miércoles, 8 de abril de 2020

Entre la razón y el delirium en Brasil con Bolsonaro



 Por Bruno Lima Rocha:
El debate sobre el aislamiento social y los macabros planes de la alianza entre un pensamiento obtuso y la acción de desmantelamiento de la política económica, están llevando a una parte del país a los rayos del delirio. No abordo aquí la política lenta e insuficiente de emergencia económica, poco siendo implementada por el Ministro de Economía, el Chicago Boy of card, Paulo Guedes. Tampoco abordaré el hecho de que Jair Bolsonaro enmarca el alto dono de las fuerzas armadas, desde el fin de semana del 28 de marzo de 2020. Hago aquí un breve debate, en el que nos enfrentamos a un delirio manipulado, pero que ganó entrego en Brasil y atrapado en el bolsonismo como una identificación más allá de lo electoral.



Aislamiento social y manipulación masiva en favor del capitalismo de desastres
En primer lugar, es necesario reforzar que contamos con colegas, profesiones, áreas de estudio que se centren en temas como la convivencia humana, las relaciones sociales, el inconsciente, los niveles de interacción y la reinserción social. Dicho esto, reconozco el estudio de los expertos y reforzo sólo lo que es evidencia. Somos una especie gregaria, que depende de las relaciones sociales y se integra en diferentes etapas de la vida colectiva. Vivimos colectivamente y no individualizados, no atomizados.

Nuestro asombro es saber que el énfasis en las actividades remotas a distancia fue muy elogiado por los entusiastas del capitalismo en la etapa de "acumulación flexible", en obras que se pueden llevar a cabo a través de la mediación cibernética. Así que nos quedamos asombrados de esta situación. Necesitamos ver la luz del sol, tomar las calles e incluso tocar los bienes, cuyo fetiche tanto fortalece el consumo inconsciente. Resulta que, en este momento, nos enfrentamos a una situación de calamidad, que nos presa gramamos de la mayor expansión de la pandemia, como nos aconseja correctamente la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El impacto del aislamiento es aún mayor en las capas más vulnerables y empobrecidas de la sociedad. No es porque nos enfrentemos al aislamiento social, tanto las diferencias socioeconómicas como las más variadas formas de explotación y opresión dejan de existir. Por lo tanto, las dificultades aumentan según la posición en la muy injusta pirámide social brasileña.

"No fue depresión, era capitalismo". Aislamiento social y soledad en el mundo individualista
Una vez me preguntaron: "¿Cómo combatir los sentimientos de soledad?" No estoy en condiciones de responder a una pregunta así.  Puedo decir, sin lugar a dudas, que los derechos colectivos deben ejercerse, defenderse y protegerse.  Lo mismo ocurre con el concepto de "felicidad". Es muy importante reconocer el conocimiento que se concentra en el área de la psicología social, terapias, salud mental, salud colectiva, educación física, fisioterapia y similares. Las relaciones sociales son muy complejas y también debemos centrarnos en el ámbito de las humanidades que estudian el tema, para que convivimos con cierto grado de armonía, siempre que se conserven las condiciones materiales y el respeto colectivo. Por lo tanto, respondo que es muy importante reconocer la condición de "expertos" para discutir temas complejos y superar los "achismos y sentido común", marcados por noticias falsas. Una vez que el pastel fecal simbólico ha sido volcado, estos contenidos fétidos circulan en Internet.

Por lo tanto, además de lo que se puede lograr mediante la lucha autoorganizada, lo más relevante es defender tanto el Sistema Unificado de Salud (EL SUS), y estar en alta guardia en la defensa incondicional del Sistema Unificado de Asistencia Social (SUAS). Sólo las políticas públicas y la organización social pueden salvarnos de la presión que surge de las desesperaciones diarias del capitalismo periférico y del negocio poscolonial que se revolcón en Brasil.

Aislamiento social y "opinión" sobre
Otra pregunta que se ha repetido desde el discurso del presidente Jair Bolsonaro, publicado el 13 de marzo, es si las Directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para contener la pandemia son correctas. La respuesta que puedo tratar de desarrollar en estas condiciones es OPINAR basado en la ciencia, siguiendo las directrices de la OMS, y repitiendo experiencias históricas de cómo los países han enfrentado y salido de situaciones limitistas con medidas para planificar la economía e inyectar liquidez para la generación de ingresos de familias, trabajadores formales e informales y micro y pequeñas empresas.

Cualquier orientación que no repita mínimamente la defendida por la OMS (aislamiento social), en las Naciones Unidas (ingreso básico universal) y en el área económica del G20 (menos Brasil, con nueva entrada de dinero y poniendo fin a la falacia del techo de gasto), es errónea. No sólo el mal refleja el sociópata de un pequeño número de brasileños que son muy privilegiados y que no quieren renunciar a un modelo económico concentrado, que debilita el empleo formal y aumenta la vulnerabilidad del país y de la gente común.

Señalar conclusiones
No abandonaremos la situación post-pandemia si no sobrevivimos como sociedad durante el período pandémico. Es urgente recuperar alguna razón en el debate colectivo y en la esfera pública y así bloquear la estupidez del debate de extrema derecha, alimentado hacia atrás por la predicación de fariseos oportunistas. No es difícil recordar que, aunque todo el mundo quiere ver milagros y que la fe realmente puede mover montañas, estamos en un país donde transmiten, de una manera tóxica, a "sesiones de curación" hechas por charlatanes en televisores abiertos, concesiones públicas revendidas por mercenarios de la baronía de las comunicaciones. El efecto de esta lija es incluso mayor que la absurda predicación del también charlatán Olavo de Carvalho y sus secuaces cibernéticos.

Lejos de mí defender cualquier imposición científica, en general, poniendo fin a estas imposiciones con un elogio velado al eurocentrismo y al "mérito". Pero ante la pandemia y como la menos peor se generó en las relaciones entre los Estados y el sistema de las Naciones Unidas, es necesario seguir las directrices de los organismos de las Naciones Unidas, tanto en la lucha contra la pandemia como en la defensa urgente de los planes económicos de tipo keynesiano y algunos planes Marshall para reconstruir los sistemas productivos y el tejido urbano más empobrecido en el momento posterior a la pandemia.

En Brasil es necesario, mínimamente, atacar duramente a dos enemigos: el delirio de la extrema derecha y su manipulación de masas tratadas como el ganado de la canción de Zé Ramalho, y el modelo económico sociópata y de artista de Paulo Guedes y su compañía de Chicago Boys.

Traducción al Español Sylvia Ubal ---sylviaubal@gmail.com
blimarocha@gmail.com

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