En estas dos semanas que me ha correspondido estar en la
capital de la República, he podido constatar muchísimas cosas. Además, que el
compartir y la interacción de la gente ha sido, además de bonita, muy
interesante y enriquecedora, dentro del marco de mis apreciaciones y análisis.
He podido constatar una Caracas combativa, pero con una
tensión que presagia la ocurrencia de acontecimientos insospechados, y aunque
imaginados, no por ello pueden ser menos inesperados. Todo ello marcados, a mi
juicio, por dos puntos de inflexión, que pretenden definir la actual coyuntura
en Venezuela: La divulgación del panfleto de la Bachelet y la orden ejecutiva
del 05 de agosto de 2019 por el operador político del que pretende erigirse en
la hegemonía del planeta: me refiero al presidente de EEUU, Donald Trump.
Incluso, dentro de ciertos avances y retrocesos en
decisiones de la alta dirección política revolucionaria y gubernamental, vemos
de por medio al pueblo venezolano. Un pueblo como lo diría ese excelso escritor
como lo fue Rómulo Gallegos: “Una Venezuela que ama, sufre y espera”, y que
tiene hambre y sed de justicia como lo diría Jesús de Nazareth.
Esto debe ser muy bien evaluado como lo señalé en el
anterior artículo, por nuestra dirigencia. Puedo entender las decisiones de
carácter geopolítico, las de buscar evitar un enfrentamiento armado, entre
otras. Pero no es menos cierto que la falta de explicaciones claras a ese
pueblo, contribuyen de manera peligrosa a la desmovilización, desmoralización y
descontento de esa base social que a la hora de que “las papas quemen”, se
restee con este proceso.
Y esto es así, porque la reciente orden ejecutiva de Trump
apenas lleva dos semanas y aún no hemos sentido, en toda su expresión, los
rigores de ese bloqueo total a nuestros activos. Y hay que prepararse muy bien
para ello. Algunos incluso ya estamos sugiriendo el diseño e inmediata
implementación de un Programa para enfrentar el bloqueo y la agresión contra
nuestra Patria. De ello comentaremos en próximos artículos.
Sin duda, el mundo militar tiene sus particularidades y
complejidades, pero no está tan alejado de la realidad que nos circunda y nos
ocupa en este análisis que pretendo formular. Los militares, así como los
efectivos de la fuerza pública (léase integrantes de los cuerpos de seguridad
ciudadana) son seres humanos con esposas y esposos, con amigos y amigas, con
hijos e hijas. Y ellos y ellas no sólo pueden sufrir los embates y rigores de
las recientes agresiones y medidas coercitivas unilaterales ilegales contra el
país. Entre ellos y ellas también discuten y debaten la situación por la que
actualmente afronta el país.
Y también en ese mundo castrense, hay expresiones de cómo
está conformada nuestra sociedad. Y no todos son “revolucionarios, socialistas,
antiimperialistas, zamoristas y profundamente chavistas”. Indudablemente allí
hay algunos que se definen como “institucionalistas”, y otros que pertenecen
abiertamente a un sector reaccionario dispuestos a dar al traste con el actual
Gobierno Bolivariano hoy encabezado por Nicolás Maduro.
En ese sentido, es que en mis recorridos nocturnos
realizados por las calles de esta capitalina ciudad (y fundamentalmente en lo
que concierne al centro de Caracas) he podido constatar un gran despliegue de
seguridad, no sólo de la Policía Nacional Bolivariana (Y de ahí mi
reconocimiento a la labor del ministro M/G Néstor Luis Reverol Torres) sino de
la Guardia Nacional Bolivariana, en áreas neurálgicas y delicadas.
Indudablemente la percepción de seguridad se torna favorable, además de la
iluminación de esas áreas (también hay un reconocimiento a la alcaldesa del
municipio bolivariano Libertador, Erika Farías) ha hecho que se pueda observar
un mayor tránsito de personas en las calles caraqueñas.
Pero la semana pasada, mientras acudía a una panadería y me
compraba un pan de queso (por cierto, están en 15.000 bolívares, gracias a las
políticas implementadas por el Gabinete Económico, bueno es decirlo), y el
señor que me atendió fue muy amable. Mientras me calentaba el pan, conversábamos
un rato, y fue muy interesante lo que ese señor me dijo.
