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sábado, 4 de mayo de 2019

A propósito del día del trabajador, una propuesta Presidente, fabricar medios de producción en autonomía interdependiente



Por Carlos Ellis:
Presidente Nicolás Maduro Moros. Nuestra tierra de gracia llamada Venezuela está dotada de recursos materiales infinitos y requeridos por el mundo para su desarrollo;  hombres y mujeres,  mano de obra fuerte y calificada insuperable para transformarlos, nuestro Orinoco, el segundo caudal de agua más grande del mundo deseoso de que en sus aguas naveguen toneladas de bienes de capital rumbo a su cuenca para abrazar el Atlántico y conquistar mercados en otros continentes. Fabricar medios de producción es el paso para cambiar nuestra historia.  120 años de cultura rentista, de importación de ideas y productos, de ensamblaje, de dependencia y subdesarrollo, de criterios; colores políticos del imperialismo, venga de donde venga.


Una economía intrarregional, de la región occidental, andina, costera, llanera, centro, oriental,  región Guayana; Estado por Estado, intercambio de tecnología y conocimiento intrarregional según su vocación productiva, desde los consejos comunales, pequeños fabricantes de medios de producción, herreros, fundidores y artesanos: fabricando machetes, picos, palas, martillos y escardillas para trabajar la tierra; para procesos más complejos de fabricación: Tuercas, tornillos y chasis para incursionar en el mercado mundial automotriz.

Formemos centros de debates en los Consejos Comunales y fabriquemos en los barrios según sus necesidades, produzcamos un pensamiento para que nuestra gente, se sustente en un nacionalismo generador de renta y desarrolle por el conocimiento modelos para la competitividad en el mercado nacional e internacional. Pongamos atención a la innovación, la evolución, la transformación y la expansión Presidente. Cuantos modelos de industrias, en la petroquímica o modelos de producción y transformación del acero, del aluminio, de herramientas,  o de farmacología pudiéramos  transformar, transformando la materia prima nacional, procesándola, integrándolas, y exportándola en patentes “made in República Bolivariana de Venezuela”.

Sin dudas Presidente,  esto es para crear una poderosa economía nacional que contrarreste los desequilibrios macroeconómicos; de forma tal que las exportaciones de productos terminados, derivados de los hidrocarburos, petroquímicas y minerales,  sean superiores a las importaciones. Aprovechemos las llamadas “alianzas estratégicas” para la verdadera trasferencia de conocimiento para el desarrollo y no para nutrir sus políticas de interés y expansionismo. Aprendamos de China que transformó el pensamiento para conquistar y controlar los mercados, superando el nivel  donde ya no son los productos, sino el ciudadano chino como producto social productivo. El mayor cumulo de habitantes del mundo, están en un territorio aliado y componen el mejor mercado; las naciones dependen de los mercados, en tal sentido los entes públicos deben abocarse a crear conciencia competitiva y fomentar la producción encaminada a generar renta externa traducida en productos y bienes de servicios para conquistar esos mercados. La sociedad se funda en la necesidad de construir mercados, el mercado es el gran elemento de interacción económica global para la permanencia de los países; el nuevo orden no dará vida a las naciones improductivas Presidente, debemos dar el paso para incorporarnos en los nuevos proyectos globales.

Es mucho lo que hay que hacer, pero debemos empezar. Hay que mantener la dirección moral, ética y la estética como principios de sustento de la República. Que el ciudadano  interprete los principios; y la oposición junto al Gobierno  unan esfuerzos en  construir una República competitiva de fabricación y gerencia de medios de producción,  que  generen ingresos que se acerquen a los ciento cincuenta mil millones para reinvertirlos en fabricación de medios de producción y así darle autonomía a la industria   petrolera. Como principio básico del Estado, debemos organizarnos  como creadores de  ideas, de pensamiento estratégico; o por qué no crear la Universidad para el Estudio de la Organización Gerencial que  dicte y ordene los lineamientos que generen cambios  paradigmáticos a las   estructuras gubernamentales y del Estado,  desde los complejos  tecnológicos y Universidades, donde se asienten las mentes más calificadas en la cultura de los procesos.

