martes, 30 de octubre de 2018

Bolsonaro y el voto que vomita desde el hígado el fascismo sobre el Brasil


Por Rolando Prudencio Briancon:
Qué el fascismo esté creciendo; no sólo como una manifestación política, sino como una evidencia electoral -en la dimensión de que tal posibilidad se dé en el ejercicio de la libertad de elegir que expresen los electores- es preocupante; y no porque el fascismo después de la Segunda Guerra Mundial se pensó que era historia -aunque nunca se incurriese en la ingenuidad de que históricamente era un trauma superado-, sino que lo preocupante es que hoy existan gobiernos abiertamente declarados fascistas que ya han llegado al poder.

 Y los casos a los que me refiero son concretamente dos. En los EE.UU., el caso de la victoria de Donald Trump es uno de ellos, y lo es por todas las políticas que ha aplicado -o ha anunciado hacerlo- hasta el día de hoy, como son: La construcción del Muro contra los migrantes, las políticas antiinmigrantes, el retiro de los acuerdos climáticos, el retiro de la UNESCO, el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, o la abusiva y cobarde -una de las características de los fascistas- de enjaular a niños, como el caso de los migrantes; en fin todas las políticas que el gobierno de Trump, son netas de un neofascismo floreciente.

El caso de Jair Bolsonaro es también de racismo rampante por toda la intolerancia que ha reivindicado contra la gente de color, mujeres, los pobres de las favelas del Brasil -quienes fueron por los que Lula luchó- los migrantes, etc. Vale decir que Bolsonaro, al igual que Trump han tenido éxito en construir al enemigo que es lo que la ha dado el éxito que han obtenido. Y claro la construcción de ese enemigo, ha estado muy bien trabajado a partir del uso de las nuevas tecnologías de la (des)información, que han logrado a través de las Noticias Falsa (Fake News), que el electorado mayoritario vote por su verdugo.

Claro que nadie va falsear también la realidad también negando que han habido otras razones por las que electorado brasilero votó por Bolsonaro, y son aquellas que tiene que ver con el desgaste del P.T., por hechos de corrupción que lo han vinculado al propio Lula, generando lo que en los procesos electorales se traduce en el voto castigo contra el P.T.

Vale decir que los brasileros votaron con el hígado, con sus miedos, sus fobias; lo que ha estado además influenciado la incidencia impostora de la Noticias falsas sobre sus conciencias.
Así que el voto por Bolsonaro no es sino es el vómito del fascismo que cae sobre los brasileros que votaron por su verdugo.         

prudenprusiano@gmail.com

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