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miércoles, 13 de junio de 2018

Un muro bajo el agua para cercar a los palestinos

Por Leandro Albani:


Israel inició la construcción de un muro bajo el mar para encerrar todavía más a la Franja de Gaza, en una nueva medida represiva contra el pueblo palestino.

“Esta acción frustrará los objetivos de Hamas, que perderá otra capacidad estratégica y enormes cantidades de dinero”, anunció sin ruborizarse el ministro de Asuntos Militares israelí, Avigdor Lieberman. De esta manera, el funcionario, representante de la ultraderecha judía, daba inicio a la construcción de un muro subacuático en el mar Mediterráneo que permitirá encerrar todavía más a la Franja de Gaza, el enclave costero palestino de 360 kilómetros cuadros en el que sobreviven dos millones de personas.

El domingo 27 de mayo, maquinarias pesadas comenzaron los movimientos de tierras para separar la playa de Zikim, en los territorios ocupados palestinos de la franja. En un comunicado, la cartera que comanda Lieberman explicó que unidades de ingeniería y construcción proceden a la instalación de una barrera marítima con el objetivo de “prevenir infiltraciones” de palestinos y palestinas a través del mar.
Según el gobierno de Tel Aviv, el denominado “muelle impermeable” consiste en tres capas, incluyendo una por debajo del nivel del mar. Se calcula que la obra finalizará en un año. Desde el Ejecutivo israelí agregaron, haciendo uso de una retórica pérfida, que el proyecto es “único en el mundo”.

En el comunicado del ministerio de Asuntos Militares explicaron que la “nueva respuesta a la amenaza a la seguridad fue diseñada para resistir las condiciones del mar y servir al establecimiento de defensa durante años”. Como siempre, desde Israel se apeló a la “seguridad”, la gran excusa esgrimida durante décadas para arrasar las tierras palestinas y expulsar a las personas que viven en ella. Lieberman, que en mayo pasado declaró que los soldados israelíes se “merecen una medalla” por matar a los palestinos y las palestinas que encabezan las protestas de la Gran Marcha del Retorno, justificó que el muro subacuático permitirá defender “los ciudadanos israelíes con fortaleza y sofisticación”.

El muro en la playa de Zikim se suma a la cacería que periódicamente desata la Armada israelí contra los pescadores gazatíes. El 25 de mayo se conoció que las fuerzas navales hebreas arrestaron a cinco pescadores que navegaban frente a la costa del norte de Gaza. Durante el ataque, el barco de los hermanos Rasem y Mohamed Zayed fue blanco de los disparos israelíes.

Los pescadores palestinos tienen permitido navegar dentro de las seis millas náuticas desde la costa, aunque esa disposición, de por sí coercitiva, poco le importa a Israel. El Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR) denunció en varias oportunidades que los ataques contra pescadores se realizan a una distancia de seis millas náuticas, lo que “demuestra que las políticas de las fuerzas israelíes apuntan a restringir las restricciones a los pescadores de la Franja de Gaza y sus medios de vida”. Según los Acuerdos de Oslo firmados en 1993, los más de tres mil pescadores que trabajan en Gaza tienen acceso al 85% de las áreas marítimas de la zona. Esto, por supuesto, nunca fue respetado por Israel.

Los profundos cambios demográficos y arquitectónicos en los territorios ocupados palestinos son un eje fundamental en la política oficial israelí de desplazamiento forzado y expansionismo territorial. Los asentamientos ilegales de colonos judíos que avanzan sobre Cisjordania, la destrucción de casas, hospitales y escuelas a través de bombardeos, el robo abierto de agua potable –como en el valle de Jordán- y la fragmentación territorial del suelo palestino -infectado por check point militares israelíes-, conforman una metodología unificada que viola las leyes internacionales, la cual es observada en silencio por la mayoría de los gobiernos del mundo.

Naciones Unidas alertó que para el 2020 Gaza será inhabitable si no se toman medidas para frenar el bloqueo israelí y desarrollar un plan de mejoras a sus infraestructuras. La Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA) también advirtió que la agricultura es uno de los sectores que se verán seriamente afectados, entre ellos por la falta de acceso al agua. Según la agencia de Naciones Unidas, el 80% de las familias en la franja reciben algún tipo de ayuda humanitaria, mientras que el 39% vive por debajo del umbral de la pobreza.
La Franja de Gaza, zona bombardeada con regularidad por la aviación israelí, atraviesa una catástrofe humanitaria pocas veces vista en la historia moderna.

El muro subterráneo
En mayo de 2017, el gobierno de Benjamín Netanyahu anunció  la construcción de una barrera subterránea en la frontera con Gaza, en el marco del proyecto “Obstáculo”. Otra vez la “seguridad” apareció como un argumento que calza a la perfección entre los ministros israelíes. El muro tiene una extensión de 65 kilómetros y está dotado de sensores electrónicos para detectar cualquier intento de perforación.

En agosto del año pasado, el diario El País informó que en la construcción del muro participan “ingenieros y técnicos españoles subcontratados por compañías locales” junto a “ingenieros italianos y obreros israelíes y moldavos, hasta sumar un millar de empleados”. Protegidos por soldados israelíes, los encargados de la obra cuentan con “maquinaria de perforación traída desde Alemania y arcillas especiales de bentonita importadas de Hungría para sellar una barrera subterránea de cemento”, indicó el diario israelí Haaretz. “Todos los contratados han sido investigados previamente por el Shin Bet, el servicio secreto de seguridad interior”, agregó El País
.
El nuevo muro de exclusión de palestinos y palestina fue bendecido por un presupuesto gubernamental de 750 millones de euros y adjudicado a las compañías israelíes Danya Cebus, Solel Boneh, Olitzky y Gabbay.
El Movimiento de Resistencia Islámica Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza desde 2007, calificó el proyecto israelí como una “declaración de guerra”. El portavoz de la organización, Hazem Qasem, afirmó que la construcción del muro forma parte de la “intensificación del asedio” a Gaza.

