martes, 7 de noviembre de 2017

La Revolución Socialista Centenaria y Venezuela

Por Ernesto Wong Maestre: 
Su sentido histórico

Después de cien años, próximos a ser sobrepasados, aquella proeza de obreros, soldados y campesinos, en su mayoría rusos pero también de otras etnias o pueblos subyugados por el zarismo, hoy trata de ser silenciada, ahogada en penumbras creadas por las falsedades que la burguesía en cada país lanza para obstaculizar la comprensión del acontecimiento histórico que inició la era del socialismo en el mundo, la era parida por muchos corazones rebeldes como los de quienes escalaron las puertas del Palacio de Invierno de Moscú para hacer justicia y realidad la otrora Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano cuando los franceses y las francesas con su fugaz revolución sometieron el poder decrépito de la nobleza feudal pero sucumbieron ante el pujante, traicionero y mejor organizado poder de los mercaderes convertidos ya en burgueses.



Casi siglo y medio después de esa primera revolución social europea frustrada, y gracias a la teoría científica desarrollada por Carlos Marx y Federico Engels con la cual Vladimir Ilich Ulianov, más conocido por Lenin, estudió varios procesos revolucionarios, en particular ese liderado por Robespierre, Marat y Danton conocido como la Revolución Francesa, la praxis revolucionaria socialista, asimiladora de más de cien años de experiencias y conocimientos, daría frutos ante la burguesía oportunista y calculadora para que el derrocamiento del Zar en febrero de 1917 no terminara quedando en las redes del pujante capitalismo europeo que tenía en Alexandr Kerenski su peón anticomunista para reeditar la maniobra burguesa parisina de 1789.

Así fue y seguirá siendo siempre que los revolucionarios y las revolucionarias con sentido del momento histórico actúen apegados a los principios y ética de la emancipación. Hoy en Venezuela, en medio de una compleja lucha de clases y el bloqueo financiero, económico y comercial ejecutándose por las redes imperiales, se recuerda y se rinde homenaje a quienes con honor, dignidad y valentía elevaron la bandera de la hoz y el martillo con un mar de manos como base, empuñando fusiles y azadas, y como líder al invencible autor –entre otras obras- de “Qué hacer”, de “Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo” y de “El imperialismo, fase superior del capitalismo”.. 

Con la misma precisión de cualquiera de los grandes estrategas militares anteriores y el apego inamovible a los principios formulados por los padres del marxismo, Lenin dirigió a la masa crítica de trabajadores y militares que fue capaz de vencer en nueve meses a la ambiciosa burguesía rusa y los reductos políticos zaristas. Ambos muy debilitados por las pérdidas económicas en los cuatro años que duró la primera guerra mundial en que países gobernados por la burguesía se enfrentaron por un nuevo reparto del mundo porque esa es la única clase social que ha conducido al mundo a guerras de conquistas coloniales, a dos guerras mundiales y a muchos países a sufrir infinitas guerras locales que ocasionaron más de dos mil millones de muertes en América Latina, África y Asia durante los últimos cuatro siglos.

Como “gladiador de mil batallas”, calificado así Lenin por Fidel Castro en el centenario de su natalicio, el líder ruso fue un sagaz y audaz organizador del pueblo, atendiendo a sus características culturales y políticas formadas en los años de batallas sociales y teóricas emprendidas por los llamados demócratas rusos y por el amplio movimiento bolchevique fundado en el seno del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, radicado en Minsk, la hoy capital de Bielorrusia.

El significado histórico de la obra leninista y de la primera revolución socialista del mundo, ante todo, está anidado en el corazón de las generaciones que tuvieron conciencia plena de los valores construidos y en los errores cometidos en las siete décadas de sistema soviético. También, se aprecia su significado en todos esos pueblos y sus gobiernos que de una u otra forma enarbolan las ideas socialistas surgidas de ese octubre victorioso. 

Sus impactos mundiales

La Revolución Socialista Centenaria fue hija de la historia construida por los pueblos y sus líderes, siempre enfrentados a los dominantes capitalistas que desde inicios del siglo XX van conformando el sistema imperialista donde se articulan las operaciones de la burguesía a escala cada vez más mundial hasta lo que hoy se conoce como globalización.

