Por Jorge Aniceto Molinari:
Después de la Guerra de Corea
Cuando veo o escucho noticias sobre Corea del Norte me queda
como un sabor amargo, porque se informa condenando lo que allí sucede y sin
ninguna explicación de porqué sucede, quedando la conclusión entonces de que la
culpa es de los comunistas y de que comunistas.
Entonces nada mejor que recurrir a una opinión acreditada y
luego si nuestro comentario:
“De los países socialistas que visitamos personalmente,
Corea es uno de los más extraordinarios. Quizás es el que nos impresionara más
de todos ellos. Tiene solamente diez millones de habitantes y tiene el tamaño
de Cuba, poquito menos, unos ciento diez mil kilómetros cuadrados. La misma
extensión territorial que la parte sur de Corea, pero la mitad de habitantes,
fue asolado por una guerra tan fantásticamente destructiva que de sus ciudades
no quedó nada, y cuando uno dice nada, es nada. Es como los pequeños poblados
de guano que Merob Sosa y Sánchez Mosquera y esa gente quemaba aquí, y de los
cuales no quedaban nada más que cenizas. Así quedó, por ejemplo, Pyonyang, que
es una ciudad de un millón de habitantes. Hoy no se ve un solo resto de toda
aquella destrucción, todo es nuevo. El único recuerdo que queda es, en todos
los caminos, en todas las carreteras, y en todas las vías férreas, los huecos
de las bombas que caían unas al lado de otras.
Ellos me mostraron muchas de las fábricas, todas ellas
reconstruidas y otras hechas nuevas, y cada fábrica de esas había soportado
entre 30 y 50 mil bombas. Si nosotros nos hacemos una idea de lo que eran 10 ó
12 bombas tiradas alrededor nuestro en la Sierra, que significaba un bombardeo
terrible, y había que tener su dosis de valor para aguantar esas bombas, ¡lo
que significaban 30 mil bombas tiradas en un espacio de tierra, a veces menor
que una caballería!
Corea del Norte salió de la guerra sin una industria en pie,
sin una casa en pie, hasta sin animales. En una época en que la superioridad
aérea de los norteamericanos era tan grande, y ya no tenía qué cosa destruir,
los aviadores se divertían matando bueyes, matando lo que encontraban. Era,
pues, una verdadera orgía de muerte lo que se cernió sobre Corea del Norte
durante dos años solamente. En el tercer año aparecieron los Mig-15 y ya la
cosa cambió. Pero esos dos años de guerra significaron, quizás, la destrucción
sistemática más bárbara que se ha hecho.
Todo lo que se pueda contar de Corea parece mentira. Por
ejemplo, en las fotografías se ven gentes con el odio, ese odio de los pueblos
cuando llega a la parte más profunda del ser, que se ve en las fotos de cuevas
donde se meten 200, 300 y 400 niños, de una edad de 3 ó 4 años, se asesinan
allí con fuego y otras veces con gas. Los descuartizamientos de las gentes,
matar a mujeres embarazadas a bayonetazos para hacerle salir el hijo de las
entrañas, quemar heridos con lanzallamas… Las cosas más inhumanas que pueda
imaginar la mente fueron realizadas por el ejército norteamericano de
ocupación. Y llegó casi hasta el confín de Corea con China, y ocupó, en un
momento dado, casi todo el país. Sumado a eso que en la retirada lo destruían
todo, podemos decir que Corea del Norte es un país que se hizo de muertes.
Naturalmente, recibió la ayuda de los países socialistas, sobre todo la ayuda
de la Unión Soviética, en una forma generosa y amplísima.
Pero lo que más impresiona es el espíritu de ese pueblo. Es
un pueblo que salió de todo esto tras una dominación japonesa de treinta años,
de una lucha violenta contra la dominación japonesa, sin tener siquiera un
alfabeto. Es decir, que era de los pueblos más atrasados del mundo en ese
sentido. Hoy tiene una literatura y una cultura nacionales, y un orden nacional
y un desarrollo ilimitado, prácticamente, de la cultura. Tienen enseñanza
secundaria, que allá es hasta el noveno grado, obligatoria para todo el mundo.
Tiene en toda la industria el problema que ojalá nosotros
tuviéramos hoy -que tendremos dentro de 2 o 3 años-, que es el problema de la
falta de mano de obra. Corea está mecanizando aceleradamente toda la
agricultura para lograr mano de obra y poder realizar sus planes, y también
está preparándose para llevar a los hermanos de Corea del Sur el producto de
fábricas de tejidos y otras, para ayudarlos a sobrellevar el peso de la
dominación colonial norteamericana.
Es, realmente, el ejemplo de un país que gracias a un
sistema y a dirigentes extraordinarios, como es el mariscal Kim II Sung, ha
podido salir de las desgracias más grandes para ser hoy un país
industrializado. Corea del Norte podría ser para cualquiera aquí en Cuba, el símbolo
de uno de los tantos países atrasados del Asia. Sin embargo, nosotros le
vendemos un azúcar semielaborado como es el azúcar crudo, y otros productos aún
sin elaborar, como es el henequén, y ellos nos venden tornos fresadores, toda
clase de maquinaria, maquinaria de minas, es decir, productos que necesitan una
alta capacidad técnica para producirlos. Por eso es uno de los países que nos
entusiasma más“.
Nuestro comentario:
Corea del Norte es el resultado de una de las tantas
derrotas puntuales del Imperialismo Yanqui, cuando aún lo era, hoy ya no es más
que el principal Estado gendarme al servicio del accionar de los complejos
empresariales multinacionales y no por eso menos peligroso para la paz mundial.
Ese accionar destructivo, canallesco aplicado en la guerra,
originó como reacción la acción heroica de un pueblo, y la construcción que
observaba El Che.
Que la reacción ha llevado a la construcción de un Estado al
estilo stalinista, también está de alguna manera explicado en la nota que
comentamos.
Era lo que el capitalismo provocaba y a la vez estimulaba
cuando aún se sentía seguro en el desarrollo de sus propias fuerzas
territoriales.
Se sentía a gusto en el desarrollo de la llamada “guerra
fría”.
Pero así como en los siglos 18 y 19 necesitó construir un
nuevo centro desplazándolo del Reino Unido (el principal) a EE.UU., el
inexorable agostamiento de la tasa general de ganancia lo lleva a crear un
nuevo centro, lo que actualmente comienza a generarse en China, en la China
gobernada por un Partido Comunista (por aquello de las paradojas, que lo son en
tanto no tienen una explicación).-
¿Ahora por qué Corea del Norte parecería ser la única que no
se asocia a esta perspectiva, hoy comandada por China?
Para nosotros la explicación que los medios informativos que
están al servicio de las multinacionales expresan, de que es la responsabilidad
de su gobierno, es una verdad a medias.
La existencia de este conflicto y su permanencia es una
necesidad de la industria de guerra, una vorágine hacia el vacio que debe
preocupar a todos.
Lo que más preocupa es la falta de este tipo de análisis,
que como excepción intentó insinuar Mujica (*) en la ONU en setiembre del
2013.- ¿Es que todos estamos embarcados en una nave sin piloto y sin control
remoto?: que es la distancia entre la consciencia y la inconsciencia.
(*) He insistido en
que más allá de los errores y horrores que han acompañado su gestión, lo que
dijo en la ONU es el camino correcto, también en algún momento daremos una
opinión más, de porqué las cosas son así, donde hay una generalidad de
opiniones sobre este hecho, unánimes en ignorarlo.-
sipagola@adinet.com.uy
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