Por Ernesto Wong Maestre
El Complejo Militar-Financiero-Comunicacional (CMFC) del
imperio, según lo he denominado en mis artículos de los últimos tres años,
sigue actuando con más intensidad contra la Revolución Venezolana (bolivariana
y chavista por naturaleza) con una estrategia tridimensional, aplicada también
contra pueblos de países como Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, El Salvador,
Honduras, Paraguay, Ucrania, Colombia, Libia, Siria, Argentina, Brasil, Perú,
México, entre otros. Las consecuencias son variadas debido, principalmente, al
plan que aplica el CMFC, según el carácter del gobierno en el poder y al tipo
de sistema político-social imperante para profundizar su hegemonía o al menos
su dominio.
Es de destacar que donde hay procesos revolucionarios en
desarrollo, las capacidades del CMFC se ven limitadas para alcanzar sus
objetivos y fines imperiales, como es el “cambio de régimen”, que viola el
derecho internacional público, con su sola formulación discursiva por parte de
sus voceros, pues esta potente multiestructura trata de reducir los márgenes de
independencia, los niveles de autodeterminación y los estándares de libertad y
soberanía de las naciones sobre las cuales pretende imponer su modelo neocolonial.
Para dominar o tratar de controlar a cada uno de esos
gobiernos, el CMFC o también llamado “Estado Profundo”, prepara un plan de
objetivos y estrategias, con su conjunto de operaciones tácticas operativas
entrelazadas en tres dimensiones, como se verá más adelante, que les permita
alcanzar el fin planeado. En esas operaciones desempeñan un papel clave las
matrices mediáticas con las cuales el CMFC logra varios objetivos de naturaleza
psíquica, es decir, determinadas propiedades psicológicas en el comportamientos
de las personas, o para ser más exacto, determinadas formas de expresión de la
personalidad de cada quien. Esas matrices mediáticas –como están en función,
tanto de las operaciones de poder en cada fase del plan (condicionante, preparatoria
y ejecutora), como de las operaciones de apaciguamiento o de repliegue una vez
alcanzados los objetivos- podrían agruparse para su estudio en dos campos o
dimensiones del poder.
I) Matrices informativas, actos de habla y objetivos
En el caso particular de Venezuela, las matrices mediáticas
podrían agruparse en dos dimensiones interconectadas por diversas relaciones y
vínculos. Unas dirigidas a disminuir, obstaculizar o neutralizar el potencial y
el poder del Estado venezolano en sus diferentes formas de existencia o de
expresión. Otras encaminadas a reforzar el sistema desestabilizador (potencial
o en funcionamiento) del CMFC, en el cual están comprendidos las: a)
estructuras de oposición creadas públicamente por la oligarquía parásita
criolla, b) las estructuras para las operaciones encubiertas y/o de “bandera
falsa” generadoras de los llamados “falsos positivos” y c) las estructuras
clandestinas de mercenarios y paramilitares colombianos y otros de diversas
nacionalidades, preparadas para que dada la orden del imperio salgan a ejecutar
acciones terroristas para tomar el poder o crear condiciones para una invasión
aérea o terrestre del Comando Sur de EEUU que dispone de más de treinta bases
militares en países latinoamericanos con gobiernos capitalistas, rendidos y
entregados al imperio, cediendo la soberanía y la independencia de sus
naciones. Estas matrices se fijan en la opinión pública a través de cadenas de
periódicos, páginas web, redes sociales, mensajes directos por celular o correo
electrónico, y por comentarios en espacios de opinión en blogs o páginas web.
