Por Rolando Prudencio Briancon:
Hay que ser un malnacido de marca mayor para que habiendo
sido Donald Trump un hijo de migrantes, como lo son quienes hoy han obtenido, y
pueden obtener su ciudadanía hasta ahora por el hecho natural del nacimiento;
tal como la obtuvo él, cuando su familia migró de Alemania hacia los EE.UU., y
él nació en los EE.UU., para llegar a
ser el actual presidente de ese país; que hoy haga de hombre lobo de del
hombre, eliminando la ciudadanía por nacimiento, es para mostrar la moral de
doble rasero que Trump aplica en un país de migrantes, como son la mayoría de
los estadounidenses.
Claro que esta decisión que ha anunciado Trump con aplicar
ahora, no creo que vaya a ser como tomarse un vaso de agua; y no porque no
pueda en ese su estilo de arrasar con todo lo que está a su paso, como un
elefante dentro una cristalería, y dicte una orden ejecutiva; sino porque los
¡EE.UU es un país de migrantes!, como al que llegó la familia de Trump, y
engendraron a este malnacido monstruillo, que ya ha mandado a sus militares a
que a los migrantes los tengan en la mira, antes de que se atrevan a ingresar a
un territorio que en todo caso ha tenido la política de los brazos abiertos,
para hacer lo que justamente Trump reivindica hoy, como es: “Hacer Grande otra
vez América”.
Trump está con los humos subidos pensando que el mundo es
como aquel cuando familia llegó a los EE.UU., cuando fueron bien recibidos.
Claro que como el poder vuelve soberbias a las personas, es la razón por la que
hoy a los migrantes centroamericanos -hondureños sobre todo; de aquel país que
hace años atrás los mismos EE.UU., apadrinó el derrocamiento de Manuel Zelaya-
son quienes hoy, como la hormiga frente al elefante lo han puesto impúdicamente
a temblar, ordenando que: "Los hijos de ilegales tienen que irse".
Trump está declarando la guerra a los migrantes mandando a
los militares; -quienes también son hijos de migrantes- a que repriman, pero
tendrían que ser tan malnacidos como Trump, quienes teniendo seguramente a
migrantes que les lavan sus platos sucios, los apaleen, o peor aún los
acribillen como están acostumbrados.
Así que los militares tienen la oportunidad de desoír las
órdenes de un malnacido que quiere eliminar la ciudadanía por nacimiento.
prudenprusiano@gmail.com
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