viernes, 27 de julio de 2018

¿Quién son los verdaderos enemigos del pueblo?


Por Carlos Maldonado

Una pregunta ronda las cabezas de muchos militantes de izquierda hoy en día: ¿Por qué habiéndose descubierto las verdaderas intenciones, desenmascarado los actores que se visten de populacho, algunos, los cuales no son pocos, intelectuales de izquierda -aquí no cuentan los repite consignas- se han prestado al juego del Imperialismo y sus secuaces de descalificar, incluso, demonizar gobiernos legítimamente electos cuyo único delito ha sido desmarcarse de la égida de Washington y que por ello, hoy sufren la embestida de golpes suaves, a la imagen y semejanza de Gene Shepard su creador, para derrocarlos e instalar a partir de su caída a gobiernos títeres proclives a una restauración neoliberal más encarnizada y profunda, recuperando sus riquezas al control irrestricto del Imperio yanqui y sus adláteres como son las oligarquías criollas de estas naciones?  
Los hechos más recientes y emblemáticos en el tiempo histórico son los de Venezuela y el de hoy en Nicaragua. En el primero, suscitados a partir de, casualmente, abril del año 2017, el mismo mes en que se desataron las protestas "pacíficas" en Nicaragua este año. El libreto el mismo: violencia generalizada encabezada por estudiantes que luego se ha descubierto la mayoría no eran tales sino delincuentes, pandilleros y vagos propios y extranjeros, a quienes a cambio de dinero se les comprometía para que arremetieran con furia contra la fuerza pública y las instituciones estatales, propiciando tranques, destrucción de propiedad pública y privada, convocatoria a paros nacionales, asesinatos de militantes chavistas en Venezuela, del Frente Sandinista en Nicaragua, incluso al extremo de quemarlos lo cual así como se ha dado en la patria de Bolívar también se ha dado en la de Darío y Sandino. Y, aupando esos sucesos de terror hacia la población con el objetivo de paralizarla y desesperarla, la prensa internacional que no ha escatimado en mentiras, falsedades, grandilocuencias y tergiversaciones, hace lo suyo para echar la culpa de esa violencia al gobierno legítimo sin reparo alguno. Así sucedió en Venezuela así sucede hoy en Nicaragua.

Esa prensa, con un patrón similar, descalifica desde sus editoriales y columnistas, los llamados al diálogo que ambos gobiernos han hecho, con el ánimo de orillar la situación a una confrontación donde no exista más posibilidad que un derrocamiento del gobierno legítimo o en caso extremo, una "intervención humanitaria" de parte de los marines y sus mercenarios provenientes de países genuflexos a la Casa Blanca, lo cual no exige más que atajar abruptamente la decisión de los pueblos de forjar sus propios destinos, imponiendo un gobierno tutelado por ella nuevamente. Y, a esa prensa corrupta y claramente financiada por el Imperio y las oligarquías del hemisferio, se unen no solo las cúpulas corruptas y parasitarias de la Iglesia Católica y Protestante sino los izquierdosos, término que utilizaremos de ahora en adelante para referirnos a esos intelectuales bien pensantes que mascullan términos marxistas-leninistas pero que en su accionar cotidiano apoyan a la burguesía y la socialdemocracia, incluso demostrando más odio y saña que su propio amo en lo que se refiere a atacar y destruir dejando al descubierto ese espíritu fascista que los imbuye.

El argumento facilista que han escogido esos izquierdosos es el que blande que Daniel Ortega se alejó del verdadero sandinismo, de las verdades absolutistas del marxismo-leninismo y, que por tanto, se ha convertido en un dictador, desdeñando con ese argumento al propio marxismo-leninismo cuando haciéndolo ver como una doctrina pétrea que debe cumplirse a pie juntillas, echan por el caño del agua sucia la misma sentencia de Marx al referirse a sus propias cavilaciones y análisis científicos: que éste era un método de investigación y que como tal iría perfeccionándose en el camino del desarrollo humano. Asimismo, desoyendo también a Lenin quien comparó este método como una serie de estrategias de lucha y que, como cualquier propuesta científica, necesita de aportes y contribuciones a medida que se pone en práctica en determinados contextos. Esa es la verdadera esencia dialéctica del método marxista-leninista y no el aura dogmática y mística que le quieren dar estos despistados o ¿renegados?

Ahora, tratando de responder la pregunta de por qué esos intelectuales izquierdosos actúan como aliados del Imperio y las oligarquías hemisféricas, quizá esta respuesta yazca en lo más recóndito de las profundidades económicas que soliviantan sus espíritus pequeño-burgueses de la siguiente manera: al ser trabajadores, entre administradores o enlaces, de Organizaciones No Gubernamentales cuyos financistas provienen de países como EEUU y la Unión Europea donde no hay cabida para las ideas socialistas sino, todo lo contrario, donde se trabaja denodadamente por la misión contrarrevolucionaria a nivel planetario de mantener el asistencialismo, el paternalismo, la conmiseración egoísta plasmada en los múltiples discursos que hablan del capitalismo con rostro humano, del capitalismo fraterno, amigable, con el fin no solo de alargar la agonía de este sistema sino de combatir cualquier otra alternativa que ponga en peligro lo más mínimo su existencia, estos se ven compelidos a ser cajas de resonancia de este marco económico-político-ideológico.