Matrices y estrategias informativas dirigidas a reducir el
potencial de Venezuela: a) En Venezuela
hay una “crisis” (económica, “humanitaria” y política) que afecta “cada vez
más” a la región. Con esta matriz se busca justificar las medidas
anti-venezolanas de la OEA, se trata de legitimar y estimular las declaraciones
y acciones de las aseguradoras de riesgos e induce a los gobiernos lacayos a
romper o enfriar las relaciones diplomáticas con Venezuela, y crear más
condiciones para una intervención militar; b) El PSUV participa en la violencia
armada contra las manifestaciones opositoras. Esta matriz trata de deslegitimar
al partido de gobierno como actor político legítimo, dado que es el partido de
mayor intención de voto del país; c) La violencia desatada en Venezuela es
llevada a cabo por los “colectivos-bandas armadas” chavistas. Con esta falaz
aseveración se trata de crear confusión en torno a los culpables de las muertes
de manifestantes que se ejecutan mediante las “operaciones encubiertas”
contrarrevolucionarias, y por ello, a hacer perder base social al gobierno; d)
Hay autoridades corruptas o vinculadas al narcotráfico e instituciones que
serán sancionadas por EEUU. Al amenazar con ilegales sanciones o represalias,
en primer lugar a los órganos y miembros de los cuerpos de la policía y guardia
nacional bolivariana, a la FANB y al poder judicial, y en segundo lugar, a “los
responsabilizados individualmente” de la “represión criminal” con sanciones
“del pueblo venezolano y sus instituciones” y por la “comunidad internacional”,
se pretende eliminar todos los obstáculos a la implementación eficaz de las
acciones dirigidas a llegar al poder por la vía de facto ; e) Con vistas a
fortalecer más la percepción y el
sentido de los símbolos del hegemonismo imperial, sus medios de difusión
informativa omiten de los reportes, discursos, comentarios por redes sociales y
editoriales referencias a los conceptos bolivariano, bolivarianismo, chavismo,
socialismo y nombres como Chávez, Bolívar o Zamora, o cualquier otro símbolo
patriótico, ya que en la guerra hibrida, la batalla es también de símbolos; f)
Al vincular a los manifestantes “pacíficos” asesinados a acciones represivas
del SEBIN y CICPC (que han actuado apegados a la ley y con sumo cuidado ante
bandas armadas) se busca confundir a la opinión pública nacional y mundial y
también reforzar en el sector social, leal a la burguesía, los sentimientos de
odio hacia las instituciones públicas de seguridad, justificando con ello los
asesinatos y crímenes cometidos contra esos cuerpos; g) El “gobierno
dictatorial de Maduro” incumple el diálogo respaldado por el Vaticano. Ese
sofisma político está dirigido, tanto a fortalecer la imagen del “opresor” que merece
ser sacado del poder a la fuerza, como a disminuir el papel del Papa Francisco
en la solución pacífica que derrumbaría el plan de golpe de Estado que se tiene
previsto por el CMFC.
La realidad es que el Gobierno revolucionario ha actuado
desde hace más de diecisiete años con la más ejemplar democracia que se haya
conocido en Venezuela porque de lo contrario la mayoría de la población
apoyaría a los manifestantes de la oposición y el Presidente no hubiera
convocado a la Constituyente. Si no existiese la democracia participativa y
protagónica en Venezuela como modelo para muchos países del mundo, el CMFC no
se viera obligado a lanzar tantas mentiras en sus pronunciamientos para fijar
matrices de opinión en contra del proceso revolucionario venezolano enfocado al
socialismo y con fines de potenciar ilegalmente a sus lacayos criollos.
Matrices y estrategias informativas enfocadas a reforzar el
potencial del sistema desestabilizante (CMFC y aliados o lacayos): a) Al
presentar reiteradamente a la Asamblea Nacional que está controlada por la
mayoría opositora como una “víctima del Poder Ejecutivo y del Tribunal Superior
de Justicia” se pretende victimizar a ese poder en desacato y deslegitimar al
resto de los poderes, b) Con el permanente desequilibro informativo y
sobredimensionamiento de lo que hace la oposición “pacífica” y omisión de los
logros del Gobierno y de las movilizaciones del pueblo, se busca crear las
condiciones para anunciar –dado el caso y sus condiciones- el reconocimiento de
la beligerancia de otro gobierno paralelo, tipo CNT (consejo nacional de
transición), tal y como se hizo en Libia, Ucrania o Siria; c) Igualmente, con
la promoción y publicidad por todos los medios privados de las manifestaciones
“pacíficas” de la oposición, el CMFC busca continuar la labor desestabilizadora
y reforzar el poder legítimo de un futuro CNT a lo venezolano; d) Al presionar
al Gobierno a que haga elecciones “con prontitud”, el CMFC trata de
contrarrestar la fuerte defensiva del gobierno y reducir sus necesarios tiempos
de recuperación económica y saneamiento psicológico pre electoral; e) Con la
mentira reiterada de dar por amplia mayoría en el seno de la región al grupo de
solo once gobiernos latinoamericanos pronunciados en la OEA solamente para
convocar a un debate más no a sanciones contra Venezuela, se pretenden
construir argumentos para la escalada aislacionista pero que están carentes de
respaldo real dadas las efímeras ventajas políticas con que gozan los gobiernos
burgueses para sostenerse en el poder; f) Las apariencias sostenidas de apostar
por la no violencia de las manifestaciones “desarmadas” en las declaraciones de
los voceros imperiales se desvanecen ante la propia realidad y por las
denuncias eficaces de los movimientos sociales en el sistema de medios públicos
y por las redes sociales; g) El Gobierno “reprime criminalmente” a la actividad
“democrática pacífica” son dos matrices destinadas a causar confusión, a reducir los niveles de creencia en la justeza
del gobierno revolucionario y a tratar de elevar la credibilidad en la
oposición pero que no lo logra tampoco en razón de la evidente realidad, hecha
notar con efectividad por los medios públicos; h) El gobierno socava las
instituciones y las prácticas democráticas y se dan “violaciones flagrantes” de
los DDHH, son de las afirmaciones que
tratan de reforzar el consabido postulado de justificación de la necesidad del
“cambio de régimen”; i) Se insiste en remarcar la no “separación de poderes” en
Venezuela que es una de las condiciones necesarias en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela pero es también la condición suficiente en
el modelo de democracia representativa burguesa establecida en la Carta de la
OEA con lo cual se busca crear confusión, deslegitimar al Estado bolivariano y
fortalecer la posición de su peón de batalla, el secretario general de la
OEA.
