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miércoles, 27 de febrero de 2019

Almagro un ex progresista devenido en peón de Trump


Por Sergio Ortiz:

Desde la OEA fogonera la intervención contra Venezuela

La foja de servicios de Luis Almagro como político tiene un punto de ruptura en 2015. Viniendo del progresismo uruguayo, desde entonces opera para EE UU contra Venezuela.
El sábado 23 de febrero el nacido en Paysandú, Uruguay, estará presente en Cúcuta, el punto de máxima provocación norteamericana contra Venezuela. El presidente de Colombia, Iván Duque, con el acompañamiento de su colega de Chile, Sebastián Piñera y algún otro que aún no ha confirmado su presencia, serán parte de la provocación contra el bolivariano Nicolás Maduro.


Los trumpistas intentarán colar en Venezuela una “ayuda humanitaria” que ese país no ha pedido. Lo que Caracas pide es que saquen sus manos de Venezuela (“Hands off”), que acaben las sanciones financieras y políticas tomadas por Washington por 30.000 millones de dólares según denunció ante la OEA el vicecanciller Samuel Moncada.

Es muy grande el riesgo de violencia el sábado 23 en la frontera venezolana-colombiana. También, con menor voltaje, en otros lugares donde se acumularon materiales “humanitarios”, como Curazao.
La idea de los intervencionistas guiados por el Departamento de Estado es que, ante el anuncio de muchas toneladas de alimentos y medicinas del lado colombiano, del lado de Venezuela haya una marea humana que corra a recibir ese material y agradecer al gobernante colombiano y la OEA, entre ellos su secretario general Almagro.

Ese movimiento humano, estiman los agresores, chocará con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que ha blindado la línea demarcatoria de su soberanía y ha dicho claramente que “no pasarán” los intervencionistas, en un todo de acuerdo con su presidente legítimo.

Si hay choques y muertos venezolanos se gestaría la excusa perfecta de la “intervención militar humanitaria” para las tropas estadounidenses y sus aliados. Ese guion, de la “intervención humanitaria”, ya lo emplearon en Yugoslavia, Libia y Siria, entre otros países que a la postre resultaron destruidos casi en su totalidad, aunque en Damasco no pudieron derrocar a Bashar Al Assad.

El libreto pentagonista primero difama al gobierno del país que se quiere invadir. Milosevic en Serbia era criminal y xenófobo contra Kosovo; Muamar Khadafy en Libia era criminal y corrupto; Al Assad era un dictador hereditario y genocida, etc.

Casi los mismos descalificativos son empleados contra Maduro: dictador, corrupto y narcotraficante. No les importa que en 2013 y luego en mayo de 2018 ganara limpiamente las elecciones. Tuvo el 67 por ciento de los votos y derrotó por 47 puntos al segundo de los competidores; otras dos listas opositoras participaban del comicio.

Almagro, el renegado
De esos operativos contra Venezuela participa activamente Almagro, que llegó a la secretaría general de la OEA para el período 2015-2020 y ha anticipado que irá por la reelección y otros cinco años. Cree estar ganándose con creces ese lugar gracias al apoyo de Duque, Piñera, Mauricio Macri, Jair Bolsonaro y otros gobiernos integrantes del Cartel de Lima, pero sobre todo por el aval de Donald Trump y Canadá.

El uruguayo viene de un pasado progresista. Fue el primer secretario de la embajada de su país en Irán, entre 1991 y 1996; y embajador ante la República Popular China entre 2007 y 2010. Luego José Mujica lo designó canciller de la República, entre 2010 y 2015. Provenía del Partido Nacional, pero por su progresismo se había integrado al gobierno del extupamaro.

