martes, 3 de julio de 2018

En política lo real es lo que no se ve


Por Juan Martorano:
Así inició y decidí titular el presente artículo, en virtud de una serie de hechos que se vienen suscitando en nuestra República Bolivariana de Venezuela. Algunos de manera abierta, otros de manera más encubierta y casi imperceptible, pero no por ello menos importantes. Este articulista, cada vez que presenta ante la opinión pública algunos aportes producto de lo que van arrojando algunas investigaciones junto a colectivos y a un maravilloso equipo lo hace con el fin de alertar sobre amenazas y peligros que se ciernen en estos momentos en nuestro proceso revolucionario.

A fin de que puedan tomarse las acciones pertinentes a tiempo. En estos momentos, nadie puede dudar que a la Patria la estén agrediendo por diferentes frentes y flancos. Las agresiones no se limitan solo al campo estrictamente militar tradicional como nos tenían acostumbrados los gringos, sino que lo hacen en lo económico, en lo político, en lo social, en lo ambiental, en lo cultural. Asimismo, no podemos obviar los terribles errores que se han cometido en la gestión de  gobierno. Omisiones de acciones, la falta de oportunidad en la adopción de esas decisiones, persecución y criminalización de la crítica necesaria, aunque también ha habido la proliferación de “críticos” que señalan lo malo, más no presentan  ideas y propuestas para solventar los problemas.

De eso se aprovecha el enemigo para camuflarse y para que importantes sectores de nuestro pueblo no distingan con claridad las agresiones y los actores protagonistas de esas agresiones, a fin de responsabilizar única y exclusivamente al Gobierno Bolivariano. Estamos entrando, como lo han advertido importantes pensadores, entre ellos Slavoj Zizek, a una era de la post política, consistente en anestesiar lo político, reduciéndolo a una mera actividad de gestión de lo existente.

En estos momentos se pretende entregar a técnicos el manejo de los asuntos públicos, obviando ciertos contextos, cuando en estos momentos, el análisis de los fenómenos políticos debe estar centrado en la producción de significados compartidos. Es muy importante, a la hora de realizar análisis políticos, para ser lo más objetivos a la realidad que nos circunda, sin obviar por supuesto la subjetividades que sin duda siempre estarán presentes, identificar algunos elementos que nos permitirán clarificar esto: Muy importante la identificación de las identidades políticas, evaluarlos discursos (tomando en cuenta no solo la expresión oral, sino artículos, reuniones de actores y correlaciones de fuerza, entre otros aspectos) y sobretodo, muy importante para estos momentos, las demandas o problemáticas sociales.

Si esto no se hace así, entonces veremos que el discurso de la dirigencia irá por un lado y con una agenda, y el discurso, intereses y sobre todo la agenda de los dirigidos irá por otro.  Y en este escenario de nuevas dificultades, eso resultaría desastroso. Indudablemente Chávez sabía mantener una conexión y a través de informaciones claras y hablándole con la verdad al pueblo, este último, actor fundamental de los cambios políticos e históricos de las sociedades, comprendía los por qué el líder adoptada ciertas tácticas o acciones en determinados momentos.

Asimismo y por la inmensa capacidad de empatía de Chávez, este también estaba en capacidad de interpretar los intereses populares, y en razón del mandato obediencial, dirigir sus acciones en función de los intereses de las clases más vulnerables de nuestra población, y de ahí no sólo los altos índices de popularidad que tuvo, sino la conexión amorosa de este pueblo con su líder que persiste, aún a cinco años de su asesinato. Debemos estar atentos a las señales de los tiempos, y sobre todo de las señales no tan evidentes, pero que permiten visualizar peligros que no observamos, por exceso de confianza y subestimación de los adversarios.

Indudablemente, y posterior a la realización de los comicios regionales del año pasado, continuado en las municipales de diciembre de 2017 y reconfirmado en las legislativas y presidenciales de mayo de 2018, se observa a los actores políticos de la oposición venezolana atomizados y muy divididos. Ese es un elemento de ventaja para las fuerzas de la izquierda y revolucionarias, las cuales no ha sido, a mi criterio, suficientemente aprovechada. Indudablemente los ataques de la derecha venezolana se han basado, en más de un 90%, del exterior,  i del protagonismo y direccionalidad del gobierno estadounidense, específicamente de voceros de la administración Trump.

La derecha trata de re articularse y reorganizarse en un frente interno, más hasta ahora no lo ha logrado. Sin embargo, principales elementos de ataque contra la Revolución Bolivariana y en este caso del gobierno de Nicolás Maduro,

ha tenido que ver en lo social. Y hay que advertir que, el impulso de una agenda de conflictividad social en las últimas semanas, donde observamos que el gremio de enfermeras ha logrado protagonizar focos de protestas en 20 de las 24 entidades federales del país (incluyendo la capital de la República), aunado al conflicto de profesores del sector universitario, fallas en el sistema de transporte, la crisis y colapso de servicios públicos esenciales.

