sábado, 14 de marzo de 2020

“Los hombres necesitados no son hombres libres” (1)



 Por Julio A. Louis:

Las imágenes de la toma de posesión de Lacalle Pou recorren al mundo. Uruguay es uno de los países de democracia (liberal agregamos) mejor reconocidos. No nos corresponde juzgar las intenciones de otros seres humanos. Sí los hechos de los que somos protagonistas. El pensamiento del título no es de ningún marxista, sino… de Franklin D. Roosevelt, famoso presidente de Estados Unidos (1933-1945). Mientras tanto en los períodos pre electorales, los candidatos de la coalición multicolor, han “descubierto” la pobreza y la indigencia. Pero las cifras de este Uruguay - el país más igualitario de la región- son concluyentes.



En estado de indigencia en 2006 estaba el 1.40% de la población, mientras que en 2018 había descendido al 0.10%. Y el de pobreza, en 2006 estaba el 32.50% de la población y en 2018, el 8.10%. Estos seres humanos, tan necesitados de lo más elemental, ¿son libres? Pero aún más, sin llegar a tales extremos, los necesitados para vivir de la ocupación que ofrecen las patronales privadas, o aún el Estado capitalista, que ni siquiera garantiza a sus ciudadanos muchas veces el derecho de la vida (salud, alimentación, vivienda) ¿son libres?

Con seres humanos tan limitados en su libertad, ¿se puede construir una democracia? La democracia es el gobierno del pueblo. Y para que haya una verdadera democracia, tienen que ser todos los seres humanos libres.

El acto de traspaso del mando presidencial, fue respetuoso y a la vez lamentable. No se invitó a presidentes por no ser “demócratas” (Díaz Canel, Maduro, Ortega), pero si a Bolsonaro, Piñera, y otros de conductas anti democráticas. Y es ése el hecho político del día.

El discurso de Lacalle no es creíble para la clase trabajadora y las clases y sectores populares, como no lo son los que le hacen los mandados al imperialismo y a la oligarquía. Y del hecho de que hayan festejado muchos uruguayos, gran parte de ellos humildes, no puede concluirse que haya habido una fiesta democrática por lo ya expuesto. Sí ya queda claro que el pueblo -empezando por el más culto políticamente- y las organizaciones políticas, sociales, sindicales que se oponen a ser servidoras fieles del imperialismo y de la oligarquía, deben comenzar a resistir para no perder los derechos logrados y conquistar otros, como lo están haciendo, por ejemplo, los pueblos de Chile y de Brasil.

(1)    Cita extraída de “Breve historia del neoliberalismo” de David Harvey. 2005      

jlui@vera.com.uy

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