Para culminar Presidente Nicolás Maduro
Nuestra mayor fortaleza económica, el petróleo, históricamente como nación no lo hemos sabido aprovechar, ha pesado más el despilfarro, que el ahorro y la inversión en fabricación de medios de producción, base fundamental para crear excedentes y renta. Acercándonos a los 105 años del “Zumaque”, el primer pozo petrolero en esta tierra de gracia, ubicado en Mene Grande, Estado Zulia, 31 de julio de 1914, es el caso que aún no hemos fabricado un taladro. Somos buenos operadores de taladros extranjeros, para el manejo de los mejoradores del crudo, para el fluido eléctrico de nuestras instalaciones; pero no fabricamos ni una planta eléctrica, ni un taladro que asegure la continuidad de las operaciones; allí está la vulnerabilidad de nuestra industria petrolera y de cualquier empresa estratégica del Estado. Podemos concluir, que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). 1960, como poderosa organización no ha contado con el poder integrador de crear un complejo totalizador, catalizador y transformador del petróleo y sus derivados, que se auto regenere como fabricante de medios de producción en sus operaciones petroleras, que garantice su autarquía con capital y aportes de los países miembros; La OPEP no ha podido o no ha querido restarle poder a la voracidad de las trasnacionales petroleras que dominan estas operaciones, que van desmembrando la capacidad de producción y participación de cada uno de sus miembros. La OPEP como conjunto de naciones no ha podido enfrentar con éxito a las naciones que fabrican medios de producción usando el petróleo como medio de transferencia tecnológica, tampoco empleando sus recursos para fabricar su propia tecnología “OPEP” sustitutiva de importaciones y que aseguren el rendimiento de sus operaciones al excluir la participación de empresas foráneas.

 La fabricación de medios de producción desde el orden interdependiente e intrarregional es el factor que apalanca la Venezuela soñada, que genere patentes e incursione en los mercados mundiales, que compita con su tecnología INTEVET o motores SIDOR; Estamos a tiempo y con las condiciones dadas Presidente Nicolás Maduro. Demos el paso.

Venezolano y trabajador de la industria petrolera PDVSA.

carlosellis1@gmail.com

miércoles, 16 de enero de 2019

Un nuevo periodo político en Venezuela, 2019-2025, una nueva fase económica está obligada a nacer


Por Carlos Ellis:

“El tiempo es lo más importante cuando se persiguen sueños”. Esto lo expresó un gran amigo a quien le hable de mi preocupación por el país y de las ganas de contribuir a impulsar con toda la fuerza y pasión de un venezolano; la siguiente fase de esta llamada revolución: Fabricar medios de producción; esto por ser, el único medio “disponible” para cristalizar el sueño de millones de venezolanos; tener una economía fuerte y un desarrollo social sustentable. Si revisamos la historia del mundo, lo certifica, es el único mecanismo que permite romper con las cadenas de la dependencia y el subdesarrollo, un flagelo que talla el futuro de cualquier país, y más aún si se opone al sistema capital sin función social, donde reina la natural competencia, el ejercicio del poder y las intenciones de subordinar a través de la variable tecnología.

Así ocurre en los países subdesarrollados que albergando las tres cuartas partes de la población mundial, están condenados a todas las consecuencias que este flagelo genera, y es  por no cambiar los esquema en el manejo de los recursos tanto materiales como de formación social, es allí, la relación e importancia del tiempo en el caso particular de nuestra Venezuela, es por eso que hablamos de un nuevo periodo político, que con las dificultades presentes está obligado a una nueva fase económica que debe partir y enfocarse solo a dar el paso; a la fabricación de medios de producción.