Eso fue a eso de las 6:30 am del sábado 10 de agosto, y me
decía el señor que a esa hora era un poco más transitado y tenía un poco más de
ventas. Ahora era más solo y tranquilo, y que sentía que se respiraba una tensa
calma. Yo escuché a ese señor humilde, de pueblo, en una panadería en plena
avenida Urdaneta, compartiéndome una serie de reflexiones del ciudadano y
ciudadana de “a pie”, que a ciertos y determinados ministros, ministras y
funcionarios de “alto nivel” no les llega.
Y de ahí que pude acceder a una información valiosa, que fue
motivo de lo que hoy comparto con todas y con todos ustedes.
Es indudable el descontento en importantes sectores
militares, como los hay en importantes sectores de la población. Y de ahí que
señalar que la posibilidad de ocurrencia de un Golpe Militar como parte de los
escenarios que pueden suscitarse en lo sucesivo no luce tan descabellada.
De hecho, el asesor de seguridad nacional de EEUU, el
inefable John Bolton, señaló sin prurito que no será necesario invadir
Venezuela, pues “tienen a todos los militares comprados”. ¿A quién se referirá
John Bolton con esta aseveración? ¿Quiénes estarían complotados en una nueva
asonada contra la Patria? He ahí interrogantes que esperan encontrar algún tipo
de respuesta.
También sería interesante saber que militares estarían
dispuestos a participar en estos instantes en una rebelión y cuál sería el
signo de la misma. Puesto que hace algunos años, dentro de algunos escenarios
que esbozábamos, habíamos señalado la posibilidad de una rebelión militar de
izquierda y sectores progresistas. Fundamentalmente cuyos partícipes serían de
algunos de los que acompañaron al comandante Chávez el 4 de febrero de 1.992.
Nada de ello es descartable en estos momentos de
particulares complejidades y tensiones, y en donde las conspiraciones y
asonadas pueden estar a la orden del día.
Debemos estar muy atentos, prevenidos y con los ojos bien
abiertos camaradas y compatriotas. Nuevas tempestades avizoran en el horizonte.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
jmartoranoster@gmail.com
John Bolton como todo zorro de guerra hace acopio de lo que el bien conoce, y de lo que usa, la comunicación, "informar para desinformar", me explico, de acuerdo a lo planteado por el articulista, John Bolton dijo "Tenemos a todos los militares comprados". Sin desestimar su comentario, debemos darnos cueta que ellos dicen una mentira, para hacerla pasar por una verdad. En esto debemos tener mucho cuidado, se muy bien que los militares-algunos- tienden a caer en conspiraciones y deslealtades-por aquello del ego y de las ambiciones-Sin embargo no podemos caer en la trampa y el desorden tomando en consideración las declaraciones de un perro de guerra como lo es John Bolton. En mi juicio como ciudadana común, que estoy en la calle, que comparto con todos los ciudadanos -conocidos y desconocidos- no vislumbramos un golpe de Estado, tampoco la tan ansiada guerra civil que aspira el imperio estadounidense-no soy inocente al respecto- Ellos están recurriendo a toda la gama de posibiliades para detruirnos desde adentro, pero precisamente, es aqui donde estamos blindados. Razones: El excelente trabajo realizado por el comandante Hugo Chávez, al que con asombro vemos como se pierde de vista en sus alcances y objetivos. La continuidad de su gobierno por parte del presidente Maduro-digan lo que digan, este Presidente ha desarrollado la política y el ejercicio de gobierno heredada de su antecesor- pero también existe el mayor y mejor recurso de protección, el espiritual. No podemos obviarlo. Aquí esta la fortaleza de Venezuela y sus ciudadanos, y contra ello jamás podrá imperio alguno, ni sus secuaces aspirar siquiera a ganar.
ResponderEliminarA ver... Si se produjera un golpe de estado por parte de militares comprados por el imperio, este sería, por supuesto, apoyado inmediatamente por el gobierno estadounidense, pero en ese supuesto negado de un golpe militar impulsado y apoyado por el imperio, invariablemente existen sus bemoles, por ejemplo, que harían con la Milicia Bolivariana y los colectivos revolucionarios? Ahora bien, si el supuesto golpe fuera de un sector militar de ultra izquierda, como diría un camarada, "militares de izquierda revolucionaria" quién respaldará tal suceso? Es decir, la ultra izquierda, tumbaria al gobierno de izquierda? Y en tal caso, cómo sería la reacción del imperio ante tal acontecimiento? Y cómo sería la respuesta de l@s chavistas? Extraño análisis de un posible desenlace de la situación actual del país
ResponderEliminarLeales siempre,traidores nunca!!!
Pese a todo y pase lo que pase...
Nosotros Venceremos!!!