Por Gaspar Velásquez Morillo
Cuando la izquierda y gobiernos populares gobernaron durante
un par de décadas, principiando el siglo XXI, estos sectores progresistas no
tuvieron reparo alguno en respetar a los agrupamientos de derecha y hasta le
abrieron cancha para que estas hicieran su modus vivendi de corresponsabilidad
en la crítica y sus aportes, de manera que nunca se propusieron su exterminio.
La Ultraderecha se fue conformando en su resentimiento
social, en su rearme organizativo y aliadas entre ellas a nivel Latinoamérica y
el Caribe y con ramificaciones directa con las élites guerreristas de EE. UU
quien las pasó a comandar en unión con rancios sectores ultraderechistas de la
vieja Europa.
La Ultraderecha ha conquistado terreno por los errores de
las y los revolucionarios y/o se ha abierto espacio en Latinoamérica y el
Caribe con la utilización de disímiles estrategias, desde la infiltración, así
como golpes suaves, hasta la judaización de los liderazgos políticos
revolucionarios e inculpándoles de cualquier desmán hasta confinarlos en la
cárcel como también execrarlos de la lucha política con procesos de dudosa
legalidad y legitimidad.
La Ultraderecha no tiene escrúpulos, ni identidad nacional,
menos entienden de soberanía nacional, se han entregado de rodilla y con los
glúteos al aire al imperio internacional y sus actuaciones y línea política la
dirige sin intermediarios los halcones del Pentágono, Comando Sur, CIA y demás
entramado y maquinarias de guerra y de la muerte del Estado norteamericano.
En Venezuela, la Ultraderecha está ensayando todas las
teorías conspirativas para defenestrar el proceso revolucionario, con
actividades como guarimbas venían golpeándoles los tobillos y las rodillas al
proceso revolucionario socialista bolivariano, hasta que decidieron ir por el
corazón de la Revolución, enfrentar con sus tenebrosas campañas y estudios
psicosociales, psicopolíticas y de guerra, para disputarle los postulados de la
revolución bolivariana al aseverar que se estaban desviando del pensamiento del
Comandante Chávez, mayor descaro…!
Luego, sin artificios algunos la Ultraderecha emprendieron,
magnicidio, ataque multiforme y guerra irrestricta para predisponer al pueblo
contra el gobierno, pero la Ultraderecha mundial, de nuevo ve que sus
pretensiones se desdibujan con el tiempo, el pueblo venezolano se atrinchera y
va por su rearme político ideo político y mantiene un nivel de respuesta
cónsono con su papel en la historia mundial; la Ultraderecha no haya qué hacer,
es un férreo combate con carácter mundial pero el contenido es nacional, es una
confrontación con ribetes conceptuales, políticos, programático y la
Ultraderecha de Latinoamérica y del resto del mundo, con la socialcristianismo
y los socialdemócrata se quedan perpleja sin capacidad de respuesta y de acción
y le da una carta el blanco a la administración de Donald Trump para que
piensen y actúen por ella.
La izquierda en el mundo se queda díscola, sin criterio
propio, con aridez doctrinaria, los manuales le quedan cortos y los manidos
discursos les llega su otoño histórico.
Los pueblos se suman al sentir del pueblo venezolano,
solidaridad desde el propio EE. UU, quedan reseñados por alguna vía a pesar del
cerco comunicacional de los medios estadounidenses; sin embargo, afuera, en las
compuertas de las historias, se escuchan estruendosos toc, toc, toc, desde
distintos lugares del mundo la presión es tal, que ya no se puede ocultar, que
en Venezuela se define el destino de la humanidad.
gasparvelasquez4824@gmail.com
excelente análisis bueno para el pueblo poderlo entender e iniciar debates. saludos camarada
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