miércoles, 31 de julio de 2019

El fascismo se quiere apoderar de los pueblos del mundo



Por Diego Olivera Evia:
La crisis global del sistema capitalista en manos de Trump

Nos parece importante hacer un análisis descriptivo de la esencia del Fascismo, considerando que esa ideología, se sostiene sobre la violencia moral y ética, sustentada en el racismo y la búsqueda del poder bajo el miedo y la división de las familias, usar la mentira de manera repetida, para crear una falsa verdad, los grupos fascistas en Europa y ahora en América Latina, son parte de una crisis del capitalismo, de crear un modelo de violencia, los ataques a la etnias indígenas en Brasil por Bolsonaro, la Colombia con el modelo terrorista, de la misma manera Chile con una constitución pinochetista, además el grupo de Lima, con Perú, Ecuador ahora con el traidor Lenin Moreno, y otras miembros capitalistas, todos proyectados con el terrorista Donald Trump, psicópata y líder de la “raza área y la supremacía blanca”, son la base del imperialismo y sus secuaces.  



A la vez debemos concebir como el fascismo como una ideología, un movimiento político y un tipo de Estado de carácter totalitario y antidemocrático; creado por el dirigente italiano Benito Mussolini, se difundió en la Europa de entreguerras desde 1918 hasta 1939. El término «fascismo» proviene del italiano fascio (‘haz, fasces’), y este a su vez del latín fascēs (plural de fascis), que alude a los signos de la autoridad de los magistrados romanos. Sin embargo el término «fascismo» es uno de los más difíciles de definir con exactitud en las ciencias políticas desde los mismos orígenes de este movimiento posiblemente porque no existe una ideología ni forma de gobierno «fascista» sistematizada y uniforme en el sentido que sí tendrían otras ideologías políticas de la Modernidad.

Entre los rasgos del fascismo se encuentra la exaltación de valores como la patria o la raza para mantener permanentemente movilizadas a las masas, lo que ha llevado con frecuencia a la opresión de minorías (como judíos y gitanos) y un fuerte militarismo. En este sentido el enemigo se identifica como un ente exterior, a diferencia de los totalitarismos típicos de izquierda en que el enemigo es interno (burguesía).

El fascismo es una ideología política y cultural fundamentada en un proyecto de unidad monolítica denominado corporativismo, por ello exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único y los localismos en beneficio del centralismo; y propone como ideal la construcción de una utópica sociedad perfecta, denominada cuerpo social, formado por cuerpos intermedios y sus representantes unificados por el gobierno central, y que este designaba para representar a la sociedad.

Para ello el fascismo inculcaba la obediencia de las masas (idealizadas como protagonistas del régimen) para formar una sola entidad u órgano socio espiritual indivisible. El fascismo utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder dictatorial en el que se concentra todo el poder con el propósito de conducir en unidad al denominado cuerpo social de la nación.

El fascismo es expansionista y militarista, utilizando los mecanismos movilizadores del irredentismo territorial y el imperialismo que ya habían sido experimentados por el nacionalismo del siglo XIX. De hecho, el fascismo es ante todo un nacionalismo exacerbado que identifica tierra, pueblo y estado con el partido y su líder.

El fascismo es un sistema político que trata de llevar a cabo un encuadramiento unitario de una sociedad en crisis dentro de una dimensión dinámica y trágica promoviendo la movilización de masas por medio de la identificación de las reivindicaciones sociales con las reivindicaciones nacionales.

La crisis global del sistema capitalista en manos de Trump 
Nuevamente el presidente Donald Trump, muestra la falsedad de sus propuestas políticas, llegando a demostrar una personalidad bipolar, creando propuestas de apoyo al fascismo corriente, creando una teoría sustentada en la supremacista blanca, sustentada por sus padres en crear una sociedad racista, una nación criminal, las recientes amenazas de Trump a las congresistas, negras y musulmanas, con actitudes agresivas y anti éticas, como menciones sobre latinos en el Congreso, lo que muestra sus políticas internas en EEUU, pero más visceral es la política internacional, aliándose a los movimientos fascista de derecha en una guerra contra las propuestas socialistas o progresistas, en un retorno a las políticas de la Doctrina Monroe, en un mundo dominado por EEUU.

En ese sentido nos parece señalar estos conceptos de ultra derecha donde el presidente Donald Trump respaldó al movimiento supremacista blanco como ningún otro mandatario lo había hecho en generaciones al equiparar a los activistas que protestaban contra el racismo con los neonazis y supremacistas blancos que se movilizaron en Charlottesville, Virginia.

El presidente nunca había llegado al nivel de defender las acciones de esos grupos como lo hizo durante una conferencia de prensa que se convirtió en una sesión en la que despotricó en el vestíbulo de la Trump Tower y aseveró que los activistas de una presunta ultraizquierda eran igual de responsables por la violencia que los manifestantes que marcharon con esvásticas, banderas de ejércitos confederados, carteles antisemitas y afiches de Trump y del vicepresidente Mike Pence.

“Gracias, presidente Trump, por tu honestidad y valentía al decir la verdad”, tuiteó David Duke, exlíder del Ku Klux Klan, poco después de las declaraciones del mandatario. Richard Spencer, un líder supremacista blanco que participó en las manifestaciones del fin de semana y prometió que Charlottesville se vería inundado con nuevas marchas en las próximas semanas, también celebró. “La declaración de Trump fue justa y centrada”, tuiteó.

Por su parte, Terry McAuliffe, el gobernador de Virginia del Partido Demócrata, rápidamente acusó al mandatario de profundizar las divisiones que han centrado la atención en esa ciudad universitaria. “Los neonazis, integrantes del Klan y supremacistas blancos llegaron a Charlottesville fuertemente armados espetando su odio y en busca de una pelea”, dijo McAuliffe. “Uno de ellos asesinó a una mujer joven en un acto de terrorismo y dos de nuestros mejores oficiales murieron en un accidente trágico mientras trabajaban al servicio de su comunidad. Esto no fue algo de ‘ambas partes'”.

Esta es la realidad del fascismo  sostenido por EEUU y su líder Donald Trump, un psicópata narcisista, que apuesta al viejo modelo de la doctrina Monroe en América Latina, con sus logros de dividir a través del Grupo de Lima, apoyados en el inmoral y traidor des Secretario de la OEA, Luis Almagro funcionario de la CIA, con el apoyo del ex presidente José Mujica, ahora haciendo campaña para la reelección del traidor, adema el mismo pepe atacando a Venezuela, y además mantener acuerdos con el destituido  General  Manini Rios , en alianzas de derecha, la historia no ha demostrado muchas mentiras y acuerdos anti democráticos y anti Frente Amplio.

Periodista, politólogo y analista internacional
diegojolivera@gmail.com

0 comentarios:

Publicar un comentario