Por Rafael Matos Féliz:
Hace varios años, hicimos un artículo sobre los tipos de
ciudadanía, que históricamente nos han hecho construir a dominicanos y
dominicanas, todos los gobiernos de los últimos 80 años. Para ese artículo
tomamos los criterios de sociólogos y psicólogos, con el objetivo de tener
argumentos válidos y científicos con relación a lo que escribimos. En aquel
escrito llegamos a señalar 4 tipos de categorías de ciudadanos; las mismas son:
El inmóvil apático, que dice sin ambages, “a mí no me
importa eso”. No toma parte de las soluciones, sino que se refugia en asuntos
mágico-religiosos. Dice, eso debía pasar, “estaba escrito”. Con su apatía ayuda
a la corrupción y a la exclusión. Es una persona egoísta y solo se preocupa de
sí misma, aunque aparente importarle los demás.
El militante desencantado, persona que puede tener formación
académica, informada, con acceso a las tecnologías. Desde su computadora
esparce el virus de la indiferencia. Tiene visión autoritaria y cree que sus
ideas son las únicas que valen. Son incapaces de sumar y eso los desalienta.
Ayudan al clientelismo y a la corrupción por su desaliento. Son extremadamente
egoístas.
El participante clientelista, persona activa que se moviliza
por el beneficio individual e inmediato. Son los del “dame lo mío”. Estos
estimulan la desigualdad y la exclusión. Consideran que la política y los
bienes públicos son para élites y para los que tienen cuartos. Es la ciudadanía
más generalizada. Apoyan todas las truculencias de quien los ha comprado y les
paga. Como regla general, este grupo desprecia a las personas humildes y a su
propio sector de clase.
Participante no clientelista, persona que entiende que si se
mejora todo el entorno, ella y sus compueblanos también se benefician. Busca y
lucha por el establecimiento de reglas claras, precisas e iguales para todos.
Se junta con personas que piensan igual. Son personas altruistas y este tipo de
ciudadanía es generalmente crítica, a veces ácida y ve a la sociedad como una
construcción colectiva.
En nuestro país, desde la llamada Era de Trujillo, se han
estado construyendo, de forma consciente y bien planificada, a los 3 primeros
tipos de ciudadanos: inmóviles apáticos, a los desencantados y a los
clientelistas. Pero en los últimos 20 años, esta construcción ha tenido un
ascenso vertiginoso. Se protege y se premia al delincuente de arriba y al
delincuente de a pie se le alienta a delinquir, con el compromiso de repartir
parte de los bienes obtenidos de los ilícitos. Esto se ve en la corrupción
estatal y en la impunidad y en los llamados “puntos de drogas”, con los roba
motores y con los rateros callejeros.
Los responsables de hacer cumplir y respetar las normas y
leyes hacen caso omiso de las mismas y de manera consciente e impune promueven
las violaciones y solo se les ve “aplicando” las reglas cuando de buscar
recursos se trata o para poner a sus pies a otros delincuentes. Como ocurre con
los “operativos” contra puntos de drogas, con las licencias y seguros de
vehículos, papeles de motores, etc. Si en verdad se quisiera meter en regla y
al orden a todos los ciudadanos y acabar con los delitos; con un solo mes de
aplicar y mantener las normas, con eliminar la corrupción y la impunidad, ahí
mismo se acaban todas las violaciones y vendría la tranquilidad ciudadana.
Pero la verdad es otra muy diferente y amarga. A las
personas que se respetan y tienen un espíritu elevado se les quiere arrinconar
como seres despreciables. Los aduladores y mediocres hacen filas y unidad de
acción para tratar de tumbar los espíritus de las personas honestas, usan todas
sus mediocridades para hacerlas objetos de las peores críticas y difamaciones.
Los acusan de ser enemigos del progreso y del desarrollo, de ser atrasados y
amargados, de ser unos loquitos y de todas las diabluras habidas y por haber.
Aquí afirmamos que los que creen que el dinero lo hace todo
suelen hacer cualquier cosa por dinero y de que cuando los gobiernos y los
partidos son atrapados por la codicia y por los grupos de intereses, se vuelven
antinacionales y maquinan contra la salud de la patria y contra la democracia y
la libertad.
Seguiremos en otra ocasión,
Por el Desarrollo Sostenible
rafaelmatosfeliz@yahoo.com
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