Almagro personifica al personaje de Groucho Marx: “estos son mis principios, pero si no te gustan, tengo estos otros principios”. Es que ya en la OEA, alias “ministerio de Colonias”, le tocó acompañar al declinante gobierno de Barack Obama que, como al posterior de Trump, en relación a Venezuela y sus apetecidas reservas petroleras más importantes del mundo no tenían mayores diferencias. Desde 2014 comenzaron las sanciones votadas por el Senado y ratificadas por la Casa Blanca en 2015 y 2016, buscando penalizar la comercialización del petróleo de PDVSA y sancionando a autoridades venezolanas.
En 2017 Trump planteó una posible intervención militar contra el país sudamericano. Su antecesor no había llegado a tanto. El secretario de la OEA repitió el libreto intervencionista ese año y hasta el Cartel de Lima lo desautorizó, pidiendo negociaciones como las que se realizaban en Punta Cana, abandonadas por la oposición venezolana.

Trump volvió a la carga el año pasado. Y Almagro lo siguió al pie: en septiembre de 2018 planteó la opción militar contra Caracas. Eso le granjeó el repudio de su propia organización, el Frente Amplio, que el 15 de diciembre lo expulsó por decisión unánime de 168 integrantes del Tribunal de Conducta Partidaria. Mujica lo había repudiado en noviembre de 2015, apenas desembarcado en la OEA: “lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido"

En un reportaje (Natasha Niebieskikwiat, Clarín, 17/02), Almagro dice de Maduro: “son delincuentes atrincherados. Violadores de derechos humanos y ejecutantes de crímenes de lesa humanidad atrincherados. Narcotraficantes atrincherados. Y a eso se agregan 22.000 cubanos por delante realizando tareas de inteligencia y represión”. Ese ataque a Cuba, con idéntica mentira sobre militares cubanos del editorial de “La Nación” (12/02), confirma que Almagro cumple órdenes norteamericanas.

Más calumnias suyas contra la isla: “Díaz Canel es un eslabón más de un régimen dictatorial-hereditario. Es hoy la personificación de segunda línea de la dictadura jinetera seudo revolucionaria”. ¿Dictadura jinetera-prostituta? Uno duda unos segundos. No sabe si está hablando Ronald Reagan o el prostituido charrúa, el renegado.

ortizserg@gmail.com

viernes, 11 de mayo de 2018

Víctor Hugo otra vez allanado por el grupo Clarín Argentino


Por Emilio Marín:
Le incautaron sus cuadros y otras cosas de Valor
El periodista fue allanado a cuatro días de haber vuelto a C5N y continuar sus críticas al gobierno y Clarín. Fue una represalia a él y el periodismo crítico. Víctor Hugo es un grande. No sólo en los medios periodísticos y deportivos sino en ambientes más amplios no hace falta que uno ponga su apellido para saber de quién se trata. Esa popularidad venía de antes, pues el uruguayo desembarcó a relatar como los dioses los partidos de fútbol hace más de 35 años. Se ha incrementado con los ataques que viene padeciendo, del monopolio Clarín.



Cada ataque de esa mafia incrementa su popularidad y amplía el arco de gente que se manifiesta en solidaridad. Y le dan palabras de aliento personajes que están en sus antípodas, como Nelson Castro, o de la farándula, como Jorge Rial. Puede ser por el apoyo al débil, pero también a la víctima de una injusticia.
Y ese fenómeno se repitió con el nuevo allanamiento sufrido en su domicilio de avenida Libertador al 2400, Palermo, el viernes 4, cuando ya había comenzado su programa en AM 750. Como la irrupción de la martillera y dos oficiales de justicia fue sin previo aviso, VHM tuvo que dejar su programa y volver a casa, para no dejar sola a su esposa con la desventura.

En medio de la llovizna y sin ningún cuidado ni embalaje, por orden del juez Fernando Saravia, la fuerza de tareas se llevó cuadros valiosos de Juan Carlos Castagnino y Carlos Alonso, que serán rematados próximamente. Un piano de cola marca Steinway & Sons, embargado, quedó allí por peso y tamaño, no por piedad de los incursores.

Eso fue un atropello al periodista pero también una injusticia y un robo. Como explicó el dueño, le llevaban cuadros que valen 30 mil dólares cada uno, pero se los valoraban a 50 mil pesos. Así podrán seguir embargando y rematando muchos bienes porque según el estudio Sáenz Valiente, que patrocina a Clarín, la deuda reclamaba asciende a 4.155.751 pesos.

