Por Víctor Manuel Barceló Rodríguez:
La expresión más utilizada para mostrar a la paz desde el
ángulo colectivo es marcarla como inexistencia de guerra. Apreciación
inequívoca pero incompleta, fundamentalmente si consideramos las circunstancias
que se afincan a lo largo y ancho del Planeta, en particular en el territorio
de nuestra América.
Nos dice Wikipedia que la “Paz (del latín pax), definida en
sentido positivo, es un estado a nivel social o personal, en el cual se
encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad. También se
refiere a la tranquilidad mental de una persona o sociedad; definida en sentido
negativo, es la ausencia de inquietud, violencia o guerra”. (1).
En el plano colectivo, “paz” es lo contrario de la guerra,
estado interior (reconocible con los conceptos griegos de ataraxia y sofrosine)
sin sentimientos negativos (ira, odio). Tal estado interior positivo es
deseable, tanto para uno mismo como para los demás, a tal punto de convertirse
en propósito o meta de vida. También está en el origen etimológico de los
saludos: shalom en hebreo y salam en árabe, que expresan “paz” o “la paz esté
contigo o con vosotros”, y también despedida: ve en paz o id en paz.
En el Derecho internacional, el estado de paz radica en que
“los conflictos internacionales se resuelven de forma no violenta; y particularmente
se denomina “paz” al convenio o tratado que pone fin a una guerra. Un ramal del
estudio de las Relaciones Internacionales se denomina “irenología” o “estudios
de la paz y los conflictos”.
También puede hablarse de paz social como consenso: la comprensión
tácita para el sostenimiento de unas buenas relaciones, mutuamente
beneficiosas, entre individuos; a distintos niveles, el consenso entre
distintos grupos, clases o estamentos sociales dentro de una sociedad. (2)
La antropología tradicional consideró que únicamente el
estado civilizado de la evolución cultural, consideraba a la paz de forma
positiva, y que los estados de salvajismo y barbarie traslucían una preferencia
cultural por la guerra, considerando una forma honrosa de vida saquear a otros pueblos,
y exaltando las virtudes guerreras; en casos extremos, haciendo un ritual de la
antropofagia. Manera errónea para describir costumbres de algunos pueblos, mal
llamados primitivos (justificando su colonización, como en las sólidas culturas
de Mesoamérica y el Cono SUR), manteniendo memoria historiográfica de algunos
pueblos históricos (como los vikingos o los hunos), y de algunas épocas
históricas consideradas “oscuras”, como la Alta Edad Media. De forma opuesta,
se diseñó el mito del “buen salvaje”, que, en ausencia de desarrollo cultural,
mostraría una total ausencia de violencia. (3)
Sin duda el esfuerzo que se pone en propagar el uso de la
Bandera de la Paz y todo lo que conlleva, se amplía de manera continua en
México, de la mano con los empeños de la Dra. Alicia Rodríguez, lo que
representa un impulso más a la búsqueda incansable de una paz planetaria en la
vida cotidiana de cada ser humano, de cada población, comunidad, nación,
continente y Planeta. Como el de ella, muchos empeños por construir una Paz
planetaria, se dan por doquier. (4)
En el ámbito de la ONU, la celebración del Día Internacional
del Personal de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas, es un simbólico
momento que recuerda los propósitos continuados e incansables de dicho organismo
por recuperar, mantener o provocar la paz entre las naciones.
Tres principios básicos caracterizan a los procedimientos de
paz de las Naciones Unidas, como herramienta singular para el mantenimiento de
la paz y la seguridad internacionales, mismos que se interrelacionan y
fortalecen entre sí:
-Consentimiento de las partes.
-Imparcialidad.
-No uso de la fuerza, excepto en legítima defensa y en
defensa del mandato.
1. Consentimiento de las partes. Las operaciones de
mantenimiento de la paz de la ONU se emplean con la aprobación de las partes
principales en conflicto. Estas deben asumir compromiso para marchar hacia un
proceso político. El consentimiento garantiza a la Organización la libertad de
acción política y física, fundamental para llevar a cabo las faenas de su
mandato. De ningún modo la ONU debe verse arrastrada a aplicar medidas de
imposición de paz, que le apartarían de su función original.
La generalidad del consentimiento es aún menos probable
cuando las circunstancias son vacilantes por la presencia de grupos armados que
evaden el control de las partes o por la presencia de otros elementos que
amenazan el proceso.
2. Imparcialidad. Esta es primordial para mantener
consentimiento y cooperación de las partes principales, pero no debe confundirse
con neutralidad ni pasividad. El personal de paz debe actuar con imparcialidad
en su trato con las partes en el conflicto, pero no ser neutral en la ejecución
de su mandato. Su comportamiento es el de un buen árbitro: se mantiene
imparcial, pero sanciona infracciones. Por tanto, no tolerará acciones de las
partes que contravengan compromisos contraídos en el marco del proceso de paz,
ni normas y principios internacionales que soportan la operación.
3. No uso de la fuerza, excepto en legítima defensa y en
defensa del mandato. Las maniobras de mantenimiento de la paz, no son
instrumento para imponerla. Empero, pueden usar la fuerza a nivel táctico, con
autorización del Consejo de Seguridad y si se actúa en legítima defensa o en
defensa del mandato.
En ciertas situaciones inestables, el Consejo de Seguridad
ha dado a las misiones de mantenimiento de la paz un mandato “fuerte” que las
autoriza a “emplear todos los medios necesarios” para disuadir los intentos de
interrumpir el proceso político por la fuerza, proteger a civiles de la amenaza
inminente de un ataque físico o asistir a las autoridades nacionales para
mantener el orden público. Pero de ninguna manera debe confundirse con la
imposición de paz (Capítulo VII de la Carta de la ONU).
