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miércoles, 6 de febrero de 2019

La inmoralidad del capitalismo destruye la sociedad humana


Por Diego Olivera Evia:

Las guerras, la droga, el hambre en el Siglo XXI 

L a sociedad humana avanza hacia una crisis global, en el marco del capitalismo, el resurgimiento del fascismo en Europa y América Latina, impulsado por el modelo imperial de EEUU, con la presidencia del magnate Donald Trump, que ha impuesto sus reglas del juego, logrando controlar a la Unión Europea (UE), como a la OTAN el brazo militar de la UE, en es mismo sentido aplica mecanismos, para intentar controlar a la Organización de Estados Americanos (OEA). Creando mecanismos coercitivos, de los miembros, pero en una guerra sin cuartel contra Venezuela, pero no han podido lograr mayoría, para agredir a Venezuela y apoderar un gobierno de facto en esta nación sudamericana, la imposición de un títere de la Asamblea Nacional (AN), en desacato, ha generado una grave crisis, donde el petróleo, el Oro, el Coltán, las refinerías de CITGO, de propiedad venezolana, son la base de una guerra imperial y sin escrúpulos.


Un informe de la CELAC advertía los posibles efectos del modelo gringo desde las promesas de campaña y a partir de la (inesperada) asunción al Gobierno de Donald Trump suenan las alarmas sobre un “retorno al proteccionismo” en Estados Unidos (EE. UU.) como amenaza al orden global neoliberal. Se ha renovado la discusión liberalismo-proteccionismo desde una postura hegemónica que plantea ambas alternativas como contradictorias y en la que el proteccionismo sería un lastre del “populismo de derecha” de Trump que atenta contra los logros del neoliberalismo a nivel internacional. Así, desde la prensa hegemónica -que se hace eco de las voces expertas más calificadas- se viene advirtiendo sobre los perjuicios de los lineamientos proteccionistas impulsados por el Gobierno, en particular, los efectos en la economía y geopolítica internacional y, también, para América Latina y el Caribe (ALC).

Sin embargo, hay poca información concreta sobre cuál es el impacto en inversiones y relaciones comerciales con la región, donde las políticas de Trump, paradójicamente, parecen haber profundizado el neoliberalismo por la vía de la expansión de las transnacionales estadounidenses. Además, más allá de si el proteccionismo es “bueno o malo”, los resultados de los lineamientos implementados parecen haber abierto un nuevo ciclo de crisis en la economía de EE. UU., a la vez que están causando un impacto significativo en la geopolítica internacional. Lo que no está tan claro es que se trate de medidas que amenacen la supervivencia del neoliberalismo.

A continuación, expondremos qué es el “proteccionismo à la Trump” (una cosa es lo que se dice, otra es lo que se decide y otra diferente, lo que se logra), dimensionando, en primer lugar, sus efectos en EE. UU. para, en un segundo momento, abordar su impacto en las relaciones con ALC

Proteccionismo a la Trump en EE. UU.

La llegada de Trump a la presidencia de EE. UU. auguraba, para la mayoría de analistas, un menor ritmo de comercio y de inversiones con la región. En efecto, varios factores parecían conjugarse en este sentido: la suspensión de acuerdos, como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que contemplaban la reducción de barreras no arancelarias, la armonización regulatoria y la creación de nuevos estándares para regular el comercio digital; la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); la idea de renegociar, también, acuerdos bilaterales con otros países como Chile, Colombia, Panamá y Perú, entre otros; las críticas a la OMC por favorecer el libre comercio; y la apuesta por la relocalización de la producción de las empresas estadounidenses hacia EE. UU. Sin embargo, hasta el momento, no se ha verificado esta tendencia.

El “América First”, que prometía generar empleo e impulsar la industria nacional, volver al “made in America” vs. el “made in China”, ha mostrado escasos resultados. No parece haberse conseguido un aumento en la competitividad de las industrias locales, pues la mayoría está atada a una cadena de producción invariablemente internacional. A esto se suma la disminución de las ganancias en las industrias manufactureras de EE. UU., como la de producción de alimentos, bebidas y tabaco, las productoras de petróleo, carbón, químicos y otros productos durables que se fabrican en territorio estadounidense. En un análisis reciente se menciona que esa caída de las ganancias podría explicar la política proteccionista al interior y la política de libre mercado al exterior.

