Por *Juan Martorano:
La geopolítica internacional vive una coyuntura que, si la
catalogásemos con un título literario sería algo así como “El Imperio
contraataca”. Sin duda los intereses hegemónicos del gobierno manejado por el
complejo tecnológico militar industrial pasan por la reconquista de lo que
ellos consideran “su patio trasero”.
Primero, hemos visto por la judicialización de la
persecución de líderes progresistas en el continente. El imperialismo no está
dispuesto a que la correlación de fuerzas de los gobiernos en el continente
vuelva a serles desfavorable, y de allí que pretenden cerrar las puertas a la
vuelta de líderes que pudieran disputarle la hegemonía y lograr la segunda y
definitiva independencia.
Luego tenemos las acciones de boicot a los mecanismos y
bloques de integración legados por el Comandante Chávez, en su esfuerzo por
concretar los anhelos y sueños no solo de Simón Bolívar sino de los
libertadores de América. Lo ocurrido recientemente con la salida de los
gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú ante la
asunción de la presidencia pro tempore de la UNASUR por parte de Bolivia así lo
confirman.
Por otro lado, para el momento en que escribimos estas
líneas, se escenifican elecciones presidenciales en el Paraguay. Y será
interesante observar el resultado final de dichos comicios, a fin de determinar
un tanto las correlaciones de fuerza en el país suramericano, y por ende, de la
Patria Grande.
En esta oportunidad, queremos referirnos a las recientes
“jornadas de protesta” que se han escenificado en la Patria de Augusto César
Sandino, la Nicaragua de Daniel Ortega. Producto de recientes reformas en la
seguridad social impulsada por el mandatario sandinista, se activaron una serie
de actos terroristas bajo el formato aplicado en países como Siria, Ucrania o
Venezuela. Cualquier parecido con la realidad que viven nuestros pueblos no es
mera coincidencia.
Y no conforme con ello, hubo un despliegue importante de
operaciones psicológicas, en las que difundieron rumores sobre un comunicado
del ejército nicaragüense, en la que solicitaban la renuncia del presidente
Daniel Ortega de la Primera Magistratura del país. Tales llamados fueron
desmentidos por el propio componente armado.
Estamos en un momento particularmente complejo y difícil. Y
no solo en Venezuela, sino en aquellos países cuyos pueblos y gobiernos no se
pliegan de la mano de los intereses hegemónicos de Estados Unidos. Hoy más que
ayer, y mañana más que hoy, la obligación de lograr la unidad de nuestros
pueblos para hacer frente las arremetidas imperiales se impone como una
necesidad vital.
Nuevamente como cuadro político y revolucionario creyente en
los procesos de emancipación de nuestros pueblos debo expresar toda mi
solidaridad con el hermano pueblo nicaragüense y su gobierno revolucionario, el
mandato de Daniel Ortega. Debemos estar conscientes que las agresiones desde
hace rato no son en contra de una nación en particular, sino en contra de todos
nuestros pueblos, contra nuestra libertad e independencia.
Y es importante que nos veamos en el espejo de los hermanos
nicaragüenses. A mi juicio, si bien el formato del plan desestabilizador en
Nicaragua es el mismo al aplicado en los años 2014 y 2017 en Venezuela, eso no
quiere decir que en los manuales de desestabilización de EE.UU. estén ensayando
elementos nuevos a fin de poder concretar el derrocamiento del Gobierno y
Revolución Bolivariana en Venezuela.
Sólo la unidad cívico-militar, acompañada de la información,
formación , organización popular, aunada
a la articulación y movilización permanente de movimientos políticos, sociales
y gobiernos afines a las fuerzas de izquierda y progresistas que impulsen
procesos de lucha y liberación nacional, actuarán como elementos disuasivos de
las arremetidas imperiales que hoy amenazan nuestros pueblos.
Esa es la tarea que se nos impone en estos complejos y
difíciles momentos.
Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos
legaron siguen.
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!
jmartoranoster@g mail.com, j_martorano@hotmail.com
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