miércoles, 21 de octubre de 2020

El ocaso de la Escuela Sudamericana de Defensa, un fracaso planeado de la integración regional en el ámbito de la seguridad

 Por Pedro Guedes y Bruno Lima Rocha: 

Hay una controversia, un profundo dilema, debatir qué papel, cuáles son los papeles de las Fuerzas Armadas en América Latina. Un concepto demostrado en los años 60 y 70 del siglo XX dijo que "ninguna fuerza reaccionaria es antiimperialista". En el apogeo del realismo regional, la Guerra de las Malvinas demostró plenamente esta hipótesis. En Centroamérica, había dos caminos. Uno, más formal, el Ejército se transformó en una Guardia Nacional que operaba como una defensa interna, o el mantenimiento del orden. Otra, menos cínica, fue la Guardia Nacional Somoza, de la dinastía de las tres Somoza, barrida a la basura con la Revolución nicaragüense. 

Ilustración de Rafael Costa

Otro problema grave es el nacionalismo, o la falta de él, o la noción de lo que sería un "nacionalismo latinoamericano". Nuestro continente tiene una profunda dimensión. De pueblos originales, territorios resistentes de la sede afroamericana, luchas implacables de una pobreza de desconversara y que la modernización no se ha incorporado definitivamente. Por otro lado, nuestros países tienen, en mayor o menor medida, y Brasil en un grado muy alto, una noción de "nacionalismo" donde la nación no es el espejo del pue-blo, los pueblos de los Hembras, sino más bien un espejo retorcido de una élite reaccionaria, patética, colonizada y sumisa. Es repugnante, incluyendo el militar de alto rango, cuya versión más "sincera" es la crema de los milicos de Pinochet, que aniquiló la infra-estructura independiente del país y la dejó empobrecida y plenamente incorporada a las redes transnacionales del eje Pacífico, incluidas las capitales asiáticas. 

A principios de este siglo, cuando, en la conjunción de los gobiernos socialdemócratas y de desarrollo nacional promovidos por Chavista Venezuela y la Alianza Bolivariana (AL-BA), nuestros países experimentaron un momento más elevado de acercamiento y con-junción. Una vez más, muy lejos estábamos formando ejércitos populares, como el republicano liberal-radical que se enfrentó a la invasión gringa, la dictadura de Santa Anna, hizo la Guerra de la Reforma y expulsó a los invasores franceses, pero fue un paso relevante, especialmente para las estaciones que forman la columna vertebral de las Castren instituciones. En este sentido y con todos los "enganches" la Escuela Sudamericana de Defensa (EDSA) fue uno de los pasos más audaces de la integración regional en el área de Defensa y Seguridad jamás emprendida. 

Su creación surgió de la necesidad de coordinar los esfuerzos de defensa a nivel regio-nal en América del Sur. Es lógico, si los Principales Estados de las fuerzas armadas pro-mueven e insuman competiciones regionales (como Brasil x argentina; Chile Vs Argentina; Perú X Chile, Bolívar X Paraguay; Perú X Ecuador; Venezuela X Colombia, Venezuela X República de Guyana), la mentalidad de competencia en el mismo bloque continental alcanza un nivel de tensiones como la ya experimentada en los años 70 (en la disputa argentina y chilena), o en los años 90 (con peruanos y ecuatorianos declarando la guerra). Aunque el subcontinente es una región considerada pacífica, en comparación con otras regiones desde un punto de vista geopolítico, tiene problemas y cuellos de botella, como el narcotráfico, las políticas de modernización que no dan lugar a carreras armamentísticas y la creación de políticas de seguridad regionales que se ajusten a las peculiaridades de la región. Por lo tanto, si la Escuela finalmente expandiera las opiniones antiimperialistas al no dar prioridad a las agendas de seguridad del Comando Sur del Imperio de los Estados Unidos, ya significaría un progreso considerable. 

EDSA fue creado teniendo en cuenta estos problemas. Al principio, este órgano sería el espacio donde los militares de los países miembros completarían sus estudios, con el objetivo de responder a estas preguntas, con la mínima interferencia o adoctrinamiento de países fuera de la realidad y las especificidades de América del Sur [1]. 

Además, esta Escuela Militar serviría como foro para el debate de las políticas de defensa conjunta entre los países miembros, dentro del ámbito del Consejo de Defensa Suramericana (Consejo de Defensa Suramericana) [2]. Por lo tanto, al mantener la Unión de Naciones del Sur y asegurar la coexistencia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la mayor proyección, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC), la Escuela sería un anticaspa de las Américas, un intento de contrarrestar la influencia permanente de los gringos y poderes con tradición imperialista en las filas de oficiales de las fuerzas armadas de nuestro continente. Es importante en-tender que cuanto más integrado, menor sea el riesgo de caer en manipulaciones de la CIA, DEA, FBI, NSA y otras interferencias clásicas de los Estados Unidos en nuestras sociedades. 

