Por Diego Olivera Evia:
América Latina bajo la manipulación de Trump
La utilización de la Organización de Estados Americanos
(OEA), se ha transformado en una estructura intervencionista, a través del
Secretario General de la misma, Luis Almagro, quien de manera ilegal asume
funciones de un pro cónsul, del presidente bipolar, Donald Trump en su campaña
contra Venezuela, como objetivo principal y otras naciones como Cuba,
Nicaragua, Bolivia, y naciones del Caribe.
La OEA se concibió como un mecanismo de control, luego de la
segunda guerra mundial, con el objetivo de que EEUU pueda controlar a los
países latinoamericanos, bajo las teorías intervencionistas, bajo esta realidad
se intervino a naciones del área, y se aplicó el Plan Cóndor en el Cono Sur,
con golpes de estado, con miles de muertos y desaparecidos.
Antecedentes de las doctrinas imperialistas de EEUU
La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para
los americanos», fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida al presidente
James Monroe en el año 1823. Establecía que cualquier intervención de los
europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la
intervención de Estados Unidos La doctrina fue presentada por el presidente James
Monroe durante su sexto discurso al Congreso sobre el Estado de la Unión. Fue
tomado inicialmente con dudas y posteriormente con entusiasmo.
Fue un momento decisivo en la política exterior de los
Estados Unidos. La doctrina fue concebida por sus autores, especialmente John
Quincy Adams, como una proclamación de los Estados Unidos de su oposición al
colonialismo en respuesta a la amenaza que suponía la restauración monárquica
en Europa y la Santa Alianza tras las guerras napoleónicas.
El presidente norteamericano James Polk despertó por primera
vez el discurso de Monroe en su alocución del 2 de diciembre de 1845 con la
finalidad de apoyar las pretensiones norteamericanas sobre Texas y el
territorio de Oregón, así como para oponerse a supuestas maquinaciones
británicas con relación a California, que en aquel entonces era una provincia
mexicana.
En 1850 también se tomó el pronunciamiento del entonces
expresidente Monroe en ocasión de la rivalidad entre británicos y
norteamericanos en Centroamérica.
La aplicación de la doctrina del gran garrote
Los antecedentes de esta realidad se sitúan La política del Gran Garrote, plan Garrote o
Big Stick es el nombre con que se conoce a una tendencia en las relaciones
diplomáticas estadounidenses de principios del siglo XX. La expresión se
origina en una frase escrita por el presidente de Estados Unidos, Theodore
Roosevelt, en el año 1901, donde manifestaba su agrado porque el comité del
Partido Republicano de Nueva York había expulsado a un corrupto consejero. La
frase, tomada de un proverbio del África occidental era: "habla suavemente
y lleva un gran garrote, así llegarás lejos" (speak softly and carry a big
stick, you will go far).
Tal concepto ilustra la voluntad de Roosevelt para realizar
negociaciones y pactos con sus adversarios internos y externos, pero siempre
mostrando la posibilidad de una actuación violenta como modo de presión.
Aplicada a la política de Estados Unidos en América Latina, la frase mostraba
que el régimen de Roosevelt podía presionar a los países latinoamericanos,
particularmente los ribereños del Mar Caribe con una intervención armada.
Señala el inicio del imperialismo estadounidense y de su
actuación como potencia mundial. En América Latina comenzaría una ola de
dominio político y económico estadounidense (a principios del siglo XX)
justificada en la marcada extensión del "derecho" de Estados Unidos a
intervenir en asuntos de otros países en defensa de los intereses de ciudadanos
estadounidenses, encontrada en el "Corolario Roosevelt a la Doctrina
Monroe" emitido por Theodore Roosevelt en su mensaje anual de 1904 como
consecuencia de la intervención de las potencias europeas en el Bloqueo Naval a
Venezuela de 1902-1903.
