Por Norma Estela Ferreyra:
Antes que nada, es bueno aclarar que lo que aquí digo, no es
aplicable a todos los médicos, ya que siempre hay gente honesta dispuesta a
cumplir con el juramento hipocrático y
otros, que se dejan llevar, inocentemente, por investigadores corruptos,
que explotan a su favor las nuevas tecnologías y falsifican estadísticas, porque
todavía ignoran lo que hay detrás de todo el negocio de la medicina. Pero,
también hay quienes sabiéndolo, se involucran en él, para enriquecerse.
Y vamos a comenzar aplaudiendo a los médicos que alcanzaron
resultados excelentes con las enfermedades, que según una gran mayoría de
ellos, no tienen cura. Porque, resulta evidente, que no es la cura de las
enfermedades lo que persiguen los mercaderes de la medicina, sino pasear al
paciente por todas las máquinas de última generación, para cobrar muchísimo dinero a las mutuales o
a los particulares, para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades
crónicas. Tanto sea, por el pago de los laboratorios por las recetas donde
prescriben sus medicamentos, o por la
derivación que hacen a los aparatos de diagnóstico, muchas veces indicando
drogas e irradiaciones innecesarias con
efectos secundarios peligrosos. En este sentido, la medicina ha
caído muy bajo.
Y por si esto fuera poco, están las falsas estadísticas que
se publican para promocionar ciertos tratamientos poco recomendables, como
medicamentos o procedimientos médicos de mucho valor económico. El tema es no
perderse nada, salvo que el paciente, puede perder la vida en esos
experimentos, donde todo es posible y cualquier cosa viene bien siempre que sea
muy rentable.
Para la ciencia médica, el cáncer se cura con quimioterapia,
que deja al organismo sin defensas, para que proliferen las células cancerosas
en desmedro de las sanas. Pero lo más curioso es que si algún médico, investiga
y descubre la cura de alguna enfermedad crónica, es perseguido, ya sea, sutilmente o
no tanto, hasta quitarle el título y a veces, meterlo en la cárcel, por
experimentar fuera del protocolo.
Veamos algunos ejemplos: La historia comienza a principios
de los 70, cuando el Dr. Burzynski descubrió que las personas que padecían
cáncer carecían de un determinado péptido, mientras que las que no estaban
enfermas de cáncer tenían una fuente abundante del mismo.
Finalmente, este descubrimiento le llevó a crear un
tratamiento médico conocido como antineoplastones. El medicamento contiene una
mezcla de péptidos y derivados de aminoácidos. Se sabe que estos actúan como
interruptores moleculares, pero a medida que la investigación del genoma se
desarrollaba y el conocimiento científico progresaba, el Dr. Burzynski
descubrió que también funcionaban como interruptores genéticos, y es por eso
que, los antineoplastones funcionan tan efectivamente.
En realidad, son capaces de activar el cáncer al suprimir
los genes, mientras que al mismo tiempo desactivaban los oncogenes (genes cancerígenos).
"Nuestros cuerpos contienen dos categorías de genes que
permiten que el cáncer se desarrolle, los cuales son, los oncogenes y los genes
supresores de tumores. Cuando una persona padece cáncer, tiene activado un
nivel más alto de oncogenes, y tiene desactivado un nivel más alto de genes
supresores de tumores.
El objetivo es indicarle al cuerpo que intercambie de nuevo
a los genes supresores de tumores y desactive tantos oncogenes como sea
posible".
Si bien, ahora existen otros medicamentos anticancerígenos
que se focalizan en genes, sólo son capaces de apuntar a un pequeño número de
genes específicos del cáncer. Por otro lado, los antineoplastones, se enfocan
en un amplio espectro de los genes del cáncer—cerca de 100 de ellos a la vez. De una manera muy simplista, los
antineoplastones son para el cáncer lo que un antibiótico de amplio espectro es
para las enfermedades infecciosas. Y los beneficios de los antineoplastones se
vuelven realmente obvios:
Solo Radioterapia o Quimioterapia Solo Antineoplastones
5 de 54 pacientes (9 %) 5
de 20 (25 %)
Estaban libres de cáncer al final del tratamiento Estaban libres de cáncer al final
del tratamiento
Efectos secundarios tóxicos Sin
efectos secundarios tóxicos
Fuente: https://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2017/08/16/documental-burzynski.aspx
Burzynski : https://youtu.be/X2C9cF09qvQ
Caso del Dr Tulio Simoncini: él dijo: “La Candida siempre se
encuentra en los pacientes de las guardias de oncología. El problema es cómo se
piensa sobre la presencia del hongo. La idea errónea de la oncología oficial es
que el cáncer viene antes y luego la Candida ataca y debilita a los organismos.