Sin embargo, esta merma no se observa en todos los sectores. El complejo industrial-militar (una de las principales fuentes de empleo en EE. UU.) sigue gozando de buena salud: la venta de armas de EE. UU. al mundo se incrementó en 2017 (en continuidad con la tendencia con los gobiernos de Obama y de acuerdo a lo prometido por Trump). El último ejercicio fiscal (octubre 2016-septiembre 2017) cerró con la venta de poco más de 41.930 millones de dólares, un incremento del 24% con respecto al mismo periodo anterior. Los departamentos de Defensa, Estado y Comercio plantean diferentes propuestas para mejorar y acelerar el proceso de ventas a otras naciones y, también, estimular el incremento de empleos en el sector. Según datos recientes, EE. UU. realiza el 57.9% de las transacciones mundiales de armamentos, y con América Latina las ventas rebasaron los 343 millones de dólares en 2016, destacando las compras de México (100.899 millones), Colombia (75.990 millones), Brasil (59.310 millones) y Chile (48.798).

A su vez, las políticas proteccionistas están generando una mayor expansión de las empresas EE. UU. al exterior, expansión que, tal como vienen operando desde hace décadas -si bien por un lado implica aumento de inversiones y puestos de trabajo- también es portadora de una serie de “condicionamientos” a las economías (sobre todo las periféricas), asociados a exenciones impositivas, fuerza de trabajo barata y condiciones laborales “flexibles”, etc. -cabe recordar que en esta tónica van las reformas laborales y previsionales de los gobiernos de derecha en Argentina y Brasil, por ejemplo-.Los factores por los cuales las políticas proteccionistas podrían generar mayor inversión de las empresas estadounidenses en el exterior son: ( el encarecimiento de los costos de producción derivado del incremento de aranceles para insumos de uso difundido, como acero y aluminio;  la repatriación de capitales puede inducir a una apreciación del dólar que también atente contra la competitividad local y las políticas anti-inmigratorias pueden atentar contra el “reclutamiento de cerebros” que realizan las empresas estadounidenses en todo el globo para desarrollar las tareas de innovación en su país.

Las guerras, la droga, el hambre, en el Siglo XXI

En este marco de crisis de guerras monopólicas contra África, Medio Oriente, Asia, América Latina, son avasalladas por la políticas neo coloniales, la sumisión de países latinoamericanos a las presiones de Trump, y su equipo de guerra global, han podido usar a presidentes fascistas e inmorales, como Macri, Bolsonaro, Piñera, Duque, que aplican políticas neoliberales en sus naciones, el ataque al Amazonas, por Bolsonaro, para entregar sus recursos a las trasnacionales, crearía un ataque brutal el ecosistema. Pero lo mas peligroso es el ataque a los pueblos originales del pulmón de Sudamérica, donde un militar fascista como el presidente brasileño, considera a estos pueblos, como ignorantes, sucios y que nos hablan portugués, al mejor estilo de la conquista, de los españoles, portugueses e ingleses, que asesinaron a millones de seres humanos.

Otros efectos como las drogas son parte de la acción de EEUU, el principal consumidor de estupefacientes del planeta, la inmoralidad de los gobiernos de Colombia, han creado el mayor imperio de la droga, controlado por presidentes corruptos, el mismo presidente Duque, es parte de la familia de los carteles de la Droga.  Siendo Uribe señalado de participar habitualmente en el diseño y ejecución de matanzas perpetradas por los paramilitares colombianos, como el caso de la Matanza de El Aro cometida en 1997.

En esa, según relata el periódico de Miami, El Nuevo Herald en su edición del 6 de agosto de 2009, el mismísimo Álvaro Uribe, planeo la matanza con los dirigentes de las Autodefensa Unidas de Colombia y posteriormente acudió personalmente a felicitar a los paramilitares que “brillantemente” habían asesinado, con motosierras, al menos a 15 campesinos indefensos, matanza por la que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Colombia.

