La venida de los funcionarios de la embajada yanqui a
Venezuela y otras consideraciones de la coyuntura actual.
Comienzo mis apreciaciones del día de hoy, en la misma línea
con la que realice mi más reciente artículo, en donde partiendo de
consideraciones jurídicas, me permití hacer una aproximación sobre las
implicaciones políticas que hubiese tenido la no comparecencia de los
gobernadores electos y de la gobernadora electa de la oposición el pasado 15-O.
Coincidencialmente, el día que escribí y salió publicado dicho artículo. Los
gobernadores de Anzoátegui, Mérida y Nueva Esparta y la gobernadora electa del
estado Táchira, se presentaron ante la Asamblea Nacional Constituyente y se
subordinaron a este cuerpo supra constitucional.
Asimismo, los gobernadores de Anzoátegui, Mérida y Nueva
Esparta sostuvieron una reunión cordial con el Jefe del Estado, Nicolás Maduro,
en el Palacio de Miraflores, donde se establecieron las coordinaciones y líneas
de trabajo, en un clima de diálogo y respeto.
Pero, me quiero detener un poco en el hecho de que el
gobernador electo del estado Zulia, Juan Pablo Guanipa, no se haya presentado
ante la Asamblea Nacional Constituyente. Pero, sobre todo, tratando de ver
mucho más allá de lo que los medios de comunicación, tanto de derecha como de
izquierda no señalan.
Evidentemente hay que sopesar los efectos a nivel
internacional de la subordinación de los mandatarios electos y mandataria
electa por AD y el acto contumaz y renuente del mandatario de Primero Justicia,
cuya organización abandera la estrategia insurreccional violenta puesta en
práctica de abril a julio del presente año. La situación deja en evidencia la
posición antidemocrática y fascista de Primero Justicia (y a la cual se está
sumando Voluntad Popular, bueno es señalarlo) y el propósito político de su
campaña internacional para denunciar al Consejo Nacional Electoral como
“responsable del fraude sistémico” que alegan como causa, y de ahí la conducta
de Guanipa de acudir o no a la Asamblea Nacional Constituyente.
En ese sentido, puedo advertir con responsabilidad la
ocurrencia de un primer escenario con respecto a la posibilidad de que el
gobernador electo del Zulia, finalmente acuda al acto de subordinación de la
Asamblea Nacional Constituyente, previa a su juramentación al Consejo
Legislativo de la entidad federal, producto de las presiones de grupos
económicos regionales que realizan en contra del nuevo mandatario para que
acuda a la ANC y pueda asumir, finalmente el cargo para el cual fue electo.
Pero también debo advertir sobre un segundo escenario
posible, y el cual creo que sea el más factible que ocurra, de que finalmente
Juan Pablo Guanipa no acuda al acto de subordinación de la Asamblea Nacional
Constituyente, por lo que este desacato sería declarado por el mencionado
cuerpo colegiado y a la par de ello, su inhabilitación, configurando uno de los
supuestos previstos en nuestro ordenamiento jurídico de falta absoluta, y
procediéndose a la convocatoria a nuevas elecciones para elegir nuevo
gobernador o nueva gobernadora en el Zulia, que de acuerdo a la Constitución
estadal, debería ser dentro de treinta (30) días. De acuerdo a la evaluación
realizada, uno de los beneficiados por esta eventual acción sería la
organización opositora Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales, el cual pudiera
impulsar la candidatura de su esposa y actual alcaldesa del municipio
Maracaibo, Eveling Trejo, para la primera magistratura de dicha entidad
federal.
De buena fuente, algunos camaradas y compatriotas amigos que
se encuentran en el Zulia me plantearon que, de repetirse las elecciones en el
estado Zulia y si el GPP/PSUV quiere tener opciones reales de triunfo en dicha
entidad, debería considerar la postulación del actual alcalde del municipio San
Francisco, Omar Prieto, para convertir a dicho estado en la gobernación número
19 obtenida por las fuerzas patrióticas y revolucionarias.
Pero, también debemos estar preparados para un eventual
escenario, donde Juan Pablo Guanipa, quien se nota se mueve muy bien en los
conciliábulos y trapisondas del poder, y obedeciendo a la estrategia de su
partido, decida acudir a la OEA, Unión Europea, SIP o cualquier otro de estos
organismos, tratar de juramentarse como “gobernador en el exilio”; o que el
Tribunal Supremo designado por la Asamblea Nacional en desacato lo juramente, a
los fines de abrir un nuevo frente de agresión y desestabilización en contra
del país. No podemos perder de vista este detalle, pese a las disputas y
tremendas contradicciones en las que actualmente se encuentra la oposición
venezolana.