El muro en Cisjordania
Desde hace 13 años, Israel mantiene la construcción de un muro de más de ocho metros de altura y que ya lleva 300 kilómetros de extensión sobre territorios palestinos. La obra, denunciada a nivel internacional y que tiene la condena de Naciones Unidas y de la Corte Internacional de La Haya, redobla la política expansionista israelí y genera la separación no sólo territorial sino humana del pueblo palestinos. Como lo define el periodista Pedro Brieger en su libro El conflicto palestino-israelí. 100 preguntas y respuestas, el muro convirtió “a varias ciudades palestinas en verdaderos guetos”.

La orden para la construcción del muro que penetra a Cisjordania fue dada por el entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, el 16 de junio de 2002. Por esos días, el pueblo palestino encabezaba la Segunda Intifada contra la ocupación israelí. Las críticas a esta medida se deben a que la construcción iba a respetar la Línea Verde, como se conoce la frontera establecida luego de la Guerra de los Seis Días en 1967, pero en la actualidad el 80% del muro avanza sobre territorio cisjordano, adentrándose en algunos lugares hasta 22 kilómetros, con el fin de poblar las zonas con asentamientos judíos ilegales. Se calcula que al menos quinientos mil palestinos y palestinas son afectados por la construcción del muro.

Durante décadas, el mundo criticaba con dureza el Muro de Berlín, que se extendía un poco más de tres metros y medio sobre el suelo y tenía una extensión de 155 kilómetros. Los muros de Israel, por lo visto, no conmueven demasiado a quienes se horrorizaban por las separaciones impuestas en un pasado que se repite.
leandroalbani@gmail.com

sábado, 19 de mayo de 2018

Doble ocupación genocida de Jerusalén del sionismo y el imperialismo


Por Rolando Prudencio Briancon: 
Hasta ahora no sólo la ocupación del territorio palestino estaba cobardemente comandada por el sionismo israelí que manda a su Ejército para que masacre a los palestinos, sino que hoy se ha consumado una provocadora doble ocupación; ésta vez adredemente acompañada por la presencia mercenaria de los EE.UU., que siempre hizo del  bruto guardaespaldas que le “cubre” todas las barbaries que comete Israel contra Palestina, y contra cualquier otro que pueda afectar su rol de genocida gendarme geopolítico en el Medio Oriente.



Es en ese sentido que más patentes no podían haber sido las palabras de Netanyahu, reconociendo el patético paternalismo que ejercen los estadounidenses sobre Israel, servilmente señalando: "No tenemos mejores amigos en el mundo que los Estados Unidos”, agradeciendo además a Trump -quien como un gran cobarde no estuvo en el acto de inauguración de la embajada, mandando a su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner- por el haber cumplido con traslado de la embajada norteamericana a Jerusalén, declarando descaradamente. "Este es un momento histórico. Gracias por tener el coraje de cumplir sus promesas”
Para nadie es un secreto a voces la relación de casi de un consentido y convenido Complejo Edipo que ha mantenido siempre el sionismo israelí y los halcones del Pentágono para asegurar el control del Medio Oriente -junto a su aliado Arabia Saudita- y al simbólicamente ocupar Jerusalén, como corazón de Palestina, es clave para afianzar a su dominio sobre la Franja de Gaza.

Si bien es cierto que hasta ahora los EE.UU., no ha metido bala contra el pueblo palestino; sí es el causante de que con la déspota decisión de ordenar el traslado de su embajada a Tel Aviv a Jerusalén, provocadoramente producido una ostensible ocupación y un genocidio; ésta vez ya cometida por los propios EE.UU., al haberse materializado lo que en diciembre era el preludio de la nueva barbarie que hoy se ha consumado, cobrando la vida de 60 personas y dejado a 200 mil heridos.

Después de esta nueva barbarie cometida; la pregunta es ¿qué acciones se van a tomar contra Israel y lo EE.UU, después que fueran expulsados por el sionismo de sus territorios; y hoy se ha consumado ésta doble ocupación genocida de Jerusalén, por parte del sionismo y el imperialismo?

prudenprusiano@gmail.com

miércoles, 11 de abril de 2018

Las presas en el coto de caza israelí en Palestina

Por Leandro Albani:


El Estado de Israel despliega desde hace décadas una política represiva que tiene entre sus principales blancos quebrar la resistencia de niños y jóvenes palestinos. Los menores de edad palestinos son víctimas del acoso cotidiano, la prisión y los asesinatos.



Desde hace más de una semana, el músculo represor de Israel se mueve con la impunidad que siempre lo caracteriza. Frente a los ataques contra palestinos y palestina durante la “Gran Marcha del Retorno”, pocos líderes mundiales levantaron la voz para criticar el desempeño de las fuerzas militares israelíes que, en apenas unos días, asesinaron a casi treinta personas, incluidos niños.

El sistema planificado y sistemático de ocupación que Tel Aviv despliega hace 70 años contra el territorio palestino tiene, entre sus principales objetivos, destruir los métodos de resistencia hasta en los actos más simples. Para los sucesivos gobiernos israelíes, los niños y las niñas de Palestina son las presas dentro de un coto de caza en que han convertido a los históricos territorios palestinos.