Tres parientes del ex presidente colombiano, entre ellos dos primos hermanos, lideraron una banda paramilitar conocida como Los Erre, señalada de haber asesinado a medio centenar de personas en varios municipios del departamento de Antioquia: Carlos Alberto Vélez Ochoa, Juan Diego Vélez Ochoa y Mario Vélez Ochoa, quienes también son familiares del clan de los capos del narcotráfico Ochoa. La política de Seguridad Democrática de Álvaro Uribe dio lugar al escándalo conocido como falsos positivos, el asesinato de al menos 2 mil 500 civiles inocentes por la fuerza pública colombiana – bajo el mandato de Uribe como presidente y siendo Juan Manuel Santos el Ministro de Defensa – presentados como, guerrilleros dados de baja en combate

En mayo de 2010, el diario The Washington Post, publica la confesión del policía Juan Carlos Meneses, de haber asesinado a miles de campesinos y realizar múltiples operaciones paramilitares junto a Los 12 apóstoles, grupo paramilitar en el que participa Santiago Uribe, hermano de Álvaro.

Esta es la realidad de un modelo capitalista sin escrúpulos, que aplica la políticas de violencia, guerra, habla de ayudas humanitarias, pero en realidad invaden naciones, para adueñarse de los principales recursos, petróleo, oro, minerales, esclaviza a pueblos de África y Asia, para ampliar el papel de las trasnacionales y ampliar el papel El complejo industrial-militar (una de las principales fuentes de empleo en EE. UU).

diegojolivera@gmail.com

martes, 18 de septiembre de 2018

Venezuela-China: potencial y poder en desarrollo


Por Ernesto Wong Maestre:
La avalancha de acuerdos bilaterales firmados por el Gobierno Bolivariano durante la visita de alto nivel presidida por el líder de la revolución chavista y Presidente Constitucional, Nicolás Maduro, a la República Popular China, recién finalizada, contribuirán estratégicamente a elevar el nivel del potencial de Venezuela y también de China, de ahí que ambos gobiernos, actores populares y fuerzas empresariales de una y otra nación se hayan manifestado con entusiasmo e interés por los alcances de las negociaciones y sus resultados. Esos acuerdos tuvieron como fundamentos filosóficos tanto el Pensamiento Chavista como el Espíritu de Shanghai y como referentes principales el desarrollo integral y sostenible de ambos países y la mayor prosperidad para sus pueblos. De su relevancia y sentido tratan las siguientes ideas. .

Como bien reconocen los estudiosos de la potencia y poder de una Nación, desde el alemán Hans Morgenthau (1) o el francés Raymond Aron (2) hasta el venezolano Víctor Maldonado Michelena (3) o el cubano Roberto González (4), el potencial de un país está dado por el conjunto de recursos materiales e inmateriales, capacidades intersubjetivas, competencias subjetivas y tecnologías en sus diversas magnitudes, desde las nanotecnologías hasta las macrotecnologías que pudieran emplearse en momentos determinados para alcanzar fines de política exterior o para la defensa de su soberanía, independencia y libertad, mientras que se le llama poder al uso concreto de ese potencial en las estrategias y operaciones tácticas para ir logrando objetivos ante las amenazas, conflictos u oportunidades, tanto para fortalecer el potencial, condición clave de la estabilidad política, como para apoyar a un aliado. O incluso, solidarizarse con un pueblo necesitado, como solo lo hacen los gobiernos enfocados al socialismo.

Acuerdos, potencial, poder y estructuras
Varias obras de los autores antes mencionados dan cuenta detallada de los “factores” que definen el potencial de una Nación. No es necesario mencionarlos aquí pero si recordar que no deben concebirse o estudiarse fragmentados sino en un amplio haz de relaciones como totalidad dialéctica y por ello, relaciones con diversos niveles de significación entre ellas, algunas “duras” y otras “blandas”, como bien recuerdan De la Garza y Leyva (5). Basados en esos factores, es posible comprender que los 472 proyectos bilaterales en ejecución,  más los 28 acuerdos anunciados que fueron firmados durante la visita de Maduro a China junto al equipo liderado por Xi Jinping tienen un caleidoscopio de significados, tanto para el Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad (RCP) echado a andar en el pasado agosto por el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela como para el ya exitoso gran proyecto de la Franja y la Ruta ideado y puesto en marcha desde hace más de un lustro por la República Popular China en alianza con más de cincuenta países de Asia, Eurasia, Europa, África y más recientemente con América Latina y El Caribe, en lo que Cuba y Venezuela tienen significados particulares.

