Por Eduardo Contreras:
La bien pagada ofensiva en contra del gobierno democrático
revolucionario de Venezuela no para; todo vale para Trump y sus serviles.
Especialmente la mentira irresponsable, la injuria, la falsificación de la
realidad. Todo va en dirección de su objetivo final: un ataque militar
norteamericano que destruya las conquistas que ha logrado el pueblo venezolano
gracias a la acción de los gobiernos del comandante Hugo Chávez y de Nicolás
Maduro.
El canal 13 de la TV chilena, por ejemplo, invitó a Daniel
Jadue, exitoso alcalde de la comuna de Recoleta a un programa matinal el día 20
del presente mes de junio; buena parte del interrogatorio de los funcionarios
del canal derechista tuvo que ver con la situación venezolana y la visita a ese
país de Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile y actual Comisionada de la
ONU para el tema de Derechos Humanos. Mientras la autoridad comunal expuso
respecto de lo realizado en su gobierno – en que ha marcado avances históricos
en materia de salud y cultura entre otros – no hubo mayor problema.
La embestida comenzó al hablar de Venezuela. Los
funcionarios del 13 no podían soportar que el alcalde respetara al gobierno
venezolano, que señalara su rechazo a una agresión militar, y además reiterara
la responsabilidad del imperio norteamericano en las dificultades económicas
por las que atraviesa el país latinoamericano, similares a las sufridas por
Chile en los años de la Unidad Popular y del presidente Allende.
Con todo, fueron relativamente prudentes. Pero una vez terminada
la participación de Jadue, el asunto cambió y el programa apretó el acelerador
a fondo con provocaciones y mentiras contra Venezuela. Es más, invitaron a un
sujeto llamado Danny Ramírez, venezolano radicado en Chile, al que le dieron
tiempo para que vomitara toda suerte de canalladas e invenciones. El agente
llegó a sostener que el Partido Comunista de Chile era financiado por
narcotraficantes venezolanos. Todo por supuesto no sólo a vista y paciencia del
personal del Canal sino además con su aprobación y agrado. Nos parece un hecho
gravísimo. Pero no es aislado.
La ofensiva aparece por diversos lados y hasta un ex
presidente de la república chilena, Ricardo Lagos, ha deslizado juicios que
avalan una intervención militar en Venezuela.
En su caso claro su simpatía pro golpe no es nueva si
recordamos que en su mandato presidencial reconoció el golpe de Carmona el año
2000 que, para desgracia de Lagos duró apenas unas pocas horas. La política no
parece ser su tema.
A propósito de este personaje me permito un pequeño
recordatorio ajeno al tema de esta nota porque hace años, siendo yo estudiante
de la Escuela de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad
de Chile y siendo uno de los profesores de Economía Política el reconocido
militante del Partido Radical, Alberto Baltra, uno de sus ayudantes era
precisamente Ricardo Lagos Escobar alumno de los cursos superiores. Y fue por
esos años que hizo noticia cuando Editorial del Pacífico publicara su libro La
Concentración del Poder Económico. Un texto justo, serio y que hizo historia.
Allí, con absoluta rigurosidad científica, dejaba en claro la perversión del
sistema capitalista. Lamentablemente, años más tarde, con sus dichos y hechos,
Lagos desautorizaría su propia obra al actuar del modo y en la dirección que
precisamente condenaba abiertamente en aquel entonces.
Tengo a la mano la tercera edición de esa obra, del 12 de
mayo de 1961, y releo párrafos en los que condena categóricamente la
concentración económica en manos de los grandes grupos empresariales, fenómeno
que considera parte inseparable del modelo capitalista al que llama a
reemplazar.
Hay afirmaciones concretas como cuando en la página 172 de
la edición que cito, el entonces hombre progresista señaló que “La única y
verdadera solución es, entonces, la abolición de la propiedad privada sobre los
medios de producción, los cuales deben pasar a manos del Estado. En la medida
que dicha propiedad subsista, todas las leyes que se dicten sólo serán paliativos
que jamás conseguirán la eliminación definitiva de las diversas formas de
concentración”.
