martes, 17 de enero de 2017

El blanco fue Resumen Latinoamericano, antes Anfibia y Tiempo

Se reiteran robos y ataques a medios no hegemónicos

Por: Emilio Marín

Esta vez el blanco fue Resumen Latinoamericano, que sufrió el robo de sus equipos. Antes el ataque lo había sufrido la redacción de Anfibia y Cosecha Roja. Y unos meses antes el local de Tiempo Argentino. Los medios alternativos la están pasando muy mal bajo gobierno de Macri 

Resumen Latinoamericano va a cumplir 24 años de labor “contra informativa”, por medios gráficos, emisiones radiales, televisivas y su sitio web. Su director Carlos Aznárez es conocido por esa labor; siempre se referencia en Rodolfo Walsh, con quien supo trabajar en la clandestina Agencia Ancla, contra la dictadura militar-cívica.

 Otros lo deben recordar por sus Cátedras Bolivarianas dictadas en la Universidad de Madres de Plaza de Mayo; luego del habitual sectarismo de Hebe de Bonafini en ese centro de estudios pasaron a otros ámbitos, en el país y la región.

Siempre su Norte es el Sur, para parafrasear a Telesur, donde Resumen tiene un espacio, como corresponde a su tesonera defensa de la Venezuela bolivariana.
Otros lectores quizás lo recuerden por sus campañas a favor del pueblo vasco y sus organizaciones populares como Herri Batasuna, ilegalizada por el poco democrático gobierno español del PP y también el Psoe. Ese medio de contra información, como gusta en definirse, es el más consecuente defensor de la libertad de los presos políticos vascos.

Cuba también está dentro de sus prioridades informativas. Cuando Fidel Castro vivía, circuló una foto donde leía un ejemplar de Resumen Latinoamericano, acercada por un dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas, la que hoy se empeña en tomar más compromisos con el legado fidelista.

En el orden nacional la publicación se ubicó a la izquierda del kirchnerismo, a lo largo de los doce años de sus gobiernos, sin perjuicio de lo cual apoyó sus mejores realizaciones en derechos humanos e integración latinoamericana. Eso sí, fue muy crítica del general César Milani y el Proyecto X de espionaje descubierto a raíz de actuaciones ilegales de Gendarmería. Otra cosa que Aznárez no bancó  fue la burocracia sindical enquistada en las CGT, luego comprimidas en el Triunvirato. Debe ser por sus vivencias y reivindicación de otro sindicalismo, el de Raimundo Ongaro, Agustín Tosco, René Salamanca y Atilio López.

Más que un robo

Porque ese es su árbol ideo-genealógico, el medio atacado se ubicó en las antípodas del gobierno neoliberal de Mauricio Macri. Y no sorprendió que el pasado 31 de diciembre a la noche, madrugada del 1 de enero, fuera “objeto de un robo o ´saqueo direccionado’”. El comunicado denunció que “entraron a nuestra redacción y nos sustrajeron el equipo completo de video (dos cámaras de filmación y fotografía -Lumix GH1 y Lumix GH2) con sus respectivos objetivos, con el que habitualmente hacemos el programa televisivo, varios micrófonos (entre ellos dos inalámbricos y dos corbateros), un grabador de sonido que utilizamos para el programa de TV y de radio, varios cables de conexión de sonido, auriculares, y dos cámara fotográficas, una Nikon analógica y una Cannon B60. Además, robaron un proyector de video, con el que habitualmente realizábamos video conferencias del ciclo de Cátedras Bolivarianas”.

Se recalcaba que “quienes realizaron toda esta operación de saqueo no rompieron ni revolvieron nada, sino que fueron directamente a apropiarse de los equipos”.
En un segundo comunicado, titulado “No fue robo, sino allanamiento y apropiación para disciplinar”, agregaban: “nos hemos dado cuenta que además de todas las cámaras y equipos faltantes, también se apoderaron de todos nuestros discos externos de las computadoras, donde guardábamos información que utilizamos para nuestro periódico y el resultado de diez años de archivo de los documentales que hemos realizado y los programas de TV. A esto se suma, que los ´visitantes´ se llevaron varias tarjetas de memoria de las cámaras de video y fotografía, con material producido en los últimos meses”.

Por eso denunciaron el robo pero también un “virtual allanamiento” para quitarlos del medio y de la tarea periodística. “Lo que se busca es disciplinar y dar miedo, para que otros u otras pongan sus barbas en remojo y no molesten con sus trabajos, artículos, videos, audios, de contra información”, aseguraron.
Lo sucedido tuvo repercusión en muy pocos medios, salvo en la Red Nacional de Medios Alternativos y muy pocos más, de allí la importancia que LA ARENA le otorga. En Clarín esto no será noticia.

