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lunes, 7 de noviembre de 2016

Irán-Drogas-Contras: Menos Irán, Más México

DEA Vs CIA

Por: Ruy Díaz  PhD.

Mientras David Romero comentaba el libro “La CIA, Camarena y Caro Quintero, La Historia Secreta” de Jesús Esquivel, recordamos el periódico del MIR-URP (1981) donde señalaban 20 torturas aplicadas  a Tomas Nativi y a Romero Ellner. Tiempo después desaparecieron Nativi y Fidel Martínez y un primo (QEPD) elaboró una manta frente a la sede del MIR-URP en la UNAH…

La administración Reagan- Bush por mediación de la CIA apoyaba a la Contra nicaragüense desde el triunfo de la revolución sandinista. Empero, en 1982,  el Congreso de EEUU  prohibió emplear dinero en esa actividad, escribe Anabel Hernández en “Los Señores del Narco”.


 Para burlar la prohibición, funcionarios de la CIA se coludieron con narcotraficantes de América Latina y se toleró que Caro Quintero, Mata Ballesteros y Pablo Escobar, entre otros, traficaran drogas hacia EEUU a cambio que donaran recursos para la Contra nicaragüense. John Kerry presidió la comisión de investigación del caso Irán-Contras y denunció que el Departamento de Estado proporcionó apoyo a los Contras y estuvo implicado en el tráfico de drogas, reconociendo además, que los traficantes de droga suministraron dinero en efectivo, armas, aviones, pilotos y servicios aéreos  a la Contra, todo ello con el fin de no menoscabar la política exterior de la administración Reagan- Bush, señala Hernández.

De hecho, la Contra fue entrenada durante varios años con el consentimiento del gobierno mexicano, al menos en un rancho propiedad de Rafael Caro Quintero en Veracruz. Las operaciones de entrenamiento fueron conducidas por la CIA, usando como cubierta a la Dirección Federal de Seguridad de México. La CIA era responsable  de las pistas clandestinas para reabastecer el combustible de aviones cargados de armas enviados a Honduras y Nicaragua. Los aviones también iban cargados de cocaína que levantaban en Barranquilla, Colombia y después se dirigían a Miami, escriben tanto Esquivel como Hernández.

Cuando Edén Pastora encabezó la Contra recibió financiamiento de la CIA producto del dinero de la droga. Pastora lo reveló al periodista Manuel Buendía y como consecuencia sufrió un ataque bomba mientras se conducía a Costa Rica. Buendía fue asesinado tiempo después por órdenes de Manuel Bartlett  (hoy dirigente del PT de México), según Hernández.

Asimismo, el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena,  fue ejecutado por la CIA en colaboración con el cartel de Sinaloa en una contradicción de objetivos entre la CIA y la DEA (Política Exterior Vs. Salud Pública Norteamericana). Camarena ideó la estrategia de perseguir el dinero de los capos y no la droga, lo que implicaba menos dinero que la CIA podía desviar a la Contra, señala Esquivel. Cuando el encargado de la Operación Leyenda, Héctor Berrellez,  previno al personal de la embajada de EEUU de lo que acontecía en México, éstos simplemente dijeron “manténgase alejado de esas bases, son campos de entrenamiento, operaciones especiales”, apunta Hernández.

Poco después que Violeta Chamorro tomara el control del ejecutivo nicaragüense, Pablo Escobar perdió el apoyo de la CIA y muere en Diciembre, 1993. No obstante, la plataforma desarrollada por el Irán-Contras que transformó a los capos mexicanos de pandillas dispersas de poca monta, que sobornaban al estrato político mexicano, en carteles mimetizados dentro de la estructura de gobierno, pervivió, evolucionó y sigue enviando droga a EEUU. México hoy, continua siendo el trampolín de la droga para EEUU y  EEUU la piscina, como recuerda el Cardenal Javier Lozano Barragán.

En la movilización para exigir la presentación con vida de Tomas y Fidel (discursaron Juan Almendares Bonilla y Napoleón Asevero Granados) llevamos la manta. Ya en Moscú, en el contexto del Festival de la Juventud, nos dijeron que la recordaban y que  la habían considerado una provocación. Escuchando a  Romero Ellner  reflexionamos sobre el tema y  consideramos que volveríamos  a portarla. Decía: “Gustavo Álvarez ¡Asesino!”

ruy.rdiazd@gmail.com


viernes, 23 de septiembre de 2016

Desde Bogotá: Conspiración contra Cuba

Por Alberto Acevedo 

Un pequeño aquelarre anticubano, con generoso patrocinio del Departamento de Estado de los Estados Unidos, se reunió en Bogotá la semana pasada, tras el disfraz de ser un taller de capacitación para organizaciones no gubernamentales

Durante los días 4 al 10 de septiembre pasado, el Hotel Tequendama en Bogotá fue escenario de una curiosa reunión de organizaciones no gubernamentales, y la participación de académicos, la mayoría de ellos vinculados a la Universidad Nacional, convocados con el propósito de adelantar una ‘capacitación’ en técnicas de elaboración de ‘informes sombra’, que son presentados a foros internacionales, como las Naciones Unidas, para desvirtuar o avalar la gestión de diversos gobiernos.