Es en las Relaciones Internacionales la especificidad; permite expresar que es el “poder” quien rige la interacción entre los Estados y que esto es proporcional a su historia en la fabricación de medios de producción; la nuestra lo señala, 120 años de tendencias políticas reaccionarias que se han disputado el poder, pero ninguna ha impulsado la fabricación de medios de producción, por eso estamos obligados en este periodo 2019-2025 a hacerlo realidad.  Esto se explica elementalmente en la misma naturaleza del hombre; estos accionaron en función del interés y dominio de los espacios para aumentar las relaciones de fuerzas entre sus semejantes, así se apropiaron de la creación, fabricación y control sobre lo material para cubrir necesidades; ese poder se transforma en el factor decisorio de las relaciones que existió y existe entre ellos. Ahora, en las relaciones entre los estados se ejercen el poder a través de la variable tecnología, medios de producción o bienes de capital, esto le permite asegurar a un actor sobre otro un orden que tiene como fin la subordinación por la dependencia enajenando todo tipo de soberanía.

En el sentido expuesto, la vía debe ser la siguiente: Imitemos los proyectos, las obras y los servicios de los países que habiendo experimentado barbaries y declives económicos ocasionados por procesos de guerras intestinas o internacionales, si de esto se trata, han partido, o en el caso nuestro partamos de una idea real y desarrollada, decretando y asumiendo un periodo de austeridad, manejar los recursos existentes con criterio de escasez y construir la abundancia desde las condiciones existentes.
Revisando la historia, pensemos en el realismo de la Rusia a la que accedió Lenin por allá en 1918, devastada y sometidas por guerras interminables. En el caso nuestro, de nuestra Venezuela, esas realidades no son comparables; Rusia lo logro con un pueblo dispuesto, con unos trabajadores dispuestos, con una Vanguardia Revolucionaria capaz de fabricar medios de producción, como en efecto lo hicieron. Todos los factores del Estado, toda la nación, todas las voluntades se volcaron a romper las cadenas de la dependencia esclavizante, rompiendo las cadenas del desconocimiento, aprendiendo y haciendo, teoría y práctica, creando una nueva nación, rehaciendo una economía, no había economía de mercado, el único incentivo, la voluntad de cómo tener las herramientas propias para hacer,  hasta fundar un vasto territorio y alcanzar su más alto grado cualitativo, esto fue posible con Lenin y su vanguardia revolucionaria fabricantes de medios de producción.

 Hoy,  la China de Hoy, es por esa solidaridad de la URSS que dio sus saltos cualitativos, hasta llegar a  la liberación económica de mercado con el ingrediente de que no puede haber una empresa capitalista si de igual forma no trabaja con la misma intensidad en función social, donde entran en total competencia empresas públicas y privadas, sin excepción por razones de su objeto, son empresas capitalistas en China y en el mundo entero, con una firme orientación tecnológica que sustituyó necesidades fabricando medios de producción, hasta el más alto nivel cultural. Ahora bien, nosotros teniendo todos los recursos, no hemos emprendido el viaje espacial en la fabricación de medios de producción, tan simples, que hace 5000 años, los machetes, los picos, las palas, una escardilla los fabricaba un herrero, hagamos esto hasta llegar a construir un tractor.

Lo curioso de todo esto, es que lo sabemos hacer y lo hemos hecho como es el caso de la pistola “Zamorana” y el fusil “Catatumbo”, el asunto es que no ha habido continuidad. Pesa más el interés de importar, que el interés de fabricar aquí.  El Estado Nacional, no tiene por qué importar, tiene que sustituir las importaciones, fabriquemos para el consumo interno y sus excedentes los exportamos al mercado internacional, o los intercambiamos con los vecinos y áreas de interés político donde influimos. Es decir: Fabricamos aquí y compitamos a donde haya que competir, con la participación, desde un simple herrero, hasta infinidad de compañías pequeñas, pública o privada. En nuestras operaciones petroleras, el hecho de no fabricar nuestros taladros e indumentaria para la extracción de nuestros hidrocarburos e incorporar empresas trasnacionales para todas las operaciones: Surge una relación de poder que se expresa en esa variable tecnológica y cuando se pretende cambiar esos esquemas, implosionan el país por ser  ellos quienes  controlan los medios de producción;  aún después de 104 años del famoso “Zumaque” conocido como “el reventón” que  impulsó la explotación comercial de petróleo por empresas concesionarias extranjeras, marcando el inicio de la era petrolera en Venezuela;  no hemos fabricado el primer tornillo para el primer taladro.