Que se está traduciendo en descontento, incomodidad y malestar de la población producto del deterioro de su calidad de vida, en desmejora de los indicadores sociales de bienestar tantas veces divulgado por Chávez, debe declarar en máxima alarma al Gobierno Bolivariano, ya que ese es el frente
más activo que tiene la contrarrevolución para agredirlo y buscar su salida del poder. No se trata, evidentemente, descriminalizar y perseguir a los protagonistas de la protesta ante fallas en servicios públicos y en exigencia a justos reclamos y derechos de la población.

Reivindico la protesta social como un logro y una conquista de la Revolución Bolivariana, reconocida en nuestro texto y Estado Constitucional Democrático y Social, de Derecho pero sobre todo de justicia, pero cuando ciertos y  determinados actores políticos como Jesús Armas (Primero Justicia), José  Manuel Olivares (Primero Justicia), y grupos vinculados con sectores de oposición pretenden aprovechar las mismas, incluso utilizarlas de fachada para ocultarse y desplegar planes perversos sin que ellos aparezcan abiertamente y manejar los hilos tras bastidores.

Es cuando no podemos permitirlo y debemos dar nuestras expresiones de alerta, sin dejar de reconocer las fallas, los errores y las necesarias críticas propositivas que nos permitan superar las dificultades y poder avanzar. Todo esto lo formulo, inspirado en la lectura del extraordinario libro del compañero ex embajador de la hermana República de Cuba en Venezuela, Germán Sánchez Otero, titulado:

“Abril sin censura”, donde éste hace todo un análisis de los acontecimientos previos, durante y posteriores al Golpe de Estado contra Hugo Chávez del 11 de abril de 2002. La lectura de ese libro, me ha hecho pensar en estos últimos días muchísimo, y salvo algunos elementos que Sánchez Otero señala en la  mencionada obra, creo que estamos en presencia de la generación de condiciones para un nuevo zarpazo del poder por parte de las fuerzas reaccionarias en Venezuela.

Obviamente el fascismo no está en las condiciones ni se están repitiendo los hechos de la misma manera del 2002. Todo lo contrario, creo que algunas de las condiciones previas las han mutado, las han variado, tratando de aprender de los posibles errores cometidos durante la asonada de abril de ese año. Y si a eso le aderezamos los dos últimos programas de La Hojilla de Mario Silva, sobre todo el último donde estuvo acompañado de las brillantes analistas Larissa Costas y Laila Tajeldine, donde hicieron mención de la estrategia de “Golpe Suave” promovida por Gene Sharpp, o “Golpe Mecha Lenta” alertada por Hugo Chávez, confirma mis sospechas producto de mis análisis y algunas informaciones que vemos manejando.
En medio de este contraste de informaciones, análisis y lecturas, es en donde con mi televisor encendido, observó la insistente publicidad por parte del canal Televen de la transmisión de un micro sobre el ex presidente de la República ya fallecido, Ramón José Velásquez el próximo 5 de julio de 2018, día de conmemoración de la firma del Acta de la Independencia de Venezuela y día de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

Dicho documental será transmitido en horario estelar (10pm) por la mencionada planta televisiva, y este detalle pudiera pasar desapercibido si no fuera por los siguientes detalles. En primer lugar: ¿Por qué Televen transmite ese documental en un día que es fecha patria? ¿Por qué resaltar la figura de un Presidente de la República que se encargó durante un período bastante convulso de la historia venezolana de conducir una transición pacífica hacia el segundo gobierno de Rafael Caldera en ese entonces?.

Casualidad que el impulso y la generación de un proceso de transición política sea parte de la idea fuerza de ciertos y determinados sectores de la oposición en el país?¿Será casualidad que dicho “documental” se transmita a las 10 de la noche, una hora improbable para la realización de cadenas presidenciales? Por ello es que creo que no hay hechos inocentes, y por eso es que hago estas advertencias.
Evidentemente actores políticos nacionales e internacionales se están coordinando en estos momentos en toda una estrategia para impulsar la fragmentación de los modelos de Estado- Nación. Ahí está el ejemplo de la hermana Nicaragua Sandinista, el ejemplo nuestro, que algunos actores del fascismo pretenden reactivar con el reimpulso de una agenda violenta, disfrazada de protesta social, la cual no podemos perder de vista.

Alerta porque el enemigo acecha. Y a cada conjura y amenaza del fascismo debemos responderla con la profundización de nuestra revolución.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com, 

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