El viernes pasado, en las masivas protestas en la Franja de Gaza, las tropas israelíes arremetieron nuevamente contra los pobladores y causaron la muerte de diez personas, entre ellas un menor de edad. Las imágenes difundidas de la represión son la confirmación de que la clase gobernante de Tel Aviv aplica una política de limpieza étnica, amparada en la impunidad que le brinda Estados Unidos en el plano diplomático, pero también asistiendo al Estado israelí con millonarias sumas de dinero y toneladas de armamentos.

Unos días antes, cuando el pueblo palestino encabezaba la “Gran Marcha del Retorno”, la represión fue despiadada y justificada por el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu. Un total de 17 personas, en su mayoría jóvenes, cayeron por el fuego indiscriminado israelí, que incluyó drones que lanzan bombas y francotiradores. Como sucedió en otras ocasiones, la administración de Tel Aviv acusó a los miles de manifestantes de pertenecer al Movimiento de Resistencia Islámica Hamas –que gobierna en Gaza-, de ser terroristas, de poner en peligro la “seguridad” de Israel. En un video que circula en la redes sociales (1), la teniente Tamara Epelbaum, una argentina que integra el ejército israelí, no ahorro palabras para defender la cacería de palestinos y palestinas. “Nuestros soldados alcanzaron con precisión, específicamente, a aquellos hombres que intentaron llevar a cabo estos actos terroristas”, justificó Epelbaum. Esgrimiendo un discurso que remite al colonialismo más puro y duro, afirmó: “Pero no dejes que la máquina de propaganda de Hamas te distraiga. Tristemente, Hamas elige utilizar a sus propios civiles inocentes como herramientas de terror. Esto incluye mujeres, niños e inválidos”.

En la construcción mediática y cultural del Estado de Israel, este discurso se repite una y otra vez: los palestinos y las palestinas nacen terroristas, no entienden otro lenguaje que el de la violencia y son, sobre todo desde el surgimiento de Hamas, un rebaño amorfo que sólo responde a esa organización político-militar. Es bueno recordar que el surgimiento de Hamas, durante la Primera Intifada en 1987, recibió la indiferencia de Israel, que veía a la agrupación como una herramienta para contrarrestar la influencia del movimiento Al Fatah y de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Con la sentencia judicial aleccionadora contra la joven palestina Ahed Tamimi, acusada de casi todos los males que acechan a Israel, la situación de los niños y jóvenes en Palestina se abrió paso, pese a la reticencia, en los grandes medios de comunicación, algo que permite visibilizar la represión que vive día a día el pueblo palestino.

En marzo pasado, el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem presentó el informe “Menores en peligro: la violación de los derechos de los palestinos por parte de los tribunales militares israelíes”, en el que retoma las denuncias de la criminalización de la lucha palestina. Al referirse al sistema judicial israelí, B’Tselem explicó que los menores detenidos son expuesto a métodos de aislamiento, como cortar los contactos con sus familias, que a su vez no son avisadas de los arrestos.

El informe definió como “prácticas habituales” las violaciones a los derechos humanos y jurídicos a los que son sometidos los palestinos y las palestinas. También reveló que el 90 por ciento de los menores detenidos no tienen permitido el acceso a un abogado antes de ser interrogados. A esto se suma que la alta tasa de condenas en los tribunales militares israelíes obliga a los menores a aceptar acusaciones de culpabilidad como la única alternativa a un largo juicio y a una sentencia de prisión.

Retomando el discurso de la teniente Epelbaum, los documentos del gobierno israelí aprueban la detención de niños y jóvenes como una consecuencia de que supuestas “organizaciones terroristas” realizan un “adoctrinamiento de la población desde preescolar hasta la edad adulta”, reveló B’Tselem. “Las normas las implementan soldados, jueces y fiscales, todos israelíes desinformados que representan los intereses del país ocupante. Es un sistema en el que los palestinos siempre son sospechosos”, aseguró el informe.
Como lo sintetiza la periodista Ramona Wadi, del portal Monitor de Oriente, “con este razonamiento Israel borra los límites entre infancia y edad adulta tal y como están establecidos en el derecho internacional”.

En febrero de este año, Amnistía Internacional (AI) alertó que las autoridades y las fuerzas armadas israelíes llevan a cabo ejecuciones extrajudiciales, torturas a presos palestinos y defensores de los derechos humanos. Desde AI denunciaron que de las víctimas por los ataques de las fuerzas israelíes en 2017, “muchos, incluidos niños, fueron fusilados y asesinados ilegalmente sin representar una amenaza inmediata para la vida”.

En su informe anual, AI apuntó que “los soldados israelíes, la policía y los agentes de la Agencia de Seguridad de Israel (Shin Bet) han sometido a detenidos palestinos, incluidos niños, a torturas y otros malos tratos con impunidad, en particular durante el arresto y el interrogatorio”.

La metodología del Estado de Israel contra los niños y las niñas de Palestina fue denunciada recientemente por Gaby Lasky, abogada de Ahed Tamimi, que denunció que la adolescente encarcelada sufrió “acoso sexual” durante las investigaciones realizadas por oficiales israelíes.

El Comité de Prisioneros Palestinos reveló que en la actualidad más de 350 menores de edad están presos en las cárceles israelíes, sufriendo una reclusión que viola las más básicas leyes y normativas internacionales. Se calcula que desde el año 2000, el Estado israelí es responsable del asesinato de 3.000 niños y jóvenes, en el marco de la ocupación del territorio palestino.