Construyamos el proceso de fabricación de medios de producción o de bienes de capital, transformando la materia prima en producto terminado, es la única forma de sustituir importaciones y de dominar la inflación. Lo que se ha hecho hasta ahora, es entregar nuestros recursos al capital privado internacional para que los transformen en el exterior en productos terminados y lo cancelemos al precio que en el exterior se impone. Con este sistema creamos una dependencia esclavista, cada día más inflacionaria, es ahora o estaremos condenados a la esclavitud, a los constantes desequilibrios macroeconómicos. Debemos aprovechar con eficiencia las alianzas con China, Rusia y las naciones que fabriquen medios de producción que estén dispuestas a mantener una relación de intercambio y de respeto a nuestra soberanía para que se cumpla el proceso de trasferencia de conocimiento y tecnología, porque es un compromiso de nuestra parte captar a los emprendedores, inventores, innovadores y copiar para luego perfeccionar, que no se siga vulnerando la seguridad de la nación, es lo importante del tiempo.

carlosellis1@gmail.com 

martes, 29 de agosto de 2017

Una nueva era hegemónica del imperialismo

Por Diego Olivera Evia:
Subdesarrollo, hambre y genocidios en el tercer mundo

Al analizar la realidad de una crisis global en el planeta, nos lleva a la guerra de las galaxias, donde se habla del “imperio contrataca”, en una versión muy cercana a la realidad del cineasta Jorge Lucas, contra los países del planeta, hoy con la presidencia del bipolar Donald Trump se puede vislumbrar, una era de violencia y muerte, similar a su ficción de los hoteles, sus negocios y sus capacidad de atacar a sus propios socios, apoyar el racismo y el odio en la sociedad estadounidense, es el perfecto fascista e imitador de Hitler, al amenazar a la humanidad, con un holocausto.


La irresponsabilidad del congreso de EEUU, secunda esta nueva falacia imperialista, al aplicar leyes estadounidenses a varias naciones, desconociendo los derechos internacionales, como lo exige los acuerdos de las naciones en la Organización de Naciones Unidas (ONU), que en su mayoría de países repudian las acciones unilaterales del presidente Trump y el congreso bilateral, de Republicanos y Demócratas, que actúan como un poder omnipotente, sancionando a naciones como Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Venezuela, creando una crisis económica a nivel global.

La misma campaña de Trump contra sus socios de los acuerdos neoliberales, como México y Canadá, son agredidos verbalmente, agrediendo a México que debe pagar el ignominioso Muro, entre ambos países al mejor estilo del muro de Berlín, como acusando a ambos países como un mal acuerdo, esta es la diplomacia histórica del Gran Garrote, de las invasiones a Centroamérica y el robo de más del 60 por ciento de los territorios de  México, al mejor estilo de piratas, con mercenarios en Texas y California una verdadera rapiña.

Hoy nuevamente la guerra como política es el esquema del maniático Trump, y el Congreso de EEUU, de la misma manera el Tesoro de los Estados Unidos, se arroga el derecho de sancionar a todas las naciones del mundo, si el interesa al poder imperial, sus guerras y el Complejo Militar Industrial (CMI) se han convertido en el mejor negocio de EEUU, logrando vender armas en la guerra de medio oriente, África, América Latina, la OTAN. Un negocio redondo, ingresos y efectos colaterales con millones de ciudadanos y poblaciones asesinadas, por sus grupos terroristas del Dahes, el denominado estado islámico, creado por los Clinton, como lo ha manifestado la excandidata Hilari, miles de europeos, africanos, rusos, entre otros han creado el poder de la muerte, a los islámicos y musulmanes, para estos grupos el Corán es un solo objetivo, desconocen sus preceptos, pero para EEUU y la OTAN, son su brazo armado, para no involucrar a sus soldados.

