Por Julio A. Louis:
Al iniciarse el 2018 -que se presenta complicado en el plano
internacional, regional y nacional- basándonos en el materialismo histórico que
enseña la constante inter acción entre lo general y lo particular, y desde los
objetivos de los trabajadores y del pueblo explotado, es dable observar una
perspectiva internacional a mediano plazo favorable y otra regional, a corto
plazo, desfavorable, influyente para Uruguay. En síntesis, importa una
valoración internacional, regional y nacional, con el fin no sólo de
comprender, sino de transformar la sociedad.
Un tablero geopolítico internacional favorable
Resalta la proyección de China, “pateando el tablero”
económico y geopolítico mundial, a través de las construcciones que ha
impulsado, en particular la “Ruta de la Seda” y la creación del BAII (Banco
Asiático de Inversión en Infraestructura), que altera los acuerdos de la pos guerra
de Bretton Woods y compite con los organismos controlados por EE.UU. como el Banco Mundial y el F.M.I. No obstante en el Uruguay, las diversas
instituciones y medios de prensa -salvo excepciones- y el gobierno, no se han
dado por enterados que socios tradicionales de EE.UU., tales como el Reino
Unido, Francia, Alemania, Brasil, Corea del Sur o Israel, han adherido al BAII.
Tan ansiosos por cualquier acuerdo de “libre comercio” el gobierno y su
canciller no se han pronunciado, lo que es una forma de seguir fieles a la
orientación de los organismos bajo la égida de Estados Unidos.
En este siglo China ha pasado o pasará -según diversas
opiniones- a ser primera potencia mundial, relegando a EE.UU., que presiona y
amedrenta sin la fuerza del pasado para que nadie escape a su control, como
sucede en Venezuela. Si no somos capaces de apreciarlo, estamos -en términos
futbolísticos- en off-side.
¿China será otra potencia capitalista e imperialista, o como
sostienen su Partido Comunista y su gobierno, está en una fase inicial del
socialismo, en la que permanecerá a lo largo del siglo? Es un tema que iremos abordando. De todas
formas, el desarrollo de China perjudica a los custodios yanquis del “patio
trasero”, abriendo mejores posibilidades para nuestros pueblos. Por de pronto,
China cercada por bases de EEUU, no tiene una sola base propia fuera de su
territorio.
Un duro giro reaccionario y pro yanqui regional
En un somero e incompleto recordatorio indicamos que en
Honduras tras una grosera violación de la constitución y más grosero fraude
electoral, un candidato centrista fue despojado de la victoria por Juan
Hernández, quién mantendrá la total sujeción a Estados Unidos, poseedor hasta
de una base militar, la de Palmerola, donde se calcula la presencia de
quinientos marines . En Colombia, a
pesar de la paz acordada con la guerrilla de las FARC, centenares de presos de
éstas, permanecen en prisión. En Perú, un pacto no declarado entre los
fujimoristas y el presidente Kuczinsky acentúa el perfil pro yanqui del
régimen. En Chile ha vencido Piñera -con una altísima abstención, demostrativa
de las limitaciones de esa democracia
liberal. Antes venció Macri en Argentina, quien empieza a desmantelar los
relativos avances para el pueblo de los gobiernos kirchneristas. Dejemos por el
momento a Venezuela y Bolivia bajo la lupa agresiva de la reacción, o la
confusa situación de Ecuador. En Brasil el autoritarismo judicial que responde
a los intereses de las trasnacionales y las fuerzas reaccionarias, cierra el
paso a la reelección de Lula, que había
mejorado las condiciones de vida del pueblo, el
que ya sufre los planes
“austeros” dictados por el gran capital internacional. El “abrazo del oso” se
cierne sobre Uruguay.
Uruguay: presente y futuro inmediato
“Los objetivos centrales de cualquier gobierno que se precie
de izquierda deberían tener relación con el desarrollo inclusivo con justicia
social, la redistribución y des concentración de la riqueza y del ingreso, la
independencia económica del exterior y del poder de unos pocos, todo ello
enmarcado en el cambio social, en el de las estructuras productivas y en un
Estado necesariamente fuerte, con participación activa en la vida
económica.” Sin embargo en Uruguay “se
ha acentuado la dependencia económica del capital externo, no se ha intentado
modificar las estructuras productivas,
tenemos más concentración y extranjerización de la tierra, las políticas tienen
como centro medular la inversión extranjera directa, básicamente extractivita,
y recogen los fracasados esquemas neoliberales en materia fiscal, de precios,
de ingresos, de comercio exterior y de desregulación estatal. Tampoco ha mejorado la distribución del
ingreso pese a condiciones externas muy propicias...”
El desarrollo de la lucha de clases
Con un Frente Amplio anodino, trabado por las
contradicciones internas, una oposición de derechas que también se desangra en
luchas internas, pero intenta “un programa común” (reclamo de Larrañaga) o un
“polo socialdemócrata” (reclamo de Mieres)
y una izquierda alternativa
(Unidad Popular) incapaz de batallar en las organizaciones de masas,
obsesionada por partirlas -tal el engendro de largo nombre y corta presencia de gente para
dividir al PIT-CNT-, la lucha de clases se polariza entre el PIT-CNT y otras
organizaciones populares tales como FEUU, ONAJPU, FUCVAM, y del otro lado,
parecería ser por “Un solo Uruguay”, un movimiento poli clasista que intenta
nuclear a la oposición al gobierno con propuestas confusas, pero orientadas
“contra el Estado” y las conquistas modestas de los trabajadores y las clases,
capas y sectores aliados, con enfoques que parecen semejantes a los gobiernos
de los países vecinos.
¿Por dónde empezar?
La coyuntura no es favorable para avanzar. Es que los
progresismos se han limitado a “mojarle la oreja” a los grandes propietarios y
beneficiarios del sistema, sin la visión de transitar hacia el socialismo. Y
parece llegado el momento de la autocrítica, de mover las piezas con otra
orientación, en un escenario de lucha de clases aguda que se avecina. Por ende, es básico gestar conciencia
internacionalista, conciencia nuestro-americana (la de la América dependiente),
lo que implica fortalecer a los Estados Nacionales para la defensa de los
pueblos contra la explotación imperialista. Lo contrario al proceder del
gobierno con UPM.
En año preelectoral donde los partidos apuntan a ganar en
2019, la izquierda anti imperialista y socialista, deberá dar prioridad al
fortalecimiento de las organizaciones de masas en pos de sus objetivos, a la
formación de las nuevas generaciones, y no vivir obsesionada por el gobierno,
porque si no hay pueblo bien consciente y movilizado de poco sirve ganar un
gobierno, que forzosamente será más acotado que el actual por los organismos
financieros internacionales, por los Macri y los Temer, por Fuerzas Armadas
reaccionarias y por los medios masivos de comunicación, cuyo propósito es des
informar y promover la miopía política de las grandes masas.
La cuestión a profundizar es si esa izquierda puede existir
en el F. A. sin someterse a la disciplina partidaria para conciliar con el
sistema, o si es necesario otro paso, en el ocaso del “progresismo”, y gestar
otra estructura política. Pero en cualquiera de esos casos, deberá apuntalar
tácticamente a las fuerzas y o soluciones menos reaccionarias, sin
comprometerse con programas o acciones que no sean las suyas, como se ha hecho
en Chile y en Perú.
jlui@vera.com.uy
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