jueves, 22 de febrero de 2018

Sobre "demócratas" y fariseos


Por Eduardo Contreras:

Digamos desde ya que respetamos, aunque no compartamos en absoluto, las opiniones diversas que puede expresarse respecto de una situación política determinada que sucede en nuestro país o en cualesquier otro lugar. Pero lo que no merece respeto alguno son aquellos juicios emitidos en contra del legítimo gobierno constitucional de Venezuela por sujetos cuyos antecedentes políticos y su propia historia personal, les desautorizan para calificar de demócrata o dictatorial un determinado régimen político.


Porque al haber impulsado, o adherido, o reconocido como autoridad legítima a sangrientos dictadores han perdido autoridad moral y toda legitimidad para quemar lo que adoraron o adorar lo que quemaron. Es que no se puede apoyar primero y repudiar después a regímenes de tal o cual naturaleza. Mucho menos cuando se trata de conceptos y realidades absolutamente antagónicos.
Con un exceso de amplitud pudiera llegar a entenderse que algunos jóvenes de hoy, que no conocieron porque  no  lo vivieron el asedio de la derecha chilena y el gobierno norteamericano en contra del gobierno constitucional y democrático de la Unidad Popular y el Presidente Allende, tal vez no entiendan la génesis real del desabastecimiento en la Venezuela de hoy. Pero quienes lo vivimos sí lo sabemos muy bien. A ellos les recomendaríamos por ejemplo enterarse de  la propia confesión pública de un golpista leyendo el libro “Testigo Privilegiado” de Orlando Saenz.

Así se darían cuenta que las huelgas de los transportistas de esos años, el ocultamiento de mercaderías de los empresarios, con el aplauso de la prensa golpista, todo bajo la generosa batuta de la CIA norteamericana, como ha denunciado el propio Senado de ese país en voluminosos Informes, fue lo que  causaba desabastecimiento y explica porque al día siguiente del golpe del 73 reaparecieron alimentos y remedios en almacenes y farmacias.

Y si se esfuerzan un poquito más y revisan los acuerdos de la Cámara de Diputados de Chile de 22 de agosto de 1973 y la Declaración de la Corte Suprema del mismo año, ambos textos absolutamente ilegales e inconstitucionales, comprobarán como esos aparatos del  Estado, gracias al acuerdo político de los opositores del gobierno del  presidente Allende, habían pasado también a formar parte de los recursos con los que el gobierno de Nixon, la derecha chilena y “El Mercurio” y “La Tercera”, entre otros, aseguraban el  derrocamiento de un  gobierno constitucional.

Lo que no es respetable en absoluto son la conducta y los dichos de los fariseos de nuestros días.
Sin referirnos a su estricto sentido histórico - religioso sino al uso común del concepto, de “fariseo” se caracteriza a una persona cuya conducta  es en general desleal, hipócrita, falsa, traidora, mentirosa, en fin alguien que es un simulador solapado. Que finge ser lo que realmente no es. En política en general y en nuestro país en particular es un hecho de regular existencia encontrarnos con personajes que pretenden aparecer como lo que, a la luz de su propia historia, en rigor no lo son.
Estos últimos días han vuelto a hacer noticia sujetos de tales características. Ha sido a raíz de la violenta ofensiva en contra del gobierno constitucional, legal y popular de Venezuela, la que, como sabemos, es una ofensiva decretada y dirigida por el gobierno norteamericano  con el aplauso y apoyo de muchos de los conocidos de siempre y algunos que se agregan.

Respecto del hegemonismo norteamericano y del tema Venezuela, entre otros, un hecho central  han sido las declaraciones del Secretario estadounidense Rex Tillerson, durante su reciente viaje por la región y en las que ha vuelto a subrayar cuales son las decisiones estratégicas de la Casa Blanca.
En reciente nota del profesor emérito de la Universidad Iberoamericana Darío Salinas, publicada por el periódico NODAL en Ciudad de México, se señala que “El viaje del diplomático es parte de la contraofensiva estadounidense en curso y obedece al imperativo dentro de su política global de sobreponerse a su cuestionada hegemonía. Es inocultable su urgencia por gravitar en la coyuntura regional y recomponer su desgastada credibilidad. Mostrar que incide en el desenvolvimiento político de su patio trasero es crucial en la tarea de restaurar su deteriorado liderazgo.”

Añade que “Un punto reiterado aparece bajo la afirmación de “una alarmante presencia” de Rusia y China. Desde la prepotencia unipolar no se admite el desarrollo de un proceso poli-céntrico, tampoco que sus expresiones se prolonguen en su zona de influencia y menos que los gobiernos latinoamericanos desarrollen relaciones comerciales y de cooperación sin su consentimiento. Si se trata de hacer consideraciones serias sobre “prácticas depredadoras” o de “apoyo a regímenes no democráticos”, en ninguna parte la soga en casa del ahorcado será algo bien visto. No está de más recordar que no han sido Pekín ni Moscú los que han promovido la instalación de bases militares en la región.