Es en ese sentido, donde el excelente analista internacional
Walter Martínez, en su programa “Dossier” de hace un par de días, mostró ante
las cámaras de televisión el portal web del medio de extrema derecha la Voz de
América (VOA), la cual contenía una nota informativa señalando que el
presidente estadounidense Donald Trump enviaría funcionarios “diplomáticos” a
la embajada norteamericana en Venezuela.
Esa nota, lejos de alegrarnos y de que se debería mostrar
una complacencia porque esto “contribuiría” a mejorar las relaciones entre EEUU
y Venezuela, es un acontecimiento totalmente alejado de esa realidad. Más bien
esto pudiera constituir en una acción de infiltración para proceder a obtener
información sobre la realidad de Venezuela.
Y esto porque el gobierno estadounidense no ha terminado de
entender el por qué si en nuestro país nos han aplicado todas las recetas del
manual para el perfecto Golpe de Estado, perfeccionadas éstas con los
postulados de Gene Sharpp y su “lucha no violenta”. Si por qué en Ucrania y en
las Revoluciones de colores en algunos países de la Europa del este funcionaron
estos planes, ellos se preguntan por qué aún Maduro con toda la situación que
actualmente vive Venezuela no ha caído, incluso ha obtenido mayores victorias
en el terreno electoral.
Y aún más, se preguntan los estadounidenses, por qué a una
oposición que se le ha financiado con tanto dinero para acabar con la
Revolución Bolivariana no ha logrado con su cometido en casi 19 años de
Revolución y Gobierno Bolivariano. ¿Qué
hicieron con los reales que los gringos le han dado a esta oposición? ¿Habrán
rendido las correspondientes cuentas?
Pero esta fase es más peligrosa, puesto que hay que
prepararse para la infiltración de marchas y hasta de posibles acciones mucho
más directas del imperio en contra de nuestro país, a través de unidades de
fuerzas especiales, con ataques y acciones quirúrgicas y selectivas a las
cuales debemos estar preparados. Los eventos de Maracay, el sabotaje eléctrico
en el estado Zulia y la quema de una unidad de transporte en el estado Mérida
así lo confirman.
No puedo culminar estas líneas, sin antes recomendar un
extraordinario artículo escrito por el compatriota José Gregorio Linares el
cual vi publicado el día martes 26 de octubre en el diario Ciudad Caracas,
titulado “Los motines por subsistencia”, que también resumen la actual
situación económica que afecta a la mayoría de venezolanos y venezolanas en su
cotidianidad.
Muy importante la reminiscencia histórica que nos hace
Linares en el referido artículo, con respecto a la actual situación de Guerra
Económica en el país, donde destaca los motines que hubo en Europa en el siglo
XVI y XIX por las dificultades en el acceso a los alimentos, a propósito del
acaparamiento de la harina y la subida del pan. También en el caso de la Guerra
de Independencia en nuestro país, cuando los panaderos canarios en apoyo al
jefe realista, Domingo Monteverde, acapararon el trigo, ocultaron la harina y
encarecieron el pan para impedir la consolidación de la República. Actualmente
en Venezuela está ocurriendo algo similar con las grandes transnacionales. El
propósito de los sicarios económicos no es simplemente el lucro. Se proponen
destruir la autoestima de nuestro pueblo, que se percibe incapaz de adquirir
los alimentos que necesita, crear conflictos domésticos y zozobra familiar,
desarticular el tejido social al dificultar que los venezolanos se reúnan para
compartir, erradicando la cultura de comunión de nuestro pueblo y suplantarla
por el individualismo exacerbado. La finalidad es que no seamos felices en lo
cotidiano borrando de raíz la idea de que el socialismo es bienestar.
En una situación como esta, la teoría indica que no ha
habido pueblo que haya reaccionado violentamente cuando ha sido amenazado su
derecho a alimentarse (Caracazo). Tampoco que gobierno alguno haya salido ileso
cuando la mayoría de la población reclama su derecho a comer. En ambos casos,
las lealtades se tambalean, las bases de apoyo se debilitan, la credibilidad
naufraga y los enemigos se fortalecen. Esto, porque en el imaginario popular,
el Gobierno siempre es responsable por lo que padece el pueblo, bien sea por
incompetencia, complicidad u omisión. Por consiguiente, ante la carestía, el
ciudadano común espera que el Gobierno ataque con firmeza a los responsables.
Aguarda que dé la señal, para respaldarlo si actúa con decisión; o para
sublevarse si vacila o procede con tibieza.
Ahí se las dejo.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos
legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!
,j_martorano@hotmail.com
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