Por Rolando Prudencio Briancon:
El fuego ha sido en la historia de la humanidad un elemento
que en sí representó y representa: energía, voluntad, ímpetu, etc., para
emprender las acciones más audaces y efectivas que la humanidad ha
desarrollado. No menos cierto ha sido también el poder que para someter a los
demás se ha usado.
De igual modo ha sido el poder que surdiéndolo se ha usado
en contra de uno mismo para luego culpar al adversario. Así por ejemplo sucedió
durante el imperio romano, cuando Nerón incendió Roma para culpar luego a los
cristianos y desatar una implacable persecución. Vale decir el fuego, así como
ha representado poder para emprender las más audaces acciones, también ha
servido para someter a los demás.
Hechos recientes como el auto atentado a las Torres Gemelas
en Nueva York el 9/11 del 2001 se podrían registrar como otra acción en la que
el fuego alumbró para la humanidad un otro momento, un otro ciclo para que la
hegemonía estadounidense se reprodujera de forma radical, a partir de
demagógicamente declararse la guerra contra el terrorismo, como parte de la
nueva geopolítica genocida y global de George Bush. Es importante insistir en
lo “demagógico” de la estrategia de la hegemonía estadounidense, por cuanto
para la opinión pública ha quedado claro que se trató de un auto atentado. Lo
mismo para la opinión pública ha sido el otro revelador hecho como aquel artero
argumento de Armas de Destrucción Masiva que sirvió para atacar a Irak el 2003,
y que se inscribe en una igual impostura que el del ataque del 9/11.
En ambos episodios las estrategias se los EE.UU., no ha
buscado sino endurecer su hegemonía, “inventando al enemigo”, construyendo al
contrincante contra quien justificar luego su poder de fuego. Han sido en esa
tesis que son los terroristas quienes le han servido no sólo como chivos
expiatorios, sino anecdóticamente de aliados a la vez como en el caso del auto
atentado las Torres Gemelas. O el caso de enemigo necesario que
correlativamente ha construido, como en del su momento les fue funcional a su
poder de fuego Alqaeda, y hoy es el ISIS.
Decía que si bien el terrorismo les ha sido funcional a su
poder fuego; hoy los EE.UU., que siguen necesitando de ése enemigo íntimo; son
otros los interese que le preocupan para reproducir su hegemonía, y estos
tienen que ver con el control -como ha sido el petróleo en la guerra contra el
terrorismo- del ecosistema del planeta; pero sobre todo con un recurso mucho
más vital que el petróleo, que no es sino el agua dulce, ya que viene siendo un
secreto a voces generalizado que las próximas guerras en el planeta se darán
por el agua; al margen de la disponibilidad que se tenga sobre otros como la
biodiversidad, la fauna, la flora etc.; abundante en la Amazonía y que al
parecer es el nuevo centro geopolítico capital clave en disputa para la
hegemonía estadounidense. Un dato que no puede dejar de tomarse en cuenta es el
que la Amazonía es un territorio al que los EE.UU., lo considera como parte de
un territorio que debe ser controlado por ellos; al extremo que en sus escuelas
estadounidenses se enseña el mapa del Brasil amputado de su territorio del
Amazonas.
Puede ser una incendiaria hipótesis la que me lleva a
plantear que el planeta hoy se encuentra nuevamente en un punto inflexión en el
que, por el nivel irreversible del deterioro medioambiental en el Amazonas, que
es el “pulmón del planeta”, se trame el relanzamiento de la hegemonía
estadounidense.
prudenprusiano@gmail.com
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