Aunque los francotiradores israelíes ya se preparan para profundizar la matanza en Palestina, los niños y los jóvenes que viven en un país al que no lo dejan ser, conocen desde sus primeros días de vida que la resistencia es la posibilidad real para sobrevivir. Todos los días ponen sus cuerpos y sus conciencias para detener la ocupación israelí. Dejan la vida para que las generaciones que vendrán puedan abrazarse a su tierra sin estallar en mil pedazos.

leandroalbani@gmail.com

sábado, 7 de abril de 2018

Palestinos, un genocidio cometido por Israel que no cesa


Por Emilio Marín:
La cancillería Argentina no dijo ni mu

Invariablemente las bajas, muertos y heridos los pone el sufrido pueblo palestino. El agresor es Israel, sus autoridades políticas y militares sintetizadas en un nombre, Netanyahu. Esta vez, como en todo 2017, con el auspicio de Donald Trump.
Los hechos hablan por sí solos. El 29 de marzo el ejército de Israel puso cien francotiradores en la frontera con Gaza, territorio palestino bloqueado hace diez años y varias veces invadido y bombardeado. Esos militares provocaron 18 muertos y 1.400 heridos, la mitad por balas y la otra intoxicada con gases arrojados por drones.



Del lado israelí no se reportó ningún muerto ni herido. Clarito quién fue el agresor y quién el agredido.
Con un agravante político y legal. Los manifestantes estaban en su territorio, a varios metros de la frontera. Los israelitas asesinaron a gente que estaba en la bloqueada Franja de Gaza. Si disparar de ese modo era un crimen de lesa humanidad, hacerlo contra un país vecino se convierte en agresión y violación de soberanía.
Si además esa represión fue desde suelo ocupado por Israel pero históricamente perteneciente a los palestinos, en concreto hasta 1948, cuando fueron expulsados de allí para establecer el Estado de Israel, entonces se conforma un paquete detestable de violencia, genocidio y conquista por la fuerza.

Que no se diga que esta calificación es sesgada ideológicamente. Los hechos, sangrientos, hablan por sí solos. La entidad de derechos humanos de Israel, B’Tselem, también condenó la represión del 29 de marzo.
¿Cuál era el delito palestino? Conmemorar el Día de la Tierra, el mismo día de 1976 cuando seis palestinos fueron asesinados por clamar por esos derechos. El 42 aniversario de aquella patriada, con “La Gran Marcha del Retorno”, fue más sangriento que el original. No sólo por el calibre de las armas sino también por el carácter aún más genocida de las autoridades de Tel Aviv. Estas son más criminales que aquellas…

Mentiras sionistas
La barbarie no tiene justificación pero los dirigentes israelitas tienen de maestro a Goebbels en su axioma de “miente, miente, que algo queda”.
Su explicación para la matanza fue que los palestinos habían concebido una “acción terrorista” disfrazada de marcha pacífica. Supuestamente los abatidos eran todos militantes de Hamas y Jihad (la primera ejerce el gobierno en Gaza tras haber ganado las elecciones de 2007). Y como prueba de esas falsificaciones, los agresores mencionaron una bolsa con molotov que habrían incautado a los manifestantes.
Aún si este último dato fuera cierto no modificaría ni un ápice los sucesos: abrumadora superioridad militar de un bando, que usa armas de fuego, fusiles, tanques y drones, frente a quienes tenían para defenderse piedras, neumáticos y molotov.

La historia de las molotov evocan la presentación de Patricia Bullrich sobre las armas de exterminio encontradas a los mapuches de Pu Lof en Resistencia Cushamen, en agosto pasado: martillos, serruchos, hondas, lazos y cuchillos.

El operativo represivo fue fríamente preparado. Declararon el lado palestino “zona militar cerrada”, como si ese territorio fuera israelita. Y dispusieron disparar a quien se acercara a la línea. Nunca los activistas estuvieron cara a cara, ni menos la traspasaron, pero los balearon sin asco. Los francotiradores no son para tirar al bulto ni de cerca, sino desde lejos, lo que demuestra que las víctimas no estaban poniendo en peligro sus vidas.

Mientras el mundo se horrorizaba por lo sucedido, Netanyahu declaraba “muy bien por nuestros soldados”. Cualquier semejanza, en pequeña escala, con Mauricio Macri recibiendo a Luis Chocobar, y Bullrich ascendiendo a Echazú y 5 gendarmes que reprimieron cuando desapareció Santiago Maldonado, no es mera coincidencia. Tampoco es casual que la cancillería macrista no dijera de mu de la última represión de Israel.

Trump lo hizo
Los responsables de la matanza son Netanyahu, el jefe del Estado Mayor teniente general Gadi Eizenkot y el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman. Son neonazis. El último era canciller años atrás y declaró, ante protestas palestinas en Gaza, que era partidario de arrojarles una bomba atómica.
Sin disminuir ni un cachito la responsabilidad de ese terceto, la culpa mayor de lo ocurrido es del neonazi mayor, el presidente norteamericano. El 6 de diciembre pasado Trump violó los acuerdos internacionales de mucho tiempo atrás al anunciar que Estados Unidos trasladaría su embajada a Jerusalén. Hasta ahora las 86 embajadas de países que mantienen relaciones con Israel están en Tel Aviv. Ninguna está en la “Ciudad Santa”, preservada como zona especial y sobre la cual los palestinos tienen la aspiración y el derecho a que la capital de su futuro estado esté en la zona oriental de la misma.
Esa provocación yanqui-sionista se demoraría en su implementación hasta 2019, pero se adelantó para el año en curso, con el despido de Rex Tillerson del Departamento de Estado y su reemplazo por el jefe de la CIA, Mike Pompeo.

