Por Víctor Manuel Barceló R.:
Hace unos días estuvo por México Leonardo Boff (teólogo,
ex-sacerdote franciscano, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño),
dando conferencias en Ciudad de México, pero sobre todo en Puebla –evento
organizado por el Colegio de Puebla A C. (Colpue), ante 1500 personas en que
había desde funcionarios, profesores hasta estudiantes para presentar su libro
“Sostenibilidad, Qué es y qué no es”, mismo que seguramente tendrá a muchos
colegas profesores analizándolo y expresando sus puntos de vista.
Aproveché la presentación en venta de sus publicaciones a
cual más con profundos análisis de tan brillante maestro- para adquirir “Los
Derechos del corazón”, cuyo epígrafe dice todo: El rescate de la inteligencia
cordial. Tuve especial interés en su lectura y análisis, en virtud de que en
2016 escribí acerca de ECONOMÍA SOLIDARIA O DEL AMOR, en que relaciono un
artículo de Andrés Manuel López Obrador en que se expresa que: “La decadencia
que padecemos se ha producido, tanto por la falta de oportunidades de empleo,
estudio y otros satisfactores básicos como por la pérdida de valores
culturales, morales y espirituales. Por eso nuestra propuesta para lograr el
renacimiento de México tiene el propósito de hacer realidad el progreso con
justicia y, al mismo tiempo, auspiciar una manera de vivir, sustentada en el
amor a la familia, al prójimo, a la naturaleza y a la patria”. http://www.jornada.unam.mx/2011/12/06/opinion/009a1pol
En tal ocasión acudí también al trabajo escrito y que en la
práctica realiza la Dra. Laura Collin, hoy maestra en la Universidad Autónoma
de Tlaxcala, "Economía Solidaria, Local y Diversa”, que, como la expresión
anterior, sigue levantando polémicas, dado que las dos insumen críticas al
sistema capitalista que, desde su nacimiento, se dedica sin freno a la
apropiación y explotación indiscriminada de la tierra, el agua y demás llamados
“recursos naturales” hidrocarburos,
minerales y otros- para lograr el más alto confort en menos del 1% de la
población planetaria, acumulación de riqueza profundamente analizada y
contextualizada en el libro en mención, por lo que merece su lectura y
correspondiente análisis.
Leer:https://www.academia.edu/16632114/Economia_Solidaria._Local_y_diversa
La cercanía al proceso electoral en México y otros países de
Latinoamérica y el Caribe, -el próximo año (2018) 12 de 19 países de la región,
celebrarán procesos electorales, para lo que existe una Carta Democrática
Interamericana, creada en 2001- conviene hacer un paréntesis y antes de entrar de lleno a Los Derechos del
Corazón de Boff, ver sus apreciaciones sobre la ética y moral vigentes, que no
son otras que las que impulsa el capitalismo rampante planetario. Su ética dice
Boff: considera “bueno lo que permite acumular más, con menos inversión y en el
menor tiempo posible”. Su moral, concreta: “emplear la menor cantidad de gente
posible, pagar menos salarios e impuestos y explotar mejor la naturaleza”.
Imaginemos, insiste el cocreador de la Teología de la Liberación: ¿Cómo sería
una casa y una sociedad (ethos) que tuviesen tales costumbres (moral/ethos) y
produjesen caracteres (ethos/moral) igualmente conflictivos. Y se pregunta:
¿Sería todavía humana y benéfica para la vida? Su respuesta es contundente:
“Aquí está la razón de la grave crisis actual”. Cambiar de sistema de vida,
será la ruta sensata para preservar el Planeta, digo yo.
Ver:https://www.youtube.com/watch?v=TavrTbIib9I
Los avances de las ciencias nos llevan a profundas y
fecundas discusiones filosóficas para recuperar concepciones, muchas de ellas
integradas a las cosmovisiones de los pueblos originarios quienes, aún
destrozados por la invasión-conquista de españoles, ingleses, holandeses,
franceses, portugueses y de otros orígenes, mantienen ideas sobre muchos rasgos
que integran las formas de la vida planetaria, como lo emocional y sus
variantes en la supervivencia en sociedad.