Los acuerdos potencian y los proyectos derivados de los planes dan poder al mismo tiempo que se ejecutan con el poder acumulado de los Estados, que al realizarlos se alcanza mayor potencia y también se incrementa el poder para continuar transformando las sociedades. Todo ello proporciona el sentido histórico y último de toda esa acción bilateral: sentar las bases firmes hacia el desarrollo integral de las dos naciones y con ello alcanzar la mayor suma de felicidad y seguridad social para ambos pueblos y la mayor suma de estabilidad política para las Naciones.

Venezuela desarrolla el proyecto de transformaciones sociales que más atracción popular global ha tenido en los últimos quince años complementado con una política exterior dirigida a integrar a los pueblos mediante los proyectos ALBA-TCP conformado por Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Dominica, Antigua y Barbudas, San Vicente y Granadinas, Granada, San Cristóbal y Nieves y como invitados Surinam, Irán, Siria, Rusia, India, Malasia y Vietnam. Venezuela se solidariza y comparte con ellos la riqueza petrolera que posee a través de Petrocaribe, calculada como una de las más grandes del mundo, y se apresta a desarrollar integralmente la minería al poseer grandes reservas de oro, coltán, bauxita, caliza, diamantes, carbón, hierro, fosfatos, dolomita, manganeso y muchos otros minerales estratégicos o de amplio uso tradicional. Y en toda la labor que realiza o planea está presente el principio de la democracia participativa y protagónica del pueblo y la decisiva unidad cívico-militar, con su expresión concreta en la praxis diaria del país. La visión del Socialismo Bolivariano que anima el proyecto social se va transformando y enriqueciendo, en la misma medida en que se va desarrollando en la praxis según las particularidades de Venezuela, y ello despeja mejor el camino hacia una mayor integración con el gigante asiático. 

China, por su parte, ya disputa con EE.UU la primera plaza mundial como potencia económico, financiera y tecnológica, mostrando -a diferencia del imperio- una alta capacidad de sacar anualmente a millones de personas de la pobreza y también de crearles condiciones sostenibles para que disfruten de buenos salarios, eficiente infraestructura comunicacional y de servicios, y cantidades diversas de productos de primera necesidad, para el hogar e incluso suntuarios mediante una integración, cada vez mayor de todas sus regiones y estas con el mundo a través de la histórica Ruta de la Seda. Coches eléctricos ya son producidos y exportados en proporciones similares a otras superpotencias desde Nanjin a varias capitales y ciudades de Asia, Europa y Medio Oriente, con la participación de empresas mixtas formadas con grandes corporaciones emergentes (stars up), las cuales se expanden por el extenso territorio de más de 9 millones y medio de km². En China están creciendo aceleradamente las inversiones en investigación y desarrollo (I&D) para situarla dentro de pocos años en el primer lugar mundial y ya ha desplazado a varias potencias en la escala de generadoras de tecnologías. Ningún analista deja de reconocer que nuevos emporios tecnológicos y zonas económicas especiales con grandes urbes están surgiendo aceleradamente desde Shanghai hasta Urumchi y desde Guangchi hasta Jilin. Por ello, China se ubica en la cima de los llamados mercados de exportación e-commerce.