El uso de la fuerza militar a nivel estratégico o
internacional, está debidamente prohibido para los Estados Miembros en el
Artículo 2, párrafo 4 de la Carta, excepto con la autorización expresa del
Consejo de Seguridad. Una operación de mantenimiento de la paz solamente debe
usar la fuerza como medida de última instancia. Se debe calibrar siempre de
manera precisa, proporcionada y adecuada, aplicando el principio de la mínima
fuerza necesaria para lograr el efecto deseado, y manteniendo al mismo tiempo
el consentimiento para la misión y su mandato.
Las decisiones relativas a su uso deben tomarse en el nivel
apropiado dentro de una misión, según una combinación de factores que incluyen
la capacidad de la misión, la percepción pública, el impacto humanitario, la
protección de las fuerzas, la protección y la seguridad del personal y, lo más
importante, el efecto que la acción tendrá sobre el consentimiento nacional y
local de la misión. (5)
En México la búsqueda de la paz está en el ADN de su
población. Es un pueblo que desde la invasión-conquista del imperio español,
hasta nuestros días, pasando por el enfrentamiento de la invasión injusta
estadounidense que nos hizo perder más de la mitad de nuestro territorio, la
posterior invasión francesa con afanes de expansión, mismas que se resolvieron,
una en la negociación presionada unilateralmente y la francesa en el campo de
batalla, llevando al paredón a un príncipe extranjero y sus principales apoyos
nacionales.
Posteriormente, la paz fue y sigue siendo una búsqueda
social, a veces apuntalada vigorosamente por los gobiernos. Pero desde hace
tres décadas no ocurría tal cosa. Ahora se pretende participar activamente, por
un régimen vigorosamente apoyado por el pueblo, que lo votó masivamente y apuntala en el empeño por terminar con la
corrupción y sus males colaterales, entre ellos: la lucha armada entre bandas
delincuenciales, el narcotráfico que responde a una demanda creciente en la
frontera norte y una migración que cruza el territorio nacional y ha servido
para aplicar -por el gobierno mexicano- un Plan de desarrollo integral y
sustentable para robustecer la capacidad de empleo en el llamado triángulo del
Norte, con la entusiasta adhesión de Guatemala, El Salvador y Honduras, países
que junto con el sur-sureste de México, están mostrando el rostro ejemplar de
la política migratoria mexicana, apoyada en los derechos humanos e impulsora de
la 4ª Transformación, raíz y razón del empeño oficial por rescatar a los mexicanos
sumidos en la pobreza, apoyando el fortalecimiento y en otros casos el
surgimiento del mercado interno, en manos campesinas.
Ese es el sentido y ruta de los programas sociales que se
aplican por todo el territorio nacional, apuntalados por una política exterior
que, apoyada en la interior, encausa sus estrategias al incremento de su
relación bilateral y multilateral con la Región Latinoamericana y Caribeña, a
través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de la que es Presidente Pro-Tempore y la
Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), mecanismo al que México se
integró en 1960, cuando aún era la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio
(ALALC), además de la Alianza del Pacífico, nacida en el 2011.
Ello ocurre sin descuidar sus amplios e importantes
intercambios económicos, contraídos en el recientemente firmado Tratado de
Libre Comercio (T-MEC) con Canadá y los Estados Unidos de Norteamérica e
insistiendo en negociaciones con otras regiones y países del mundo, buscando la
diversificación de su comercio y la recepción de inversiones de diversos
orígenes que fortalezcan el crecimiento y desarrollo de su economía, en rutas
de sustentabilidad y beneficios para el total de su población.
Pero la paz requiere de su propagación en el ámbito de la
escuela. Una institución aterrizada, esto es, vinculada al medio en que
desarrolla sus actividades. Abierta a la población circundante para que los
valores del amor y la paz que impulse, impregnen las conciencias de la niñez, la
juventud y los trabajadores del campo y la ciudad, única manera efectiva de que
la Paz sea una realidad incontrastable.
Porque la mera verdad –como dice Cantinflas en su
aleccionador discurso en la película El Embajador: “quisiéramos ser un mundo
feliz”. A eso tendemos y por ello luchamos ahora en México, comandados por un
gobierno decidido a cambiar más de tres décadas en que la ignominia se fue
enseñoreando de la vida nacional, llevando a la pobreza y miseria a más de la
mitad de la población, que ahora participa y entiende las acciones impulsadas
por el gobierno federal –en la mayoría de los casos apuntaladas por los demás
niveles de gobierno- que irán dando resultados, al ritmo que se muevan los
beneficiados y las condiciones de la economía internacional lo permitan o
logremos soslayar. (6)
Notas
(1) Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Paz_mundial
(2)
Ver:http://www.pa.gob.mx/publica/rev_60/analisis/Mediacion_paris.pdf
(3)
Ver:https://es.scribd.com/document/142408914/Antropologia-Para-La-Paz
(4) Ver: https://www.youtube.com/watch?v=XFQlS42WUMM
(5)Ver:https://int.search.tb.ask.com/search/GGmain.jhtml?ct=ARS&n=784907a8&p2=%5EBYF%5Exdm482%5ETTAB02%5Emx&pg=GGmain&pn=1&ptb=7B122062-B6F8-46C5-8929-630034424BF6&qs=&si=&ss=sub&st=sb&searchfor=Su+Definici%C3%B3n+y+Significado&feedurl=ars%252Ffeedback%253ForiginalQuery%253Ddefinici%2525C3%2525B3n%252Bde%252Bpaz%2526relatedQuery%253Dsu%252Bdefinici%2525C3%2525B3n%252By%252Bsignificado&tpr=jre10&ots=1571069111147
(6) Ver: https://www.youtube.com/watch?v=wTpI_evdJIU
vbarcelo2@gmail.com
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