Esta es la realidad de un mundo a la deriva, de la incapacidad de la ONU para frenar el holocausto de los palestinos por Israel y su versión sionista, como vengándose de los crímenes del fascismo hitleriano, repitiendo los mismos crímenes, el secuestro de niños, las muertes de mujeres, el robo de las tierras para colonos sionistas y racistas, contra una población, de la misma manera trasladan su genocidio a Siria. También en ese mismo sentido, Arabia Saudita actúa como gendarme contra Irán, en los asesinatos a ciudadanos del Yemen, hasta enviar virus de tifoidea. 

A estas políticas gringas se suman de América Latina Colombia, México, Argentina, Brasil, Perú, Paraguay, entre otros como esbirros de Trump y EEUU, esta acciones en Latinoamérica muestran, la peor moral y la criminalidad de golpistas, de millones de muertos, del poder de los paramilitares y los carteles de la droga, esta es realidad de países piratas, inmorales al servicio del imperialismo.

Subdesarrollo, hambre y genocidios en el tercer mundo
La realidad global del planeta muestra la crisis sistemática de los pueblos del mundo, la destrucción del ecosistema mundial, es desconocido por Trump y el Congreso, el desconocimiento de la destrucción sistemática de los polos glaciares, por el recalentamiento global, aumentara con el uso indiscriminado industrial, la destrucción de los mares con derivados del petróleo y de químicos, ha llevado a la desaparición de varias especies, la bolsas plásticas son parte del exterminio de aves y fauna marina, lo que crea un peligroso desequilibrio en los alimentos y la reproducción de nuevas fuentes de trabajo.

La reciente fractura del polo sur de una importante masa de hielo, no preocupa a los poderosos del planeta, especialmente EEUU y la OTAN, que ven como un gasto innecesario, apoyar a los grupos ecológicos y los acuerdos del ONU, estructura que no es respetada por el ario Trump, que solo ve sus negocios y a través de su presidencia, ocultar sus negocios en sus viajes por esta Nación, nadie se atreve a decir la verdad, solo la seguridad de Trump y familia, ha generado un despilfarro de dinero del magnate, para cuidar su imperio de hoteles y nuevas inversiones, violando las obligaciones del presidente y las leyes de la nación.

Los millones de asesinatos en Medio Oriente de los gobiernos de los Bush padre e hijo, los dos mandatos de Obama, como ahora Trump, han mostrado la cara más feroz de la muerte, de la crueldad, de las violaciones de los derechos humanos, de apoyar crímenes de lesa humanidad, y se atreven hablar de Democracia y Derechos humanos, los principales asesinos con la OTAN, el Sionismo de Israel, Arabia Saudita, como los máximos criminales de la historia, esta es la realidad de una minoría de millonarios en el Mundo, que gobiernan el planeta: Sin respetar a la mayoría de los seres humanos y sus derechos a la vida, a la alimentación, al agua, a los recursos naturales, si no hay equilibrio el planeta podría colapsar, nos solo por guerra atómicas, sino por la destrucción del ecosistema, el hombre se ha convertido de depredador de la humanidad.

diegojolivera@gmail.com

lunes, 19 de septiembre de 2016

España hundiéndose

Conversatorio en Barajas
Por Rafael Ángel Ugalde

De entrada no creí. Para quién durante 30 años permaneció en la Universidad pública trabajando y estudiando con  salario puntual, oficina de salud a los cincuenta metros y  garantías de decir lo que pienso, era inaceptable lo que me decía este ex profesor de políticas públicas que ahora procura propinas.  Un hombre cultísimo del llamado “primer mundo” jalando  maleta a uno  del “subdesarrollo” para rebuscarse el sustento en el aeropuerto de Barajas, España. ¡No es posible, él me miente, o el mundo está patas arriba ¡ me tranquilizaba.