Recientemente el destacado analista ruso orientalista, Alexei Maslov, abogó por crear grandes corporaciones globales mixtas de productos o servicios para competir en el mercado mundial, constituidas por los ocho países de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), conformada por China, Rusia, India, Pakistán, Kasajistan, Tiyikistán, Kirguistán, Uzbekistán y con observadores como Bielorrusia,  Afganistán, Irán y Mongolia, así como otros cinco aspirantes a integrarla. Todo ello hizo que el canciller chino, Wang Yi,  reconociera que el Espíritu de Shanghai es "la razón fundamental por la que la OCS puede seguir creciendo". Pero la propuesta de Maslov tiene su asidero, entre otras condiciones concretas, en que hace solo un año China y Reino Unido inauguraron el primer tren de carga que conecta directamente ambos países y en 18 días recorre 12.000 kilómetros con cargas en ambos sentidos y de varios de los países por donde transita  y se aprestan a moverlo en un futuro con energía solar, reduciendo así los costos y ahorrando la energía fósil que se agota aceleradamente.

Respecto a África y guiada por el Espíritu de Shanghai, China ha atraído la atención de los 55 países africanos y coopera con ellos para fortalecer el recién Acuerdo de Libre Comercio Africano o Tratado Continental Africano de Libre Comercio, del pasado marzo, porque, como recién reconocieron los analistas de Xinhua, “el involucramiento de China en África es beneficioso para los 2.600 millones de chinos y africanos, que representan un tercio de la población mundial”(6). Más de 60 mil millones de dólares de China se invertirán en proyectos conjuntos, siguiendo los objetivos y estrategias de la Agenda África 2063.

China actualmente espera que con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se pueda avanzar aceleradamente como en África y a través de ella se puedan lograr acuerdos y proyectos de beneficio mutuo que fortalezcan la independencia y la soberanía de los 32 países que la integran. Ella, al igual que Venezuela, espera que Mercosur y Alba-TCP unan esfuerzos y condiciones para beneficio de toda Suramérica aún cuando el actual gobierno pentagonista de los EE.UU sienta tanto temor y desesperadamente siga haciendo todo lo que esté a su alcance para bloquear tal posibilidad. No obstante, China -con la paciencia confuciana que la caracteriza-  se está convirtiendo en el primer socio comercial y financiero de América Latina y el Caribe 

Dialéctica chino-venezolana: principios, transformaciones y circunstancias
En este articulo se insiste en resaltar que los recientes acuerdos bilaterales que tributan a los más de 470 proyectos establecidos entre Venezuela y China, transversalizan el Plan RCP, es decir, impactan con relevante poderío en los diez lineamientos estratégicos que componen el Plan venezolano proyectado por Maduro, centrado fundamentalmente en: a) dimensiones financiero-monetarias sean de nivel nacional como familiar (elevar ingreso de divisas, reconversión monetaria, paridad y modalidad cambiaria, mejores salarios, más poder adquisitivo y ahorros), b) en la producción de bienes y servicios (agrícolas, industriales y bancarios), y c) en la infraestructura (transporte y comunicaciones). Logran impactar porque los acuerdos están firmados precisamente en los sectores y áreas más necesitadas que permitirán alcanzar el éxito del Plan RCP: área energético-petrolera, sector transporte, minería, tecnologías, educación, comunicación, cultura, salud y seguridad.

Comprender esa totalidad dialéctica requiere eso que Hugo Zimerman llamó la “descripción articulada” y que De la Garza y Leyva han estudiado ampliamente (7). A manera de síntesis y su aplicación podría decirse –en este caso-  que es saber articular, desarticular y volver a articular categorías y conceptos intra-dimensionalmente e inter-dimensionalmente contenidos en: a) los principios o fundamentos en que se apoyan ambas políticas exteriores, b) las dimensiones y componentes (conjunto de operaciones estructurantes) del Plan RCP y del proyecto “La Franja y la Ruta” con sus logros u obra ya alcanzada o por alcanzar, y c) las circunstancias nacionales e internacionales o globales en que ambas naciones están inmersas o las contextualizan. Veamos.

