Por Eduardo Contreras:
Digamos desde ya que respetamos, aunque no compartamos en
absoluto, las opiniones diversas que puede expresarse respecto de una situación
política determinada que sucede en nuestro país o en cualesquier otro lugar.
Pero lo que no merece respeto alguno son aquellos juicios emitidos en contra
del legítimo gobierno constitucional de Venezuela por sujetos cuyos
antecedentes políticos y su propia historia personal, les desautorizan para
calificar de demócrata o dictatorial un determinado régimen político.
Porque al haber impulsado, o adherido, o reconocido como
autoridad legítima a sangrientos dictadores han perdido autoridad moral y toda
legitimidad para quemar lo que adoraron o adorar lo que quemaron. Es que no se
puede apoyar primero y repudiar después a regímenes de tal o cual naturaleza.
Mucho menos cuando se trata de conceptos y realidades absolutamente
antagónicos.
Con un exceso de amplitud pudiera llegar a entenderse que
algunos jóvenes de hoy, que no conocieron porque no lo
vivieron el asedio de la derecha chilena y el gobierno norteamericano en contra
del gobierno constitucional y democrático de la Unidad Popular y el Presidente
Allende, tal vez no entiendan la génesis real del desabastecimiento en la
Venezuela de hoy. Pero quienes lo vivimos sí lo sabemos muy bien. A ellos les
recomendaríamos por ejemplo enterarse de
la propia confesión pública de un golpista leyendo el libro “Testigo
Privilegiado” de Orlando Saenz.
Así se darían cuenta que las huelgas de los transportistas
de esos años, el ocultamiento de mercaderías de los empresarios, con el aplauso
de la prensa golpista, todo bajo la generosa batuta de la CIA norteamericana,
como ha denunciado el propio Senado de ese país en voluminosos Informes, fue lo
que causaba desabastecimiento y explica
porque al día siguiente del golpe del 73 reaparecieron alimentos y remedios en
almacenes y farmacias.
Y si se esfuerzan un poquito más y revisan los acuerdos de
la Cámara de Diputados de Chile de 22 de agosto de 1973 y la Declaración de la
Corte Suprema del mismo año, ambos textos absolutamente ilegales e
inconstitucionales, comprobarán como esos aparatos del Estado, gracias al acuerdo político de los
opositores del gobierno del presidente
Allende, habían pasado también a formar parte de los recursos con los que el
gobierno de Nixon, la derecha chilena y “El Mercurio” y “La Tercera”, entre
otros, aseguraban el derrocamiento de
un gobierno constitucional.
Lo que no es respetable en absoluto son la conducta y los
dichos de los fariseos de nuestros días.
Sin referirnos a su estricto sentido histórico - religioso
sino al uso común del concepto, de “fariseo” se caracteriza a una persona cuya
conducta es en general desleal,
hipócrita, falsa, traidora, mentirosa, en fin alguien que es un simulador
solapado. Que finge ser lo que realmente no es. En política en general y en
nuestro país en particular es un hecho de regular existencia encontrarnos con
personajes que pretenden aparecer como lo que, a la luz de su propia historia,
en rigor no lo son.
Estos últimos días han vuelto a hacer noticia sujetos de
tales características. Ha sido a raíz de la violenta ofensiva en contra del
gobierno constitucional, legal y popular de Venezuela, la que, como sabemos, es
una ofensiva decretada y dirigida por el gobierno norteamericano con el aplauso y apoyo de muchos de los
conocidos de siempre y algunos que se agregan.
Respecto del hegemonismo norteamericano y del tema
Venezuela, entre otros, un hecho central
han sido las declaraciones del Secretario estadounidense Rex Tillerson,
durante su reciente viaje por la región y en las que ha vuelto a subrayar
cuales son las decisiones estratégicas de la Casa Blanca.
En reciente nota del profesor emérito de la Universidad
Iberoamericana Darío Salinas, publicada por el periódico NODAL en Ciudad de
México, se señala que “El viaje del diplomático es parte de la contraofensiva
estadounidense en curso y obedece al imperativo dentro de su política global de
sobreponerse a su cuestionada hegemonía. Es inocultable su urgencia por
gravitar en la coyuntura regional y recomponer su desgastada credibilidad.
Mostrar que incide en el desenvolvimiento político de su patio trasero es
crucial en la tarea de restaurar su deteriorado liderazgo.”
Añade que “Un punto reiterado aparece bajo la afirmación de
“una alarmante presencia” de Rusia y China. Desde la prepotencia unipolar no se
admite el desarrollo de un proceso poli-céntrico, tampoco que sus expresiones
se prolonguen en su zona de influencia y menos que los gobiernos
latinoamericanos desarrollen relaciones comerciales y de cooperación sin su
consentimiento. Si se trata de hacer consideraciones serias sobre “prácticas
depredadoras” o de “apoyo a regímenes no democráticos”, en ninguna parte la
soga en casa del ahorcado será algo bien visto. No está de más recordar que no
han sido Pekín ni Moscú los que han promovido la instalación de bases militares
en la región.