Pero esto es solo una hipótesis, una hipótesis incorrecta. Mi opinión es que la
Candida viene antes, produce el cáncer, y luego invade al organismo produciendo
su muerte. El hecho es que Candida siempre se encuentra en el tejido del
paciente con cáncer. Cualquier otra idea solo puede ser una invención.” Ver.:
https://www.youtube.com/watch?v=p4XWXZ66Aaw
El oncólogo italiano Tullio Simoncini sostiene que el cáncer
es una enfermedad infecciosa provocada por hongos -concretamente por cándidas-
y se cura aplicando de la forma adecuada simple bicarbonato sódico diluido en
agua destilada porque basta alcalinizar la zona del tumor para contrarrestar el
entorno ácido en el que se desenvuelve y detener así su crecimiento. Dilución
que puede ingerirse pero también aplicarse por vía intravenosa y, en los casos
más complicados, cuando se quiere llegar rápidamente cerca del tumor,
utilizando los mismos métodos clínicos que se usan habitualmente para la
exploración de cavidades y órganos. Para él los tumores no son en realidad sino
mecanismos de defensa creados por el organismo para defenderse de la infección
por esos hongos en un intento de encapsularlos y luego destruirlos. Lo que
según él demuestra el hecho de que sea imposible observar en vivo un tumor
--sea en la pleura, en los ganglios, en el colon, en el útero o en el hígado-
sin encontrar siempre colonias de cándidas. En suma, para Simoncini la mejor
manera de afrontar un cáncer es poner bicarbonato sódico en contacto con los
tumores. Tan estrechamente como sea posible. Mediante la administración oral
para el aparato digestivo, enemas para el recto, duchas vaginales para la
vagina y el útero, una inyección intravenosa para el pulmón y el cerebro o la
inhalación para las vías respiratorias superiores. Los senos, los ganglios
linfáticos y los nódulos subcutáneos deben ser tratados con perfusión local.
En cuanto a los órganos internos pueden ser tratados con
bicarbonato sódico usando catéteres adecuados situados en las arterias (del
hígado, páncreas, próstata y extremidades) o en las cavidades (de la pleura o
el peritoneo). Obviamente conociendo las dosis adecuadas y observando las
reacciones porque cada paciente es diferente y debe tenerse en cuenta que la
regresión de las colonias del tumor se produce entre el tercer y cuarto día y
el colapso entre el cuarto y quinto por lo que seis días de administración
suele ser suficiente. Simoncini explica que por lo general un ciclo completo y
eficaz se compone de seis días de tratamiento y seis días libres, repetido
cuatro veces. ¿Y por qué si lo que afirma es tan fácilmente constatable no se
ha comprobado siquiera por los oncólogos? Según el propio Simoncini por una
razón muy simple: los tratamientos del cáncer con bicarbonato sódico son muy
económicos. Según cuenta un tumor de vejiga se puede tratar por 100 euros y un
cáncer de piel --melanomas incluidos- por 20. Y con un 95% de éxito. La
ponencia que ofreció, tan arrolladora como impactante, se dictó durante el III
Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en
Cáncer que se celebró en su día en Madrid (España) bajo el patrocinio de la
WORLD ASSOCIATION FOR CANCER RESEARCH (WACR) y la revista española Discovery
DSALUD.
Otra cura: Remedio
Cubano: https://www.youtube.com/watch?v=i_wqSQzbfbY ( VER)
Dr Colombiano Alejandro Segebre:
https://www.youtube.com/watch?v=vuC9FaWU5eE ( VER)
normaef10@hotmail.com
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