El Espíritu de Shanghai tiene su base en los Cinco Principios del Pancha Shila y es el principal fundamento del proyecto La Franja y la Ruta que establece como meta crear una gran Comunidad de Futuro Compartido, con los cual ya van más de 70 a 80 naciones que han manifestado su disposición a aliarse a China en este proyecto. asumiendo los principios sustentos del proyecto: a) confianza mutua, b) beneficio compartido, c) igualdad, d) solución pacífica de las controversias, e) consultas permanentes entre las partes, f) respeto a la diversidad cultural, g) concordancia estratégica o visión estratégica común, h) desarrollo común, i) solidaridad y j) cooperación integral: Estos son los componentes y a esto es a lo que se le llama actuar internacionalmente con el “Espíritu de Shanghai”. Su contraparte venezolana es el Pensamiento o Ideal Chavista el cual tiene su base en la doctrina del bolivarianismo, de la Patria Grande y de la actitud antimperialista, a lo que se le pudiera denominar el Espíritu Bolivariano.

Ese bolivarianismo y el desideratum chavista están plasmados y aprobados por el pueblo a lo largo de toda la Carta Magna de Venezuela (8) aunque resumido en su Preámbulo, los primeros seis artículos y los relacionados con los artículos 299 al 327 referidos al régimen socioeconómico, la función del Estado en la economía y la seguridad de la Nación, así como a las normas fijadas en los artículos 152 al 155 respecto a las relaciones internacionales. La necesidad de la refundación de la República, plasmada en el propio Preámbulo, presupone transformar el sistema de economía rentista petrolera y consolidar la economía productiva,  siempre que en ese proceso se mantengan vigentes y pujantes los valores que fijó desde 1999 el pueblo en su Constitución, de “libertad”, “independencia”, “paz”, “solidaridad”, “bien común”, “integridad territorial”, “convivencia”, “imperio de la ley”, “derecho a la Vida”, “trabajo”, “cultura”, “educación”, “justicia social”, “educación”, “igualdad”, “cooperación pacífica”, “integración latinoamericana”, “no intervención” y “autodeterminación”.

Resulta entonces evidente la identidad de valores y principios que animan las políticas exteriores de Venezuela y China en aras de incrementar sus potenciales y poderes transformadores en las actuales circunstancias y compleja coyuntura internacional. En ésta debe jerarquizarse, para la mejor comprensión de las relaciones bilaterales, el reagrupamiento de fuerzas emergentes que desde Eurasia marcan la actual hegemonía en las decisiones interestatales para afrontar los problemas globales, y destrabar las economías de los países del sur, así como también que en Occidente las viejas potencias se enfrentan al tradicional hegemón y en el seno de esos actores se desarrollan y se hacen críticas innumerables contradicciones entre los grupos de poder, y entre estos y la ciudadanía que no les permiten crear espacios de posibilidades para la acción viable con EE.UU pero sí con el gigante asiático y de aquí que muchas de ellas establezcan cada día más negocios con China y a su vez muestren desinterés o rechazo a la tradicional política impositiva y prepotente del gobierno de Donald Trump, volcado ahora sobre América Latina pero donde ya China en alianza estratégica con Venezuela y Cuba crean bases de apoyo para que sus alianzas sean integrales e indestructibles porque en ellas los principios guían y motivan subjetivamente las operaciones transformadoras de la realidad, incididas estas por las circunstancias y condiciones histórico-concretas (políticas, económicas, sociales) del tránsito mundial al socialismo que la humanidad se ha propuesto para poner fin al depredador capitalismo.

Bibliografía
(1) Morgenthau, Hans J. (1948) Política entre las Naciones.La lucha por el poder y la paz. Grupo Editor Latinoamericano, Colección de Estudios Internacionales, 3ra edición, Madrid. Consultada en https://es.scribd.com/doc/314086351/Hans-J-Morgenthau-Politica-Entre-Las-Naciones-Completo          
(2) Aron, Raymond (1962). Paz y guerra entre las Naciones. Alianza Editorial, 1985, tomo 1 y 2. Madrid.
(3) Maldonado Michelena, Víctor (1994). Seguridad del Estado. Desarrollo-Defensa. Ediciones de la Presidencia de la República, 3ra edición, Caracas, 1998.
(4) González, Roberto. Teoría de las Relaciones Políticas Internacionales. Ediciones Pueblo y Educación e ISRI, La Habana, 1990.
(5) De la Garza Toledo, Enrique (2012).- La metodología marxista y el configuracionismo latinoamericano. En Tratado de Metodología de las Ciencias Sociales, Ediciones FCE, México, 2012, págs. 229 a la 255.
(6) Spanish.xinhuanet.com (2018). China y África: una verdadera amistad y algo más. Consultado en http://spanish.xinhuanet.com/2018-09/06/c_137449405.htm.
 (7) De la Garza Toledo, Enrique (2012). Ob.cit.
(8) Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) con la Exposición de Motivos y las reformas aprobadas mediante referendo universal en 2009. Publicada en Gaceta Oficial Nro. 5.908 extraordinarios de fecha 19 de febrero de 2009.
wongmaestre@gmail.com