En consecuencia los palestinos de Gaza, el sector más combativo de ese pueblo, decidieron hacer la manifestación pacífica del 29 de marzo y permanecer en campamentos hasta el 15 de mayo próximo, cuando conmemorarán el día de la Nakba, o Catástrofe, cuando 700 mil fueron expulsados de sus aldeas tras la creación de Israel, el día antes, de 1948.

Si Netanyahu y su socio mayor creen que con muchas muertes van a poder festejar el 70 aniversario de ese Estado con los palestinos vencidos, de rodillas y resignados, están muy equivocados. Podrán bloquear una condena en el Consejo de Seguridad de la ONU, como lo hicieron el 31 de marzo, pero a nivel mundial la bandera palestina flamea con fuerza y dignidad. En cambio a la estrella de seis puntas de David sólo le queda una y no fue Goliat quien apedreó las otras cinco.

ortizserg@gmail.com

sábado, 3 de febrero de 2018

La Venezuela Heroica del Ayer y de Hoy

Por Omar Hassaan:

Los últimos dos años han sido muy difíciles para Venezuela, sin duda alguna. El hecho de que la sociedad venezolana no ha colapsado hasta los momentos, es un auténtico milagro, y ese milagro pertenece al heroico pueblo venezolano. Es ese pueblo el que ha resistido una embestida tras otra, y aún su sociedad sigue funcionando. A penas funciona, quizás dirían unos, pero el hecho de que aún se mantiene intacta es, por sí mismo, una extraordinaria obra de paciencia y resiliencia, demostrando que el noble pueblo de Bolívar posee un umbral de dolor bastante elevado, al par de pueblos como el de Stalingrado durante los terribles años de 1942 a 1943, o el de la Franja de Gaza, desde el hurto de sus tierras en 1967, y hasta los momentos.



El pueblo venezolano sigue resistiendo, sigue demostrando la paciencia del propio Job (invito a mis hermanos cristianos a leer del Libro de Job, en el Antiguo Testamento), resistiendo una opresiva prueba tras otra, mientras el venezolano sigue exhibiendo orgullosamente su fidelidad a su país, su nación y su propia sociedad. La prueba misma es si el venezolano abandona la vida en sociedad y decide destruir la misma, o lucha por lo suyo y no permite que se derrumbe su hogar y su patria. Con cada día que no se materializa el anhelado estallido social, el venezolano pasa la prueba de adversidad impuesta por sus enemigos, sean quien sean los mismos. Con cada día que la gente sigue funcionando en sociedad, se gana la batalla por la destrucción o salvación de Venezuela, y así de simple es la ecuación.

Pero esta resistencia y capacidad de sostener los golpes de los enemigos y el destino, no es nada nuevo para Venezuela. Todos hemos leído sobre el gran sufrimiento que marcó el nacimiento de esta gran nación, entre los años 1810 y 1821, cuando su libertad e independencia se lograron con la sangre de una generación completa de venezolanos, y lo que sobrevivió de esa tremenda embestida de más de una década de guerras y caos, fue una nación recién concebida, devastada, agotada y con pocas posibilidades de poder defenderse de las depredaciones de las potencias agresoras de esos momentos. De las cenizas de las guerras independentistas, surgió la Venezuela del Siglo XIX, y entre el sectarismo y el caudillismo desde adentro, y las agresiones imperiales desde afuera, logró sobrevivir una calamidad tras otra.

Si tenemos que buscar un ejemplo de la capacidad del venezolano para aguantar las tragedias, la pérdida y la desesperación, tenemos el mejor de estos en la triste y dolorosa Emigración a Oriente, realizada en el terrible año de 1814. Durante esa pesadilla que duró más de un año, Venezuela fue sumergida en su propia sangre, y quizás sufrió más en ese año que durante cualquier otro de su vida republicana. El primer caudillo en toda la historia de Venezuela, y quien efectivamente logró someter a todo el territorio nacional por primera vez – Tomás Boves – fue una anatema para los patriotas, pero también para los realistas, pues todos temían el Urogallo, Taita Boves. Boves fue la personificación del terror para todos, no solamente por su brutalidad y su crueldad, sino también por lo tan efectivo que fue en su corta y exitosa carrera militar. Nadie logró derrotarlo decisivamente, aunque en realidad, sus victorias se deben al uso magistral de su ejército popular y llanero, el mismo ejército que luego Bolívar y Sucre utilizarían para derrotar a los españoles en Boyacá, Carabobo, Junín y Ayacucho.  

La catastrófica derrota de los republicanos en la Primera Batalla de la Puerta – en la cual Boves capturó el valle de Aragua – fue el preámbulo del tortuoso asedio de Valencia. Durante ese terrible periodo de esa heroica cuidad, los valencianos tuvieron que alimentarse de los caballos, mulas, gatos y perros que tenían dentro de la ciudad para poder sostener el asedio de Boves, de la misma manera que los rusos de Leningrado tuvieron que hacer para poder sobrevivir el cruel asedio nazi, entre los años 1941-44. Los valencianos, finalmente obligados a rendirse, fueron masacrados como tantos otros de nuestro país, durante las campañas de Boves.

Esto nos hace recordar de la narrativa romántica (es decir, no tanto histórica como literaria) de Eduardo Blanco, en su obra magistral “Venezuela Heroica”, la cual deseo compartir con ustedes, durante estos difíciles tiempos para la Patria Bolivariana:

Nube de polvo, enrojecida por el reflejo de lejanos incendios, se extiende cual fatídico manto sobre la rica vegetación de nuestros campos. Poblaciones enteras abandonan sus hogares. Desiertas y silenciosas se exhiben las villas y aldeas por donde pasa, con la impetuosidad del huracán, la selvática falange, en pos de aquel demonio que le ofrece hasta la hartura el botín y la sangre, y a quien ella sigue en infernal tumulto cual séquito de furias al dios del exterminio.