“La crisis -me remarcó, mientras me indica el pasadizo  de salida por dónde me esperaba la  hija menor-, nos ha hecho humildes a muchos españoles. En principio muchos profesionales y académicos pensábamos que no nos alcanzaría”, replicó a la obvia pregunta del por qué halaba maletas y no estaba frente a un  grupo de estudiantes enseñándolos a  acomodar el Estado en función, supuestamente, del llamado “bien común”.
Algunos datos provenientes de él terminaron por convencerme que el profesional acabó victima de sus propias ilusiones, en una España, que insiste en vivir las grandezas de 500 años atrás, cuando los galeones llegaban cargados de oro de las nuevas tierras que necesitaba “civilizar”. El ciclón económico financiero de 2007-2008 socolloneó duro todos los fundamentos capitalistas, como modo de producción, así como   el llamado neoliberalismo, entendido como su expresión de praxis y política de aquel, que exigía  solución rapidísima.

La tesis básica –nos recordaba un día de estos el teólogo e investigador Leonardo Boff- era dar primacía al mercado, a la libre iniciativa, a la acumulación privada, a la lógica de la competición en detrimento de la lógica de la cooperación y a un Estado que entre más mínimo fuera, más empleo habría, mejores salarios se devengaría y menos desigualdad se registraría. El lema en Wall Street de Nueva York era: greed is good, la codicia es buena. Quien mira desde una perspectiva mínimamente ética ya podía saber que un sistema montado sobre un vicio (codicia) y no sobre una virtud (bien común), jamás podría resultar bien. Un día se derrumbaría.

Y el derrumbe empezó con la quiebra de uno de los mayores bancos norteamericanos, el Lehman Brothers, llevando todo el sistema bancario y financiero a una inconmensurable crisis. En pocos días se pulverizan billones de dólares. Parecía el fin de este tipo de mundo. Pero, como haciéndose tragar sus palabras, los que en libros, diapositivas y desde las cátedras despreciaban el Estado social, reduciéndolo al mínimo, recurrieron a él de rodillas, con las manos juntas  y  pidiendo protección a los bancos centrales. ¡Vaya ironía o hipocresía¡.

España sufrió los coletazos y para salvar la praxis y la teoría (no salvar su  fundamentalismo económico y su doctrina equivaldría  cogerlos en la mentira- declaró una amnistía tributaria, recortó pensiones, aumentó los años para alcanzar una jubilación decente, flexibilizó los contratos laborales y  redujo los  sindicatos a mentirillas.
Según este especialista en política públicas España es el país de la OCDE con más desigualdad desde el inicio de la crisis, tan solo por detrás de Chipre y superando hasta en catorce veces a Grecia; la pobreza y la exclusión ha aumentado y hay  13,4 millones de personas en riesgo de exclusión en el año 2014 (el 29,2 % de la población española).

La distancia entre ricos y pobres ha crecido y en 2015 el 1 % de la población concentró tanta riqueza como el 80 % de los más desfavorecidos. La fortuna de sólo veinte personas en España alcanza un total de 115.100 millones de euros. Así, España, es el segundo país de la Unión Europea en el que más ha crecido la distancia entre rentas altas y bajas, sólo por detrás de Estonia, y entre 2007 y 2014 el salario medio español se desplomó un 22,2 %.
Además, según los datos de la OCDE, los hogares más desfavorecidos son los que han sufrido una mayor caída de los ingresos durante la crisis,  el salario de los más ricos es 18 veces superior al del 10 % más pobre; mientras 3.000 millonarios sacan anualmente40 mil millones de euros sin pago de impuestos.

Y la crisis no para. Einstein ya había advertido:«el pensamiento que creó la crisis no puede ser el mismo que nos saque de la crisis».

rafaelangelu@outlook.com




España hundiéndose

Conversatorio en Barajas
Por Rafael Ángel Ugalde

De entrada no creí. Para quién durante 30 años permaneció en la Universidad pública trabajando y estudiando con  salario puntual, oficina de salud a los cincuenta metros y  garantías de decir lo que pienso, era inaceptable lo que me decía este ex profesor de políticas públicas que ahora procura propinas.  Un hombre cultísimo del llamado “primer mundo” jalando  maleta a uno  del “subdesarrollo” para rebuscarse el sustento en el aeropuerto de Barajas, España. ¡No es posible, él me miente, o el mundo está patas arriba ¡ me tranquilizaba.

