios, de los cuales más de cien ejercían cargos de muy alta gerencia, como ministros, presidentes y vicepresidentes de empresas públicas, eran perfeccionadas, en la mayoría de los casos, a partir de la excesiva discrecionalidad que esa gente tenía en el manejo de los recursos presupuestarios, en donde brillaban por su ausencia todo tipo de controles preventivos, por ejemplo en el tema tan importante como lo es el proceso de  verificación de la razonabilidad de los precios de los bienes y servicios, pues la revisión de los correspondientes proyectos de compromiso se quedaba sólo y únicamente en verificar si había o no disponibilidad presupuestaria y ojo…!, previsión ésa que jamás se deja de hacer, obviamente,  porque  con ella se garantiza que el plan de quedarse con una buena "tajada", es una realidad, pues allí está dinero… Y aclaramos que no decimos esto con ironía, sino que es así lo que ocurre y nos atrevemos a asegurar que esa práctica se extiende a casi todo el entramado de la burocracia pública…

Hay mucha corrupción, como el país todo lo ha estado viendo y toda ella, o en su mayor parte, se planifica, -lo reiteramos- a través de los sobre precios, tal y como lo observa el Fiscal General, por lo que una vez más y ante el anuncio de ayer al país del propio Contralor General, Elvis Amoroso y de algunos miembros de la Comisión respectiva de la ANC que ésta se dispone a estudiar la  propuesta de reforma de la Ley de la Contraloría que le ha planteado el Presidente Maduro y que entendemos, la hará a la mayor brevedad por expreso pedido de éste, pedimos que se tenga muy presente en ese estudio esa realidad a la que nos hemos referido, a los fines de que, por fin, se rescaten los mecanismos del Control Previo que contempló dicha Ley hasta finales de 1995 para la Administración Central y que, como los hemos estado sugiriendo nosotros desde hace ya bastante tiempo a través de estos mismos medios, se amplíe dicha potestad para ejercer ese control preventivo a todos los entes del Estado que manejan recursos públicos, lo cual hoy es perfectamente posible hacerlo, gracias a los fabulosos e increíbles adelantos tecnológicos de los sistemas digitales de la información  que garantizan no sólo una revisión de control irrefutable y en tiempos sumamente cortos para algunas fases de la revisión y en tiempo real, lo damos por seguro, para otras, como lo es, por ejemplo, el chequeo de la partida presupuestaria respectiva y si la misma tiene o no disponibilidad…     

(*) Tomado del artículo “Lineamiento de Hugo Chávez Frías: guerra a muerte contra la corrupción”, publicado en el portal de Aporrea el 1 de agosto de 2009, bajo la firma de Henry Escalante.

rioliverr@gmail.com