sábado, 9 de marzo de 2019

¿EEUU digitó frecuentemente, el Nobel de la Paz?


Por Norma Estela Ferreyra:

Nueve mujeres en 7 días hablaron en torno a las agresiones sexuales cometidas en su contra por Óscar Arias Sánchez, premio Nobel de la Paz en 1987 y que fuera  dos veces presidente de Costa Rica (1986-1990 y 2006-2010), acusado de prevaricato durante su gestión y conocido como títere en defensa de los intereses regionales del gobierno Estados Unidos. Él es abogado, economista, politólogo de 78 años de edad, y  empresario costarricense, que implantó medidas neoliberales en Costa Rica, las que  deterioraron el bienestar y las condiciones de vida, de un sector importante de la población, con  políticas de apertura y privatización se dieron concesiones al sector privado, algo nefasto  para el país y su soberanía.


En su segundo gobierno,  aprobó el Tratado de Libre Comercio con EU,  promovió que se instalaran empresas extranjeras  bajo condiciones favorables del régimen de zonas francas. donde él era propietario de una de ellas y  por supuesto que  percibió parte de los beneficios.

Su figura promovida por los medios hegemónicos trasnacionales y con la propaganda  estadounidense, Arias comenzó a brillar con el  alineamiento a las directivas de Washington en el último tramo de la guerra fría, que fue  cuando implantó las políticas neoliberales en Costa Rica.

“Las denuncias presentadas contra él evidencian, por una parte, la disposición de EU y las élites latinoamericanas para retribuir sus servicios, encumbrar y construir una falsa aureola  de prestigio, en torno a un personaje sin valor alguno y  carente de las habilidades y  convicciones democráticas que le han atribuido” , señalaba un editorial del diario mexicano La Jornada.
Asimismo,  Arias demuestra que la violencia sexual, es propia de los hombres poderosos y de las redes  de complicidades, que le aseguran la impunidad.

 Óscar Arias  fue contrapunto  a los esfuerzos mexicanos por facilitar una salida política a la guerra civil que desgarraba a El Salvador  y por contener el intervencionismo estadounidense contra el régimen sandinista en Nicaragua”. Y sigue: “Fueron estas credenciales de anticomunismo y servilismo ante la superpotencia, las que le valieron que la Casa Blanca de Ronald Reagan gestionara en su favor el Premio Nobel de la Paz 1987”.

Caso similar al del último Nobel de la Paz latinoamericano, el ex presidente colombiano Juan Manuel Santos, por sus esfuerzos por desconocer los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC.
 En su segundo mandato, Arias volvió a poner a su país al servicio de EU, al ofrecerse como mediador tras el golpe de Estado que depuso al presidente hondureño Manuel Zelaya, un proceso en el cual trabajó para ganar tiempo al régimen de facto y desarticular la movilización social en favor de la restauración del mandatario constitucional.

Arias  forma parte del grupo de ex presidentes de derecha que, como el español José María Aznar y el mexicano Felipe Calderón, se apresuraron a respaldar la aventura golpista del diputado venezolano Juan Guaidó.  No podíamos esperar otra cosa, de semejante sujeto traidor, a los Latinoamericanos bien nacidos.
Acusado de acosador, violador y enfermo de poder, se arrogó el derecho de acosar e intentar violaciones sexuales a mujeres codiciadas por la mayoría de los que ostentan cargos importantes, como funcionarios y políticos.

La primera en denunciarlo  a Arias por acoso sexual, fue la activista antibélica Alexandra Arce von Herold, quien lo acusó ante tribunales por su violación en diciembre de 2014. 
Yazmín Morales  también lo denunció y reveló que cuando intentó anteriormente hacerlo, tres abogados se negaron a ayudarla y le sugirieron desistir porque conocían al político. Ella  también llevó el caso ante instancias judiciales, acusando al ex presidente por manosearla y besarla contra su voluntad en 2015.

Luego llegaron las denuncias de  tres periodistas, una editora y una ex reina de belleza, quienes lo acusaron de diversas modalidades de abuso sexual.
La periodista Ana Eleonora “Nono” Antillón Guerrero, declaró haber sido abusada por Arias mientras trabajaba como su asesora durante la precampaña electoral de 1986; la directora de comunicaciones de Human Right Watch, Emma Daly, fue abusada mientras trabajaba en Costa Rica como periodista del Tico Times y de la agencia Reuters en 1990.

Además, Marta Araya Marroni, del equipo editorial de uno de los libros publicados por Arias, denunció que el ex mandatario le tocó una pierna y se ofreció a hacerle masajes, en dos ocasiones, y Mónica Morales Moya, periodista de la Revista Perfil, escribió que Arias la acosó mediante insinuaciones subidas de tono, pidiéndole que se sentara en sus piernas.

En agosto de 2018 Arias fue acusado de manera formal por un caso de prevaricación que se remonta a su segundo periodo presidencial. Así, la actual ola de denuncias parece marcar el ocaso de una de las figuras más emblemáticas de la política latinoamericana y de la socialdemocracia regional de las recientes décadas.

La Fiscalía indicó que A
rias firmó en octubre de 2008 un decreto que declaraba “de interés público” y “de conveniencia nacional” el proyecto minero de la firma canadiense Industrias Infinito, en el poblado Crucitas, fronterizo con Nicaragua,  concesión anulada por razones ambientales en 2010 por el Tribunal Contencioso Administrativo, con lo cual, se puso de manifiesto una notoria ilegalidad en el decreto que había firmado el mandatario.
Patético final para un presidente-títere y asiduo columnista del diario español El País. Nada puede sorprendernos, Obama recibió otro Nobel de la Paz y muchos fueron los premios a la obediencia debida a  los dictados  estadounidenses.

Recordemos que a Vargas Llosas, también le dieron un Premio Nobel de Literatura, por predicar en las Ferias del Libro de habla hispana, las bondades de ser sumisos a los mandatos de EEUU. Lo digo sin negar sus condiciones de escritor, Pero para llegar a ese premio, hay que hacer algo más. Como muchos otros, que no deseo recordar. Dejando a salvo a muchos que alcanzaron merecidamente, dicho galardón.
normaef10@hotmail.com

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