II) Instrumentación de las matrices en procesos
transversales
Resulta necesario identificar el hilo lógico de esas
matrices mediáticas, unas informativas y otras desinformativas convertidas en
verdaderos y recurrentes sofismas. Las bases cognitivas e ideológicas de
quienes dirigen, diseñan e instrumentan las campañas mediáticas globales,
apoyados en poderosos laboratorios con la más alta tecnología y recursos
financieros deben ser comprendidas para poder enfrentarlas con mayor éxito.
En cada uno de los mencionados países, el CMFC actúa con
diversas combinaciones de las tres dimensiones
(militar-financiera-comunicacional), con diferentes niveles de profundidad y
con variadas herramientas. En cada una de esas dimensiones y sub-dimensiones
buscan avanzar, logrando objetivos intermedios antes de lograr el fin deseado.
En el caso de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador: el “cambio de
régimen”, como se apuntó antes. Hacia otros gobiernos el CMFC se planteó otros
objetivos debido a que sus regímenes políticos todavía les resultan compatibles
con la política neocolonialista de extraer sus riquezas de recursos, tanto
físicos como humanos, expresados en materias primas, productos exportables,
plusvalía, capitales, robo de talentos, asesorías, franquicias globales, con lo
cual van deformando la familia nuclear hasta convertirla en familia
corporativa.
Para lograr el “cambio de régimen”, el CMFC desencadena
variados procesos transversales de impacto social con tres características interconectadas con
la totalidad de cada dimensión: violencia, subsistencia e información falsa o
insuficiente que inciden, a veces con mucho poder, en los dos grandes procesos
muy significativos de cualquier nación inmersa en procesos de desarrollo: la
educación y el trabajo. A través del control o la incidencia en estos procesos,
el CMFC logra condicionar desde la preparación de los profesionales con
creencias y valores de naturaleza utilitaria y ultra individualistas hasta trabajadores con comportamientos leales
a la clase que los explota o afines a la ambición, la avaricia y el egoísmo.
Estabilidad política y personalidad en la mira. Veamos muy
brevemente esos tres procesos transversales de impacto social pues para el
pensamiento pragmático o utilitario hegemónico en los altos círculos de poder
de EEUU, condicionado por la corriente ideológica ultraconservadora y las
teorías políticas, principalmente de Almond, Lipset, Eckstein, Huntington, Fukuyama
o Nye, y para lograr “el cambio de régimen” sin invasión militar –como si lo
hizo el imperio durante más de un siglo y estaría dispuesto a seguir
haciéndolo- y al menor costo posible y sin preocupación por los “daños
colaterales”, se debe comenzar afectar la estabilidad política del país
objetivo que significa afectar: a) la cultura política de la sociedad, b) los
procesos económicos y financieros, c) la legitimidad de las autoridades y de
las instituciones, d) la eficacia gerencial pública de la producción y los
servicios, e) las creencias en el modelo de autoridad, f) la movilidad social,
g) el proceso de institucionalización y h) los canales de participación social,
pues en torno a esas ocho dimensiones las acciones emprendidas por el CMFC
podrían desestabilizar a un sistema o régimen político. Las matrices mediáticas
con sus objetivos inmediatos, presentados en la primera parte, son evidencias
de las intenciones desestabilizadoras contra Venezuela.