Pero ya en este avanzado siglo XXI, en esa globalización está actuando un elemento disonante para el imperio, el dragón asiático, porque nació bajo el influjo de aquella revolución rusa, aunque fue favorecido por la propia ley capitalista de mover los capitales hacia donde ofrezcan mayor cuota de ganancia, lo que le permitió a ese dragón, ganar espacios y poderes, y hoy es un factor definitorio de la globalización actual, y por ello es generador de preocupaciones al sistema imperialista y víctima de disimiles estrategias para desintegrarlo, aunque Beijing sigue demostrando que el hegemón es un “tigre de papel”..

Hoy China exhibe un modelo para reducir masivamente la pobreza en lo interno y externo basado en una concepción científica del desarrollo que centra su atención en el desarrollo de la infraestructura, sobre todo comunicativa, donde históricamente se han concentrado los ejes del poder. Trescientos millones de chinos y chinas que en cinco años dejan de ser pobres es el equivalente a casi toda la población de los EEUU que tiene un gobierno conformado por élites multimillonarias que en lugar de reducir sus treinta millones de pobres los incrementan. Es decir, la República Popular China avanza con sus sistema socialista chino a un ritmo diez veces superior que los EEUU con su obsoleto sistema capitalista depredador, razón por la cual su líder, Xi Jinping, propone con acierto el ideal viable de alcanzar a tener una sociedad medianamente acomodada de más de 1400 millones de personas para dentro de veinte años.

La Revolución Socialista que ahora cumple cien años fue un paradigma sometido a numerosas pruebas en más de la mitad de los países del mundo, unas veces como intentos de aplicarla, otras como aplicaciones frustradas y otras veces como paradigmas mejorados porque se apegaron a los principios cardinales de la aquella revolución social bolchevique que en este año cumple su centenario, como son los procesos de China, Cuba, Vietnam, Corea del Norte y Bielorrusia donde se reivindica y se enriquece a diario la teoría marxista-leninista, la única que propugna el poder del pueblo como el garante de la independencia, la libertad, el pleno ejercicio de la soberanía y la solidaridad con el resto de los pueblos.

Por ello, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y otros países con modelos de emancipación social son receptores y a su vez generadores de solidaridad socialista, cada uno con sus particularidades y con sus retos, pero también todos compelidos a unirse para enfrentar al imperio estadounidense, la mayor amenaza proveniente del norte que por haber entrado en una crisis estructural apela a la guerra, al terrorismo de Estado y a una carrera armamentista inusual y extraordinaria por lo altos niveles tecnológicos y el desvergonzado e indigno comportamiento violador de los derechos de la humanidad con que la promueven y ejecutan los cabecillas de esa élite militar-financiera-comunicacional.

Un significante relevante para Venezuela

Ante esa realidad y en esas circunstancias, hoy avanza la Revolución Bolivariana con una democracia participativa y protagónica que no solo es cada día más pujante por estar más arraigada en la conciencia de la mayoría del pueblo y en la ideología pacientemente sembrada por el Comandante Hugo Chávez, donde se integra el bolivarianismo y el marxismo con sus variadas corrientes de pensamiento, precisamente por lo variado que son los fines y objetivos históricos de la Revolución Venezolana, y por  ellos las disímiles estrategias para “emanciparnos por nosotros mismos”.

La estrategia de la contención selectiva, basada en principios revolucionarios, inteligentemente aplicada por el líder bolivariano Nicolás Maduro durante los últimos cuatro años, logró someter la voluntad terrorista proimperial y condenarla al fracaso, mientras que en ese contexto y praxis se desarrolla también la estrategia de la organización multipolar del pueblo y de la proyección internacional soberana con vistas a transformar el patrón de desarrollo, ahora esencialmente integral. Ambas estrategias de lucha serán aportes sustanciales del liderazgo bolivariano a la teoría del tránsito de sistema capitalista a uno enfocado al socialismo.