Es la invasión de la llanura sobre la montaña: el desbordamiento de la barbarie sobre la República naciente. Conflictiva de suyo la situación de los republicanos, se agrava con la aproximación inesperada del poderoso ejército de Boves.

…La onda invasora se adelanta rugiendo: nada le resiste, todo lo aniquila. Detrás de aquel tropel de indómitos corceles, bajo cuyas pisadas parece sudar sangre la tierra, los campos quedan yermos, las villas incendiadas sin pan el rico, sin amparo el indigente: y el pavor, como ave fatídica, cerniéndose sobre familias abandonadas y grupos despavoridos y hambrientos que recorren las selvas como tribus errantes. ¡El nombre de Boves resuena en los oídos americanos como la trompeta apocalíptica!

Bolívar, decisivamente derrotado, no tuvo otra opción que retirarse, junto a 20.000 caraqueños, al oriente del país, en donde esperaba unirse a los patriotas orientales para seguir la lucha. Blanco nos dice en su obra recién citada:

Cunde el terror en todos los corazones; mina de desconfianza el entusiasmo del soldado; Caracas se estremece de espanto, como si ya golpearan a sus puertas las huestes del feroz asturiano; decae la fe en los más alentados, y una parálisis violenta, producida por el terror, amenaza anonadar al patriotismo. Cual, si uno de los gigantes de la andina cordillera hubiese vomitado de improviso gran tempestad de lavas y escorias capaz de soterrar el continente americano, todo tiembla y toda se derrumba…Los que habían podido huir a las montañas se inclinaban abatidos en el recinto del hogar, buscaban la oscuridad para ocultarse en ella como en los pliegues de un manto impenetrable, y a cada instante, sobrecogidos de pavor, creían oír ruidos siniestros, precursores de la catástrofe que los amenazaba, ruidos que no deseaban escuchar, pero que el terror sabía fingirles, haciéndoles más larga y palpitante la zozobra.

Irónicamente, el Libertador decidió no defender a Caracas, por no poder confiar en los esclavos que residían en esa ciudad, y quienes muy probablemente se hubieran rebelado contra los patriotas y hubieran apoyado a uno de los pocos líderes de la Provincia de Venezuela que les otorgó liderazgo y consideración: Boves. A pesar del gran dolor que sufrió Bolívar en 1814, ese año fue cuando el Libertador descubrió la única fórmula exitosa para derrocar al Imperio Español en toda Sur América: el ejército del pueblo, hecho de mulatos, pardos, indios, mestizos, pobres, negros, esclavos y todo lo que la sociedad colonial había marginalizado durante siglos, es decir, el mismo ejército de Boves, fue el que luego sería el de Bolívar y Páez.  

La emigración a Barcelona fue uno de los episodios más oscuros de la historia de Venezuela, tanto de la provincia como de la república. Quienes se quedaron en Caracas, sufrieron todo tipo de persecuciones, torturas y saqueos, y quienes se fugaron, sufrieron aún más.  Es posible que más de doce mil personas perdieron sus vidas durante la emigración, ya sea por animales salvajes (serpientes, entre otros), el hambre, todo tipo de enfermedades, los ataques de los llaneros, y otros factores. Francisco Tomás Morales persiguió a los caraqueños durante esta marcha de la muerte, una marcha no menos terrible que la de los amerindios choctaw en 1831 y los cheroquis en 1838, en el oeste norteamericano, conocida como el “Sendero de Lágrimas”.

Boves y sus tropas masacraron tanta gente en su trayectoria hacia el Oriente, persiguiendo a los refugiados, con la macabra finalidad de mascararlos a ellos también. Al caer Barcelona en las manos de los realistas, los patriotas huyeron a Cumaná, y finalmente a la Isla de Margarita, como último refugio antes de escapar por completo del país, hacia Cartagena de Indias. Para añadir a la amargura de los venezolanos, el corsario Giovanni Bianchi se quedó con las posesiones personales de los refugiados, al igual que los tesoros de las iglesias caraqueñas, tomados por los patriotas para negarle esos recursos al enemigo.  

El historiador Francisco Antonio Encina considera que de los 12.000 peninsulares y canarios y 220.000 criollos que vivían en Venezuela al inicio del proceso independentista, 7.400 de los primeros habían muerto en combate o fueron masacrados por los patriotas entre julio de 1813 y abril de 1814, y 200.000 criollos habían sido masacrados antes de llegar Morillo por ser las víctimas preferidas de Boves, Morales y Yáñez. Durante los constantes combates, masacres y devastación que asolaron dicha tierra, murieron entre 100.000 y 150.000 personas. El historiador Arturo Uslar Pietri escribe muy correctamente en su obra “Historia de la Rebelión Popular de 1814”, la siguiente frase, resumiendo la verdadera miseria y terror que vivió el pueblo venezolano durante ese terrible año: “…en Venezuela se derramó más sangre en aquel año que en toda la Revolución Francesa. Ningún pueblo ha conocido una lucha de clase de esa magnitud.”