Como explicamos anteriormente, aunque sin conflictos importantes desde la Guerra del Paraguay, entre 1864 y 1870[3], América del Sur experimentó una serie de conflictos militares a lo largo del siglo XX. Este conflicto, ocurrido entre abril y junio de 1982, fue la Guerra de las Malvinas, oponiéndose a Argentina al Reino Unido. Según la lógica de UNASUR-ALBA-CELAC, un conflicto como el de las Malvinas no se desencadenaría sin el respaldo de otros países miembros y aún menos toleraríamos más dictaduras militares como la Junta Militar que había promovido el genocidio contra la propia población. 

Además de estas experiencias, el narcotráfico en la década de 1990 resultó ser un problema complejo y casi insuperable para los países de la región, que culminó con la intervención de Estados Unidos en Colombia en la década de 1990[6] a través de su plan de apoyo y equipo al gobierno local. Todavía tenemos relación con este problema, la quiebra del Estado peruano en la misma década, be970, be970, acosado por el auto dilapido golpeado por el presidente Fujimori. 

La dinámica de seguridad impuesta por el Plan Colombia es muy preocupante; la intención de los gringos era invertir el envío de recursos desde el comercio minorista de tráfico al país de los cárteles de Medellín, Cali y Norte do Valle; préstamos de gringos que alteran la lógica de la soberanía nacional colombiana. Por lo tanto, el trabajo coordinado entre las agencias latinoamericanas sin pasar por el mando y la "colaboración" de las agencias imperialistas sería un triunfo en el sentido de una mayor autonomía y menos dependencia. 

A partir de este panorama, agravado por el escándalo de espionaje llevado a cabo por la NSA (Agencia Nacional de Seguridad), en 2013, la diplomacia brasileña trabajó para que la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) se incorporara a su conjunto de objetivos, para encargarse de la formación del personal militar del alto funcionario de los países miembros [8]. Como resultado, EDSA fue creada dentro del paraguas organizativo del Consejo de Defensa de UNASUR en 2015. Como es observable, la Escuela fue de corta duración y llegó tarde, ya a la vuelta de la correlación de fuerzas, con la socialdemocracia perdiendo espacio en Brasil y Argentina y con la elección de Ecuador acercándose a la traición que llegó. 

En términos de articulación diplomática, Itamaraty operó bien. Con el fin de evitar las críticas a la búsqueda de la hegemonía dentro de UNASUR, que eliminaría a la mayoría de los miembros del cuerpo, y como prueba de buena fe, Brasil apoyó la elección de la ciudad de Quito en Ecuador para ser el hogar tanto del Consejo de Defensa como de la Es-cuela de Defensa de América del Sur. Para el Brasil, la EDSA tendría el propósito, ade-más de los objetivos antes mencionados, de permitir una instrucción "limpia" de sus oficiales de alto nivel (de los mayores a los generales). 

Limpieza de influencias organizativas, políticas e "ideológicas" que se derivan en gran medida de los estudios realizados por estos oficiales en lugares como la Escuela Supe-rior de Guerra, un lugar marcadamente relacionado con ideas de sumisión geoestratégica e ideológica a los Estados Unidos. Como resultado del comportamiento anti-integración de las Fuerzas Armadas de Brasil, que vieron (y ver) con desdén y hostilidad a UNASUR y sus agencias de defensa (CDS y EDSA), combinados con una fobia exagerada de las políticas consideradas "bolivarianos", hicieron fuertes e infundadas críticas a EDSA y UNASUR en su conjunto [12]. A medida que crecía la conspiración de la alta cumbre mili-tar hacia las amenazas de golpe de Twitter y tanto la "nueva derecha" como la "extrema derecha", la diplomacia brasileña corrió paralelamente hacia la EDSA. Había una falta de inteligencia en el gobierno que estaba a punto de ser dispuesta. 

Después del golpe con el apodo de impeachment de Dilma Rousseff (políticamente orquestada, con una base legal frágil) en abril de 2016, el país comenzó un proceso de eliminación y deshidratación de las organizaciones UNASUR, afectando, incluso, a la EDSA [13]. En abril de 2019, Brasil, junto con Argentina, Colombia, Ecuador, se retiró definitivamente de la organización sudamericana, marcando el fracaso del proceso de integración y transformando UNASUR en un pequeño bloque, que contiene hoy Venezuela, Surinam y Guyana, con Perú suspendido su participación y Bolivia habiendo iniciado negociaciones de salida en noviembre del mismo año. 