“Nuestra región es la franja del mundo que registra el mayor número de intervenciones norteamericanas, desde cuyas iniciativas gubernamentales históricamente se han gestado golpes de Estado, oprobiosos regímenes dictatoriales y execrables violaciones a los derechos humanos en asociación con los grandes intereses oligárquicos y mandos castrenses cuya doctrina de seguridad nacional pertenece al Pentágono.”, afirma el profesor Salinas

Y recuerda luego que “Aquellos países que disponen de importantes reservas petroleras, como México y Venezuela, están más que advertidos. La radiografía expansionista de sus intereses sobre nuestros recursos no es compatible con los factores políticos de inestabilidad. De allí que hoy nos coloque sobre la mesa de discusión la decimonónica visión de la trilateral sobre gobernabilidad. Siguiendo minuciosamente los procesos políticos actuales, EEUU fue el primero en reconocer, a contrapelo del sentir regional, el fraudulento resultado de la reciente experiencia electoral hondureña. No escapa a su preocupación que en los foros multilaterales no ha podido refrendar aquella directa influencia que en el pasado ha convertido la práctica de la subordinación en relación de normalidad”
“De allí el nada discreto respaldo que le viene brindando al Grupo de Lima, que nace justamente para coadyuvar el accionar hemisférico contra Venezuela y Cuba, la programada VIII Cumbre de las Américas de abril, así como la reunión del G-20 a realizarse en noviembre, contando por supuesto con el concurso activo de la OEA.”

Y concluye: “El pueblo bolivariano está sentenciado por la política estadounidense: “Venezuela es la imagen opuesta del futuro de estabilidad” ha dicho. El derrocamiento del gobierno es prácticamente un decreto, en cuyo itinerario caben desde todas las formas de desestabilización sin descartar un embargo petrolero, la declaración fraguada en favor de una “crisis humanitaria” hasta un golpe de Estado y/o un mayor despliegue de las condiciones que avalen una intervención militar.

Por nuestra parte digamos que en rigor, lo que sucede hoy no es sino la continuación del plan de la CIA llamado “Freedom – 2”, para desestabilizar al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro y que fuera iniciado por agentes norteamericanos en Venezuela durante el gobierno del “demócrata” Barak Obama.  Obviamente, apoyado por entidades como la OEA y el tristemente célebre Luis Almagro.
Y es entonces cuando se escucha a la jauría de fariseos locales. Y gritan contra el presidente  Maduro personajillos de triste memoria por su rol como golpistas en el Chile de 1973, ya fuere de modo abierto o solapado. Como aquel que, apenas electo el Presidente Allende, corrió a los medios de comunicación a pronosticar que el país se derrumbaría económicamente.

O esos otros que fueron instigadores del acuerdo ilegal de la Cámara de Diputados del 22 de agosto de ese año que condenaba al gobierno legítimo del país.
O aquellos dirigentes que se apresuraron a saludar el golpe de Pinochet y luego incluyeron militantes suyos entre los ministros del tirano.

O aquellos que negociaron con el dictador una supuesta “transición a la democracia”, incluida la Constitución que todavía nos rige.
O aquellos que le abrieron paso al general asesino para que fuera nombrado ¡senador vitalicio! O aquellos que corrieron a Londres para salvar al genocida de los tribunales de justicia.

Y estos son los mismos que hoy pretenden impedir que el presidente Maduro concurra a la reunión de Lima  y al cambio de jefe de Estado del próximo mes en Chile. Adoradores de Pinochet de uno u otro pelaje, incluyendo funcionarios de gobierno más próximos a la Casa Blanca que a La Moneda o parlamentarios famosos por su estulticia o su inutilidad, son esencialmente los que orquestan aquí las partituras enviadas desde el Norte.

Los responsables de la dictadura más sangrienta de la historia  de América Latina hoy hablan de “la dictadura venezolana” Y, naturalmente, de paso intentan golpear también a Cuba y ya empiezan a sostener que tampoco el presidente Raúl Castro debiera estar cuando asuma Piñera.
Finalmente, debe denunciarse que por estas horas también algunos  de estos fariseos han dado señales a propósito de las gestiones de extradición desde Francia respecto de Ricardo Palma Salamanca, sindicado como partícipe en el secuestro de Cristián Edwards y en la muerte de Jaime Guzmán.

Sarcasmo cruel esto de soportar a dirigentes y parlamentarios de la UDI, a renegados de la izquierda, traidores y otros sectores del pinochetismo exigiendo Justicia. Peor constatar el interés de la Cancillería chilena y de los medios de comunicación al servicio de intereses que no son los del pueblo.

Para todos ellos y por cierto también en lo que corresponda al poder judicial cabe preguntar  ¿Y por qué  no hay el mismo interés y  los mismos esfuerzos para traer desde EEUU a los agentes de la DINA allí refugiados y cuya extradición está pendiente hace años?
Estamos hablando de crímenes y de criminales realmente abominables
¿Y por qué no hay esfuerzos reales para ubicar en nuestro país al reo prófugo Ricardo Lawrence, autor de numerosos asesinatos?

Sobre esto, ni una sola palabra de los cobardes fariseos. Y la vida, como decía Eladia Vlasquez,… “no es celebrar o consentir tantas injusticias repetidas, no es lo mismo que vivir honrar la vida.”
eduardocontreras2@gmail.com

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