Venezuela y Nicaragua, han puesto en peligro esa hegemonía del imperialismo yanqui al desligarse, en principio, de sus directrices. En segunda instancia, como corolario de ello, del entorno subyugante de su economía al volver a otros actores emergentes y verdaderos competidores de los gringos como lo son Rusia y China Popular en estos momentos. Por tanto, con esas ansias presurosas de echar por los suelos todo intento de emancipación como podría ser  la irrupción de los BRIC's y los procesos de integración que habían llevado exitosamente hasta ahora los países sudamericanos con Venezuela y Cuba a la cabeza y que para Washington son un anatema, es obvio que ésta quiera volver al redil a sus ovejas descarriadas.

Ante tan apremiante orden de parte de sus financistas so pena de perder sus generosos emolumentos, los izquierdosos no escatiman entonces la mínima oportunidad de despotricar contra estos intentos de emancipación, los cuales no han podido apresurar el socialismo, aunque no son las únicas pero sí las que más pesan, precisamente, por las trabas y los retrasos que les confiere estar defendiéndose no solo de la violencia abierta y descarada al interno de sus propios territorios, sino de la que sufren a diario miles de venezolanos con la guerra económica interna y la asfixia financiera a nivel mundial que ejercen las instituciones internacionales subyugadas por los gringos. Ese acoso y hostigamiento no ha permitido llevar a cabo los planes socialistas, concentrándose más en adoptar una economía de guerra, como le ha venido sucediendo a la mayor de las Antillas y a Venezuela ahora, lo cual no ha impedido, a pesar de ella, a sus gobiernos cumplir con los mínimos compromisos de bienestar para toda su población y evitar la vuelta atrás en el ejercicio del poder en sus respectivos países. Cuba tiene mucho que contar acerca de eso en estos últimos más de 50 años. Por ello, a pesar de ese asedio, sus poblaciones mayoritarias, los otrora pobres, que antes estaba totalmente excluidas del desarrollo hoy respiran un clima de muchísimo mayor bienestar y participación que cuando vivían bajo el influjo de gobiernos de derecha, razón por la cual apoyan decididamente a sus gobiernos.

Por ello, es necesario reflexionar que cuando la fortaleza está sitiada se conocen quienes verdaderamente la defienden pero también reconocer a los verdaderos enemigos del pueblo. Entre ellos, los que antes cantaban loas al socialismo y que hoy, obviando los procesos históricos, maldicen los pequeños avances de los pueblos en el camino a su emancipación total y, en lo que se refiere, a los americanos, a su segunda independencia, haciéndose uno con sus verdugos para tratar de dar vuelta atrás a la rueda de la historia esbozando patrañas teoricistas adornadas de términos marxista-leninistas con la única finalidad confundir a los pueblos, desmoralizarlos y, por ende, desmovilizarlos.

Esos izquierdosos que insuflando en las marchas populares la liberación del ser humano de las cadenas del capitalismo rodeándose de consignas por mejores salarios para los trabajadores, igualdad para la mujer, condena al racismo, libertad y más libertad, en sus espacios privados no pagan lo justo a los trabajadores bajo su mando, mucho menos sus prestaciones, violando flagrantemente las mismas leyes burguesas que han avanzado por presión y sangre de los obreros; mancillan a sus esposas e hijas o cualquier mujer que esté bajo su influjo con el dogal del patriarcado y el machismo o simplemente desprecian y marginan a los compañeros indígenas por su ascendencia étnica, minimizándolos y utilizándolos para reforzar la imagen de la democracia burguesa. Esos mismos que hoy quieren estrechar la visión de la izquierda verdadera a un odio y un resentimiento contra un líder determinado como lo hoy puede ser Ortega o Maduro, como si estos dos fueran sus propios pueblos pero que para su propia amargura, sus pueblos los han venido apoyando en estas horas aciagas demostrando con ello que estos no se han tragado los artilugios no solo del Imperio y sus secuaces sino de estos falsos profetas que tratan de ocultar tras de esa pobreza argumentativa su verdadera misión: la de contrarrevolucionarios y saboteadores. La de traidores.

Entonces, ¿quienes son los verdaderos enemigos del pueblo? preguntaba Lenin. Esa misma interrogante subyace hoy en el aire, pero poco a poco se va disipando su rostro a medida que los pueblos avanzan y las máscaras de aquellos van cayendo.

Colectivo La Gotera

guillermo101262@hotmail.com

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