(*) Profesor de las Maestrías en Derecho Internacional Público (UBV), en Relaciones Internacionales (UMBV), en Política Exterior de Venezuela (IAEDPG) y de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (EEI-UCV).  Doctor en Seguridad de la Nación 2018.  Autor de la tesis doctoral “La macroestructura de sentido del discurso del líder transformador socialista”. Analista internacional invitado de Telesur, VTV, RNV, YVKE, ANTV, Ávila TV y ViveTv.


miércoles, 25 de julio de 2018

Consecuencias del cambio climático hoy


Por Carlos Pérez Morales
Durante los últimos meses he escrito en varios diarios del país sobre la realidad del cambio climático en nuestro planeta. Lo hago muy convencido de este hecho, dada la abrumadora evidencia científica publicada. Este cambio se debe a un alza en la temperatura del planeta producido por la acumulación de gases de invernadero en la atmósfera terrestre. La misma trae como resultado una elevación de la temperatura en los mares y tierra. 

El efecto de invernadero se debe a un aumento en el uso  de combustibles fósiles (carbón, aceite, gas natural, petróleo.)  Ésta práctica es realizada por los seres humanos. El gas que más se acumula en la atmósfera es el bióxido de carbono. 

Uno de los sucesos significativo que está ocurriendo es el derretimiento de los casquetes y glaciares en el Ártico. Este hecho ha traído como consecuencia una subida en el nivel del mar.  Esta subida del nivel del mar ha provocado la desaparición de algunas islas y la erosión de las costas. La temperatura del agua del mar está más caliente. Las sequías extremas están aumentando ya que las temperaturas más altas causan un índice más alto de evaporación. La agricultura  se está afectando, hay una disminución en la producción agrícola, cambio que afectará la seguridad alimenticia en algunos países y regiones. 

Otro cambio significativo que ya está ocurriendo es una alteración en los ecosistemas. Como resultado de ésta, muchas especies están emigrando. Los corales se están blanqueando y como resultado están muriendo. Las temperaturas calientes están afectando la salud humana.  El viento transporta peligrosos vectores que están causando múltiples enfermedades. En el caso de Puerto Rico este patrón fue la causa de brotes de Chikunguña, Zika y Dengue.

En cuanto al levantamiento del nivel del mar, ya algunas islas de Guna Yala, Panamá, se han inundado y amenazan con desaparecer.  En el estado de Luisiana de Estados Unidos, el levantamiento del nivel del mar ha causado que muchos vecinos tengan que emigras. El problema con estas emigraciones es quién costeará los gastos que este movimiento supone.  En Gana Yale y otras islas, la población se está mudando a tierra firme. Este movimiento poblacional acarrea muchos gastos en vivienda transportación y otros servicios. Es obvio que estos pueblos originarios se afectaran por el cambio cultural en sus tradiciones y costumbres. Las largas y prolongadas sequías en Panamá causan que los lagos que alimentan el Canal con el agua necesaria para que los barcos floten, disminuya. Éste hecho es el causante de que muchos barcos no puedan cruzar el Canal, durante varios días.  Este retazo causa un embotellamiento en el cruce de estas embarcaciones.
Como podemos observar el Cambio Climático ya está mostrando sus efectos en el planeta, incluyendo a los seres humanos.

Además de mantener informados a mis lectores, sugiero una discusión   pública sobre este asunto porque presenciaremos cambios significativos en nuestro hábitat. El cambio climático es una realidad hoy y la mejor arma contra suceso es estar informado.
carlosperezmorales@hotmail.com