“La crisis -me remarcó, mientras me indica el pasadizo  de salida por dónde me esperaba la  hija menor-, nos ha hecho humildes a muchos españoles. En principio muchos profesionales y académicos pensábamos que no nos alcanzaría”, replicó a la obvia pregunta del por qué halaba maletas y no estaba frente a un  grupo de estudiantes enseñándolos a  acomodar el Estado en función, supuestamente, del llamado “bien común”.
Algunos datos provenientes de él terminaron por convencerme que el profesional acabó victima de sus propias ilusiones, en una España, que insiste en vivir las grandezas de 500 años atrás, cuando los galeones llegaban cargados de oro de las nuevas tierras que necesitaba “civilizar”. El ciclón económico financiero de 2007-2008 socolloneó duro todos los fundamentos capitalistas, como modo de producción, así como   el llamado neoliberalismo, entendido como su expresión de praxis y política de aquel, que exigía  solución rapidísima.

La tesis básica –nos recordaba un día de estos el teólogo e investigador Leonardo Boff- era dar primacía al mercado, a la libre iniciativa, a la acumulación privada, a la lógica de la competición en detrimento de la lógica de la cooperación y a un Estado que entre más mínimo fuera, más empleo habría, mejores salarios se devengaría y menos desigualdad se registraría. El lema en Wall Street de Nueva York era: greed is good, la codicia es buena. Quien mira desde una perspectiva mínimamente ética ya podía saber que un sistema montado sobre un vicio (codicia) y no sobre una virtud (bien común), jamás podría resultar bien. Un día se derrumbaría.

Y el derrumbe empezó con la quiebra de uno de los mayores bancos norteamericanos, el Lehman Brothers, llevando todo el sistema bancario y financiero a una inconmensurable crisis. En pocos días se pulverizan billones de dólares. Parecía el fin de este tipo de mundo. Pero, como haciéndose tragar sus palabras, los que en libros, diapositivas y desde las cátedras despreciaban el Estado social, reduciéndolo al mínimo, recurrieron a él de rodillas, con las manos juntas  y  pidiendo protección a los bancos centrales. ¡Vaya ironía o hipocresía¡.

España sufrió los coletazos y para salvar la praxis y la teoría (no salvar su  fundamentalismo económico y su doctrina equivaldría  cogerlos en la mentira- declaró una amnistía tributaria, recortó pensiones, aumentó los años para alcanzar una jubilación decente, flexibilizó los contratos laborales y  redujo los  sindicatos a mentirillas.
Según este especialista en política públicas España es el país de la OCDE con más desigualdad desde el inicio de la crisis, tan solo por detrás de Chipre y superando hasta en catorce veces a Grecia; la pobreza y la exclusión ha aumentado y hay  13,4 millones de personas en riesgo de exclusión en el año 2014 (el 29,2 % de la población española).

La distancia entre ricos y pobres ha crecido y en 2015 el 1 % de la población concentró tanta riqueza como el 80 % de los más desfavorecidos. La fortuna de sólo veinte personas en España alcanza un total de 115.100 millones de euros. Así, España, es el segundo país de la Unión Europea en el que más ha crecido la distancia entre rentas altas y bajas, sólo por detrás de Estonia, y entre 2007 y 2014 el salario medio español se desplomó un 22,2 %.
Además, según los datos de la OCDE, los hogares más desfavorecidos son los que han sufrido una mayor caída de los ingresos durante la crisis,  el salario de los más ricos es 18 veces superior al del 10 % más pobre; mientras 3.000 millonarios sacan anualmente40 mil millones de euros sin pago de impuestos.

Y la crisis no para. Einstein ya había advertido:«el pensamiento que creó la crisis no puede ser el mismo que nos saque de la crisis».

rafaelangelu@outlook.com