miércoles, 3 de abril de 2019

Almagro con la OEA apoya el terrorismo regional



Por Diego Olivera Evia
La utilización de la Organización de Estados Americanos (OEA), se ha transformado en una estructura intervencionista, a través del Secretario General de la misma, Luis Almagro, quien de manera ilegal asume funciones de un pro cónsul, del presidente bipolar, Donald Trump en su campaña contra Venezuela, como objetivo principal y otras naciones como Cuba, Nicaragua, Bolivia, y naciones del Caribe.

La OEA se concibió como un mecanismo de control, luego de la segunda guerra mundial, con el objetivo de que EEUU pueda controlar a los países latinoamericanos, bajo las teorías intervencionistas, bajo esta realidad se intervino a naciones del área, y se aplicó el Plan Cóndor en el Cono Sur, con golpes de estado, con miles de muertos y desaparecidos.


Antecedentes de las doctrinas imperialistas de EEUU.

La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para los americanos», fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida al presidente James Monroe en el año 1823. Establecía que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos La doctrina fue presentada por el presidente James Monroe durante su sexto discurso al Congreso sobre el Estado de la Unión. Fue tomado inicialmente con dudas y posteriormente con entusiasmo.

Fue un momento decisivo en la política exterior de los Estados Unidos. La doctrina fue concebida por sus autores, especialmente John Quincy Adams, como una proclamación de los Estados Unidos de su oposición al colonialismo en respuesta a la amenaza que suponía la restauración monárquica en Europa y la Santa Alianza tras las guerras napoleónicas.
El presidente norteamericano James Polk despertó por primera vez el discurso de Monroe en su alocución del 2 de diciembre de 1845 con la finalidad de apoyar las pretensiones norteamericanas sobre Texas y el territorio de Oregón, así como para oponerse a supuestas maquinaciones británicas con relación a California, que en aquel entonces era una provincia mexicana.
En 1850 también se tomó el pronunciamiento del entonces expresidente Monroe en ocasión de la rivalidad entre británicos y norteamericanos en Centroamérica. 

La aplicación de la doctrina del gran garrote
Los antecedentes de esta realidad se sitúan  La política del Gran Garrote, plan Garrote o Big Stick es el nombre con que se conoce a una tendencia en las relaciones diplomáticas estadounidenses de principios del siglo XX. La expresión se origina en una frase escrita por el presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, en el año 1901, donde manifestaba su agrado porque el comité del Partido Republicano de Nueva York había expulsado a un corrupto consejero. La frase, tomada de un proverbio del África occidental era: "habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos" (speak softly and carry a big stick, you will go far).

Tal concepto ilustra la voluntad de Roosevelt para realizar negociaciones y pactos con sus adversarios internos y externos, pero siempre mostrando la posibilidad de una actuación violenta como modo de presión. Aplicada a la política de Estados Unidos en América Latina, la frase mostraba que el régimen de Roosevelt podía presionar a los países latinoamericanos, particularmente los ribereños del Mar Caribe con una intervención armada.

Señala el inicio del imperialismo estadounidense y de su actuación como potencia mundial. En América Latina comenzaría una ola de dominio político y económico estadounidense (a principios del siglo XX) justificada en la marcada extensión del "derecho" de Estados Unidos a intervenir en asuntos de otros países en defensa de los intereses de ciudadanos estadounidenses, encontrada en el "Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe" emitido por Theodore Roosevelt en su mensaje anual de 1904 como consecuencia de la intervención de las potencias europeas en el Bloqueo Naval a Venezuela de 1902-1903.

América Latina bajo la manipulación de EEUU
Estos son las bases del concepto imperialista de EEUU, de concebir a América Latina como su patio trasero, que adopta el carácter intervencionista y sus campañas  expansionistas, como racistas hacia los países latinoamericanos, como actualmente lo desarrolla el gobierno de Donald Trump, en su concepción de la supremacía blanca y sus nexos con el Ku Klux Klan un clan terrorista que surgió en Tenesse, Estados Unidos en el año de 1865, cuyos integrantes eran un grupo de antiguos oficiales, blancos esclavistas que tenían un fin en común, reprimir a los esclavos liberados, concibiendo a la raza de color como seres totalmente inferiores a ellos, siendo sus padres miembros de esta secta.

Bajo esta visión imperial e intervencionista Trump y su equipo político-militar, adopta estas teorías para controlar a los países latinoamericanos, su prepotencia enfermiza lleva a tratar a los mandatarios de mala manera imperial. De la misma manera trata al presidente de Brasil Bolsonaro, a  quien caracterizo el magnate a estos en su encuentro con Trump de “perritos”, como el presidente de Paraguay, con sus vínculos con narcotraficantes, estos son parte de la campañas anti populares y sus ataques a Venezuela y al presidente Nicolás Maduro.

Esta nueva realidad continental y las derrotas de algunos modelos progresistas, han mostrado la necesidad de nuevas propuestas económicas y políticas, ante el neoliberalismo, el uso de la prepotencia en las relaciones políticas, el llamado a atacar a Venezuela del presidente de Panamá, Juan Carlos Varela por expreso mandante del presidente bipolar Trump, muestra el poder imperial, creando a través de la OEA, del inmoral Secretario Almagro, han creado una farsa de la realidad de esta nación latinoamericana.

Hoy naciones criminales como Colombia, con más de 200 dirigente sociales y campesinos, entre ellos ex FARC amnistiados y familia, las acciones impunes de los paramilitares, dirigidos por el exmandatario Álvaro Uribe, con nuevas amenazas de invadir a Venezuela, los asesinatos de periodistas y comunicadores sociales en México, las tumbas colectivas en ambas naciones, hablan de verdaderos gobiernos forajidos, la inmoralidad de la presidencia de facto de Temer y sus juicios por corrupción, frenados por la compra de legisladores y jueces, cubren la malversaciones, de la misma Manera Macri en Argentina, donde la justicia no cumple sus funciones y la corrupción esta impune.

Nada de estos hechos son investigados por la OEA y el esbirro Almagro, para él los miles de asesinados,  la tumbas colectivas, el narcotráfico en Colombia y México, la impunidad en Brasil y Argentina, son parte de  la realidad del modelo neoliberal capitalista, si atacar al gobierno de Venezuela y Cuba, con mentiras, pero en el fondo es el petróleo venezolano, la mayor reserva del planeta, el oro, el coltán, y otros minerales son el objetivo del imperio, los ciudadanos son para Trump un mero daño colateral, como lo realiza en Iraq, Siria, Yemen, Somalia, Afganistán.
diegojolivera@gmail.com

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