Por Homar Garcés:
Gracias a la influencia ideológica-cultural de la
Ilustración, en nuestra América se dio por sentado que la historia y el
progreso humanos seguían un curso ineludible, una línea recta que desembocaría
en el establecimiento de un modelo de sociedad universal, por supuesto, bajo la
tutela civilizatoria de Europa, al que era preciso incorporar (de ser preciso,
a la fuerza) al resto de los continentes que se hallaban, según la óptica euro
centrista, en estado salvaje. Así, América vino a ser descubierta y «sumada» a
la historia, a pesar de los miles de años transcurridos del poblamiento de su
ancho territorio.
No se hizo lo mismo con África y Asia, dados los
antecedentes de contactos -en uno u otro sentido- con sus habitantes,
especialmente de índole comercial. Abya Yala (nuestra América) vendría a
conjugar la fantasía y las ambiciones de los aventureros europeos, a tal grado
que su búsqueda incesante de El Dorado marcaría el objetivo cardinal de sus
incursiones en el territorio desconocido que reclamaron como propio, en nombre
de su dios y de sus majestades católicas. Desde entonces, el suelo de nuestra
América se convirtió en escenario propicio para hacer realidad el Paraíso en la
Tierra.
Tomás Moro habría de hablar respecto a Utopía, un lugar sin
ubicación precisa en este continente donde sus moradores vivían según el ideal
cristiano, aún sin tener estos conocimientos alguno de la doctrina religiosa
que tiene como su base las enseñanzas de un humilde carpintero de Galilea. No
escasean quienes, antes y luego de la lucha inicial por la independencia,
siempre han planteado la necesidad de alcanzar plenamente la independencia
intelectual de las naciones de nuestra América. Pensadores de índole diversa,
como Simón Rodríguez, José Martí o José Carlos Mariátegui, cada uno en su
momento y desde perspectivas particulares, juzgaron harto necesaria esta
independencia, especialmente cuando en el horizonte comenzó a perfilarse en el
norte un nuevo tipo de dominación imperial, distinto en métodos y doctrina,
pero igual en intereses, racismo y codicia al representado en su momento por
España.
Ahora que se ha impuesto la necesidad histórica de la
descolonización del pensamiento en nuestra América se podría responder», tal
como lo expone Bonaventura de Sousa Santos en su libro «Renovar la teoría
crítica y reinventar la emancipación social (encuentros en Buenos Aires)», que
“no es simplemente un conocimiento nuevo lo que necesitamos; necesitamos un
nuevo modo de producción de conocimiento. No necesitamos alternativas,
necesitamos un pensamiento alternativo”. Nuestros pueblos tendrían que
emprender nuevos caminos para el logro definitivo de su emancipación integral,
prescindiendo en la medida de lo posible del cúmulo filosófico heredado del
eurocentrismo, habida cuenta de lo que éste ha representado en la historia un
cúmulo de represiones, explotación y fascismo social a manos del Estado burgués
liberal que los domina. Esto nos lleva a citar del mismo autor lo que él
denomina monocultura del tiempo lineal, esto es, «la idea de que la historia
tiene un sentido, una dirección, y de que los países desarrollados van adelante.
Y como van adelante, todo lo que existe en los países desarrollados es, por
definición, más progresista que lo que existe en los países subdesarrollados:
sus instituciones, sus formas de sociabilidad, sus maneras de estar en el
mundo. Este concepto de monocultural del tiempo lineal incluye el concepto de
progreso, modernización, desarrollo, y, ahora, globalización. Son términos que
dan idea de un tiempo lineal, donde los más avanzados siempre van adelante, y
todos los países que son asimétricos con la realidad de los países más
desarrollados son considerados retrasados o residuales».
Hará falta, por consiguiente, emprender una ruptura teórica,
política y académica contra toda forma de poder que tenga por base la
colonialidad del pensamiento en nuestra América. Es un reto azaroso,
ciertamente, que demanda constancia y compromiso, pero que cuenta con una
diversidad de puntos de partida iniciados por un conjunto importante de
teóricos sociales de nuestros países que bien servirían de base para su total concreción,
siendo autónomos y originales en sus planteamientos. -
mandingarebelde@gmail.com
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