Todo esto fue meramente un episodio entre tantos de la historia de Venezuela, aunque uno de los más notorios y dolorosos. No obstante, no fue el único. Apenas 38 años de consolidar la independencia en la Batalla de Carabobo, en 1859, inició la Guerra Federal, una guerra civil en la cual se repitió la devastación de las guerras de la independencia. La guerra federal devastó la población rural del país, justo en las regiones occidentales dedicadas a producir una gran parte de la riqueza (y la comida) del mismo, por lo cual la despoblación y las emigraciones forzadas del campesinado arrastraron el país hacia más miseria, más pobreza e interminables hambrunas. El efecto agregado de las guerras independentistas y la guerra federal sobre la población venezolana es imposible de concebir, apreciar o exagerar, en toda su devastación, dolor y sufrimiento, para el pueblo heroico de la Patria Bolivariana.

No todos los episodios de sufrimiento y tortura del pueblo venezolano fueron a raíz de las guerras y los caudillos, pues en ciertos casos, fueron los mosquitos quienes “plagaron” a este noble pueblo de inmensas e interminables miserias. La próxima cita fue extraída de un blog denominado “Vivencias Llaneras del Abuelo”
 (http://cuentaelabuelo.blogspot.com/2013/07/la-lucha-contra-el-paludismo-2.html ):

Entre finales del siglo XIX y principios del XX, Venezuela disminuida por las constantes guerras, la pobreza y las enfermedades, mostraba un despoblamiento significativo. Se sumaban a estas desgracias el atraso cultural y aislamiento en que estaba sumida en tiempos de Juan Vicente Gómez, ya que, para entonces la explotación petrolera e introducción de capital extranjero en plena vigencia, hacían que la vida en los medios rurales languideciera en el abandono.

Este panorama favoreció definitivamente la extensión de la enfermedad en todo el país, carente en ese entonces de planes sanitarios para combatirla. Para 1916, se decía que cada dos horas moría un venezolano a causa del paludismo. Para 1936, fallecido Gómez, el área malárica en Venezuela cubría 600.000 Km de la superficie del país estimada en 915.741 km. Las referencias indicaban que, de 3.000.000 habitantes del país, 1.000.000 enfermaba anualmente de malaria.

En los llanos, bien sea por su significativa extensión en el país como por sus particularidades geográficas, la enfermedad y su vector se difundieron de manera muy alarmante diezmando visiblemente la población y ocasionando emigraciones a otras regiones para salvar la vida, que trataba de refugiarse en apenas 1/3 del país en zonas menos afectadas. El líder de la lucha antimalárica en Venezuela, el Dr. Arnoldo Gabaldón, de quien haremos una reseña más adelante, sostenía que: “Nadie se aventuraba irse de Caracas a Ortiz en Guárico, a Ospino en Portuguesa o a Monay en Trujillo, para citar sólo tres lugares tristemente célebres, pues sabían que lo que allí podrían invertir sería tarde o temprano perdido”.

Para estos tiempos, era mayor el número de decesos que el de nacimientos, lo cual representaba una de las principales causas de despoblación en Venezuela. Entre 1910 y 1945, las cifras estimaban una proporción de 300 por 100.000 (MSAS 1974) “La región de los llanos motivado a su topografía y clima presentaba índices vitales negativos como consecuencia de los estragos del paludismo.

Pero acompañado de una larga historia de terror, muerte y sufrimiento, otros aspectos igualmente innegables de nuestra venezolanidad han sido la resistencia, la paciencia y el espíritu de combate. La heroica resistencia venezolana durante los grandes desafíos de 1814, de 1859, durante el largo oscurantismo del período gomecista, o durante la dictadura perezjimenista, tampoco fueron meros episodios aislados y atípicos de la historia venezolana, sino forman parte de la otra cara de la venezolanidad: adversidad y resistencia, calamidad y resiliencia, sufrimiento, por un lado, y lucha y compromiso con la condición humana, por el otro, recordando las palabras del Comandante Che Guevara: La Solidaridad es la ternura de los pueblos.  

El venezolano de hoy debe sentir y vivir el doble orgullo del indomable espíritu de combate de sus ancestros, y el poderoso espíritu de resistencia que demuestra en la actualidad. Durante la gran década independentista (1810-1821), el venezolano pagó con su sangre y su propia población el precio de su libertad y su soberanía. Durante la guerra federal, pagó el mismo precio por la igualdad y contra la marginalización socioeconómica impuesta por los godos y los terratenientes. Hoy en día, ese mismo venezolano repite y reedita las luchas de sus ancestros, al demostrar una infinita paciencia y una admirable fortaleza interna para aguantar las embestidas de sus enemigos, con la noble finalidad de proteger su libertad, su soberanía y su igualdad socioeconómica. Todas las luchas tienen su precio, nada se puede lograr sin sacrificios, dolor y angustia, pero el pueblo venezolano les ha demostrado a sus enemigos que puede aguantar y sostenerse firmemente ante cualquier tipo de agresiones.     

A pesar del sufrimiento y las necesidades que vive actualmente el venezolano, el mismo ha demostrado ser tan resistente como el pueblo ruso de Stalingrado y Leningrado, o el pueblo vietnamita del Sur de Vietnam. Hoy en día, el pueblo de Bolívar, Sucre y Chávez, escribe una nueva epopeya de luchas y sacrificios digna de otra obra como la “Venezuela Heroica”, una que inmortalice sus sacrificios y sus batallas por lo más noble que puede luchar el ser humano: su libertad, su dignidad y su independencia. Gloria al Bravo Pueblo, que el yugo lanzó, y aunque el despotismo efectivamente levantó su voz una vez más en la tierra de Bolívar, el noble pueblo bolivariano y chavista sigue manteniendo el ejemplo que tantas veces Caracas dio. 

khosomoso@yahoo.com           

miércoles, 23 de agosto de 2017

Gaza y Barcelona: mismos atentados, diferentes reacciones

Por Leandro Albani:

El jueves a la mañana un atentado suicida sacudió a la Franja de Gaza, esa frágil porción de territorio que todavía les pertenece a las palestinas y a los palestinos. Un joven que intentaba cruzar hacia Egipto se hizo estallar en un paso fronterizo, terminando con su vida y con la de un efectivo de seguridad del Movimiento de Resistencia Islámica Hamas, que gobierna la Franja desde 2007. El estallido también provocó cinco heridos. Según los medios de comunicación, el joven suicida podría tener vinculaciones con el Estado Islámico (ISIS o Daesh).


