Por Charles Romero
“En una declaración conjunta, difundida por las cancillerías
mexicana y brasileña, los 14 países consideraron “urgente” que en Venezuela “se
atienda de manera prioritaria la liberación de presos políticos, se reconozca
la legitimidad de las decisiones de la Asamblea Nacional, según la
Constitución, y que se establezca un calendario electoral, que incluya las
elecciones pospuestas”.
“La declaración fue suscrita por Argentina, Brasil, Canadá,
Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México,
Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.”
El Nuevo Herald, Miami, 24/03/2017.
Compañeros:
Esta noticia nos trae recuerdos de épocas pasadas que ya
creíamos que también eran cosas de ese pasado, pero al parecer es una verdad
que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma
piedra.
Recuerdo en abril de 1961 una invasión armada de Cuba de
unos 1500 hombres, apoyada no muy discretamente por la armada de los E.UU., mas
una hora de cobertura aérea de su aviación autorizada expresamente por el
Presidente Kennedy, quien tuvo que reconocer poco después del fracaso de la
operación militar, que todo había sido un proyecto del Gobierno de ese país que
él había heredado tres meses antes cuando asumió la Presidencia.
Así y todo, y en virtud de esa extraña manera de entender la
democracia y la diferencia entre agresor y agredido, a poco andar en enero de
1962 la OEA, con el voto de todos los países que la integraban menos cinco,
expulso a Cuba de ese organismo internacional, lo que en la práctica de la
política internacional durante la Guerra Fría equivalía a una declaración de
ostracismo y por tanto a ser condenada a cualquier represión o agresión
posible.
Lo que sucedió y por primera vez en América, es que liderazgo
político y pueblo cubano, en completa identidad de propósitos, hicieron lo
nunca visto antes, profundizaron su proceso revolucionario bajo el lema muy
expresivo y muy sentido de “Patria o Muerte”. Es verdad que una minoría eligió
emigrar y otros pocos trataron de usar la guerra de guerrillas como método de
lucha para tumbar al Gobierno Revolucionario, confundiendo estos últimos la
forma con el contenido, o, dicho de otra manera, ignorando que la guerra
revolucionaria esta en última instancia determinada en su acción y en sus
logros por el apoyo popular. En efecto, esos intentos apoyados financiera y
militarmente por el Gobierno de los EE.UU. fracasaron totalmente mientras que a
la par se profundizaba y se consolidaba el proceso revolucionario en Cuba y el
exilio cubano en Miami.
En un proceso revolucionario, ante las agresiones internas y
externas hay una sola alternativa: retroceder o profundizar el proceso. Y esa
es la disyuntiva que se les presenta tanto a ustedes, los revolucionarios
venezolanos, como a la verdadera oposición conformada por todos aquellos que
tiemblan cuando les hacen saber que lo que está en juego es, en ultima
instancia, la eventual “expropiación de los expropiadores”, que hasta ahora no
se ha producido en la Venezuela chavista y que no tiene por qué suceder
inevitablemente, como hasta ahora no ha sucedido por no ser necesaria.
Pero la disyuntiva de profundizar la revolución o retroceder
es inevitable para los revolucionarios, sabiendo que el retroceso implica el
regreso al pasado y la instauración del “terror blanco”, sobre el cual Fidel
alerto a Hugo Chávez en su momento y, por tanto, a todos los revolucionarios
venezolanos.
Esta es la apreciación de quien ya vivió una historia
semejante hace ya mucho tiempo, pero que desgraciadamente se vuelve a repetir.
Lo menos que puedo hacer es contársela sabiendo que únicamente ustedes
decidirán qué hacer ante lo que les está deparando la historia.
cromeo@enet.cu
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