Tales afectaciones pueden lograrse en unos sectores sociales
más que en otros debido a la dialéctica humana, es decir, al desarrollo de las
contradicciones propias del ser humano, a saber, entre lo natural y lo social,
entre lo inconsciente y lo consciente, y entre lo objetivo y lo subjetivo, que
están permanentemente incidiendo en algunas de las unidades estructurales que
configuran la personalidad humana (**), como es a) la intensidad motivacional
con su función de movilización, b) la expectativa con su rol de orientación, c)
el estado afectivo con su función sostenedora, d) el estado cognitivo con su
formación del conocimiento de la realidad, e) el metacognitivo que forma el
concepto de sí mismo y f) la instrumentación ejecutora con su función
implementadora expresada en determinadas operaciones, acciones y habilidades.
Por supuesto, entre las contradicciones y las unidades
estructurales hay una dialéctica sincrónica y diacrónica que en un verdadero
proceso revolucionario se va expresando intensamente en el conflicto
individualismo-colectivismo dado en los diversos campos de la política y la
economía, acrecentado desde y por los medios de comunicación privados donde,
desde el director, gerente, productor y guionista (con su individualismo
acrecentado sobre el colectivismo, crean realidades virtuales o hacen
predominar la pseudoconcreción) hasta los camarógrafos, musicalizadores y en
menor medida los fotógrafos (quienes generalmente terminan insertos en esa
dinámica y aceptando como útil la lealtad hacia la burguesía).
Veamos algunas ideas para operacionalizar las tres amplias
estrategias multidimensionales que desde las últimas dos décadas aplica con
mayor intensidad e integralidad el CMFC, dirigidas a fomentar la violencia,
afectar la subsistencia y fortalecer creencias mediante las comunicaciones (internet,
tv por cable y redes sociales) para reproducir antivalores y fortalecer
patrones de comportamiento antipatriótico y antigubernamental. Si se hace un
breve estudio de qué programan los canales estadounidenses para sus emisiones
por cable los días previos y coincidentes con las convocatorias a las
manifestaciones violentas de la oposición se revelará la estrecha articulación
de objetivos-estrategias-medios-acciones que poseen los diversos actores a la
orden del CMFC.
Violencia, creencia y expectativa .- La violencia generada
por medio del terrorismo, vandalismo, sabotaje, negligencia, intentos de
huelgas, manifestaciones y conductas ilegales y antisociales, va dirigida a
afectar la interacción social, ese “mundo de la vida social” tan significativo
para la estabilidad de una Nación, con vistas a alcanzar niveles deseados de
desestabilización en cualquiera o varias de las ocho dimensiones de la
estabilidad política antes mencionadas,
mediante la afectación de las creencias en las autoridades y sus planes
de seguridad, el reforzamiento del papel de sus operadores violentos, la
reducción de los niveles de las expectativas para crear frustraciones y
desestructurar el sistema de participación y protagonismo social.
Subsistencia, creencias y comportamiento.- La afectación a
la subsistencia humana mediante las herramientas financieras (unión de las
industriales, comerciales, servicios y bancarias) causa en algunas personas
traumas psíquicos y psicológicos en ese otro mundo de la subjetividad personal
dirigidos a erosionar las creencias sociales compartidas por los pueblos
esperanzados en la vía popular y en otro tipo de democracia no representativa.
Creencias que constituyen, por un lado, la base de los valores y estos de las actitudes
y conductas o comportamientos ciudadanos o particularmente electorales, y por
otro, las bases psíquicas afectivas, cognitivas y metacognitivas de las
personalidades que en fin de cuentas son las que con sus praxis hacen posible
que los procesos sociales en cada una de las ocho dimensiones conduzcan a la
estabilidad política deseada.
Comunicación, creencias y valores.- Por ello y solo a través
del proceso comunicativo, las personalidades de los sujetos en conflicto se van
condicionando hacia uno u otro tipo de comprensión e interpretación de la
realidad que es determinante en la formación de las creencias. A través de los
medios y herramientas comunicacionales, a las cuales acceden los sectores
sociales que logran captar su atención, el CMFC –basados en sus estudios de la
llamada Bigdata- manipula las informaciones que psíquicamente autorregulan,
viabilizan, sostienen y estabilizan las conductas y comportamientos opositores
en sus diferentes niveles (desde la crítica mordaz en una cola del banco o del
supermercado hasta la quema de un hospital
y formas de manifestarse que con los años van originando una típica
personalidad conservadora, neurótica y agresiva, alterando patrones culturales
propios de cada nación, en el caso de Venezuela, de la venezolanidad.
