Por Jorge
Aniceto Molinari:
El desafío:
esto es lo que entre otras cosas dice Oscar Botinelli analizando la derrota del
Frente Amplio de Uruguay en las últimas elecciones:
"Entonces ¿Cómo perdió? La derrota de
Mauricio Macri (Argentina) se explica en 30 segundos, sin embargo ¿cómo explica
el FA su derrota? Esta derrota obliga a reflexionar y a muchos estudios, porque
son muchos años los que hay que explorar.
No hemos visto al FA analizar esto,
contestarse a sí mismo esta pregunta ¿Cómo es que se perdió? La explicación de
“no supimos comunicar los logros” es considerar que la población es “idiota”,
recibe beneficios y no los ve. Si recibe beneficios, los ve y no vota, por algo
es. Hay que respetar a la gente y considerar que la gente sabe lo que hace.
Hay
cuestiones que explican que gente que recibió beneficios, que vive mejor, sin
embargo, no votó al FA. Lo más preocupante en el FA, es que deje sin análisis
la derrota y espere que la recuperación se produzca solo por errores del que
está enfrente. En países donde hay partidos de derecha o de izquierda, donde
esto sucedió, les va bien, vuelven a ganar, pero ganan sin saber para qué y
esto lleva a la desilusión de la sociedad. Si se gana y no se sabe para qué, no
se le responde a la sociedad. Lo primero es un análisis de lo que se hizo y por
qué pasó lo que pasó, y no reducirlo a quién puede ganar una Intendencia".
Mi
comentario:
Uds. saben
lo que pienso lo he desarrollado ya en cientos de notas y columnas. El programa
del Frente se agotó, es necesario entender el mundo de hoy y hacia dónde va, y
para ello se necesita avanzar en un programa, que tiene dos herramientas
centrales: la moneda y los impuestos, y ante la pregunta:
¿Con qué
medidas se avanzaría?
Creo que
esta es la pregunta. Si volvemos a escuchar el discurso de Mujica en la ONU (setiembre
2013), habla de la moneda y de los impuestos, pero a la vez no avanza sobre el
camino para aplicarlos, lo de él es una exhortación. He escuchado la crítica:
“Mujica dice una cosa en la ONU y hace otra en el país”. Cada punto de programa
tiene que definirse como aplicarlo.
Lo que ha
hecho el Frente en materia programática es lo que podía hacer; podía haber sido
más prolijo y no cometer errores y horrores en la gestión sí. Los que critican
lo realizado no definen como hacer para lo que proponen y las mayorías son
planteos estatistas, que hoy no se pueden aplicar. Se pudo abrir la
investigación sobre los negocios con Venezuela que poco o nada beneficiaron al
Frente y si a algunos que no tienen nada de frentistas. Se pudo abrir la
negociación con UPM, pero es un tema complejo y el país necesitaba la
inversión, como muchas de las que se han hecho en el campo, muchas de las
cuales contaminan más que la papelera.
Vencer el
secretismo empresarial en el capitalismo no es un objetivo lograble en el marco
nacional, es parte de la transformación en la dirección de los organismos
financieros internacionales que la humanidad necesita, si la transparencia y el
control sobre la gestión gubernamental, que en el Uruguay han existido, con
altibajos, pero han existido y existen.
El mundo
necesita que se encare el problema monetario y el impositivo. Hay dos
responsables principales: el FMI y el Banco Mundial.
El programa
que hoy se necesita tiene un escenario global. El Frente con lo que aplicado
sobre la moneda y los impuestos, no hizo menos ricos a los ricos y ni
redistribuyó riquezas, fue más justo en lo tremendamente injusto que es el
sistema impositivo que se aplicó en el país y no digo que se pueda aplicar otro
sin atacar con aliados a los centros que son el FMI y el BM., quedaríamos fuera
del circuito financiero internacional y eso en economía es una pena casi que de
muerte, por ahora y hasta que los pueblos tengan fuerzas para cambiarlo.
Porque
Mujica se calló, ¿lo amedrentaron con que el país iba a quedar aislado como
hicieron por ejemplo con Venezuela? No lo sé, pero ese es el camino que deben
transitar las organizaciones políticas del Frente Amplio y las organizaciones
sindicales con sus hermanas en el mundo.
Mujica
talenteó bien en la ONU, pero no tiene cultura de Partido como la tenía Rodney
Arismendi, por ejemplo, y luego se llamó a silencio.
La crisis
de la predominancia del modo de producción capitalista es irreversible y
necesita de una respuesta programática que tiene dos herramientas centrales: la
moneda y los impuestos.
Son las
herramientas que no menciona en sus análisis la izquierda hoy mayoritaria en el
mundo de formación stalinista que aboga por las estatizaciones, que siempre
fueron una solución coyuntural para aliviar la explotación social y donde mejor
se aplicaron y se aplican es en la enseñanza y en la salud. La necesaria
socialización de la economía no pasa por las estatizaciones.
Es por lo
tanto lógico que surja la pregunta: ¿y entonces como hacer?
En nuestro
país un ejemplo ha sido la obra política, económica y social de José Batlle y
Ordoñez, que correspondió a la etapa de pleno desarrollo del capitalismo en el
Uruguay y en el mundo, hoy es ya otra la situación y son imperiosas las medidas
a nivel ecuménico.
Como por
ejemplo la toma del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que
reorganice y democratice la economía mundial.
Insistimos
esto no es el fin del capitalismo si el fin de su predominancia como ha
ocurrido por ejemplo con el modo de producción anterior en la historia.
La idea de
la confrontación de modos de producción por la predominancia es ajena a lo que
desarrollaron Marx, Engels, Lenin, los más destacados y con aportes en una
infinidad de textos, que hoy es necesario leer y estudiar, no como una
expresión de fe sino para entender en qué mundo vivimos y cuáles son las
herramientas para transformarlo.
Se me
podría decir: estás proponiendo una utopía. No, si se conjuntan las voluntades
como ayer -8 de marzo- por ejemplo, se conjuntaron en las expresiones masivas
por el día internacional de la mujer, que expresan avances en la consciencia
colectiva y abren el camino para avances programáticos.
La
dificultad radica en que la izquierda en el mundo piensa en la propiedad
productiva como centro de la explotación capitalista y su sustitución por el
Estado, sin comprender que la gobernanza de la economía mundial ya no radica en
los Estados. Y se plantea, esto si un imposible: que vuelva a los Estados.
Es partir
de la democratización de la gobernanza global hoy existente, dando muerte a los
paraísos fiscales, que se podrá organizar la producción de tal manera en
beneficio de la humanidad que unidades más pequeñas de producción y las propias
cooperativas podrán formar parte de un plan global incentivando la rentabilidad
y la eficiencia.
Sin
embargo, la propiedad de los medios de producción y cambio, merecerá notas
posteriores, particularmente por la complejidad actual en que se mueven el
mundo de la tecnología y de los accesoramientos, que ya comienza a llamarse con
reglas propias: “accesocracia”.
(*)
Mientras redactábamos esta columna han comenzado a llegar noticias del desplome
de monedas nacionales y de las más importantes bolsas de valores. Se habla como
detonante el coronavirus, pero acá más que detonante convendría escribir sobre
cómo está armada la bomba, y en esto nadie puede quitar responsabilidad a los
organismos rectores de la economía mundial y a su errática política.
sipagola@adinet.com.uy
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