Por Carlos Ellis:
La actividad económica, política, social y cultural que
genera interdependencia entre los actores del Sistema Internacional se
distorsiona con una rapidez que amerita profundos análisis, ya que colocan en
riesgo la continuidad y ejercicio del Estado Nación; una distorsión muy severa
que obliga celeridad en la configuración de nuevos esquemas y políticas
vinculadas a la seguridad y defensa de la nación.
Ya es notorio, que el
ejercicio del poder y la unilateralidad que quieren imponer países
desarrollados está afectando a la sociedad internacional pronosticando vientos de guerra; éste
fenómeno desajusta el orden y obliga
configurar alianzas y asociaciones como mecanismos de defensa y permanencia,
se incrementa la comercialización de material bélico y se permite la
participación de entes foráneos a la actividad del Estado; simultáneamente el
sistema geoeconómico mundial se perturba por la disputada supremacía dando
cabida al proteccionismo y nuevos mecanismos de intercambio para mercados
específicos, haciendo que el sistema
capital se torne más agresivo; los grupos de interés y poder corporativo.
Se posicionan en las estructuras políticas de los países
imponiendo sus provechos por encima del
bienestar humano; se están genera crisis
y desasosiego; la emigración refleja las desigualdades en algunos países y
obliga el movimiento de millones de un lugar
a otro en busca de bienestar; en
nuestro caso, se nos va la medula
técnica e ingeniosa para ser captadas
por otros para su desarrollo; ahora en disputa el dominio por la
inteligencia artificial y las tecnologías futuras que requieren de tierras
raras y recursos específicos incrementando el interés sobre quien los posee; se
acentúa la esclavizaste dependencia para quienes no transforman sus materias
prima, y por si fuese poco, las
energías combinadas están sustituyendo al petróleo como impulsor del motor
industrial del planeta, lo cual afectará en primer orden a las economías mono
productoras de este recurso. Ante este escenario se deben buscar los mecanismos
para contrarrestar el efecto devastador de este hecho internacional; el único
instrumento de fuerza es la fabricación de medios de producción partiendo de la
búsqueda de la cientificidad inmersa en la población.
Para esto, la actividad parte de los Estados y su gestión de
gobierno, quienes controlan los recursos económicos, financieros y materiales
la cual deben ser desbordados en el desarrollo del emprendimiento, de la idea,
del saber, de las capacidades que tiene la población para fabricar e inventar.
Este componente da inicio al desarrollo
real, configura una cultura social creadora, que resta dependencia, que se
acerca a los avances técnicos-científicos para fabricar máquinas y medios de
producción, esto permite dar nacimiento a tantas patentes y marcas para
competir; hacer una sociedad competitiva para hacer un país competitivo y con
posición para el escenario global actual y futuro.
Lo agresivo que se torna el sistema capital mundial, no dará
cabida; es obligatorio incorporarnos con un nuevo esquema económico-productivo
al proyecto global que se está configurando conocido como “La Ruta de la Seda”
planteada por China, la cual configurará las nuevas relaciones de poder de
acuerdo a las capacidades de intercambio. Se debe comprender plenamente que el
ingenio, las tecnologías, las empresas, las marcas y patentes compiten, se
incorporan y actúan como actores políticos subyacentes afectando a los países
dependientes de ellas, su comportamiento obedece al interés del país a la cual
pertenecen, siendo siempre fines u objetivos geopolíticos, la dependencia
tecnológica y la no trasferencia de conocimiento para fabricar estos medios es
el instrumento de más poder en la relación entre los estados. Es obligatorio ir
rompiendo con el maleficio del petrolero y dar el paso a la fabricación de
medios de producción, solo así podremos tomar la vanguardia en producción.
Las estimaciones más próximas a ésta totalidad señalan lo
siguiente
Para el 2030 la
esclavizante dependencia tecnológica de los demás países hará perder gran parte
de la soberanía con posibilidad de que inyecten perturbaciones en la sociedad o
pugnen los cambios en las estructuras legales que sostienen a las empresas
estratégicas del Estado, obligándolas a ceder las operaciones y manejo de los
recursos; para el 2040 la renta petrolera no alcanzará para mantener las
crecientes poblaciones sin fabricar medios de producción, sin producir, sin
competir, sin generar renta e
incrementando el gasto público; por naturaleza colapsa el sistema económico
interno; es importante saber que el petróleo está financiando la generación de
energías combinadas para su sustitución;
para el 2050 se podría estar quebrantada la sociedad y la actividad del Estado, devorados por los más fuertes fabricantes de
medios de producción los cuales se disputarán los espacios, los recursos y la
territoriedad. Así de realista es la geopolítica actual y nos obliga a dar el
paso a la siguiente fase. Constituyamos
un sistema integrado de fabricación de los medios de producción en los 23
estados, cada uno dentro de sus potencialidades para intercambiar entre ellos y
generar renta interna. Fuerzas Armadas, capacidad de invención de la clase
obrera trabajadora y el capital público y privado unidos para fabricar medios
de producción.
Carlosellis1@gmail.com
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