 En el caso de la reunión de Bogotá la semana pasada, el objetivo era la construcción de informes de derechos humanos de organismos que trabajan con población LGBTI.

Pero la misión humanitaria de la reunión, en realidad es una fachada. El evento fue organizado por el Instituto Raza, Equidad y Derechos Humanos, IRED, que fundó y dirige Carlos Quesada, un cubano-americano residente en Estados Unidos, que recibe copiosos recursos del Departamento de Estado y de las agencias norteamericanas de inteligencia, para adelantar programas anticubanos en el exterior, utilizando, consciente o inconscientemente, a organizaciones no gubernamentales diversas, para darle un ropaje de “sociedad civil” a lo que en realidad es una conspiración contra la revolución socialista en Cuba.

Los ‘informes sombra’, en general, son herramientas de las ONG para vigilar a los Estados y demandar el cumplimiento de ciertas políticas en materia de derechos humanos. Usualmente, las ONG presentan informes alternos a los que los gobiernos presentan ante organismos internacionales. Pero en el caso de Cuba, son las agencias de inteligencia de los Estados Unidos las que se mimetizan a través de ONG, tanto cubanas como extranjeras, para construir un remedo de ‘sociedad civil’, que en el fondo no son más que grupos de conspiración contra la revolución.

Apoyo colombiano

De la cita de la pasada semana en el Tequendama, una fuente cercana a la reunión se puso en contacto con este semanario y se refirió a las intenciones de capacitar un grupo de personas que apoyaran actividades subversivas en Cuba. La reunión de Bogotá, coordinada y financiada por el IRED, no es la primera que se realiza en Colombia. Eventos similares se realizaron con anterioridad en Cali, Cartagena y Barranquilla.

La reunión de Bogotá contó con la colaboración de Wilson de Jesús Castañeda Castro, presidente de la organización ‘Caribe Afirmativo’ y forma parte de uno de los proyectos anticubanos presentado por Quesada, financiado por el Departamento de Estado con un aporte de 800.000 dólares.

Quesada ha vendido desarrollando estos programas contra Cuba desde el año 2011, para potenciar a grupos contrarrevolucionarios, como el Comité Ciudadano por la Integración Racial, CIR, la Mesa de Dialogo de la Juventud Cubana, las denominadas Damas de Blanco y una organización de juristas identificada como Cubalex. Todas ellas han recibido un jugoso financiamiento para presentarse como representantes de la sociedad civil cubana ante diversos organismos regionales e internacionales.

Los financiadores

Los organismos norteamericanos que entregan esos fondos y organizan la preparación y entrenamientos de líderes, son el Buró de Democracia y Derechos Humanos y Trabajo, DRL, perteneciente al Departamento de Estado y otras entidades como la Fundación Nacional para la Democracia, NED, el Instituto Republicano Internacional, IRI, el Instituto Nacional Demócrata, NDI, y, desde luego, la USAID, que tiene un negro historial de actividades desestabilizadoras contra gobiernos progresistas a lo largo y ancho de la geografía latinoamericana.

Cada año, el Congreso de los Estados Unidos aprueba un presupuesto que oscila entre los 20 mil millones de dólares, para financiar programas desestabilizadores contra los gobiernos progresistas de la región. La mayor parte de ese presupuesto, orientado específicamente contra Cuba Socialista, lo entrega a organizaciones de fachada, como las arriba mencionadas, que se encargan del trabajo sucio, que ya no pueden hacer la CIA, el FBI o la DEA.

Miran a sectores vulnerables

En América Latina se apoyan en organizaciones que posan de defensoras de derechos humanos, como el Centro de Desarrollo de la Mujer Negra Peruana, Cedemunep, y en Colombia, el Instituto de Ciencias Políticas Hernán Echavarría Olózaga, el Movimiento Nacional Cimarrón, que lidera Juan de Dios Mosquera y el ya citado Caribe Afirmativo.

En 2011, Juan de Dios Mosquera viajó a Cuba para participar en un evento contrarrevolucionario, organizado por Juan Antonio Madrazo Luna, líder del CIR. A su regreso, Mosquera publicó un artículo en la revista Isla, donde afirmó: “Desde esta, mi primera visita a Cuba, y luego de los sucedido ayer, voy a ser un misionero para derrumbar ese mito romántico sobre la eterna revolución de Cuba, que ahora entiendo ha fracasado y es inviable a la vuelta de más de medio siglo. Está tan decrépita como el propio Fidel Castro, como las casas de La Habana, como los carros de Cuba”.

Estados Unidos considera que sectores como los afros descendientes, la población LGBTI y la juventud, son vulnerables y susceptibles de ganar para aventuras contrarrevolucionarias en Cuba y por eso financia con jugosas sumas, iniciativas que se orienten en esta dirección. Y se apoya en organizaciones similares en América Latina, para darle un ropaje de legalidad a tan protervo propósito.

* Periodista del Semanario VOZ, órgano central del Partido Comunista Colombiano, PCC

latinoamerica@anncol.eu