sábado, 16 de noviembre de 2019

Ser anti capitalista en nuestra América



Por Humberto Trompiz Valles:

El incendio social que hoy afecta al Cono Sur, donde los países tenidos como modelos triunfantes de los dos paradigmas capitalistas que se disputan los favores de los habitantes de esta parte del mundo se han venido abajo, Bolivia (progresismo nacionalista) y Chile (neoliberalismo salvaje), retan al pensamiento crítico latinoamericano, a buscarle salidas políticas a la menguada situación socioeconómica de las clases trabajadoras.



Los desposeídos del continente han visto en el progresismo nacionalista desde su época fundacional con la Revolución Mexicana de 1910, una llamita de esperanzas para redimir sus carencias sociales; sin embargo, las diferentes versione de este progresismo siempre terminan siendo repudiados por sus pueblos en las urnas electorales. “La maldición de la clase media” siempre dicta solución de continuidad a los gobiernos progresistas de la región (Guillermo Oglietti. ¿La clase media muerde la mano que le dio de comer? ¿O la mano no entiende? https://www.alainet.org/es/articulo/178249)

La deficiencia estructural del progresismo nacionalista creemos encontrarla, entre otras determinantes, en la ausencia de una economía política que aclarare tanto el origen como el destino del excedente económico de las economías periféricas del sistema, en otras palabras, epistemológicamente les ha faltado una teoría de la renta del suelo internacional que dilucide el desarrollo del subdesarrollo en esta parte del mundo. La Teoría de la Dependencia fue un serio intento por aclarar esta cuestión, pero su vertiente marxista se olvidó del IV tomo de El Capital: Teorías de la Plusvalía, donde Marx dedica gran parte al análisis de la categoría renta del suelo, clave para descifrar la cuestión económica de los países periféricos primario-exportadores.

El obstáculo epistémico en comento, más las inexorables tijeras del sistema-mundo capitalista, determinaron que el modo producción en las economías latinoamericanas contemporáneas, fuese tipificado como capitalismo dependiente y/o capitalismo rentístico.

El colapso de este tipo de capitalismo en la región se ha intentado corregir a través de dos paradigmas: el progresismo nacionalista, de fundamentación keynesiana y el neoliberalismo salvaje impuesto por el dúo Hayek-Friedman; ambos de recia estirpe económica neoclásica.  Estos recetarios económicos son los que hoy están en jaque por las masas desposeídas en Latinoamérica.

En atención a lo expuesto, podemos decir que el subcontinente pasara de la oscilación entre el progresismo nacionalista y   neoliberalismo salvaje, a la emergencia de un neoliberalismo con ropaje izquierdista-progresista, sin desdeñar una oleada neofascista continental, determinado por la crisis estructural del capital mundial y por la falta de condiciones objetivas para la implantación de formaciones sociales socialistas. Tal circunstancia no debe llamar a la desmoralización de los explotados de estas tierras, pues, imperceptiblemente, nos movemos hacia la superación de la época del capital. El comandante Chávez nos alertó que esta transición duraría aproximadamente un siglo; de modo que no hay que desesperarse. La pregunta científica que surge de estas posibles eventualidades es la siguiente: ¿Cómo combatir al capitalismo decadente desde las entrañas nuestro americano?

Ser anticapitalista hoy situado dentro de los linderos de América Latina exige impulsar movimientos políticos que enarbolen los siguientes postulados:

1.-Defender a ultranza de la soberanía y de la independencia nacional.
La hegemonía estadounidense afincada en su poder atómico y en la entronización del dólar en la economía mundial, exigen hoy más que nunca el apoderamiento de los bienes naturales de los países periféricos. El dólar sin el petróleo se derrumbaría como un castillo de naipes. A fin de evitar que la burbuja de petrodólares estalle, enterrando a occidente capitalista y propiciando la transición hacia el mundo euroasiático, el capital va a tratar de imponer la recolonización del Tercer Mundo. Sin soberano e independencia seriamos pueblos políticamente castrados.

2.-Defender la Democracia participativa/protagónica y el estado de derecho. 
La crisis estructural del capital demanda a nivel planetario, la implantación de la teología neoliberal, con la finalidad de recolonizar el planeta, buscando la desvalorización de las riquezas naturales y de la mano de obra, para de esta manera contrarrestar la caída tendencial de la tasa de ganancia a nivel céntrico. La globalización del capital y la agenda económica neoliberal, más el predominio del capital financiero, resultan así, antagónicas con la democracia tanto representativa como participativa. La cadena de golpes de estado propiciados por USA en Latinoamérica para derribar a los gobiernos progresistas de la región, son prueba indiscutible de esta aseveración. La implantación del credo   neoliberal reclama dictaduras militares neofascistas como la de Pinochet en Chile. El capitalismo y la democracia están hoy en acelerado proceso de divorcio.  (Marc Vandepitte. El neofascismo va de la mano del neoliberalismo: Golpe de Estado en Bolivia y noticias falsas- -12-11-2019-Rebelión- http://www.rebelion.org/noticia.php?id=262361)

Defender la democracia en sus formas más radicales es una manera de enfrenar al capital tanto en el centro como en la periferia del sistema, pues es con la democracia y el estado de derecho que se logran concretar todos los postulados del anticapitalismo que aquí proponemos.

