Por Susana Fernández:
Por la agencia de noticias Associated Press siempre ha
tomado partido-por así denominarlo-de un modo "satelital", acorde a
las órdenes de las grandes potencias y en desmedro de los derechos de las
naciones más vulnerables -pero no por ello menos dignas-, es una realidad
inocultable. Y dentro de ello, es imposible no mencionar sus mentiras. Este
titular lo deja en claro: "Reportaje: Las mentiras de Associated Press
(AP) sobre la cuenta twitter del Presidente Maduro" (1). Vale la pena
seguir el enlace que se dejará al pié de la presente nota para comprobarlo.
Mas, la intención ahora es desmenuzar y refutar las falacias
y tergiversaciones, que dicha agencia y un experto analista al que acude,
imprimen en el artículo: "AP Explica: ¿Por qué hay “dos presidentes” en
Venezuela"? (2).
A continuación, los párrafos más importantes de éste.
"El líder opositor Juan Guaidó dejó a muchos
boquiabiertos cuando el miércoles 23 de enero, durante un evento público
paralelo a marchas en contra y en favor del gobierno, anunció que asumía
formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional en una lucha por “cesar la
usurpación” del poder que, según dijo, encabeza Maduro.
GUAIDÓ SE DECLARÓ "PRESIDENTE ENCARGADO", PERO
¿QUÉ DICE LA CONSTITUCIÓN? Asumir como presidente “encargado” implicaría que
Guaidó sería el mandatario “interino” del país. El líder opositor sustentó su
decisión en los artículos constitucionales 233 y 333. El primero clarifica qué
es lo que se considera una “falta absoluta” del presidente y establece que
cuando no hay un gobernante electo antes de la fecha de toma de posesión, debe
llevarse a cabo una nueva elección dentro de los siguientes treinta días, pero
mientras eso ocurre tiene que tomar posesión el presidente de la Asamblea
Nacional, en este caso, Guaidó.
Artera y deliberadamente, AP omite la primera parte del
Artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que
es vital para tener en claro en qué consiste la "falta absoluta" del
primer mandatario o primera mandataria, según se trate. El mismo reza:
Artículo 233. Serán faltas absolutas del Presidente o
Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada
por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, su incapacidad física o mental
permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo
de Justicia y con aprobación de la
Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea
Nacional, así como la revocación popular de su mandato.
Cuando se produzca la falta absoluta del presidente electo o
presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección
universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos
siguientes.
El artículo de la Carta Magna prosigue, pero no son
sustanciales los párrafos restantes- puede corroborarse lo que aquí se afirma
con sólo leerlo-, para poner de manifiesto las manipulaciones informativas de
la empresa norteamericana de noticias. De todo lo antes expresado surgen
preguntas como ¿cuál es la falta absoluta atribuible al presidente Nicolás
Maduro? Es por ello que el TSJ venezolano declaró nulo ese cargo contra el
primer magistrado. Pero haciendo abstracción de este alto estamento ¿cuál es el
sustento o, mejor expresado, ¿qué pretenden los opositores de la Asamblea
Nacional? Circuló también que una razón era la crítica a la gestión de Maduro.
Es decir: una postura que puede ser válida desde lo político, pero nunca desde
lo institucional; pues la Constitución Bolivariana no lo permite. Y la astuta
Associated Press la omite, pues sabe que sería ridícula siquiera su
mención.
Retomando la perorata de la “prestigiosa” AP, quedó
pendiente el artículo 333-del que no menciona ni una coma-, blandido también
por este ignoto presidente llamado Juan Guaidó, ungido bajo la copa de un árbol
de una plaza. El texto dice:
Artículo 333. Esta Constitución no perderá su vigencia si
dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier
otro medio distinto al previsto en ella.
En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana
investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el
restablecimiento de su efectiva vigencia
El 3 de diciembre de 2015 se celebraron en la República
Bolivariana de Venezuela elecciones legislativas. El oficialismo sufrió una
dura derrota: obtuvo 55 escaños, frente a la opositora MUD que logró 109. Mas,
se suscitó un problema. Ya asumida la nueva composición parlamentaria, la
oposición sumó tres legisladores indígenas. El PSUV denunció irregularidades en
este accionar ante el TSJ, que se abocó a investigar. Dando la razón al
reclamo, declaró a la AN en desacato, situación que podía-y puede- revertirse
si anulaba la incorporación. Esta última hizo caso omiso y hasta el presente
continúa en esa postura ilegal, razón por la cual toda medida que tome o norma
que sancione carece de validez. Por tal motivo, el nombramiento de este
presidente interino es una irregularidad; hasta se diría un invento, dado que
la Constitución Venezolana no contempla tal figura.
Si la comunidad internacional no comprende por qué ocurre
esto en la nación caribeña, es porque la gran prensa al servicio de poderosas
élites oculta y distorsiona deliberadamente la veracidad de los hechos; sumado
a llamativas interpretaciones de la Carta Magna venezolana. Y en esto,
Associated Press lleva la delantera, pues continuando con su discurrir
panfletario, hace gala de esta forma:
“El abogado constitucionalista y profesor de la Universidad Católica de
Caracas, Juan Manuel Rafalli, dice que hoy Venezuela se encuentra ante una
situación atípica que no tiene una solución expresa y clara en la Constitución.
Sin embargo, explica que el punto de partida de la decisión de Guaidó --que
cuenta con el respaldo del poder legislativo-- es que el año pasado no existió
un proceso electoral que diera legitimidad a Maduro. Es decir, dado que esos
comicios fueron rechazados por opositores y organismos internacionales por sus
irregularidades, Rafalli explica que no puede hablarse de que hoy exista en
Venezuela un presidente electo.