La organización multipolar del pueblo decidido a ser libre e independiente es esencialmente a lo que aspiró Lenin quien por circunstancias objetivas y subjetivas de desarrollo histórico y tecnológico se apoyó en el único tipo de organización política hasta esa época más avanzada: un partido proletario, es decir, sustancialmente obrero y campesino apoyado en intelectuales y ciertas capas medias también explotadas por el capital, que en términos de la realidad concreta constituían múltiples polos de poder pero que por razones de incipientes instrumentos de comunicación debían coincidir en uno varios lugares dentro del complejo “campo político” para construir partidista y conjuntamente, ese “espacio de posibilidades”, en momentos bien determinados, “para la acción viable” de los sujetos revolucionarios o del bloque histórico.

Es la organización multipolar a la que ha llegado la China de hoy o la que desde sus inicios en 1959 comenzó a desarrollar el eterno Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y hoy siguen siendo las columnas vertebrales de la organización y desarrollo del bloque histórico cubano, como es la red sindical de la Central de Trabajadores de Cuba, el Partido Comunista de Cuba, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Organización de Pioneros José Martí, la Unión de Jóvenes Comunistas, las Federaciones de Estudiantes de la Enseñanza Media y Universitaria, las asociaciones de profesionales o de artistas e intelectuales, y las nuevas organizaciones de emprendedores o cuentapropistas que ya cuentan con la propia normativa estatal para garantizarles su seguridad social.

Casi al entrar en la tercera década del siglo XXI, la organización multipolar del pueblo de Venezuela se apoya sustantivamente en la televisión, la radio, la computadora con internet, pero sobre todo mediante las redes sociales que permiten llegar más rápidamente a un mejor entendimiento colectivo y comprensión individual de los ingentes asuntos de Estado que ya no es posible en las reuniones con presencia física, la mayoría de las veces insuficientes respecto a la totalidad de la comunidad y en muchas ocasiones tortuosas e interminables, sin llegar a acuerdos válidos o llegando con afectación de las necesarias relaciones de hermandad y unidad que necesita la lucha contra un enemigo tan potente como es el imperio estadounidense. Así, vemos como en la medida en que el pueblo patriota se ha ido apertrechando con capacitados celulares, tabletas y computadoras VIT los niveles de conflictividad respecto a las tareas de Estado y de construcción del socialismo y desestructuración del capitalismo  han disminuido al interior de las organizaciones, partidos, movimientos e instituciones bolivarianas, lo cual no exime ni niega la existencia de innumerables problemas y errores cometidos siempre por la conjunción de causas propias y de las generadas por la acción enemiga de las transformaciones.

El bolivarianismo es fuente constante de creación

Todo cambia a tanta velocidad que no se advierte a tiempo que están ocurriendo cambios esenciales en la correlación de fuerzas políticas y en la conciencia política del pueblo. La mayoría de las ocasiones inadvertidos en el corto plazo si no se está permanentemente estudiando la totalidad concreta y echando al cajón de los recuerdos la pseudoconcreción con que constantemente nos acercamos a los acontecimientos de nuestro interés,  mediados a veces, de forma decidida para un amplio sector social,  por las campañas del aún potente imperio que le impide a esa población dejar atrás la pseudoconcreción y comprender la realidad vivida.

Sin embargo, el líder es tal y se mantiene siendo tal porque debe mantenerse, él y sus líderes acompañantes, al ritmo y velocidad de los cambios de la correlación de fuerzas respecto al eje de la realidad a transformar, recordando siempre que el poder es triádico, y no se tiene el mismo poder para una cosa que para otra. Y porque debe mantenerse también auscultando a sus seguidores o liderados para estar consciente de la real comprensión que tienen de las tareas transformadoras a realizar porque “solo el pueblo salva al pueblo” y si el pueblo no comprende por deficiente interpretación,  las tareas de transformación no se cumplen de forma eficaz y eficiente.

Sobre esas premisas es que debe valorarse el recién taller de alto nivel de planificación estratégica en que participaron los dieciocho gobernadores bolivarianos, patriotas por naturaleza,  donde se analizaron o se comenzaron a estudiar “los ocho puntos estratégicos” fijados por el máximo líder y Presidente Nicolás Maduro.