3.-Defender el empleo y la revalorización salarial de la fuerza de trabajo.
Uno de los grandes aportes de la Teoría de la Dependencia para el entendimiento del subdesarrollo latinoamericano, ha sido su tesis sobre la super-explotación del trabajo, donde los trabajadores de este subcontinente reciben entre diez y quince veces menos salarios que los de sus pares en los países desarrollados. (Marini Ruy Mauro. Dialéctica de la Dependencia. México. ERA. 1973)

Los países que viven de una copiosa renta internacional del suelo como Venezuela, vieron malograr su futuro industrialista que se había iniciado con la sustitución de importaciones en los años cincuenta del pasado siglo, por no tener claro el papel de los salarios en economías dependientes de ese emolumento internacional (Baptista Asdrúbal. Teoría del capitalismo rentista. Caracas. Caracas. BCV. 2010)

La redención salarial de los trabajadores tercermundistas es la clave para provocar la agudización de las contradicciones en la acumulación del capital mundial, mejorando el nivel de vida de los asalariados y propiciando la solidaridad de clase entre el mundo de trabajo del Centro y el de la Periferia. Este sería el terreno abonado para el surgimiento de la V Internacional del Trabajo propuesta por el comandante Chávez. Sin esta mejora salarial en Latinoamérica, la transición al socialismo será un sueño de virgen loca en estos linderos.

4.-Promover la fundación de implantes socialistas en las entrañas del capitalismo periférico. 
Uno de los aprendizajes que no debemos desdeñar para empujar nuestros países hacia el socialismo es el aportado por el llamado constitucionalismo revolucionario que tuvo su origen en las primeras constituciones haitianas del siglo XIX y llega hasta la Constitución Bolivariana de 1999. Mediante este expediente, se le pueden abrir troneras al estado liberal que permitan la erección de implantes socialistas en formaciones sociales dominadas por el modo de producción capitalista. Se pueden crear empresas de propiedad colectiva pertenecientes a los trabajadores y demostrar con ellas que las nuevas relaciones sociales allí concretada, son más beneficiosas para el trabajo que las dominadas por el capital.  Un implante socialista nos ahorraría millones de horas dedicadas a la teoría de la transición al socialismo.

5.-Impulsar la implantación de un Programa de Investigación que genere la episteme de la transición al socialismo
El derrumbe del Socialismo Real y la mengua del Progresismo Nacionalista latinoamericano, nos están indicando que la teoría alimentadora de tales procesos históricos, presenta baches profundos que deben ser superados, si queremos abrirle paso a la economía política del trabajo y enterrar la economía política del capital. La entronización del capitalismo en Rusia y en China es prueba fehaciente de que la concepción materialista de la historia reclama varios ajustes. La tardía llegada de la categoría Renta Internacional del Suelo para el análisis de las economías primario-exportadoras, también nos alerta que el legado teórico del dúo Marx-Engels, no ha sido digerido en su totalidad por el pensamiento crítico que enfrenta al capitalismo.
Por consiguiente, se trata entonces de darle la vuelta a la Tesis Once de Feuerbach propuesta por Marx en los siguientes términos: Los filósofos se han dedicados hasta ahora a la interpretación del mundo, de lo que se trata es de transformarlo. Creemos que el mismo Marx le dio la vuelta a su tesis cuando en su intento por sepultar al capitalismo, consumió su vida en la interpretación del mismo y nos legó El Capital. En otras palabras, urge un proceso de interpretación de la realidad nuestra americana, para poder llegar a un proceso de transformación radical de la misma. Hoy los términos anti-imperialismo, izquierdismo, anti-neoliberalismo, socialismo del siglo XXI y revolución entre otros, deben ser deslastrados de su raigambre burguesa, para evitar confusiones teóricas que lleven a trágicos errores de praxis política.

La tarea política que nos conduzca por la expedita transición al socialismo, necesita nuevos conocimientos sobre el origen y destino del excedente de las economías del subcontinente; así como también, se necesita teoría sobre el Estado periférico, los movimientos políticos, la estructura de clases, el poder obediencial y tantas otras parcelas de la ontología social de estas tierras.

Este programa de investigación, inspirado en el formulado por Marx, debe ser desarrollado tanto por las universidades como por las organizaciones del poder local/comunal. De lo que se trata es de parir la episteme, los cuadros, la organización y el mensaje que necesita la clase trabajadora nuestroamericans para tomar el cielo por asalto. 

En conclusión, ser anticapitalista nustro americano del presente significa matrimoniarse con el pensamiento marxiano, con la teología de la liberación, con los saberes ancestrales de los pueblos originarios, la epistemología del Sur, más los movimientos identitarios que el capitalismo intenta domesticar. Este maridaje debe conducir a la erradicación de la división social del trabajo, como determinación fundacional de la alienación y del régimen del capital; desmarcándonos de las versiones edulcoradas del reformismo, tales como el capitalismo popular, el capitalismo con rostro humano y el capitalismo amazónico.

¡Alienígenas del mundo unios ¡

htrompizvalles@gmail.com

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