Ese ataque del Año Nuevo tiene mucha semejanza con el que sufrió el 12 de diciembre pasado la redacción donde funcionan la revista Anfibia y el portal Cosecha Roja, en Capital Federal. Allí robaron una computadora con todo el archivo fotográfico, una notebook, un proyector, un grabador de voz de alta fidelidad, algo de dinero y destruyeron muebles y papeles. Anfibia es una revista digital donde los escritos de no ficción se emparentan con lo catedrático y académico para dar lugar a un diálogo fructífero y un nuevo producto cultural. Cosecha Roja es un portal de noticias cuya selección difiere notablemente con la que hace Todo Negativo, alias “Todos Nosotros” (“Nosotros”, o sea Ernestina de Noble, Héctor Magnetto y demás sobreseídos definitivamente por el juez Julián Ercolini por la apropiación de Papel Prensa en la dictadura).

Quizás sea casualidad, pero la última noticia de Cosecha Roja antes de sufrir el robo y atentado involucraba a dos agentes de la Policía Federal detenidos tras un robo a una hormigonera de donde se habían llevado 360.000 pesos. Sí, seguro que fue una casualidad el recuadrar esa noticia y lo que vino horas después. Es de mal pensados ligar una cosa con otra. Son casualidades, nada más.
“Uno de los policías fue identificado como el agente Gonzalo Daniel Trejo, quien presta servicio en la guardia de infantería de la fuerza, y el otro es su hermano, el agente bombero Facundo Ezequiel Trejo, con destino en el Cuartel Aeroparque Jorge Newbery”, había precisado Cosecha Roja.

El director de ese portal y de Anfibia es Cristian Alarcón, quien dio dos precisiones muy sugestivas del robo. La primera, que en el mismo edificio hay firmas tecnológicas con equipos mucho más valiosos que los robados en su oficina, y no fueron visitadas. La segunda, que al lado funciona una dependencia administrativa de la Policía Federal y enfrente está la Jefatura de Gabinete, en pleno centro porteño, muy custodiado.

Como ambas publicaciones dependen de una universidad nacional (la Universidad Nacional de San Martín), que alquila las oficinas, la causa pasó a la justicia federal. Adivine el lector adónde quedó la causa. Sí, en el juzgado federal N° 10, de Julián Ercolini. ¿Anfibia tendrá la suerte de Magnetto o la mala suerte de CFK?

Mala suerte de alternativos

Los medios alternativos son un canal muy necesario para enterarse de lo que el poder quiere ocultar o poner sordina. Son todos hechos y mantenidos a pulmón, todo a pulmón, como canta Alejandro Lerner. La ley de servicios de comunicación audiovisuales n°26.522  preveía apoyo financiero federal a esos medios, pero llegaban tarde y algo selectivamente en la AFSCA de Martín Sabbatella. Prácticamente se cayeron con Macri y los funcionarios del área y la Enacom de Miguel de Godoy, quienes mutilaron a puro decreto la normativa que la Corte había dictaminado como constitucional.

Otras  veces esas agencias alternativas son infiltrados por la Policía Federal como se descubrió en 2013 con el caso del agente Américo Balbuena, metido durante diez años en la Agencia de Noticias Rodolfo Walsh y que se reportaba a la sección Reunión de Información de la División de Análisis de la PFA, a cargo del comisario Alejando O. Sánchez. Un despacho de APL, Agencia para la Libertad, del escritor Oscar Castelnovo, citando al portal Cosecha Roja, informó que el comisario inspector Sánchez será el jefe de la dirección general de Antiterrorismo de la PFA, promovido por Patricia Bullrich. Posiblemente el comisario jefe ahora mande a Balbuena a hacer cursos con la policía de Tel Aviv y el Mossad, con la que Bullrich firmó acuerdos.

Buena suerte de monopolios

En el ring opuesto, Clarín y los monopolios de la (in) comunicación se sirven de medidas del gobierno que ellos promovieron como sinónimo de “Cambio”. 
A las disposiciones que mutilaron la ley de medios y desaparecieron el AFSCA, se sumaron la autorización a Clarín para adquirir Nextel y entrar en el negocio de la telefonía móvil. El columnista de Odisea, el programa de Carlos Pagni en TN, Nicolás Dujovne, fue promovido a ministro de Hacienda con claros deberes de ajustar el gasto público y reducir el déficit fiscal. 
Aunque todavía no se publicó la lista oficial de adónde va la pauta oficial, seguramente en su mayoría habrá vuelto a sus lugares habituales, monopólicos.
El último día del 2016 el presidente Macri, en sus prolongadas vacaciones en Villa la Angostura, tuvo el arduo trabajo de firmar digitalmente un decreto. Y el ministro Oscar Aguad pudo decir que se había aprobado la “convergencia plena en el área de las telecomunicaciones”. 
A partir del primero de enero de 2018, las empresas del sector podrán brindar de manera simultánea los servicios de televisión por cable, telefonía fija y móvil e internet, modalidad conocida como “cuádruple play”.

Aunque subsisten diferencias entre Clarín, Telefónica, Claro, DIRECTV, América y otros monopolios, todos ellos festejan la decreto-Macri-manía. 
ortizserg@gmail.com


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