Por Diego Olivera Evia:
Una nueva oleada derechista en América Latina, se cierne
sobre la revolución bolivariana, la búsqueda de
una salida al gobierno del presidente Nicolás Maduro, al cual han
caracterizado de dictadura, o como dice la desvencijada y atomizada ex Mesa de
la Unidad Democrática (MUD), el régimen, son parte de una guerra mediática, de
EEUU, Unión Europea y el denominado “grupo de Lima”.
Este último grupo son una suerte de corruptos y viscerales
miembros de la Burguesía, con antecedentes de muerte y violencia, como se ha
generado en la Argentina de Macri, como las masacres de Temer, la inmoralidad
de Perú, al liberar al criminal Fujimori, sin olvidarnos de los crímenes de
Uribe y Santos, con fosas de miles de asesinados y una guerra no anunciada
contra la desmovilizada FARC, asesinando a sus dirigentes, de la misma manera
el crimen organizado de la droga, es orgullo de Santos al afirmar “el mayor
exportador de droga”, de la misma manera Pérez Nieto con un México atestado de
muerte, desaparecidos y crímenes de los Narcos, no se puede tapar el sol con un
dedo, ni la muerte en los estados forajidos.
La pregunta es que hace el Secretario ‘General de
Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de desconocer los
crímenes de estas naciones forajidas, que inundan a EEUU y Europa de drogas,
como miles de asesinatos, una ceguera o un plan concebido por EEUU, concebir
que Venezuela es el único estado en desacato, al sistema de sanciones del
Congreso y el Banco del Tesoro yankee, con una concepción de dominio global, no
solo contra Maduro, sino China, Rusia, Corea del Norte, Siria con crímenes de guerra,
Irán, un concepción global de un estado gendarme, en su visión unipolar para
llevar la guerra a la sociedad y el mundo.
Nos parece importante exponer parte:
Un artículo The New York Times ¿Estados Unidos debe atacar a
Venezuela?, Por David Smild, sobre la realidad de una acción intervencionista a
esta nación sudamericana.
“Este tipo de llamado a la intervención militar extranjera
recibió un gran impulso cuando el presidente Donald Trump declaró en agosto que
Estados Unidos tenía una “alternativa militar” en Venezuela. Señalando que un
ataque militar en contra de Venezuela sería un disparate. Los países de la
región y Estados Unidos aún tienen influencia significativa en el país; es lo
que deberían usar. Deberían presionar a Maduro a través de una implementación
más exhaustiva del régimen de sanciones actual y buscar una solución
diplomática que derive en elecciones legítimas.”
Aseverando David que “La Venezuela de 2018 no es el Panamá
de 1989 e invadirla no sería un ataque quirúrgico. El Panamá de Noriega solo
tenía 15.000 tropas y Estados Unidos tenía bases militares alrededor de la
capital. Además, en Panamá, un país con menos de tres millones de habitantes en
ese momento, un presidente electo legítimamente esperaba asumir el poder.”
Ampliado que “Venezuela tiene 115.000 tropas, tanques y
aviones de combate. Es un país de 30 millones de habitantes, de los cuales un
20 por ciento aún apoya al gobierno de Maduro. Estos partidarios tienen una
ideología —el socialismo antiimperialista— que sirve para coordinar sus
esfuerzos y ayuda a explicar la resiliencia de Maduro. Así mismo, los líderes
venezolanos se han preparado para una guerra “asimétrica” desde hace más de una
década. Y no hay posibilidad de que los países de la región participen en un
esfuerzo para derrocar a Maduro, Brasil ya lo dejó claro.”
“Segundo, las “sanciones a la deuda”, impuestas por el
gobierno de Trump y que prohíben que los ciudadanos o las instituciones
estadounidenses compren o emitan deuda de Venezuela, han limitado la capacidad
del gobierno de Maduro para recaudar nuevos fondos. Estos factores son los que
han llevado al gobierno de Maduro a la mesa de negociaciones en la República
Dominicana, donde el gobierno y la oposición se reunirán de nuevo esta semana
luego de varias reuniones previas. El gobierno quiere que la oposición facilite
el levantamiento de las sanciones y promueva el reconocimiento internacional
del gobierno. Esto le da a la oposición una importante carta de negociación.”