Se dice “comenzaron a estudiar” porque el verdadero y profundo estudio debe hacerse en cada espacio de aplicación o de gobierno regional donde existen condiciones o circunstancias particulares, subjetivas y objetivas, formando redes de relaciones que jalonan y condicionan el éxito o el fracaso de las acciones para lograr hacer realidad cada uno de esos ocho puntos, como son: el fortalecimiento de la seguridad pública y los cuadrantes de paz;  la construcción de obras públicas y de infraestructura, especialmente en la operatividad del Sistema de Transporte Yutong; el programa social Barrio Adentro 100% y la reparación de los Centros de Diagnóstico Integral (CDI); la regionalización del Carnet de la Patria, que busca poner en manos de los nuevos gobernadores las responsabilidades y alcances del Movimiento Somos Venezuela y las misiones; el mantenimiento de la inversión para las gobernaciones; el plan de asfaltado en carreteras urbanas y rurales dentro de las ciudades y comunidades; el fortalecimiento de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap); y la protección y estimulación de la economía en el campo, que incluye la firma de un acuerdo de producción agrícola para todo el país.

No cabe la menor duda de que son ocho puntos para profundizar y dar base económica, infraestructural y organizacional al desarrollo multipolar del pueblo emprendedor patriota, ahí incluido de forma variada para afrontar la variedad que es una ley de la cibernética o del gobierno eficaz,  y crearle condiciones para elevarle los niveles de potencia y poder de transformación, todo soportado jurídicamente en las labores que realiza a diario la Asamblea Nacional Constituyente a favor de toda la sociedad y en las próximas leyes a configurar y aprobar, previamente propuestas por el Presidente que constituye una totalidad por sus interrelaciones y sus interdependencias, tal y como fue advertido en el anterior artículo Un Reto Cognitivo de Todos. 

Ahora, el reto no sólo es cognitivo sino también de la praxis revolucionaria de gobernadores y de los próximos alcaldes a elegir el próximo 21 de diciembre y para lo cual el pueblo debe comprender y estar plenamente consciente de lo necesario y significante para la organización y el desarrollo multipolar del pueblo la elección de alcaldes revolucionarios que se propondrán, luego del proceso de consultas necesarios y de la información acumulada de cada quien, por la dirección de la Revolución para lograr una contundente victoria.

En tal sentido, el tipo ideal de Alcalde Bolivariano o en general de los líderes chavistas, deben reunir cinco amplias cualidades: 1.- Ser conocedor de la realidad a transformar en sus espacios de acción y cómo hacerlo con las fuerzas necesarias y suficientes. Es decir, un buen estratega para lograr los 5 Objetivos Históricos y los lineamientos que Maduro ha lanzado, especialmente en organización del chavismo con nuevas formas novedosas ajustadas a esta realidad en tránsito que es la fuerza o "masa crítica" para seguir avanzando en el camino socialista ajustado a las condiciones venezolanas y con sentido de la correlación de fuerzas regionales y mundiales. 2.- Ser experto en pensamiento y praxis emancipadores como el de Chávez (bolivariano-marxista-leninista-maoísta-fidelista), siempre como guía y referente, por ser quien aquilató bien y con sentido histórico la cultura  venezolana para ir desbrozándola de elementos transculturizados,  en medio de una profusa información, a veces falsa, y cada día de impacto más masivo por las redes sociales. 3.- Ser comunicador efectivo que contribuya a formar las convicciones necesarias basadas en la ideología socialista, comprendida como ese conjunto de representaciones sociales que se comparten para poder cumplir con el Plan de la Patria. 4.- Ser ejemplo ante el pueblo de conducta ciudadana y familiar, chavista cumplidor del pensamiento de “unidad, lucha, batalla y victoria” y alejado de cualquier conflicto e imagen de corrupción. 5.- Ser un operador actualizado en las tecnologías pertinentes de la comunicación y en las ciencias, con razonamiento dialectico que le permita escoger eficazmente a sus directores, gerentes y coordinadores, controlarlos, evaluarlos y sustituirlos oportunamente si no cumplen.

Es decir, un líder bolivariano es un revolucionario, filósofo, político, comunicador, economista y científico-técnico-gerencial, precisamente como lo fue Lenin, el genio creador de la teoría de la revolución socialista. Un gran homenaje del pueblo venezolano desde todos sus espacios de liderazgo.

wongmaestre@gmail.com

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