El abandono de EDSA por parte de Brasil y otros de los antiguos miembros de UNASUR relegó a la Escuela Militar Sudamericana a un gigantesco ostracismo institucional. Hoy en día, sólo hay un curso impartido por el Colegio de Guerra, que data de 2017. No hay información de actualización del plan de estudios o si todavía se enseña [16]. Además, la página web oficial de la edsa no funciona, lo que contrasta con el abandono de esta en-tidad por parte de antiguos y actuales miembros. 

Con el establecimiento de asociaciones entre Colombia y Brasil con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 2018 y 2019 [18,19] respectivamente, el continente está avanzando hacia una mayor desviación de los mecanismos de integración regional, ya sea políticamente o en defensa y seguridad. La elección de las élites políticas y milita-res sudamericanas por parte de una organización militar internacional que tiene mecanismos similares en el propio continente, con la ventaja de no depender de la imposición neocolonial de un liderazgo extranjero, demuestra que la independencia a nivel internacional no es una prioridad. 

Una vez más el componente "ideológico" -el de la sumisión y no el de la independencia y la autonomía-, sumado a los disturbios políticos causados por grupos y partidos alineados con la derecha y la extrema derecha política en Brasil (desde 2015) y Bolivia (con el golpe de Estado de 2019), alineado con gobiernos convenientes con el desmantelamiento de políticas de integración, como Argentina (Gobierno de Macri) y Colombia (sucesivamente desde el Plan Colombia) , pero con énfasis después del gobierno del paramilitar y narco-traficante Álvaro Uribe Vélez y sus herederos políticos) una vez más sol aparado los esfuerzos políticos para la integración y la construcción de un entorno de seguridad más propenso a la integración latinoamericana, el antiimperialismo y la autodeterminación de nuestros países. 

Es definitivamente el momento de que el grupo de izquierdas de este continente entienda que no hay "neutralidad" en el tema de las fuerzas armadas y no es suficiente dejarlos intactos como lo hicimos en Brasil durante 30 años de democracia liberal. La tradición castrense en nuestros países es principalmente colonialista, poscolonial y sumisa. 

El complejo de los chuchos, regimientos al mando y organizaciones militares, siempre es dañino y como tal debe ser rechazado. Como sabemos en nuestro propio territorio, es ab-surda la idea de que las fuerzas de Caxias, Eduardo Gomes y Tamandaré defenderán la soberanía popular en Palmares y Pindorama. Como nos enseña José Gervasio Artigas, general de hombres y mujeres libres, "sólo podemos contar con nosotros mismos".

Bibliografía:

1:https://cienciapolitica.org.br/index.php/system/files/documentos/eventos/2017/04/conselho-defesa-sul-americano-cds-balanco-e-perspectivas-714.pdf página 09.

2:https://nuso.org/articulo/o-brasil-e-a-criacao-do-conselho-de-defesa-sul-americano-uma-convergencia-de-vantagens/

3:https://super.abril.com.br/mundo-estranho/quais-foram-as-principals-guerras-entre-paises-da-america-do-sul/

4:https://noticias.r7.com/internacional/ultimo-confronto-militar-entre-sul-americanos-foi-ha-24-anos-23022019

5: https://mundoestranho.abril.com.br/materia/o-que-foi-a-guerra-das-malvinas

6: https://diplomatique.org.br/nas-fronteiras-do-plano-colombia/

7: http://almanaque.folha.uol.com.br/mundo_07abr1992.htm

8: https://www.bbc.com/portuguese/noticias/2015/04/150417_escola_defesa_unasul_mc

9:https://www.congresso2019.fomerco.com.br/resources/anais/9/fomerco2019/1568848319_ARQUIVO_548dd6afcd1e9e726d05136f23fbd025.pdf

10:https://www.gov.br/defesa/pt-br/assuntos/noticias/ultimas-noticias/07-06-2013-defesa-brasil-apoia-proposta-de-criacao-da-escola-de-defesa-sul-americana-diz-amorim

11:https://opiniao.estadao.com.br/noticias/geral,escola-de-defesa--sul-americana,1721200

12:https://gedes-unesp.org/suspensao-da-participacao-na-unasur-reflexos-sobre-a-seguranca-e-a-defesa-regional/

13:https://agenciabrasil.ebc.com.br/internacional/noticia/2019-04/brasil-formaliza-saida-da-unasul-para-integrar-prosul

14:https://www.esg.br/cursos-regulares/cad-sul

15:https://www.esg.br/cursos-regulares/cad-sul

16: http://www.unasursg.org/es/consejo-defensa-suramericano-unasur/

17:https://agenciabrasil.ebc.com.br/internacional/noticia/2019-08/estados-unidos-designam-officially-brasil-como-aliado-extra-otan

18:https://www1.folha.uol.com.br/mundo/2018/05/colombia-e-aceita-na-otan-e-se-torna-o-1o-pais-da-america-latina-na-alianca.shtml

blimarocha@gmail.com

pedro_0141@hotmail.com

Traducido al Español Por Sylvia Ubal


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