El 15 de mayo de 1867, en Querétaro los republicanos
derrotaron al imperio francés que se había concentrado allí sus tropas. En
homenaje a esta conquista en 1917 se declaró el día del maestro y en 1918
comenzó a celebrarse. En 1950, sobre esa misma fecha del 15 de mayo se
estableció con el mismo significado del día original del maestro, pero con otro
contenido, la fiesta de San Juan Bautista de la Salle, -francés, Teólogo y
Pedagogo dedicado a la educación de la infancia especialmente de los sectores
más empobrecidos-, como patrono de los educadores,
Unesco posteriormente propuso conmemorar de manera homogénea
la celebración el día el 5 de octubre, y en la misma dirección la conferencia
de ministros y directores de educación de las américas en panamá en 1943
propuso hacerlo el 11 de septiembre. Finalmente, ante los desacuerdos, cada
país seleccionó su propia fecha. Colombia lo hace siguiendo el mandato de Pio
XII, que proclamó a San Juan Bautista de la Salle. Bolivia celebra en junio 6,
Brasil en octubre 16, Chile en octubre 16, Cuba en diciembre 22, Nicaragua en
junio 29, Venezuela en enero 15, entre otros.
En cualquier caso, la pregunta central de la conmemoración,
sigue siendo la de qué significa ser maestro o maestra, y cuáles son sus retos
en la sociedad de hoy, máxime si esta está atravesada por conflictos de larga
duración como los nuestros. Maestros y Maestras, en todo caso anuncian siempre
un sentido de construcción, de creación colectiva, histórica y social, son
términos para vivirlos en plural y en colectivo, no son un asunto meramente
individual del que se ocupa una persona en solitario. Maestro o Maestra, evocan
al saber, a ser los amigos de la sabiduría y a ejercer con humildad esa
sabiduría, pero también del saber hacer de cada saber especifico un instrumento
de teoría y praxis útil a la transformación de las condiciones materiales y de formación
del ser humano y de luchas, que como las de hoy son para devolverle el sentido
mismo a la vida ante el despojo del capital que todo lo convierte en mercancía.
Maestro o Maestra, son una función de los contextos, no son
los que solo exponen, disertan o repiten con sus palabras lo que otros han
dicho. La Maestría del Maestro y la Maestra pasan por la conciencia, son
quienes han colocado como columna vertebral de su andar al saber, al continuo
rumiar del saber, del ir despacio por los caminos complejos de las ciencias,
las artes y las humanidades, sin fragmentar, parcelar ni convertir en mero
indicador al conocimiento, ni venderlo a pedacitos.
Maestros y Maestras no son dioses, tampoco diablos, ni
mendigos, son humanos aferrados a la lógica de aprender a obrar de manera
correcta, ética, sin pretender hacer fortuna ni recibir medallas al honor, de
modo que cada acto encierre en sí el efecto apetecido, y que tratan de
determinar con máxima precisión cuales partes componen un todo y en que partes
se puede descomponer.
Ser Maestros y Maestras invita a construir contextos para
vivir con dignidad, sin opresiones, ni sometimientos, el ser del Maestro y la
Maestra tienen origen en la libertad y de ella se desprenden sus luchas, sus
compromisos para no solo exponer, si no exponerse, ahí quizá esta la diferencia
entre el que sabe y expone y el que enseñando y circulando saberes se expone,
habla lo que las sociedades homogéneas se niegan a escuchar. Bonita tarea, ahí
está su grandeza, la humilde y sencilla grandeza humana de ser maestros y
maestras, francos, con la frente en alto para mirar el horizonte y devolverle
los colores que la guerra se llevado con su paso.
El Feliz Día de Maestros y Maestras de Colombia, evoca la
aventura de quien llena crea circunstancias para vivir con dignidad y que
cuando llega a un lugar, pone en movimiento todo lo que existe, promueve,
transforma, agita, anima, lucha….
mrestrepo33@hotmail.com
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