La revolución en el Kurdistán sirio avanza desde 2012
liberando territorios y empoderando a las mujeres. Así lo asegura Gaetano
Napoli, internacionalista de las YPG.
De enlazar rimas y palabras cuando canta rap a integrar las
Unidades de Protección del Pueblo (YPG) en el Kurdistán sirio (Rojava). Ese fue
el camino recorrido por Gaetano Napoli desde los últimos meses de 2018 hasta
estos días. Nacido en Sicilia, este italiano que pasaba sus horas entre el
trabajo en un pub, estudiar la carrera de Historia y componer canciones, dio un
vuelco radical que lo llevó a abrazar la lucha del pueblo kurdo y conocer una
realidad en crisis que tiene a Siria como epicentro de las disputas más
variadas.
LoStraniero, como Napoli es conocido en el mundo de la
música, recuerda que con la aparición del Estado Islámico (ISIS) en Irak y
Siria se interesó por lo que sucedía en Medio Oriente. “Luego investigué por
internet y descubrí la interminable lucha del pueblo kurdo contra el Estado
turco, culpable del genocidio contra los kurdos. Me interesé mucho en lo que
sucedía en Afrin”, señala en esta entrevista con La tinta.
Napoli, que en Rojava eligió el nombre Shahin Serehed,
decidió marchar hacia Kurdistán y sumarse a la resistencia encabezada por las
Unidades de Protección del Pueblo (YPJ/YPJ). “No sabía muy bien qué esperar
–cuenta-, solo sabía que los kurdos son personas libres y que se enfrentan a la
injusticia”.
Al llegar a Rojava, este joven siciliano descubrió que los
kurdos son “personas bellas”, siempre “dispuestas a ayudar” pese a la “gran
diferencia cultural”. Napoli tardó muy poco tiempo en acomodarse a la nueva
vida. “Ya me sentía en casa”, asegura.
“Los kurdos son bastante hospitalarios, por lo que es muy
fácil relacionarse con ellos. Su idea de un mundo libre tiene que ver con la
vida comunitaria, por lo que cuidan a todos, nadie se queda atrás, y esa es una
de las cosas más hermosas de esta revolución, algo que en nuestros países
occidentales no parece importante. Pero ese es el pilar de esta revolución
social: las personas”, remarca.
A los cinco meses de pisar suelo kurdo, Napoli escribió sus
impresiones para el portal Milano in Movimiento. En el artículo, habló sobre
los cursos de formación en los que participó y del sistema de crítica y
autocrítica que se aplica en el Movimiento de Liberación de Kurdistán. Cuando
viajaba hacia Rojava, recordó, su concepto de revolución era un poco abstracto,
pero en los meses junto a las fuerzas kurdas conoció a fondo la “lucha contra
el fascismo, el terrorismo” y cómo “el sistema capitalista explota el
territorio, lo destruye y deja solo la muerte para las personas que viven en
él”.
En su historia escrita, Napoli aseguró que “Rojava cambió mi
vida”, porque convivir con el pueblo kurdo y con otros internacionalistas le
permitieron “ver el mundo con un filtro diferente, con una visión que aún
contrasta con mi antiguo yo”. El miliciano italiano también reconoció que por
momentos lo abraza la “melancolía” cuando piensa en sus amigos y su familia.
Pero su vida cotidiana en Rojava tiene la intensidad inevitable que atraviesa
una revolución. “En la cultura materialista todo es inútil e innecesario,
tenemos tantas cosas y queremos tantas que al final no sabemos qué hacer con
ellas”, escribió. En el Kurdistán sirio, “un solo tomate toma valor, te hace
entender cuánto trabajo hay detrás de su producción y cuánto hay que
respetarlo”, sobre todo en un territorio que se encuentra bloqueado económicamente
por Turquía.
Por estos días, Napoli afirma que sus actividades “son el
entrenamiento con armas, el estudio de idiomas, leer libros de Abdullah Öcalan,
hacer guardia y vivir con los compañeros las 24 horas, compartir todo y
discutir sobre nuestros puntos de vista”.
Aunque no se conoce una cifra concreta de la cantidad de
internacionalistas que se encuentran en Rojava, en el caso de los italianos y
las italianas el número puede alcanzar los diez. Giovanni Francesco Asperti,
originario de Bérgamo y miliciano italiano de las YPG, fue el primer mártir de
esa nacionalidad. Conocido en Rojava como Hiwa Bosco, Asperti falleció en un
accidente el 7 de diciembre de 2018.
La realidad del Kurdistán sirio hoy está cruzada por la
lucha contra los remanentes de ISIS, que se agrupan en la aldea de Baghouz, en
la provincia de Deir Ezzor. Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), integradas
por las YPG/YPJ y por milicias árabes y de otras nacionalidades, controlan casi
el 40 por ciento del territorio sirio. Donde las FDS liberaron territorios, se
crearon administraciones autónomas de gobierno y se implementó un modelo de
autoorganización, empoderamiento de las mujeres y cooperativismo, basado en las
ideas del Confederalismo Democrático teorizadas por Öcalan y que rige al
Movimiento de Liberación de Kurdistán.
“Ahora derrotamos a ISIS, quedan pocos militantes y se
esconden –señala Napoli-. Sin embargo, en el norte de Siria y en Rojava hay
muchos grupos yihadistas y muchos militantes de ISIS que huyeron a Turquía”.
En Afrin, cantón kurdo invadido por el ejército turco en
marzo de 2018, “después de un año de ocupación todos los días hay choques y
operaciones, pero los compañeros continúan luchando”, manifiesta. “Erdogan
quiere una nueva invasión y aquí lo estamos esperando –destaca el miliciano italiano-.
Los kurdos están listos para defender sus tierras y también nosotros, los
internacionalistas, estamos preparados para defender este lugar del fascismo y
el terrorismo, y construir una nueva sociedad democrática, igualitaria,
ecológica y, lo más importante, donde la mujer sea libre”.
“Turquía puede invadir el territorio, pero no puede invadir
la revolución. La gente apoya la lucha, todos creen en esta hermosa lucha
porque es por la libertad no solo de Rojava y Medio Oriente, sino para toda la
humanidad”, remarca Napoli.
Las enseñanzas de respirar una revolución en Medio Oriente
son muchas. Napoli, que todavía vibra con las rimas de sus canciones, no duda
al decir que “en Rojava aprendí a apreciar cada segundo de mi vida, las
pequeñas cosas que hacen que esta vida sea para vivirla. Aprendí cómo
deshacerme de todas las cosas inútiles que tenemos en Europa y en nuestra
sociedad capitalista, donde las cosas son vacías y se explota a las personas
que vivimos de acuerdo con la naturaleza”.
“También aprendí sobre mis límites, mis defectos, pero
conocí nuevas cosas y mejorar mi autoestima, amar la vida y ser feliz sin un
objetivo inútil creado por nuestra sociedad –resume Napoli sus transformaciones
profundas-. Aprendo a pelear, a defenderme y a defender a la gente, a hacer
muchos trabajos manuales y arreglármelas con las cosas que tenemos. Aprendí a
confiar en mis compañeros y encontrar el significado de cada día que estoy aquí
y del Confederalismo Democrático”.
leandroalbani@gmail.com
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