Por ello, cuando Guaidó se declaró mandatario interino,
actuó basándose en una interpretación del legislativo de la Carta Magna”. ¿Cuál
sería la “situación atípica que no tiene solución expresa y clara en la
Constitución”? Periodistas serios o serias, sin arrogarse el papel de letrado o
letrada constitucionalista, con sólo reproducir los artículos que tanto se
mencionan y los hechos aquí relatados despejarían tan antojadiza y
¿balbuceante? respuesta. Porque cuando se sabe que no se tiene razón-este leguleyo
no la tiene-no hay nada mejor que los “más o menos”, los “ni mucho ni poco” o,
en buen argentino “ni tan tan, ni muy muy”. Y el asunto cierra perfecto.
Y la empresa de noticias habrá cumplido a la perfección, el
noble metier de desquiciar las atribuladas conexiones intersinápticas de
millones de lectores. Pero lo más escandaloso es negar los comicios del mes de
mayo de 2018; el adelantamiento de los mismos que la oposición le exigió a
Maduro; la presentación de cinco candidatos; la presencia de rigurosos
observadores y veedores de diversos países. ¿Acaso Associated Press y su
interlocutor fueron presas de un ataque de amnesia?
Es probable que este
análisis parezca extenso. Sin embargo, no lo es. Porque en los tiempos que
corren, el papel catastrófico y desvergonzado que están desempeñando los
grandes medios de comunicación-la palabra “grandes” es tan sólo por su poder
económico, jamás por veracidad ni calidad-se ha convertido en un verdadero
peligro para la paz y libertad de los pueblos. Y la sublime AP no es ajena a
ello. Por eso machaca con su entrevistado:
“La Constitución se interpreta de manera sistemática e
integral y no hay ninguna duda de que la situación que prevé la Constitución es
la más próxima a lo que está ocurriendo, es decir, la más próxima a que no haya
un presidente electo es que haya un presidente electo y no asuma un cargo”,
señala Rafalli y agrega que este escenario “abre la aplicación del artículo
(233) con una razón de mucho peso: hay un eje interpretativo de la
Constitución, que es favorecer la voluntad del pueblo y en este momento, el
presidente de la Asamblea Nacional es la cabeza del órgano representativo.
colegiado y electo popularmente por todo el país en 2015”. ¿Y el desacato,
señor Rafalli, que ni usted ni AP mencionan? Por otra parte ¿no sería
contrapuesta la expresión “no hay ninguna duda” con “es la más próxima”? ¿Qué
exactitud le cabe “a la más próxima”? Impertérrita, la prestigiosa fuente de
informaciones dice: “En aquellos comicios, el mismo Maduro reconoció la victoria
de legisladores de oposición en el Congreso, pero con el tiempo ha ido minando
su poder para ejercer mayor control en el país”. Nuevamente las preguntas ¿y el
desacato? ¿Y los comicios de 2018 aceptados por la oposición? Bien, gracias.
Se puede coincidir o no con el gobierno chavista de Nicolás
Maduro. Las críticas son parte de la dinámica de los procesos políticos que se
desarrollan en los diferentes países y Venezuela no constituye una excepción.
Pero es innegable que una prensa abyecta y rastrera ha apuntado sus cañones
contra la administración de la mencionada nación. Porque AP, sin mencionar
siquiera el por qué del llamado del mandatario a una Asamblea General
Constituyente la descalifica, hablando de un rechazo internacional, limitándose
a mencionar en alusión al mismo al genuflexo canadiense Justin Trudeau y al
execrable Donald Trump. Denuesta los comicios de 2018 que, sostiene,
escandalizaron al mundo; pero ese mundo siempre se circunscribe al rechazo del
xenófobo republicano. Y así, la letanía machacona continúa siniestramente
artera, plagada de falacias y calumnias. Ciertamente pueden refutarse. Pero la
suspicacia ya está instalada.
Ya finalizando, quien escribe considera importante resaltar,
que no es su intención hacer referencia a bondades y defectos del gobierno de
la República Bolivariana de Venezuela. El eje radica en cómo toma una agencia
informativa muy poderosa, en este caso Associated Press, los devenires de un
país que con falencias y aciertos, se ha plantado frente a naciones poderosas,
dispuesto a defender su soberanía y autodeterminación. Los diversos párrafos
que de la noticia de aquélla se han reproducido, no dejan duda para qué
intereses juega. Podría responderse que el periodismo objetivo no existe. Es
admisible. Pero la subjetividad no es sinónimo de mentira, falseamiento de
datos y ocultamiento de los mismos. Lo primero puede comprenderse; lo segundo
genera rechazo, indignación, repulsa. Porque involucra millones de vidas de
seres humanos, expuestos a graves peligros. Entre ellos, las guerras.
Sin embargo, si en estas disquisiciones se rechazan la
mentira, la calumnia, entonces debe prevalecer la coherencia. Y en tal sentido,
hay que destacar que a Associated Press también la involucran millones.
Millones de dólares. Para perpetuarse en lo que siempre fue, es y será: un
poderoso felpudo al servicio del imperio norteamericano.
rudyf2005@hotmail.com
Fuentes:
1)http://www.redpres.com/t19007-reportaje-las-mentiras-de-associated-press-ap-sobre-la-cuenta-twitter-de-nicolasmaduro#sthash.Sf7jbQqi.dpbs
2) https://www.apnews.com/3d421575fac946b5814a1146289f1e33
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