Y este es otro costado criticable de la maniobra del monopolio y la justicia obediente: cómo aumentan la deuda exigible. Era de 3 millones de pesos cuando en 2014 la Cámara Nacional en lo Comercial de la Capital Federal confirmó el falló adverso, pues el charrúa había sido absuelto en primera instancia. La resolución judicial contraria al sentido común debía ser afrontada en forma solidaria por el periodista, la producción televisiva y el mismo Canal 7. Pero el holding de Héctor Magnetto eligió por razones obvias cobrarle todo a Víctor Hugo, y con intereses, de allí el monto que supera hoy los 4 millones, pese a que el damnificado ya ha abonado la mitad de esa cifra.

El monopolio es insaciable. No se conforma con nada. Quiere toda esa deuda, todo el espectro audiovisual, todo el mercado, todo el poder. Y lo quiere ya. Desde 2015 considera, con cierta razón, que el país le pertenece ahora que fusionó Cablevisión y Telecom, y el presidente es su amigo Mauricio.
Balas que pican cerca
Un allanamiento anterior y el del viernes 4 fueron parte del antiguo juicio entablado por el monopolio contra quien se atrevió a desafiarlo primero y luego le planteó una dura oposición de años.

En noviembre de 2000 Boca jugaba contra Real Madrid la final del Mundial de Clubes, en Tokio. Y tal como sucedió durante muchos años en Argentina, hasta que llegó el Fútbol para Todos, ese partido no podía verse por la televisión abierta. Lo pasaba Cablevisión. Los defensores del monopolio, de ayer y de hoy, para desligar a Clarín del inicio del conflicto, puntualizaron que Magnetto en ese entonces no era dueño de Cablevisión, “sino recién seis años más tarde”. Una verdad menos que a medias, pues Clarín había adquirido a Boca, presidido por Mauricio Macri, los derechos de televisación en 1.068.687 pesos-dólares, y había pactado televisar el match vía Cablevisión. Quiere decir que en 2000 algún vínculo ya tenía con ese pulpo.
Ese año Víctor Hugo y su programa Desayuno iban a las mañanas por Canal 7. Al inicio en forma algo oblicua, luego más amplia y directamente, usó un televisor en el piso para que sus televidentes pudieran ver el gol de Palermo a los españoles y luego otra buena parte del juego, 76 minutos de los 90.

Cablevisión y su socio Clarinete habían secuestrado los goles y el uruguayo los liberó a los ojos de mucha gente amante del fútbol. Hizo una tarea a lo Robin Hood. Algo justo y necesario, sin violencia, con picardía rioplatense. Además, como su acción vindicadora no fue anunciada previamente no pudo quitarle clientes al cable sino que “sólo” lo dejó en un evidente offside, o lo escrachó como el secuestrador de los goles. ¿Mentía VHM? No. El fútbol fue codificado para TSC, de Torneos y Competencias y su socio Clarín, incluida parte de la mafia de la FIFA que hoy purga prisión en EE UU, como Alejandro Burzaco. Ellos abrocharon el negociado con Julio Grondona (AFA) durante quince años. Eso le dio toda la razón al valiente que mostró gratis aquel par de goles en Japón.

No es una discusión superada; es antigua pero de rigurosa actualidad. El domingo 6, dos días después de que a VHM le llevaron sus cuadros, le mutilaron sus sentimientos y desnudaron paredes, este cronista hacía un paneo en la tele. Y en la mitad de la pantalla podía ver sin pagar el clásico Barcelona-Real Madrid y los goles de Messi y Cristiano Ronaldo, mientras en la otra mitad, de la Superliga local, sólo veía tribunas. En 2017 el fútbol volvió a ser secuestrado por la misma banda, de los CEOs de Clarín y multinacionales como Fox y Turner, por decisión de Macri.

El allanamiento judicial sin aviso fue un tiro directo al uruguayo, que había retornado a “El diario” y C5N. También fueron “balas que pican cerca” de todos los periodistas críticos. El monopolio y Mauricio son vengativos.
ortizserg@gmail.com