En esa ruta Boff dice, acerca de “la necesidad de rescatar
la razón cordial”, como restricción a la extrema racionalización de la sociedad
y como florecimiento de la razón instrumental-analítica, que al irse por la
libre, influye negativamente en la sana articulación con la naturaleza, el hábitat,
que es de participación y acatamiento a sus etapas y tiempos.
La ciencia nos indica con claridad cómo funcionan las
elementos, las cosas que se construyen, pero no tiene capacidad para valorarlas
y decirnos que es bueno y que es malo para los “sistemas-vida” y sobre todo
para el sistema-Tierra. Aquí se hace preciso acudir a criterios éticos, a los
que la propia ciencia requiere acudir.
La crisis ecológica producida por el trato abrupto a la
naturaleza, requiere con urgencia de propuestas, de soluciones que sean capaces
de impedir que la ruta del calentamiento global acceda a un nivel de 2 grados
Celsius, por las afectaciones terribles con que impactaría a la biósfera. Lo
cierto es que ésta es una constante en los organismos multilaterales que se crearon
en la ONU (1945 y otros más recientes), en donde algunos países sobre todo los
que más contaminan dan muestra de su estulticia o simple irresponsabilidad al
calificar el calentamiento global como un cuento sin fundamento. Llega a tal
grado la torpeza y sinrazón que E.U. decidió salirse del “Acuerdo de París”,
clave en la lucha ambiental. Ver:
http://www.elfinanciero.com.mx/mundo/los-dichos-del-trump-sobre-el-cambio-climatico.html
“La ciencia nos enseña cómo funciona el cielo, pero no nos
enseña cómo se llega al cielo” parafrasea Boff a Galileo y se pregunta: ¿Hasta
qué punto las soluciones técnicas son suficientes para poder equilibrar a
Gaia…que siga admitiéndonos…y que garantice los abastos vitales para los demás
seres vivos?. Hay un brutal ejemplo de donde estamos parados en la
sobrevivencia, cuando un Planeta, ocupado por naciones de alta desarrollo
tecnológico y soberbia en el manejo y control de poderosas armas nucleares, no
está siendo capaz de salvaguardar especies marinas y pájaros tan hermosos, como
los pingüinos de Humbolt que habitan Chile y Perú y son afectados por hambrunas
producto de la alteración de sus alimentos y la imparable explotación minera.
Ver:
https://www.afp.com/es/noticias/211/mineria-versus-pinguinos-la-batalla-que-divide-en-chile
Boff nos recuerda activar los principios de la prevención,
la precaución y el cuidado para preservar nuestra salud, en tanto se llega a un
nuevo paradigma de producción, con menor agresividad, que distribuya mejor la
riqueza producida, que atempere el consumo “regido por una sobriedad
compartida” y el reaprovechamiento de los desechos, de manera que no afecte a
los ecosistemas cuya fragilidad se aprecia en diversos puntos del Planeta.
Se apoya para sus apreciaciones en la necesidad de construir
una lectura nueva de la realidad total (mente) y la sensibilidad (corazón)
desarrollando un sentido de pertenencia que compartamos todos los seres, junto
a la responsabilidad universal por el “destino común” de la Tierra y con ella
de la humanidad toda. La visión actual del universo, de la historia de la
Tierra y de la vida humana fue “codificada” en casi un siglo. Incita a
“despertar” al corazón para que se sensibilice, se “compadezca”, solidarice y
ame la Tierra, sus ecosistemas y a todos los seres, camaradas en el paso y
ritmo de la vida terrestre.
La mente sola, la ciencia fría no tiene capacidad para
vencer la grave crisis existente. Necesita sin duda el apoyo vital del corazón,
del sentimiento, de la inteligencia cordial para juntos, equilibrados, moverse
a la acción y buscar los caminos más efectivos para la salvación de la vida
sobre la Tierra. Tales razones incitan a referirse a los derechos del corazón,
a proclamarlos y vivirlos en función de nuestra propia sobrevivencia.
El autor aprecia derechos de la dimensión del corazón, para
que cumpla su función vital.
1. Protege el corazón, centro biológico del cuerpo humano.
Sus pulsaciones recogen sangre venosa, la limpian en pulmones y vejiga e
irrigan con sangre limpia todo el organismo haciéndole viable. No sobrecargarle
con alimentos grasos y bebidas alcohólicas.