“Estados Unidos y sus aliados deben evitar la tentación de
ampliar el espectro de las sanciones. Ensanchar las sanciones económicas para
incluir, por ejemplo, un embargo petrolero haría más daño a la población, que
apenas se sostiene. Y esa ampliación de sanciones enfocadas, que buscan causar
una división entre los sancionados y los no sancionados, anularía el efecto: si
casi todos están sancionados, más bien consolidará la unidad del gobierno de
Maduro.”
“Los países que emiten las sanciones también deben tener una
campaña de comunicación más efectiva. Estados Unidos debería dejar en claro que
el gobierno de Maduro podría emitir nuevos instrumentos de deuda si es que
reconoce plenamente a la democráticamente elegida Asamblea Nacional venezolana,
y permite que cumpla con sus funciones constitucionales. Los funcionarios
venezolanos deben saber exactamente cómo y cuándo dejarían de estar
sancionados.
“Y quizá más importante aún, Estados Unidos, la Unión
Europea y el Grupo de Lima una asociación de doce países de América, liderada
por Perú y Canadá, consternada por el deslizamiento de Venezuela hacia la
dictadura deben dejar claro que no reconocerían los resultados de una elección
presidencial en 2018 sin que haya un nuevo Consejo Nacional Electoral (el
organismo que supervisa las elecciones venezolanas) y sin la presencia de
observadores internacionales independientes.”
“Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima tienen
un papel muy importante que jugar al enfrentar la crisis venezolana. Pero eso
no quiere decir que deben buscar soluciones militares milagrosas. La política
estratégica y una cuidada diplomacia representan los únicos medios
constructivos para cambiar a la atroz situación de Venezuela.”
Lo señalado por el cronista Smild son parte del plan Trump
Hemos mostrado alguna de las variantes, de cómo se maneja se
maneja la estrategia intervencionista, la campaña del bipolar Donald Trump es
querer aislar y ahogar con sanciones, la economía venezolana, creando una
guerra asimétrica basada en el bloqueo de alimentos, medicinas, apoyados por
una guerra del dólar Today, que manipula el precio del dólar, acogotando o
destruyendo el poder adquisitivo de los sectores populares, quienes han perdido
la capacidad de comprar la canasta básica, y los aumentos salariales no pueden
enfrentar los costos de una híper inflación, creada en los laboratorios de la
derecha venezolana.
La necesidad de crear un desarrollo de la agricultura y la
ganadería, han sido sustituidos por la importación, ahora controlada por los
bancos y sanciones internacionales de EEUU y Europa, más la baja del precio del
dólar en la venta petrolera, han creado una crisis en los abastecimientos y la
crisis impulsada por el dólar paralelo,
los altos precios del petróleo en el período del presidente Hugo Chavez, con
una barril de 110 dólares permitió un avance en Venezuela, que se amplió al
apoyo del Caricom y varias naciones latinoamericanas, que apoyaban un modelo
progresista, creando una bonanza y el surgimiento de Unasur y la CELAC, como
mecanismo de unidad y debate regional.
Pero la realidad de un nueva etapa, el fallecimiento del
presidente Chávez, asesinado con virus de cáncer terminal, abrió la puerta a
una nueva era, a la presidencia de Maduro, como a una guerra sistemática de la
MUD, con terrorismo, guarimbas “grupos que controlan la venta de alimentos”,
una campaña sucia de la Asamblea Nacional (AN), creando una crisis de poderes
autónomos y campaña internacional sucia, han creado una crisis de altos efectos
de alimentos y medicinas.
Estos hechos señalados de manera sucinta, son parte de una
realidad, solo elevando los niveles de producción de alimentos y medicinas,
limpiando los graves hechos en PDVSA, empresa petrolera, de corrupción
millonarias, de detenidos por la Fiscalía, han marcado la peor crisis, en la principal fuente de ingresos de esta nación, lo que implica la necesidad de
cambios urgentes, en la administración pública abarrotada de opositores, de
altos niveles de corrupción y burocratismo. Y como dice una frase popular solo
el pueblo salva el pueblo, solo controlado y formando a los sectores populares,
a invertir en la agricultura y la industria médica, como limpiando a PDVSA, se podrá elevar la calidad
de vida y la alimentación del pueblo.
diegojolivera@gmail.com
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