América Latina bajo la manipulación de EEUU
Estos son las bases del concepto imperialista de EEUU, de
concebir a América Latina como su patio trasero, que adopta el carácter
intervencionista y sus campañas
expansionistas, como racistas hacia los países latinoamericanos, como
actualmente lo desarrolla el gobierno de Donald Trump, en su concepción de la
supremacía blanca y sus nexos con el Ku Klux Klan un clan terrorista que surgió
en Tenesse, Estados Unidos en el año de 1865, cuyos integrantes eran un grupo
de antiguos oficiales, blancos esclavistas que tenían un fin en común, reprimir
a los esclavos liberados, concibiendo a la raza de color como seres totalmente
inferiores a ellos, siendo sus padres miembros de esta secta.
Bajo esta visión imperial e intervencionista Trump y su
equipo político-militar, adopta estas teorías para controlar a los países
latinoamericanos, su prepotencia enfermiza lleva a tratar a los mandatarios,
del continente como títeres, en la presidencia de Amlo en México, como la
obligación de pagar el Muro, ha creado una crisis en sus acuerdos. De la misma
manera tratar al presidente de Brasil Bolsonaro, como al de Argentina Mauricio
Macri, como sus testaferros en el cono Sur, apoyado por el acuerdo con el
presidente de Perú, quien caracterizo a estos mandatarios en su encuentro con
Trump de “perritos”, como el presidente de Paraguay Mario o Marito, con sus
vínculos narcotraficantes, y sus patrañas con Bolsonaro estos son parte de la
campañas anti populares y sus ataques a Venezuela y al presidente Nicolás Maduro.
Esta nueva realidad continental y las derrotas de algunos
modelos progresistas, han mostrado la necesidad de nuevas propuestas económicas
y políticas, ante el neoliberalismo, el uso de la prepotencia en las relaciones
políticas, el llamado a atacar a Venezuela del presidente de Panamá, en el
periodo de Juan Carlos Varela por expreso mandante del presidente bipolar
Trump, muestra el poder imperial, creando a través de la OEA, del inmoral
Secretario Almagro, han creado una farsa de la realidad de esta nación
latinoamericana.
Hoy naciones criminales como Colombia, con más de 200
dirigente sociales y campesinos,
asesinados entre ellos ex FARC amnistiados y familia, las acciones
impunes de los paramilitares, dirigidos por el exmandatario Álvaro Uribe, con
nuevas amenazas de invadir a Venezuela, los asesinatos de periodistas y
comunicadores sociales en México, las tumbas colectivas en ambas naciones, hablan
de verdaderos gobiernos forajidos, la inmoralidad de la presidencia de facto de
Temer y sus juicios por corrupción, frenados por la compra de legisladores y
jueces, cubren la malversaciones, de la misma Manera Macri en Argentina, donde
la justicia no cumple sus funciones y la corrupción esta impune.
Nada de estos hechos son investigados por la OEA y el
esbirro Almagro, para él los miles de asesinados, la tumbas colectivas, el narcotráfico en
Colombia y México, la impunidad en Brasil y Argentina, son parte de la realidad del modelo neoliberal
capitalista, si atacar al gobierno de Venezuela y Cuba, con mentiras, pero en
el fondo es el petróleo venezolano, la mayor reserva del planeta, el oro, el
coltán, y otros minerales son el objetivo del imperio, los ciudadanos son para
Trump un mero daño colateral, como lo realiza en Iraq, Siria, Yemen, Somalia,
Afganistán.
Periodista, Analista Geopolítico
diegojolivera@gmail.com
Cómo siempre mi estimado Diego Olivera Envía con su talento y formación periodística,razonando la realidad de estas perversidades del Imperio que quiere esclavizarnos y poner al mundo de rodillas. Algo que no ocurrirá, gracias a periodistas que no temen, como Diego y todos los que escribimos para el Barómetro Internacional.Un abrazo. Fuerza Diego!!!
ResponderEliminarCómo siempre mi estimado Diego Olivera Envía con su talento y formación periodística, razonando la realidad de esas perversidades del Imperio que quiere esclavizarnos y poner al mundo de rodillas. Algo que no ocurrirá, gracias a periodistas que no temen, como Diego y todos los que escribimos para el Barómetro Internacional.Un abrazo. Fuerza Diego!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario esto nos reconforta
ResponderEliminarUn Gran Abrazo Diego Olivera