martes, 31 de marzo de 2020

Criminalizar en tiempo de pandemia



Por Jesús A. Rondón:
El presidente Maduro al iniciar las operaciones para control de la pandemia del Covid-19 en Venezuela pidió no politizar el asunto, para encontrar los mayores espacios de colaboración que permitan medidas más efectivas y que al final de este periodo, menos fallecidos y contagiados.

En este contexto diversas voces en nuestro país demandan el cese de las medidas coercitivas unilaterales implementadas por los Estados Unidos de América y han encontrado eco en instancias multilaterales como Naciones Unidas, a tal punto que la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet ha hecho un llamamiento también.  Al mismo tenor Antonio Guterrez, Secretario General de Naciones Unidas ha instado a un alto en los conflictos en curso en nuestro planeta, posteriormente el Papa Francisco se ha sumado a esta petición. El cese de todas aquellas medidas coercitivas unilaterales en vigencia permitiría que los Estados que son objeto de ellas, puedan recuperar plenamente sus capacidades para atender la pandemia en sus respectivos territorios.


La dirección del ejecutivo estadounidense va en el sentido contrario, pues mantiene las medidas coercitivas unilaterales que implementa contra varios pueblos del mundo, pero como le es desfavorable acentuarlas, recurre a la criminalización, y en el caso venezolano un fiscal presenta cargos en una corte de Nueva York contra figuras relevantes del gobierno bolivariano.

El gobierno de Trump emprende esta acción en un escenario donde la atención de la pandemia en su territorio tiene una orientación contraria a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, para salvaguardar los intereses de las corporaciones; lo que le ha traído como resultado superar el número de contagiados en China y un rápido aumento de muerte por este virus.

Mientras tanto en Venezuela, observamos que el liderazgo de la revolución bolivariana dispone de más capacidades de gobierno, fundamentalmente por haber comprendido la realidad adecuadamente y en consecuencia tomar las decisiones necesarias y oportunas, lo que ha permitido alinear y disponer de todos los recursos materiales e institucionales existentes. De tal manera que todos están alineados con esas orientaciones.

Esta acción de criminalización contribuye a sumar para un escenario de agresión militar o paramilitar por un lado y por otro recuperar el foco comunicacional para la oposición venezolana al chavismo, subordinada a la política norteamericana (que llego diluida después de la “exitosa” gira de Guaido); que ahora está en cuarentena, pero con pronóstico reservado y respiración asistida. Desarmados discursivamente, no son capaces de mantener la conexión con los grandes sectores que no quieren a Nicolás Maduro y se diluyen como opción.

En el chavismo con Chávez, una de la cosas que se siempre se afirmó fue que de cada situación adversa, el chavismo y la revolución bolivariana salía más fortalecido e incluso le daba condiciones para avanzar discursiva, legal, institucional y socialmente. En el chavismo con Maduro la situación parece ser lo contrario como norma, pero las cosas puede que comiencen a cambiar en este sentido.
jesusalbertorondon@gmail.com

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