Al comenzar la 74ª Asamblea General de ONU Donald Trump
volvió a atacar a Cuba. Es seguro que la isla le impondrá otra contundente
derrota cuando se trate el bloqueo de EE.UU.
Los primeros oradores de esa Asamblea fueron Jair Bolsonaro,
de con mucho odio, discriminación y altas dosis de mentiras
contra Cuba, Venezuela, Irán, el Medio Ambiente, etc.
En lo tocante a Cuba, que es lo que nos ocupa hoy, el neonazi
del Planalto dijo que, en tiempos de Dilma Rousseff, «el partido del gobierno y
la dictadura cubana trajeron a Brasil 10.000 médicos sin el registro
profesional adecuado. Hemos dejado de contribuir a la dictadura cubana». Falso.
Fueron miles de médicos que colaboraron en salud en municipios donde ni los
facultativos brasileños querían atender.
El neonazi mayor, el del Salón Oval, aseguró que «Maduro es
un títere de la dictadura cubana» y que ésta «roba los recursos petroleros de
Venezuela». Otra falsedad más alta que las torres que construye la empresa del
corrupto magnate. Cuba y Venezuela tienen una relación de iguales y eso se
plasmó en un nivel superior con la fundación del ALBA por Fidel Castro y Hugo
Chávez en diciembre de 2004.
El abril pasado el asesor de Seguridad Nacional, John
Bolton, aseguraba que había 22.000 militares cubanos operando en Venezuela en
auxilio de Maduro. Otra mentira. Había 22.000 médicos y enfermeras cubanas, un
«Ejército de batas blancas» brindando servicios de salud a los venezolanos y
salvando allí 1.7 millón de vidas.
Bolton ya fue despedido de su cargo, pero la administración
Trump sigue pensando exactamente igual de Venezuela y Cuba.
Bloqueo recargado.
Desde que entró a la Casa Blanca en enero de 2017 Trump no
ha cesado de tomar medidas, en acuerdo con la mafia cubano-americana, para
recrudecer el bloqueo contra la Mayor de las Antillas.
Atentó contra el turismo pues a partir del 5 de junio de
2019 denegó las licencias generales para los viajes educativos grupales «pueblo
a pueblo» y negó licencias a las aeronaves no comerciales y embarcaciones de
pasajeros y recreativas en estancia temporal, incluyendo cruceros. Limitó a mil
dólares por trimestre las remesas que una persona puede enviar hacia Cuba, por
reglamentación del Departamento del Tesoro.
Una dependencia del Tesoro, la Oficina de Control de Activos
Extranjeros (OFAC), sancionó a más bancos y empresas de diversos países, por el
«delito» de violar el bloqueo y operar comercialmente o tramitar pagos con
entidades isleñas. En tres tandas sucesivas y ampliatorias, más empresas
cubanas fueron puestas en listas negras para impedir cualquier negocio con
ellas, so pena de incurrir en nuevas sanciones. En algunos casos quisieron
justificarlo por pertenecer o tener vínculo con el ejército cubano, que
obviamente interviene en la economía, pero muchas son hoteles, puertos, etc.
Casos de Gaviota Hoteles Cuba, Hoteles Habaguanex, Hoteles Playa Gaviota y
Marinas Gaviota. Eso revela que el gran objetivo yanqui es afectar el turismo y
la inversión extranjera, que provee divisas, para que cunda el hambre y la
desesperación.
Esas medidas agresivas también vienen fracasando. En 2017
hubo 619.523 turistas estadounidenses en Cuba; si no fuera por las barreras
interpuestas por Trump ese número podría crecer hasta superar 3.5 millones.
Desde el punto de vista político lo más grave fue la
decisión presidencial de poner en vigencia el Título III de la ley de bloqueo
Helms-Burton, que data de 1996 y ningún otro gobierno se había atrevido a hacer.
Eso facultó juicios en EE.UU. contra 200 empresas cubanas que al momento de la
revolución fueron expropiadas.
Injusto y extraterritorial.
El bloqueo total norteamericano fue rubricado el 3 de
febrero de 1962 por John F. Kennedy. Como se dijo de Bolton, ese Kennedy dejó
el cargo (y la vida) un año y nueve meses después de ese infame decreto, pero
el bloqueo sigue gozando de bipartidista salud. Doce presidencias lo han
sostenido pese a que califica como acto de guerra y genocidio, llegando con
Trump a la cumbre de la criminalidad.
La cancillería cubana de Bruno Rodríguez Parrilla elaboró,
como todos los años, un documentado informe sobre los daños del bloqueo. En
esta Asamblea General ya está en poder de las 193 delegaciones. El año pasado
se votó el 1 de noviembre y aunque no hay fecha precisa para este año, habrá
una amplísima victoria cubana sobre el agresor.
El informe de marras comienza con un par de cifras globales
sobre el impacto económico entre abril de 2018 y marzo de 2019: «los daños
acumulados durante casi seis décadas de aplicación de esta política alcanzan la
cifra de 138 mil 843, 4 millones de dólares. Tomando en cuenta la depreciación
del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha
provocado perjuicios cuantificables por más de 922 mil 630 millones de
dólares».
Tan impactante como esas cifras globales son los casos
concretos. Cuba solicitó a Pfizer el medicamento Crizotinib, para el
tratamiento del cáncer de pulmón, el Palbociclib, para el tratamiento del
cáncer de mama metastásico hormonosensible y el Sunitinib, único medicamento
eficaz para el cáncer renal avanzado o con metástasis. Aludió a que en el
Hospital «Hermanos Ameijeiras» se diagnostican «20 casos anuales con cáncer
renal avanzado, los cuales están privados de recibir la opción terapéutica más
efectiva». Pfizer no respondió el pedido…
Esas sanciones afectan a empresas de terceros países, que
oscilan entre dejar de hacer negocios con la isla o arriesgarse a sanciones.
El bloqueo también se lleva a cabo desde Argentina. Cuba
denunció que el 15 de agosto de 2018 el Banco Santander Río en Argentina no
realizó una transferencia indicada por Havanatur al BFI por 250 mil dólares. Es
gravísimo y viola la ley argentina.
Una última prueba de las mentiras de Trump. Si Cuba se
robara el petróleo venezolano, no tendría que aplicar un programa de emergencia
como en septiembre para paliar la falta de combustibles, que puso en duro
aprieto al país. Ni la isla roba a Venezuela ni ésta se deja robar. A una y
otra las agrede el bloqueo del imperio, que marcha hacia su aplastante derrota
número 28 en la ONU. La única duda es si el resultado será 190 a 2, o 189 a 3,
según que Bolsonazi se anime a votar con Trump y Netanyahu. Hay otro Mauricio
dudoso, pero el 27 de octubre a la noche andará lamiéndose sangrantes heridas.
ortizserg@gmail.com
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