2. Preserva el corazón. “Es nuestro centro psíquico”. De él
salen todas las cosas buenas y malas. Compórtate de tal modo, que no necesite
sobresaltarse ante riesgos y peligros. Mantenlo aplacado con una vida serena y
saludable.
3. Vela tu corazón. “Él representa nuestra dimensión
profunda”. Allí se expone la conciencia que siempre nos acompaña, aconseja,
advierte y, también, nos sanciona. En él brilla la chispa sagrada que nos
produce entusiasmo, que filológicamente significa tener un “Dios interior” que
nos calienta e ilumina. El sentimiento profundo del corazón nos convence de que
el absurdo nunca va a prevalecer sobre el sentido.
4. Siembra la sensibilidad del corazón. No permitas que la
domine la razón funcional. Hermánala con ella. Por la sensibilidad sentimos el
corazón del otro. A través de ella intuimos que también las montañas, bosques,
selvas, animales, el cielo estrellado y “el mismo Dios” tienen un corazón
pulsante. Hay un corazón inmenso que late en el universo.
5. Venera tu corazón. “Es la sede del amor”. El que produce
la alegría del encuentro entre personas que se quieren; permite la fusión de
cuerpos y mentes en una sola y misteriosa realidad. El amor que produce los
milagros de la vida por la unión amorosa de los sexos y la entrega
desinteresada, el cuidado de los más desvalidos, relaciones sociales
inclusivas, las artes, la música, éxtasis místico que hace a la persona amada
fundirse en el Amado.
6. Ofrece un corazón compasivo que sabe salir de sí y
ponerse en el lugar del otro para sufrir con él, “cargar juntos la cruz de la
vida” y juntos celebrar la alegría.
7. Franquea el corazón a la caricia esencial. Es suave como
pluma que viene del infinito y, con el toque, nos hace percibir que somos
hermanos y hermanas, que pertenecemos a la misma familia humana, que habita la
misma Casa Común.
8. Sitúa al corazón para el cuidado, que hace al otro
importante para ti. Él sana heridas pasadas e impide las futuras. Quien ama,
cuida y quien cuida, ama.
9. Moldea el corazón a la ternura. Para perpetuar el amor
rodéalo de ternura y gentileza.
10. Sanee día a día el corazón, que las sombras,
resentimiento y espíritu de venganza -que también residen en el corazón- nunca
se sojuzguen al bien querer, la finura y al amor. “Tu corazón latirá al ritmo
del universo y encontrará reposo en el corazón del Misterio, la Fuente
originaria de donde procede todo, que nosotros llamamos sencillamente Dios”
–concluye el teólogo brasileño.
Con cinco recomendaciones el Dr. busca fortalecer el amor:
1. “Pon corazón en todo lo que pienses y en todo lo que
hagas”. Hablar sin corazón es frío, institucional. Palabras dichas con corazón
llegan al fondo de las personas. Se establece una sintonía fina con los
interlocutores u oyentes, que allana entendimiento y solidaridad.
2. En el razonamiento acoplado pon emoción. No la fuerces,
ella debe revelar naturalmente la profunda convicción de lo que crees y dices.
Llega al corazón del otro, hazla sugestiva.
3. La inteligencia intelectual, fría, pretende comprender y
resolver todo, generando imagen racionalista y reduccionista de la realidad.
También el exceso de razón cordial, sensible puede caer en sensiblería,
proclamas populistas que alejan a las personas. Busquemos siempre la justa
medida entre mente y corazón, articulando los polos, a partir del corazón.
4. Si vas a hablar a un auditorio o grupo, entra en sintonía
con la atmósfera que hay allí. No hables solo a partir de la cabeza, da
primacía al corazón que siente, vibra y hace vibrar. La inteligencia
intelectual solo es eficaz cuando se amalgama con la sensibilidad del corazón.
5. “Creer no es pensar en Dios” es sentirle desde el
corazón. Entendemos que estamos “siempre en la palma de su mano”, una Energía
amorosa, poderosa nos ilumina y calienta, presidiendo “los caminos de la vida,
de la Tierra y de todo el universo” –concluye-. Leer: Leonardo Boff. “Los
derechos del corazón”. El rescate de la inteligencia cordial. 2015. Ediciones
Dabar S. A. De C. V. México.
v_barcelo@hotmail.com
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