“Nuestra región es la franja del mundo que registra el mayor
número de intervenciones norteamericanas, desde cuyas iniciativas
gubernamentales históricamente se han gestado golpes de Estado, oprobiosos
regímenes dictatoriales y execrables violaciones a los derechos humanos en
asociación con los grandes intereses oligárquicos y mandos castrenses cuya
doctrina de seguridad nacional pertenece al Pentágono.”, afirma el profesor
Salinas
Y recuerda luego que “Aquellos países que disponen de
importantes reservas petroleras, como México y Venezuela, están más que
advertidos. La radiografía expansionista de sus intereses sobre nuestros
recursos no es compatible con los factores políticos de inestabilidad. De allí
que hoy nos coloque sobre la mesa de discusión la decimonónica visión de la
trilateral sobre gobernabilidad. Siguiendo minuciosamente los procesos políticos
actuales, EEUU fue el primero en reconocer, a contrapelo del sentir regional,
el fraudulento resultado de la reciente experiencia electoral hondureña. No
escapa a su preocupación que en los foros multilaterales no ha podido refrendar
aquella directa influencia que en el pasado ha convertido la práctica de la
subordinación en relación de normalidad”
“De allí el nada discreto respaldo que le viene brindando al
Grupo de Lima, que nace justamente para coadyuvar el accionar hemisférico
contra Venezuela y Cuba, la programada VIII Cumbre de las Américas de abril,
así como la reunión del G-20 a realizarse en noviembre, contando por supuesto
con el concurso activo de la OEA.”
Y concluye: “El pueblo bolivariano está sentenciado por la
política estadounidense: “Venezuela es la imagen opuesta del futuro de
estabilidad” ha dicho. El derrocamiento del gobierno es prácticamente un
decreto, en cuyo itinerario caben desde todas las formas de desestabilización
sin descartar un embargo petrolero, la declaración fraguada en favor de una
“crisis humanitaria” hasta un golpe de Estado y/o un mayor despliegue de las
condiciones que avalen una intervención militar.
Por nuestra parte digamos que en rigor, lo que sucede hoy no
es sino la continuación del plan de la CIA llamado “Freedom – 2”, para
desestabilizar al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro y que fuera iniciado
por agentes norteamericanos en Venezuela durante el gobierno del “demócrata”
Barak Obama. Obviamente, apoyado por entidades
como la OEA y el tristemente célebre Luis Almagro.
Y es entonces cuando se escucha a la jauría de fariseos
locales. Y gritan contra el presidente
Maduro personajillos de triste memoria por su rol como golpistas en el
Chile de 1973, ya fuere de modo abierto o solapado. Como aquel que, apenas
electo el Presidente Allende, corrió a los medios de comunicación a pronosticar
que el país se derrumbaría económicamente.
O esos otros que fueron instigadores del acuerdo ilegal de
la Cámara de Diputados del 22 de agosto de ese año que condenaba al gobierno
legítimo del país.
O aquellos dirigentes que se apresuraron a saludar el golpe
de Pinochet y luego incluyeron militantes suyos entre los ministros del tirano.
O aquellos que negociaron con el dictador una supuesta
“transición a la democracia”, incluida la Constitución que todavía nos rige.
O aquellos que le abrieron paso al general asesino para que
fuera nombrado ¡senador vitalicio! O aquellos que corrieron a Londres para
salvar al genocida de los tribunales de justicia.
Y estos son los mismos que hoy pretenden impedir que el
presidente Maduro concurra a la reunión de Lima
y al cambio de jefe de Estado del próximo mes en Chile. Adoradores de
Pinochet de uno u otro pelaje, incluyendo funcionarios de gobierno más próximos
a la Casa Blanca que a La Moneda o parlamentarios famosos por su estulticia o
su inutilidad, son esencialmente los que orquestan aquí las partituras enviadas
desde el Norte.
Los responsables de la dictadura más sangrienta de la
historia de América Latina hoy hablan de
“la dictadura venezolana” Y, naturalmente, de paso intentan golpear también a
Cuba y ya empiezan a sostener que tampoco el presidente Raúl Castro debiera
estar cuando asuma Piñera.
Finalmente, debe denunciarse que por estas horas también
algunos de estos fariseos han dado
señales a propósito de las gestiones de extradición desde Francia respecto de
Ricardo Palma Salamanca, sindicado como partícipe en el secuestro de Cristián
Edwards y en la muerte de Jaime Guzmán.
Sarcasmo cruel esto de soportar a dirigentes y
parlamentarios de la UDI, a renegados de la izquierda, traidores y otros
sectores del pinochetismo exigiendo Justicia. Peor constatar el interés de la
Cancillería chilena y de los medios de comunicación al servicio de intereses
que no son los del pueblo.
Para todos ellos y por cierto también en lo que corresponda
al poder judicial cabe preguntar ¿Y por
qué no hay el mismo interés y los mismos esfuerzos para traer desde EEUU a
los agentes de la DINA allí refugiados y cuya extradición está pendiente hace
años?
Estamos hablando de crímenes y de criminales realmente
abominables
¿Y por qué no hay esfuerzos reales para ubicar en nuestro
país al reo prófugo Ricardo Lawrence, autor de numerosos asesinatos?
Sobre esto, ni una sola palabra de los cobardes fariseos. Y
la vida, como decía Eladia Vlasquez,… “no es celebrar o consentir tantas
injusticias repetidas, no es lo mismo que vivir honrar la vida.”
eduardocontreras2@gmail.com
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