III) Limitaciones del imperio y matrices informativas
Como de lo que se trata hoy en día, para el CMFC, es de
captar la atención de “las grandes masas” que desde los años setenta
irrumpieron con fuerza más organizada en la vida política de las naciones
(***), sobre todo de los países latinoamericanos, asiáticos y africanos, la
actividad de ese complejo imperial se ha tenido que enfocar –a diferencia de
los 50, 60 y 70- en la utilización de las vías de la llamada “comunicación de
masas”, de la violencia social más que limitarse a la violencia de grupos
comandos, y en la manipulación de la información, tanto la veraz como la falsa,
así como en cierta labor no tan secreta de captación de jóvenes mediante pagos
para acciones opositoras públicas o labor periodística arriesgada anti-régimen,
de mercenarios para operaciones encubiertas y de funcionarios para operaciones
“desde la sombra”, lo que también hace
que los resultados estén condicionados por el nivel organizativo de la
seguridad del Estado víctima, en sus especialidades de inteligencia y
contrainteligencia.
Las instrucciones aunque enmascaradas ya son públicas. Por
ello, la estrategia tridimensional del CMFC puede ser estudiada y explicada,
para luego ser comprendida y debidamente interpretada, a partir de las propias
acciones de ese complejo y de sus redes de acciones y operaciones, y también de
las propias alocuciones de sus cabecillas políticos o voceros. Aunque siempre
hay que investigar muy acuciosamente las posibles operaciones encubiertas como
las “operaciones de bandera falsa”, los “falsos positivos”, el “tercer actor” u
otro tipo de maniobra tendiente a crear el denominado “enjambre social” o una
feroz “pelea de perros”.
De las más recientes alocuciones de congresantes en el poder
legislativo y de secretarios o voceros del poder ejecutivo estadounidense,
referidas a Venezuela, se extrajeron las matrices y se infirieron de ellas sus
significados, siempre basándose en los presupuestos teóricos antes mencionados
y en que en este conflicto de clases antagónicas la coyuntura se debe
interpretar como un juego de suma nula
en que la posible desestabilización del actual sistema político sería al mismo
tiempo la mayor estabilización del sistema de dominación imperial sobre la
Nación.
El potencial de un
Estado funda sus bases en factores internos y externos, como es la
identificación de la población joven con su gobierno, la naturaleza de su
sistema sociopolítico y económico, los recursos disponibles, las alianzas y
relaciones externas, el potencial del adversario externo, la correlación
internacional de fuerzas, entre otros. En razón de ello, tuvo un alto sentido
haber repasado las matrices y estrategias informativas que el CMFC trata de
imponer como patrones de interpretación, dirigidas, tanto a reducir el
potencial de Venezuela como a reforzar el potencial del sistema
desestabilizante del CMFC y sus aliados o lacayos internos y externos.
En el trasfondo de todo es un conflicto sobre el eje del
poder y del potencial de los actores para alcanzar sus fines. Unos dirigidos a
regresar al pasado explotador del pueblo y la nación en alianza con el imperio
y otros con mayoría popular enfrascados en defender al pueblo y sus riquezas
para profundizar revolucionariamente las transformaciones sociales.
Dado el nivel de globalización de la vida de cada Nación, de
la crisis estructural del sistema imperialista de dominación, de la existencia
de otras potencias y organismos de la nueva integración, con políticas
exteriores diametralmente opuestas a las de los países imperialistas, y de las
ingentes necesidades del pueblo y su voluntad de independencia, es cada día más
imperioso integrar más rápidamente al país a otros organismos integracionistas
de las potencias dispuestas a compartir, a cooperar, a intercambiar servicios,
inversiones y a comerciar en condiciones de igualdad y en beneficio mutuo, en
todos los ámbitos de la vida.
wongmaestre@gmail.com
(*)
Politólogo, Internacionalista, Editor, Mgs Ciencias Sociales, Miembro de
Jurados de Tesis de Maestrías en el IAEDEN y en el IAEDPG, Profesor de la
Escuela de Estudios Internacionales de FACES-UCV. Redes: @ProfeWong
www.profewong.blogspot.com , Email: wongmaestre@gmail.com.
(**) Rogelio
Bermúdez y Marisela Rodríguez. Psicología del Pensamiento Científico (2004).-
Editorial Pueblo y Educación, La Habana.
(***) Castro,
Fidel.- Informe Central al I Congreso del Partido Comunista de Cuba. 1975.
Editora Política, La Habana.
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