Todo lo cual olvidó por completo años más tarde, en
particular cuando fue presidente de Chile. Claro está debe recordarse que luego
de escribir aquel libro que incluía citas a Carlos Marx, Lagos vivió largo
tiempo en EEUU al alero precisamente de los peores grupos de concentración
económica.
Entonces que nadie se extrañe ahora que Lagos condene al
gobierno de Venezuela, que le llame “dictadura” y que se sume a quienes no
rechazan la posibilidad de una intervención militar norteamericana.
Deleznable y tanto más cuando es conocida la “calidad”
humana de los opositores, no sólo de Guaidó, que se enriquece sin disimulo con
esta situación sino de otros como aquel que hace ya mucho tiempo vive a cuerpo
de rey en la embajada chilena en Caracas a costa de todos los chilenos y tras
chantajear al ex embajador chileno, Pedro Felipe Ramírez, que es otro que en
algún momento de su vida se proclamó progresista.
Mientras esto sucede, Piñera le niega el acceso a
venezolanos en la frontera a pesar de la millonada que se gastó en Cúcuta para
proteger a los que pedían salir de su país. Y para tratar de resolver ese tema,
envió al funcionario de la Cancillería chilena Mijail Bonito, que es un cubano
contra revolucionario, del que sería interesante saber cuándo y con qué visa
ingresó a Chile.
Resulta sencillo explicarse porqué la visita a Venezuela de
Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones
Unidas y sus conclusiones, no hayan sido del agrado de los sectores políticos
chilenos que apoyan a los golpistas venezolanos. Tampoco le gustaron a Almagro,
ese esperpento político que oficia de secretario de la OEA. Fue también una
decepción para el llamado “Grupo de Lima” y para eso que denominan Prosur.
La razón es simple: la alta funcionaria internacional actuó
con estricto apoyo al Derecho. Y por supuesto los golpistas esperaban otro
resultado.
Es que, como se ha dicho, los golpistas de todo signo tratan
de ocultar las notorias semejanzas de la situación actual en Venezuela con la
de Chile en 1973; como por ejemplo el boicot norteamericano, el bloqueo
económico que provoca la crisis económica y la falta de alimentos y medicinas.
Pero a la vez olvidan que la gran diferencia entre ambas situaciones es que
Venezuela cuenta con Fuerzas Armadas patrióticas y democráticas, no sujetas a
lo que ordene Washington. Y en cambio ese no ha sido, desgraciadamente, el caso
nuestro.
Paradojalmente, cada día que pasa marca un retroceso en
nuestro país. Los niveles de corrupción estatal no tienen límite. Semana tras
semana hacen noticia los altos oficiales de las Fuerzas Armadas que caen presos
y son sometidos a proceso por estafas y apropiaciones indebidas de miles y
miles de millones, incluyendo los negocios con inmuebles o con autos de lujo o
los viajes de paseo al extranjero con sus señoras esposas, dispendiosos hasta
lo increíble. Todas las ramas de uniformados chilenos están en esa situación.
Mientras tanto se consuman formas de alianza del sector oficialista de la
Democracia Cristiana con el gobierno derechista de Piñera. Un gobierno que
mantiene como vice ministro a un personaje como Luis Castillo que ha sido
denunciado como cómplice en el asesinato del presidente Eduardo Frei, alto
dirigente de la propia DC.
Para concluir quiero recordar que por estos días se cumple
otro aniversario del nacimiento del presidente Allende. Nació el 26 de junio de
1908 en la ciudad de Valparaíso. Y lo evoco a propósito porque fue un gran
hombre, un patriota que pagó con su vida la lealtad a su pueblo y a la
democracia. Allende marca la historia de Chile. Evocar sus luchas y sus obras,
su pensamiento internacionalista, nos muestra las siderales diferencias con
aquellos que en nuestros días asumen los que, pese a declararse gente de
izquierda, progresistas, se suman a la ofensiva golpista contra el gobierno
bolivariano de Venezuela.
eduardocontreras2@gmail.com
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