Hasta la tarde del jueves, cuando ocurrió el atentado en la ciudad de Barcelona, ningún canal de televisión ni alguno de los “importantes” gobernantes de este mundo dijeron algo sobre lo sucedido en Gaza. Es más, hasta ahora parece que nadie  conmoverse por lo que sucede en la Franja. Tal vez porque en Gaza murió una sola persona. O, quizás, porque a los grandes medios y a los poderosos gobernantes del mundo no les importa qué sucede en Gaza, esos 360 kilómetros cuadrados sobre el mar Mediterráneo, una región bloqueada y castigada por el Estado de Israel; un territorio que apenas tiene algunas horas de electricidad por día, en el cual los hospitales no reciben insumos, donde la desocupación es del 60%; donde sus habitantes se despiertan para sobrevivir y con la esperanza de que la aviación israelí no los bombardee. Gaza, como alguna vez afirmó el intelectual y lingüista estadounidense Noam Chomsky, es la cárcel a cielo abierto más grande del mundo.

Quienes cometieron los atentados en España son, en muchos casos, consecuencia de lo que la propia Europa genera en Medio Oriente: muerte, hambre, pobreza, saqueos. La responsabilidad de la Unión Europea en la actual guerra de agresión contra Siria está por demás de probada: apoyaron a cientos de personas que viajaron a ese país para sumarse a las filas de grupos irregulares, el Estado Islámico inclusive; financiaron y armaron a los mercenarios que, delicadamente, todavía denominan como “oposición moderada” al gobierno de Bashar Al Assad; los servicios de inteligencia europeos fueron por demás de flexibles para que sus propios ciudadanos viajaran a combatir contra el Ejército sirio. Y esas personas, muchas de ellas jóvenes (musulmanes o no), comenzaron a volver a sus países en Europa. La desocupación que vive el viejo continente, la falta de esperanza de vida y de expectativas hacia el futuro, la pobreza y la derechización de la sociedad europea son el caldo de cultivo para entender los por qué de un atentado como el de Barcelona. A esto hay que sumarle que el Daesh se encuentra casi derrotado en Siria e Irak. Y, como lo dejó en claro el propio ISIS, ahora su campo de batalla es el mundo, teniendo a Europa como blanco principal.

Las razones de los últimos atentados en Europa se deben  buscar en la historia de injerencia que los gobiernos de ese continente tienen en Medio Oriente. La invasión de Estados Unidos y sus aliados a Irak en 2003, justificada por las invisibles armas de destrucción masiva que tenía el gobierno de Sadam Husein, fue tal vez el punto más crítico, del cual derivaron decenas de grupos terroristas. Destruido el Estado, asesinadas miles de personas, profundizadas las diferencias sectarias, Estados Unidos dejó a Irak fragmentado y saqueado. En esa tierra arrasada, los grupos terroristas fueron, por un largo tiempo, la única opción para cientos de civiles que sufrían a diario la represión de las tropas norteamericanas y de sus aliados, donde Gran Bretaña y España tuvieron un rol estelar.

Tanto Daesh como Al Qaeda tienen un origen claro: Arabia Saudí. Desde la década de 1970, la monarquía de la familia Al Saud financia a grupos irregulares que, en los últimos años, tuvieron su esplendor en Siria e Irak. Formados en una ideología reaccionaria como el wahabismo, con millones de dólares a disposición, moviéndose con soltura entre las fronteras y apostando a un fuerte impacto mediático, los grupos armados por Arabia Saudí seguirán teniendo buena salud si la difusa “comunidad internacional” no ataca la raíz de esta problemática. Y esa raíz se hunde profundamente en el territorio saudí.

Después de 24 horas de atentados varios y mediáticos pienso en Gaza, en la gente que vive en la Franja, en los niños y las niñas de Palestina que están presos en cárceles israelíes y en el silencio de gobernantes, periodistas y analistas que dicen muchas cosas sin decir nada.

Las vidas inocentes que se perdieron en España duelen. Pero pensar que los atentados en Europa son hechos aislados, cometidos por personas desequilibradas y que no tienen una historia de fondo, es negar la realidad. El terrorismo se vive a diario en Siria e Irak, y son pocos los que se conmueven por las muertes en esos países.

La voracidad de Estados Unidos y las potencias europeas, golpeando a los pueblos de Medio Oriente desde hace décadas, genera desesperación, acorrala a muchas personas y las lleva a aferrarse a esperanzas mínimas, muchas de esas esperanzas representadas en grupos armados que profesan una ideología conservadora y retrógrada, criticada por la mayoría de la comunidad islámica del mundo. Esos grupos, que en la actualidad tienen a Daesh como la expresión más radical y cruel, son los mismos que Estados Unidos armó y apoyó para combatir al Ejército soviético en Afganistán. Y son los mismos que Arabia Saudí, principal aliado de Washington en Medio Oriente, financia todos los días. Cortar ese flujo de dinero y respaldo es fundamental para que atentados como los de Barcelona o Gaza no ocurran más.
leandroalbani@gmail.com